La que se lia por desabrochar un sujetador

Aquel día había mucha gente en el bar y entre ellos resaltaba mi infiel follamiga Noemi, que venía con Miguel, su marido, y unos amigos. Noemi venia muy sexy, con una camisa blanca, cortita, que acababa poco más abajo que sus pechos ricos y operados, un mini pantalón, negro, ajustado, con tiro alto tapando su ombligo, marcando culazo y unas medias negras transparentes con una línea de puntos en la parte trasera que las hacia muy sexys, mostrando sus preciosas piernas.
Noemi estaba en la barra esperando para pedir, sin ningún amigo suyo cerca. Yo había salido a recoger cosas a las mesas y aproveché el tumulto de gente, para colocarme detrás de ella y restregar bien mi paquete en su culazo, mientras dejaba los vasos en la barra. Noemi se rio, mientras yo me excusaba, porque había mucha gente y no podía ponerme en otro sitio mejor. No pude resistirme a meter mi mano por la espalda de su camisa, pues era facilísimo, y desabroché su sujetador. Esta me dijo que era un cabrón, entre risas, y la dije que lo había puesto muy fácil y no pude evitarlo.
Noemi me dijo que la pusiera una copa y entre en la barra a hacerlo, mientras ella se iba hacia el baño, mandándome antes una mirada asesina, pero con una picara sonrisa. No tardó mucho en volver y cuando la di su copa, esta, estiro su mano, y me dio el sujetador. Era blanco, de aro, con un bonito encaje. Me lo guarde y esta me dijo que se lo devolviera más tarde, mientras se giraba sonriendo y se iba con sus amigos.
Noemi no paro de venir a la barra con su marido y algunos amigos a tomar chupitos. Yo noté que ella no estaba tomándose todos, por lo que vi claro que estaba buscando emborrachar a su marido y sus amigos. Tras uno de estos, Noemi se quedó en la barra charlando conmigo y en cuanto vimos que su marido y amigos no nos veían, nos fuimos al almacén.
Nada más cerrar la puerta, comenzamos a besarnos y mis manos, directamente, se metieron debajo de su camisa, acariciando sus tetas. Comencé a mordérselas por encima de la camisa, sin sacar mis manos, ni soltar sus pechos, notando sus deliciosos pezones, cada vez más duros. Acabe subiendo su camisa y comiendo esos preciosos y redondos pechos operados que tiene. Volví a acariciarlos y besarme con Noemi.
Me dijo que no teníamos mucho tiempo y que ella también quería comer algo. Se arrodillo y me desabrocho el pantalón. Agarro mi polla y me empezó a hacer una deliciosa y lenta mamada, a fondo, mientras acariciaba mis huevos. Poco a poco fue subiendo la intensidad de la mamada y sus miradas eran más penetrantes. Noemi se subió la camisa y metió mi durísima polla entre sus pechos, haciéndome una cubana, mientras lamia mi glande y lo besaba.
Cuando iba a correrme, volvió a hacerme una mamada y no paro hasta que corrí en su boca. Noemi se lo trago todo y su lengua jugo con mi glande, dejándolo bien limpito. Se levanto y nos besamos, mientras volvía a acariciar sus tetas, por dentro de la camisa. Me pregunto si le devolvía el sujetador, pero la dije que no, que mejor mas tarde y así teníamos que volver a vernos. Nos colocamos bien la ropa y salimos del almacén.

Cuando terminé mi turno de trabajo me uní a Noemi, su marido y sus amigos y me uní a ellos tomando algo. Avanzada la noche, allí quedábamos solo Noemi, su marido, otra pareja y un amigo de ellos más. Este amigo y el marido de Noemi iban bien borrachos y la parejita también habían bebidos, al igual que Noemi, pero estaban más que entretenidos besándose y metiéndose mano, y hacían poco caso a los demás. Noemi no paraba de tocarme el culo, disimuladamente y yo hacía lo mismo. Cuando la parejita se fue, y nos quedamos con los 2 borrachos, ya las cosas no fueron tan disimuladas, aunque tampoco nos excedimos pues había más gente en él. Noemi se colocaba delante de mí y comenzaba a perrear, restregando su culazo, mientras yo la agarraba de la cintura. Una de las veces que fuimos a la barra a por una copa, mis manos subieron hasta sus tetazas, por fuera de la camisa y se las acaricie suave, mientras pedíamos.
Cuando el bar iba a cerrar, el amigo borracho, nos propuso ir a su casa a tomar las ultimas. Noemi y yo nos miramos y nos reímos mientras aceptamos. Al llegar a la casa, Miguel, se fue al sofá directo pues le costaba mantenerse en pie. El amigo fue a la cocina por vasos y hielos, mientras Noemi sacaba las botellas de bebida pues sabía dónde estaban. Yo me senté al lado de Miguel y no podía dejar de observar lo deliciosa que estaba Noemi y más, sabiendo que yo tenía su sujetador. Noemi se sentó a mi lado, y cuando vino su amigo con todo, se colocó al otro lado de ella.
Tomábamos una copa y Noemi le dijo a su amigo que trajera unos vasos de chupito. El poco rato que tardo en traerlos, aproveche para acariciar las piernas a Noemi, aprovechando los cabezazos que Miguel estaba dando. Noemi preparo los chupitos, brindamos y nos los tomamos. Miguel cayo dormido en el sofá y su amigo cada vez hablaba con más dificultades.
Mi mano se posó sobre uno de los muslos de Noemi, mientras serví unos chupitos nuevamente. Su amigo apenas mantenía quieta su mano, con el chupito agarrado. Noemi y yo brindamos y nos tomamos el chupito. Su amigo no fue capaz y Noemi fue la que le llevo la mano a la boca para que se tomara el trago. Vimos que ya estaba ko también y nos dimos un buen beso. Mi mano seguía disfrutando de sus muslazos.
Noemi se quería poner otra copa, pero se había quedado sin coca cola, por lo que se levantó y se dirigió a la cocina. Al ver su culazo y sus muslazos moviéndose, no me pude resistir y me fui a por ella. Cuando llegue a la cocina, estaba cogiendo la coca cola. Le agarre la cintura y la arrime mi paquete a su culazo. Le dije que no podía resistirme más y comenzamos a besarnos, girando esta la cabeza. Mis manos subieron desde la cintura hasta meterse por debajo de la camisa y acariciar, nuevamente, esos deliciosos pechos operados.
La gire y la apoye contra la encimera. Mis manos agarraron su culazo, disfrutando de él, mientras volvíamos a besarnos. La senté en la encimera y seguimos besándonos, con mis manos acariciándola entera, de arriba abajo. Vi que el grifo era extensible y lo cogí. Hice que saliera agua de él y lo cogí, llevándolo a los pechos de Noemi, empapándola la camisa. La camisa se la ajusto inmediatamente, marcando sus redondos pechos y transparentando sus deliciosos pezones, que además estaban bien duritos. Cerré el grifo y volví a dejarlo en su sitio. Agache la cabeza y comí sus pechos tan marcados en la camisa. La fui desabrochando, besando lo que se iba viendo. Cuando la tuvo toda abierta, la abrí un poco, para besar el interior de sus tetazas, mientras las acariciaba por encima de la empapada camisa. Abrí del todo la camisa y devoré y acaricié sus tetazas. Noemi apretó mi cabeza contra ella.
Baje a Noemi de la encimera, poniéndola dándome la espalda, y me arrodille. Comencé a besar las piernas de Noemi, por la línea de puntos, acariciando su culo. Desabroche su pantaloncito y se lo baje, quitándoselo. Su culazo se veía delicioso, cubierto por las medias, con un tanga de hilo, blanco y encaje a conjunto con el que vi en el sujetador. Lo acaricie y bese, antes de pasar a morderlo y azotarlo. La giré y comencé a besarla el coño, tapado, mientras acariciaba sus muslazos. Subí una de sus piernas a mi hombro, apoyando su muslo en él. Rompí sus medias y comencé a morder su tanga, notando su coño. Aparte el tanga y bese su riquísimo coño. Comencé a lamer el clítoris y mi dedo gordo empezó a masturbarla. Al rato, mi lengua se metió en su coño, ya húmedo, y se lo comí, mientras mis manos acariciaban su culazo. Cuando la note a punto, me levante y seguí masturbándola con mi dedo corazón, mientras nos besábamos y mi otra mano acariciaba sus tetazas. Cuando se corrió, me lamí el dedo, saboreando sus jugos. Metí varias veces mi dedo en su coño, para tomar un poco más de sus jugos.
Noemi se arrodillo y me quito el pantalón. Mi polla ya estaba dura y salió disparada según me desabrocho el pantalón. Comenzó a hacerme una mamada y a masturbarme, mirándome fijamente. Metió mi polla entre sus mojadas tetas y me hizo una deliciosa cubana, mientras seguía mirándome y además sonreía pícaramente. Se levanto y la subí a la encimera, otra vez. Se quito las botas que llevaba y comenzó a masturbarme con los pies. Cuando paro, me puse un condón y metí entre sus piernas. Abrí más aun el roto de las medias, aparte su tanga y metí mi polla en su jugoso coño. Comenzamos a follar y nos besábamos apasionadamente, mientras no soltaba sus tetazas. De vez en cuando bajaba mi cabeza para comerla las tetas.
La gire un poco, poniéndola una de sus piernas algo elevada. Seguí follando su delicioso coño, mientras acariciaba sus tetas y muslos. Acabe cambiando de agujero, follándola el culo. La volví a sentar y coloqué sus piernas sobre mis hombros, follándola el coño, otra vez. La bajé de la encimera y la puse de espaldas, con las manos apoyadas en ella. Aparte su tanga y volví a follarla el culo, con fuertes embestidas. Mis manos estaban en su cintura al principio, pero al final subieron a sus tetazas. Las acariciaba y jugaba con sus pezones, mientras destrozaba su rico culo.
Cuando iba a correrme, se arrodillo y volvió a comerme la polla. La metió entre sus tetazas y me hizo una cubana, sin parar, hasta que me corrí. Ella tenía la boca abierta en dirección a mi polla. Mi semen salió a chorros, entrando una parte en su boca y cayendo otra parte en su cara y sus pechos. Volvió a meterse mi polla en la boca, comiéndomela para limpiármela. Cuando termino con lo que había en mi polla, comenzó a recoger con sus dedos el semen de sus pechos y su cara y se lo tomo.

Tras limpiarnos bien, nos besamos y mis manos acariciaban su culazo. De repente, Noemi me dijo que la había puesto cachondísima follar conmigo en casa de su amigo, con el y su marido borrachos y que necesitaba más morbo aun, que no podíamos parar ya. Me cogió de la mano y me llevo al salón. Allí puso música y comenzó a bailar sexy para mí, restregándose bien por mí, metiéndome mano y besándome. Se quito la camisa y la tiro al suelo. Comenzó a acariciarse los pechos y me miraba sonriendo. Me agarro la cabeza y me la bajo, para que se las volviera a comer. Mis manos las apretaba y disfrutaba también de ellas.
Noemi se sentó en la mesita baja del salón y se abrió de piernas. Comenzó a decirle a su marido, que yo le había roto las medias y que la había echo de todo. Me acerqué a su espalda, riéndome, y me puse de rodillas en la mesa. Pasé mis manos por su cuello, acariciando de nuevo sus tetazas y empecé a besarla el cuello. Tras unos suspiros, volvió a hablar con su dormido marido, diciéndole que viera como la trataba y como la ponía a mil. Una de mis manos, rodeo su cintura, para meterse por el roto de las medias y el tanga, comenzando a masturbarla¬. Noemi comenzó a gemir y decir que la trataba de lujo.
Me puse de pie en la mesita y comencé a golpear la cara de Noemi con mi polla. No tardo en ponerse dura y la metí en su boca. Comencé a follársela y ella se empezó a masturbar. Cuanto más veloz la follaba yo la boca, ella mas fuerte se masturbaba. Saqué mi polla, llena de babas y durísima y volví a golpear su preciosa cara. La di un condón y me lo puso.
Me baje de la mesita y coloque a Noemi a gatas en ella. Me pude detrás de ella, separé sus piernas, aparte el tanga y comencé a follarla. Empecé suave, acariciando su culo, pero Noemi quería más y no tardo en pedirme mas caña. Fui subiendo la velocidad de las penetraciones y ella no paraba de gemir y decirle a su marido lo bien que yo la follaba. Le agarre del pelo y tire fuerte de él. Metí mi polla en su culazo y se lo follé igual de duro. Fui cambiando sus agujeros varias veces más, hasta que me aviso que iba a correrse. La senté y me arrodillé en el suelo, entre sus piernas. Esta las puso dobladas, apoyadas en la mesa. Le agarre el tanga y las medias rotas y tire fuerte de ellas, quitándoselo todo. Metí mi cabeza entre sus piernas y la comí el coño, hasta que se corrió en mi boca. Durante ese rato, acaricie sus muslos y sus tetazas.
Me levante y me coloque con una rodilla apoyada en la mesita. Subí su pierna a mi hombro y volví a follarla. Me eche sobre ella y nos besamos, con mis manos agarrando sus tetazas. No pare de follarla hasta que me corrí. Entonces me levante, me quite el condón y Noemi me comió la polla para dejármela bien limpita.

Nos sentamos en el sofá, entre los dos borrachos, Noemi sobre mí, de lado, y nos besamos, mientras acariciaba sus muslos. Me levanté y fui a la cocina, donde estaba mi pantalón. En él tenía el sujetador de Noemi. Lo cogí y volví al salón. Cuando ella me vio con él, se rio. Me volví a sentar y ella lo hizo sobre mí. Nos dimos un fuerte beso, mientras Noemi me dio las gracias por haberla desabrochado el sujetador y haber propiciado todo lo que paso detrás.
Noemi se levanto y se alejo un poco. Me dio la espalda, mientras se ponía el sujetador. Comenzó a bailar sexy, moviendo su culazo. Cuando Noemi se giro y la vi solo con el sujetador puesto, me puse bien cachondo. Comencé a masturbarme mientras ella bailaba. Comenzó a acercarse, bailando, quedándose, de pie, frente a mí. Subió una pierna al sofá y comenzó a pasar su pie por mi polla. Yo estire mi mano y acaricie su muslazo. Mi mano fue subiendo, llegando a su coño, comenzando a masturbarla con mi dedo corazón. Me arrime al borde del sofá y mis manos subieron a sus tetazas, acariciándolas con el sujetador puesto.
Empecé a besarla el coño y mi dedo pulgar jugaba con su clítoris. Metí mi lengua en su coño y la comí el coño, mientras mis manos volvieron a agarrar sus tetas. Noemi se arrodillo y empezó a hacerme una mamada deliciosa como todas las que hace. Agarre su cabeza y la fui apretando, poco a poco, hasta hacer que mantuviera mi polla unos segundos, entera, dentro de su boca.
Noemi cogió el condón que la ofrecí y me lo coloco con su boca. Se sentó sobre mí, de rodillas. Metió mi polla en su coño y comenzamos a follar. Nos besábamos y mis manos volvían a jugar con sus tetazas, sintiendo el tacto del encaje del sujetador. Me agarro la cabeza y la metió entre el canalillo tan rico que la hacia el sujetador. Comencé a comerla los pechos con el sujetador puesto y Noemi se movía a mas velocidad, sin descanso hasta que se corrió.
Se dio la vuelta y se sentó, dándome la espalda, con mi polla en su culazo. Comenzó a cabalgar y agarre sus tetazas, mientras nos besábamos. Saqué sus tetazas del sujetador y volví a acariciarlas y pellizcar sus pezones. Miré a su marido y le dije, riéndome, que menudos cuernos tenía.
Noemi se levanto y me dijo de ir a una de las habitaciones. Me agarro de la polla y salimos del salón. De camino, no pude dejar de azotar su culazo. Nos metimos en una habitación y nos tiramos en la cama. Yo me puse encima de ella y volvimos a follar. Nos besábamos y la comía las tetas, con mis manos acariciando sus muslazos. Me puse de rodillas entre sus piernas, subí una contra mi pecho y seguí follándola. Me fui inclinando sobre ella, aplastando su pierna contra ella también. La abrí bien de piernas, hasta que no podía más, y la follé con fuertes embestidas. La giré, poniéndola de lado en l y la empecé a follar el culo.
Me tumbe y Noemi se sentó sobre mí, cabalgándome, con mi polla en su culo. Volví a agarrar sus tetazas y Noemi me miraba sonriendo y me decía que le encantaba todo lo que hacia conmigo. Se metió mi polla en su coño y siguió cabalgando, hasta que se inclinó, echándose sobre mí. La comí sus tetazas y las agarre bien fuerte. No dejo de cabalgar hasta que me corrí con la polla dentro de su coño.
Noemi se bajó y se giró, colocando su coño en mi boca. Comencé a comérselo y ella me comió la polla, para limpiármela, tras quitarme el condón. No paramos el 69, hasta que se corrió en mi boca.

Noemi y yo nos tumbamos en la cama, besándonos y acariciándonos, mientras nos besábamos y charlábamos sobre cómo nos poníamos mutuamente. Yo me vestí para irme a mi casa, pues Noemi se iba a quedar allí a dormir, pues no estaba su marido como para moverlo. Noemi vino a la puerta a despedirme y allí la comí las tetazas por última vez.

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