Mi esposa y Roshan (1)

Después de esa primera cogida con Amir, empezó a salir con él una vez por semana, se la llevaba al hotel y se pasaban toda la tarde cogiendo, y yo se la volvía a meter al regresar. A veces ella me contaba cómo el hindú se la había cogido y me hacía venir a chorros, pero después me decía que no era cierto, que solo una fantasía. Todo se vino abajo cuando, allá en el hotel, mientras Amir se daba un baño, mi esposa agarró el celular y encontró los videos que yo le había compartido; se armó un gran desmadre y ella lo forzó a decirle cómo había conseguido esos videos de ella siendo revolcada por sus amigos; el hindú terminó confesando nuestro acuerdo pues ya no le quedaba otra salida y Maggie estaba tan histérica que casi los sacan del hotel. Ese día yo ya estaba durmiendo, cuando me despertó el movimiento en la cama, la luz del cuarto estaba apagada, pero la de la sala prendida. Maggie se sentó a los pies de la cama y me miraba de manera avergonzada con sus bellos ojos llenos de lágrimas. Después me dijo que creyó que ese era nuestro último día como matrimonio y que el divorcio era lo más seguro. “¿Qué te pasa, mi amor?” le pregunté un poco alterado, imaginando lo peor, un robo, un problema grande, etc. Pero ella no contestaba nada, solo sollozaba, en momentos quería hablar pero no atinaba que decir. Le pregunté una y otra vez sin obtener respuesta y como al los quince minutos me llega un mensaje de texto de Amir, pidiendo disculpas y explicando lo sucedido, al final preguntaba si podía llamarme para hablar; eso me sacó completamente de dudas, ahora yo  ya sabía el motivo, así que fui y abracé fuertemente a mi esposa, besando su cabello con delicioso aroma a sudor sexual. Como pude le expliqué, con todo el amor que pude, que yo sabía todo lo que ella hacía, y que mi amor por ella seguí igual de apasionado (tal vez aún mas) que nunca. Ella dejó de llorar, aunque yo le había dicho mil veces que si se acostaba con otros no me enojaría, ella nunca se lo creyó, y no entendía como yo podría perdonarle que anduviera dando las nalgas a otros cabrones y de manera tan vulgar. Pasó bastante tiempo para que pudiera convencerla que la amaba y que no la dejaría aunque se volviera todavía más puta (si es que eso es posible). Me hizo mil preguntas tratando de entender y le contesté todas. Al final, ya más tranquila, me preguntó acerca de los rancheros; me sinceré con ella, le conté cómo conocí a Rodo, cuando la llevé a montar para que se la cogiera, cuando la llevé a la carne asada y los espié desde el closet; luego cuando Xavier se la cogió en su trabajo; y cómo le conseguí también acostarse con Amir. “¿Entonces tienes esos videos?” preguntó incrédula. Le dije que si, y que me encantaba mirarla siendo poseída por ellos y me masturbaba salvajemente. Ella me confesó que a veces revisaba mi laptop, por celos de mujer, para asegurarse que yo no tenía ninguna amante, pero que nunca los encontró; así que acerqué la computadora ahí mismo en la cama y abrí un folder que estaba escondido y se lo mostré, los videos tenían fecha y nombre “Rodo se coge a Maggie”, “Los tres le dan verga a mi esposa”, “El chino se la coge en el jacuzzi”, “Gonzo se coge a Maggie solo”, etc. Ella aun estaba muy avergonzada así que pensé que la única manera de superar eso, era viendo los videos juntos; por eso cuando ella misma me preguntó “¿…y cuál es tu favorito?”, le di doble click al de los tres juntos dándole por todos sus agujeritos, y me senté a su lado a verlo. Ella se acomodó bocabajo y mientras veíamos como ellos disfrutaban de su cuerpo, mi mano acariciaba sus nalgas por debajo de la falda. Así acabó ese día, tuvimos sexo salvaje mirando los videos, oyendo sus gemidos grabados.
Desde ese día, nuestro matrimonio cambió, teníamos sexo casi diario, a veces mirando los videos, a veces solo hablando de ellos, ella dejó de salir tan seguido con el hindú y con los rancheros, ahora se quedaba a coger conmigo, y se volvió más sexual que antes; le gustaba que saliéramos juntos y le coqueteaba a otros cabrones, ahora se vestía mas provocativa y me hacía preguntas picantes en la calle: “¿crees que ese wey que está allá le gustaría cogerme?”, y yo le daba alas, “seguro que si, amor, estas preciosa” le contestaba yo, “¡pregúntale!” entonces ella se acercaba al macho en cuestión y le hacía platicas inocentes, pero muy coqueta, y así varios le dieron su número de cell. A mí me prendía el solo hecho de verla platicando sonriente, con sus hermosos ojos clavados en los ojos del cabrón, sin saber de lo que platicaban; curiosamente nunca se contactó con ninguno de ellos.
Con Amir las cosas siguieron normalmente, hasta que un día, me citó para hablar en su estación de gas. Me dijo que tenía un amigo, Roshan (unos de los que estaban con Amir el día que vieron a Maggie en aquel bar), y le insistía en presentarlo con Maggie pues ese día se enamoró de ella. Según Amir, Roshan es un hombre de mediana edad, de lentes, medio gordito y tímido, estaba casado pero sus hijos ya estaban lejos en la universidad; su esposa era una mujer de temperamento horrible, los comprometieron sus padres desde pequeños y ahora, la mujer lo trataba mal, menospreciándolo por todo. Yo le dije a Amir que le preguntara a Maggie, todo dependía de que ella quisiera o no; solo le pedí de favor que no le dijera a su amigo, que yo estaba enterado de las andanzas de mi mujer. Amir le preguntó a Maggie después, y le dijo además, que Roshan era dueño de un par de estaciones de gas, tenía dinero, y estaba dispuesto a darle a mi esposa ochocientos dólares solo por salir con ella a cenar. Ahora, Maggie me pedía consejo a mí, su esposo; estuvimos platicando como media hora, pero en resumen yo le dije:” mira, tu eres una mujer hermosa, de cuerpo delicioso y eres libre de salir con quien tú quieras; disfruta de la vida, de tu libertad y tu sexualidad, y si haciendo eso te ganas un buen dinero, ¡pues mejor!”. “El único problema es que Amir me dijo que Roshan no es tan joven ni atractivo” le dije “tal vez no te guste” pero ella me explicó que las mujeres no se sienten tan atraídas por el físico o lo guapo del macho, sino la química que se dé entre ellos. Ella me dijo que Amir la llevaría a cenar para presentarle a Roshan, y de ahí, a ver qué pasa. El día de la cena, mi esposa se vistió hermosa, se hizo su pelo y su poco maquillaje, llevaba medias oscuras, una minifalda pegadita tipo empresaria, pero arriba, una blusa de tela delgada roja, que era más bien solo un pinche trapo en forma de top que marcaba bien sus pezones, me di gusto manoseando sus tetas sobre la tela mientras ella se arreglaba y sus pezoncitos se le pararon más; también un saco ejecutivo de la misma tela que la falda para cubrir la blusita. En el camino, Amir se portó un tanto frío, no la manoseó, ni la puso a mamarle la verga como era costumbre, sabía su papel de amigo que lleva a mi esposa a coger con su amigo; y le pedía a ella que fuera gentil con Roshan, contándole lo infeliz que era con su esposa, que en el sexo solo era de misionero y con la luz apagada o sea que sexo oral o anal eran imposibles, así que el hombre era un mundo de fantasías que solo veía en películas porno.  Habían quedado de verse en el bar del casino, donde Roshan ya los esperaba con bebidas, Maggie sabía que habiendo alcohol iba a dar su brazo a torcer (o las nalgas a coger). Por un buen rato cenaron, y platicaron de cosas del trabajo, etc. mi esposa no se medía en la bebida y Roshan, muy amable le decía que pidiera lo que ella quisiera, así que después de varios vasos de no sé qué, ella ya se sentía mareada, alegre y acalorada, se quitó el saco y sus hermosas chiches eran la atracción de los hombres ahí. Cuando ella se excusó para ir al baño, un desconocido la abordó amablemente y le dio su tarjeta para que le llamara. Como nadie abría la plática sobre el motivo de la cena, Maggie aprovechó un silencio que hubo y se acercó poniendo su mano en la pierna de Roshan, y mirándolo a los ojos dijo:”Entonces, ¿quieres salir conmigo?”, los dos hindúes se miraron con sorpresa sin saber qué decir, “Le gustas a Roshan desde aquel día que te vio en el bar” dijo Amir tratando de ayudar, “¿es cierto?” le preguntó mi esposa al pobre hombre, “es verdad” le dijo él con timidez, “desde entonces pienso mucho en ti”,  “¡Awwww!” dijo ella con ternura, “eres un amor” y lo abrazó fuertemente pegando su mejilla a la de él; esto, y la bebida, ayudó a que Roshan se abriera un poco más, estaba dispuesto a pagarle a mi esposa por solo salir con él a cenar, pero ella, ya desinhibida por el alcohol, se aventuró mas: “Mira,” le dijo al hindú, “acepto la cena, pero me parece injusto que pagues esa cantidad y no haya sexo” , ellos se quedaron pasmados, “así que, después de la cena me llevas a un hotel y te ayudo con tus fantasías… ¿qué tal?”, Roshan aceptó feliz de la vida pero aún sorprendido. Así marcaron una fecha, y cerraron el negocio, bebieron un poco más y pagando la cuenta salieron al estacionamiento, mientras los dos amigos se despedían en su idioma, mi esposa me mandó un texto, mientras dejaba su saco en el carro de Amir.
Mi esposa y Roshan (1)


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Maggie “ya acabó la cena, bb, ya vamos de regreso”

Yo “que bien, y que paso? Se las vas a dar a Roshan?.  Emoji de risa.
Maggie “Yo creo ke si, es buena onda”
Yo “se te hizo guapo?”
Maggie “wapo no, pero es nice”
Yo “y del billete que dijeron?”
Maggie “Ay te pasas, tu solo piensas en el dinero” Emoji de risa.
Yo “?”
Maggie “me va a dar 800”
Yo “y te lo vas a coger?”

Ya no me contestó porque ellos la interrumpieron. Maggie se dio cuenta que Roshan no despegaba la mirada de sus pechos, así que después de un abrazo de despedida le dijo sonriendo pícara: “No te vayas sin tocarlos un poco”, él no atinaba que hacer, entonces ella le tomó las manos y los puso sobre la tela de su blusa, sobre sus tetas duras, él solo las acariciaba tímidamente y ella jaló la tela hacia abajo para dejarlas salir y que el hindú pudiera sentirlas en todo su esplendor, se las estuvo manoseando un poco, pero Amir, preocupado que alguien pudiera venir, les dijo riendo que ya era suficiente. Roshan montó en su carro con una tremenda erección y cuando su carro se perdió de vista, mi esposa se tiró a Amir en un beso apasionado, y le dijo al oído “llévame a un hotel” le dijo, “estoy muy caliente”. No le dijo dos veces y como el casino tiene un hotel muy alto, volvieron adentro. Mientras el hindú agarraba el cuarto, Maggie me texteó otra vez:
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Maggie “amor, mejor duérmete, Amir me va a llevar al hotel”
Yo “y eso?” Emoji de pregunta.
Maggie “dejé que Roshan me agarrara las tetas antes de irse y me puse caliente” Emoji de caliente.
Yo “ha ha ha, en serio?”
Maggie “si, Amir esta rentando el cuarto”
Yo “ok, amor, que te coja por todos lados
Maggie “ufff, eso espero, estoy que no aguanto”
Yo “ok, besos” Emoji de besos.
Yo me quedé dormido; ella llegó a eso de las 3 de la madrugada, oliendo a alcohol y sexo, me contó, que una vez en el elevador del hotel (subieron hasta el piso 19) se besaron ardientemente, y el hindú no dejaba de manosearle las tetas y ella le apretaba la erección sobre el pantalón. Él se separó un poco de ella “¿Oye, sabes que estos ascensores tienen cámaras de video, verdad?”, ella volteó y miró la camarita que estaba arriba, en una esquina del ascensor, entonces, se le pegó de espaldas a Amir, apoyando su trasero en la verga de él, y se bajó el top rojo a la cintura dejando salir sus chiches, luego agarró las manos de él y se las puso sobre ellas, amasándolas. Así se fue con los pechos al aire hasta el cuarto que habían rentado sin que nadie se cruzara con ellos. Me dijo que le gustó mucho, porque se la cogió con la luz encendida y las cortinas abiertas, a lo lejos solo se veían las luces lejanas de la ciudad; obvio, nadie podía verlos pues estaban muy alto, (tal vez alguien con binoculares) pero aún así, fue muy caliente.

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