Un padrecito en apuros, capitulo III

Hola, poringuer@s! Les ofrezco la tercer parte de esta saga. Puedo afirmar orgulloso que todo ello es tan sólo un destello de una pluma ligera. Espero que lo disfruten mucho!!
Comencemos, pues.
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Capitulo III
Despuntaba ya el alba en la querida localidad de San Martín.
El padre Julián estaba sentado en su viejo sillón, pensativo.
¿Qué había sido aquello? ¿Hoy la volvería a ver a esa mujer? ¿Qué mierda le diría?
Desayunó algo sencillo. Se ducho raudamente. Se vistió con lo primero que halló en su placard. Y se dirigió con su auto despintado hacía la capilla.
Hoy, cómo era de costumbre, había que limpiar el recinto para luego seguir atendiendo a los feligreses.
Él temía volver a cruzarse con Micaela. Su pecho palpitaba. Miraba una y otra vez hacia la puerta de entrada.
No obstante, nadie apareció durante su jornada.
Había sido un día aburrido. Un día de mierda. Esperaba ver a esa linda putita otra vez, pero no... El padrecito suspiraba de ansiedad y angustia.
En su regreso, se largó a llover.
Estaba por merendar algo cuando de repente tocaron a la puerta.
Era Mica.
El padrecito al verla allí, mojada por la lluvia y con los ojos algo saltones, sintió cómo se paralizaban los músculos de su cuerpo.
- Vos...
- Sí, yo otra vez... Padrecito...
Mica se abalanzó sobre su presa como una Leona hambrienta y en celo.
Y el padrecito, ni lerdo ni perezoso, la llevó a su habitación, tomándola de la mano.
¿Detalles de la salvaje cogida? Mm, okey, sus deseos son órdenes.
Se desvistieron rápidamente, y Mica lo tumbó al padrecito en su propia cama, y allí mismo lo cabalgó con fuerzas.
- Puta.
- ¡Cállate, pelotudo! ¡Sigamos cogiendo!
El padrecito sin pensarlo dos veces cambió de posición, y esta vez él la cogía de perrito.
Era mucha la pasión contenida.
Julián la embestía con fuerzas, duro y parejo. Estaban ambos llenos de sudor.
Hasta que en un desgarrador gemido él acabó con fuerzas sobre las nalgas del culo de Mica.
- Así me gusta, padrecito - le dijo la putita, chupándole la pija ya lechosa.
Ella lo besaba con pasión a lo largo del torso desnudo. Subiendo y llegando hasta su cuello, y allí mismo lo marcó con un chupón escarlata.
El padrecito deliraba de pasión.
Repentinamente, Mica se apartó de su cuerpo. Se vistió y se fue.
Julián no entendía que le había pasado.
Su cuerpo de hombre lujurioso palpitaba, sudoroso y sediento de más sexo.
La noche caía, y el pobre hombre estaba desnudo, sin la respuesta a una puta ecuación de lujuria y frenesí.
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Bueno, gente, hemos llegado ya al fin de este episodio. En breve estaré posteando la cuarta y última parte de esta saga. Que lo disfruten mucho!! Saludos 🤗

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