Entre conejos y zanahorias

Entre conejos y zanahorias
**********************************************************************************
Estando en la cama de uno de los cuartos de la agencia de la heroina Mirko, no podía ni cerrar los ojos, por el simple hecho de seguir pensando en ella.

Daba vueltas por la cama, tratando de pensar en otra cosa que no sean las sexis piernas de la heroina y el formado trasero que meneaba, junto a su esponjosa cola, cada vez que caminaba.

Una última vuelta bastó para darse cuenta que ya no podía controlarlo más: una fuerte y gran erección se había formado en el pobre chico.

Se sintió culpable, ya que todos sus compañeros estaban dando el mejor de sus esfuerzos por ser mejores héroes y él se ponía calenturriento por los atributos físicos de su instructora.

Esto no venía de ahora, desde que la vio por primera vez en persona, no evitó caer en la tensión sexual, que él solo sentía, que lo sigue perturbando hasta ahora.

Si el hablar a Todoroki sobre este tema, él le diría que es lo más normal a esta edad; sin embargo, la verguenza de decir que no había noche que no pensara en ella y que varias veces fue objeto para saciar su placer, Izuku estaba seguro que su amigo bicolor le recomendaría un psicólogo. Lo cual no es cierto, pero Izuku sigue con este pensamiento.

Su miembro seguía inmóvil, no daba alguna señal de que iba a calmarse.

Su miembro seguia inmóvil, no daba alguna señal de que iba a calmarse. Necesitaba ser atendido con urgencia.

El peliverde no soportó más y empezó a bajar su short lentamente, como si aún estuviera pensando si hacerlo de nuevo.

Al hacer tacto con su pene, una pequeña corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo, ahí fue cuando empezó a subir y a bajar.

Minutos pasaron, todavía no llegaba al extasis, ya que ese estímulo de no era suficiente. Recobró la cordura, poniéndose el short correctamente y agarrando su toalla de edición limitada de All Might.

-Una ducha fría me ayudará con esto.
Abrió la puerta, mirando a los lados del pasadillo, con el fin de fijarse si había alguien.

Al ver que era el único despierto, salió con dirección al baño de la agencia.

Tenía los ojos cerrados, lamentando lo patético que es por no calmar la calentura y recurrir hasta el punto de mojarse con agua fría en invierno.

Siguiendo perdido en sus pensamientos, caminando sin ver el camino, no esperó chocarse contra un muro alcochonado y firme, a lo cual, como consecuencia, cayó de trasero al piso.

Levantó la mirada y no podía creer quien estaba al frente suyo, con su traje de héroe y comiendo una zanahoria.

-¿Qué haces fuera de tu habitación, conejito malo? -Su sensual voz resonó en los oídos de Deku.

-Mi-Mirko-Sensei. - La mala suerte del adolescente no quería irse. - ¡Buenas noches! Y-yo so-solo iba al baño.

-¿Al baño? -A Rumi le parecía extraño, ¿quién en su sano juicio se bañaria a altas horas de la noche en agua fría siendo invierno?

-Sí, ah, y-yo necesito, ah... -Su balbuceo demostraba nerviosismo, cosa que era normal en él.

Pero, algo en Izuku no cuadraba según Rumi. Primero su atención se posicionó en la cara del peliverde, esta estaba en un gran sonrojo.

Bajó hacia el pecho, no evitó morderse el labio al ver lo marcado y musculoso que estaba, deshechó la idea rápidamente, ya que si seguía viendo iba a quedar embobada.

Por último, bajando hasta la parte baja de Deku, no encontró nada raro, solo una gran erección que sobresalía a simple vista. Así que decidió volver a hablar, hasta que...

-¿Qué carajo?

Sus ojos se abrieron, como si quisieran salir, volviendo a ver ese gigantesco detalle que, no sabe el porqué, pasó por alto durante varios segundos.

-Mi-irko-Sensei. -Izuku no entendía que pasaba, hasta que dirigió su atención a donde su maestra miraba.

Si antes era un sonrojo, ahora parecía que era un volcán en erupción.

Con la toalla, tapó toda su pelvis, se paró y con un «lo siento mucho», corrió hacia su destino.

Rumi seguía en estado de shock, tratando de averiguar el tamaño del miembro de su aprendiz.

Sacudió la cabeza, tenía que irse de allí y no estar parada como una adolescente con las hormonas enloquecidas.

Sin embargo, no se podía quitar de la cabeza que Midoriya Izuku, el chico más tímido y aplicado que haya conocido, guardara tal... Tal cosa todo el tiempo.

De pronto, un cosquilleo invadió su parte baja y los senos. La intención de tocarse aumentó las ganas de que sus manos invadieron a estos.

Tragó un gemido, a la vez que introducía dos dedos en su intimidad. Ya era tarde para calmarse, su libido no daba tregua.

Desde que lo conoció, le parecía curioso que un chico tan inseguro sea el mejor de su clase.

Tal curiosidad se transformó en interés o atracción cuando lo vio sonreír por primera vez al salvar a una niña en apuros, después de aquello, se convirtió en la razón de sus gemidos y orgasmos al ver las cicatrices que rodeaban sus largos brazos y ancha espalda escondidas en la holgada vestimenta que usaba.

Desde entonces, las noches se paraba tocando pensando en él, en lo fuerte que era y en el fornido cuerpo que ocultaba, hoy no iba a ser la excepción.

Llevó sus dedos empapados a su boca para lamerlos, deseando que fuera el miembro viril de Izuku.

En ese momento, a su cabeza le llegó una gran idea.

-Si él quiere usar esa arma, es mi deber como maestra enseñar a como usarla. - Sonrió, relamiemdo sus labios, mientras que botó al tacho la última zanahoria que tenía.

Ella encontró un mejor manjar.

entrenamiento
El sonido del agua estrellando el suelo, rebotaba en todo el baño.

Izuku no podía más con la sensación vergonzosa que incrementó al ser notado por la persona que menos quería ver.

-¡Ya deja de joderme! -Gritó hacia los impuros pensamientos que tenía.

No dejaba de quejarse, maldiciendo ser hombre por primera vez en su vida. Tan concentrado estaba que no escucho quien entraba a la ducha.

-Así que necesitas ayuda con eso.

Izuku saltó del susto, dio media vuelta y no podía creer lo que sus ojos veían.

-¡M-m-mi-Mirko-Sensei!

-Ah, hola, Izuku. -Demasiado tarde para el saludo.

La boca del pobre hombre se abrió tanto que parecía, de algún momento a otro, su mentón tocaría el suelo.

-¿Qué ha-a-ce a-cá? -Mirko se acercó a dónde estaba el chico, dando pasos muy seductores.

El miembro de Izuku se agrandó más al verla desnuda en la misma ducha en la que él está. Sus grandes pechos firmes, sus pezones rosados, la esbelta cintura junto a las fuertes y marcadas piernas que volverían loco a cualquiera.

Pareciera que estaba en unos de sus sueños recientes, donde hacía mil y un cosas para nada heroicas a la mujer que tiene en frente.

-Vine aquí a bañarme, ya que también sentí el mismo calor que tú.

-¿A qué se re-refiere? -Deku se preguntaba si en serio estaba pasando esta situación realmente.

-Oh, vamos, estamos en confianza, llámame Rumi a secas. -Pegó su pecho al de él y comenzó a lamer el cuello d este -. Yo te llamaré Izuku, ¿quedó claro? Dio una sonrisa, mostrando sus filosos colmillos.

-A-ah, está bien, yo ya terminaba, así que me iré... Se apartó rápidamente de Mirko, tratando de aparentar normalidad.

Aunque, no se esperó que la mano de ella pasara a jalar su miembro.

-¿Qué-é hace? -Soltó un gemido por la presión que sentía.

-Oh, nada, solo vi que necesitabas ayuda para calmar eso y decidí apoyarte usando mis conocimientos.

-No tiene po-orque hacerlo.

-Tranquilo. Se había arrodillado con las piernas abiertas, sosteniéndose con la punta de los dedos del pie-. Tengo experiencia en estos casos.

-Espere, no... Fue callado por la boca de Mirko, que la mía y chupaba su pene.

Si el cielo era el límite, Izuku estaba en el espacio.

-Tiene un buen sabor y tamaño. Continuó chupando. Casshi no engftra e mig goca.

Glup, Glup.

Los sonidos pervertidos que Rumi hacia con su boca en conjunto con el pene de Izuku, generaban que él se estimulara más y empezara a jalar la cabeza de ella contra sus bolas.

Este acto hizo que Rumi se ahogara por segundos, meneando la cabeza de izquierda a derecha, tragandose todo.

-¿No esh sufichiengte? -Rio, pasando a otro nivel.

Con sus manos, levantó sus senos y los usó para rodear la verga de su alumno.

-Ah, se-e siente bien. -Mordía sus labios con los ojos cerrados.

-Esto es una rusa, Izuku. No te preocupes, seguiré usando mi boca.

El estímulo era otro nivel, ahora tenía a la candente mujer morena a sus pies, usando sus tetas y boca para calmar a su amiguito que parecía que pronto estallaría.

-¿Eshto tegh gugsta?

-No te entendí, pero sigue haciéndolo.

Justo cuando iba a eyacular en la boca de Rumi, esta detuvo la mamada. Se paró, dejando confundido y con ganas de más a Izuku.

-Ja. Todavía no es momento para que esto termine. -Caminó, colocándose entre el chico y la pared. Inclinó su espalda hacia delante, apoyándose en el muro, mostrando su culo y vagina en su máximo esplendor. Con una de sus manos, abrió más el agujero que quería que lo llenaran, provocando a Izuku.

-Es-esto, ¿estás segura, Mirko-Sensei?

-Te dije que me llamaras Rumi, niño tonto. -Giró los ojos. Estoy en una pose vergonzosa delante de ti, abriendo mi vagina y diciendo que quiero que me cojas... ¿Está claro o te explico con zanahorias?

Teniendo poco conocimiento sobre este tema, él entendió lo que tenía que hacer a continuación.

-No tenemos pro-protección.

-No importa. Hoy día es seguro. -Volteó, dándole un guiño, como señal de que entre en ella.

Izuku empezó a meterla. Cuando avanzaba, no podía evitar comparar la diferencia entre su mano y la vagina de Rumi.

-¿Cómo se siente? - Rumi preguntó con los ojos cerrados, acostumbrado a sentirlo dentro. Supongo que es tu primera vez, así que de seguro te sentirás en otro mundo.

Agarró la cintura de ella, empezando a entrar y salir de forma lenta, pero que aseguraba el placer en ambos. Iba bien, pero un primerizo como Izuku no sabía como evitar llegar al límite.

-No podré soportarlo más.

-¿En serio, ah? -Escapó un gemido inaudible. Bu-bueno, ah, creo que fui muy ruda para tu primera vez. -Le costaba admitir que ese trozo de carne era lo mejor que probó, que solo le faltaba más experiencia.

-¡Me voy a correr! -Advirtió.

-¡Espera, no dentro! -Se salió a tiempo, dándose la vuelta y estando al frente de él.

-¿Qué haces?

mirko

-Quiero saber a qué sabe.

-Qué cos... -Otro gemido a causa de que su pene ingresó a la boca de Rumi de nuevo -. ¡Rumi!

Diciendo su nombre, el peliverde botó mucho de su líquido sexual, el cual era succionado por la chica coneja.

Cuando terminó el oral, Mirko, con la boca llena de semen, empezó a saborear hasta el punto de tragarlo lentamente, queriendo tenerlo el mayor tiempo posible.

Y cuando se pasó la enorme carga, abrió los labios, dejando ver solo restos del líquido blanco. Se acercó a la cara de Midoriya y le dio un beso para no romper el ambiente lujurioso.

-Tus bolas parecen que quieren explotar. -Empezó a besarlas y a darles masajes, que solo provocaron que Izuku se exitara -. Oh, tienes más resistencia de la que aparentas. -Dijo al ver cómo el pene volvía a ponerse duro y grande.

-Est-to es natural.

-¿Quieres volver a hacerlo? -Dio un beso en la glande, que parecía pedir más de ella.

-Bueno, yo...

-Está bien, continuemos. -Otra vez se colocó en la misma posición con la que Izuku perdió la virginidad.

-Espere...

-Por Favor, Izuku, es demasiado tarde para arrepentirse.

-Pero... -No vio cuando la propia Rumi metió su miembro en su vagina.

El futuro héroe solo se dejó llevar.

-¡Muy bien, Izuku, sigue así! -Ella empujaba su trasero hacia el pene del peliverde, queriendo que llegue a lo más profundo de ella.

También juntó sus muslos, así hacer que su interior se sintiera más apretado y provocara más a Izuku, quien creía estar en el cielo.

-¡Vamos, héroe Deku, demuestra lo que vales! -Ella empujó por última vez, ya que, sintió como su alumno llegó a donde nadie más había llegado, derramando por segunda vez su líquido pegajoso dentro de ella.

-¡Ah! -Un gruñido, que parecía más un gemido, escapó del hombre, quien deseaba que este momento durara para siempre.

Estaba exitado, más que cuando Mirko ingresó a la ducha. Podía hacerlo y usar el cuerpo de ella como quiera, ya que Rumi no tenía queja alguna hasta el momento.

Este pensamiento hizo que el miembro de Izuku no se volviera flácido, al contrario, generó que se mantuviera duro y con ganas de más. De convertir a esa coneja en su propiedad.

De la nada, en el caso de Rumi, Izuku empezó a aumentar el ritmo, cosa que Rumi no se lo esperaba. Normalmente, ahí acabaría todo, pero no esta vez.

Tenía otros planes que volverían loca a la de cabellera blanca.

-¿Es eso todo lo que tienes? -A pesar de estar a un paso de perder la cordura y que su vagina estuviera derramando el semen de Izuku, su orgullo como heroina top le obligaba a abrir la boca.

-N-no quiero lastimarla.

-¡Te estás conteniendo! -Gritó en queja, tapando el aullido por el primer orgasmo que Midoriya le proporcionó.

-¿Te aca-bas d-de correr? -Sentía como las paredes vaginales de Rumi apretaban más de lo normal.

-¡No-o! -Mordía su labio. ¡Un ni-niño débil e inseguro como tú jamás me hará ceder!

Izuku detuvo los movimientos, el comentario hirió los sentimientos del joven, se sentía frustrado que Rumi lo vea así, a pesar de todo el esfuerzo que puso en los entrenamientos.

Por otro lado, Rumi maldijo en su interior, sabía como era el peliverde de desconfiado. De seguro mató la pasión del chico con la anterior frase.

Se sentía mal, a parte de que ya no habría más acción, por hacer sentir a su nuevo... ¿Interés amoroso sexual?

Ni ella tenía idea.

-Usted lo pidió. -Tal susurro en el oído de Rumi, provocó en ella un pensamiento sobre que ya no sería la misma saliendo de la ducha.

-Espera, ¿qu-qué haces? -Demostró nerviosismo por primera vez.

-No contenerme.

Con hábiles movimientos, Izuku volteó a Rumi para estar frente a frente. Este sonrió, de inmediato atacó a la heroina con un beso lleno de lujuria, más que el del principio.

Rumi, sintiéndose indefensa, respondió la acción, metiendo la lengua en la boca de Midoriya. Así empezó la guerra entre estas, donde el chico, que antes de hoy no tenía experiencia alguna, estaba ganando sin saber como. Solo veía como Rumi cedía cada vez más que enredaban las lenguas.

Con una de sus manos, tomó una nalga de la coneja, la masajeó y con la otra mano, invadió el clitoris de ella, dando pequeños masajes y apretandolo de vez en cuando. Si no fuera porque su boca estaba aprisionado, Rumi hubiera gritado de placer al soltar sus fluidos vaginales sobre él.

-Dos a dos. -Izuku contó la cantidad de orgasmos de cada uno.

Él empató la ventaja en menos de cinco minutos y era un chico sin experiencia alguna. Otro golpe al orgullo de Rumi

-Tres. -Dijo Izuku, sintiendo como ella se contraía y mojaba más su mano.

-N-no te-e creas. Temblaban sus piernas, si seguían así, tal vez ni las sentiría -. ¿Qué mierda haces?

Hasta las largas orejas que tenía temblaron cuando Izuku acarició los firmes muslos, que Mirko estaba orgullosa por tener, para después levantarla y cargarla con las manos en el mismo lugar de antes.

-¿Có-cómo sabes esta pose?

-Solo sigo mis instintos. -Mirko nunca se había interesado tanto en hacer poses extrañas, ya que la mayoría de sus anteriores veces nunca había llegado tan lejos.

Sin embargo, habian veces donde la curiosidad mataba y ella, muchas ocasiones, intentó sin éxito lo que su actual amante lo hacía ver como lo más normal del mundo.

Izuku sin saberlo, iba a cumplir uno de los sueños de la heroina: la Ascensión de la Lujuria. Tragó saliva, aún insegura de que tan fuerte entraría en ella, estando sensible por los orgasmos recientes.

-¡Bájame en este momento! -Su orden fue olvidada a causa de otro beso.

-Lo siento, no puedo parar.

Y activando el One For All de manera inconsciente, empezó a entrar y salir de la vagina de Rumi con la necesidad de demostrar que ella es la presa y él, el carnívoro

Dio algunos pasos hacia delante, con el fin de que la espalda de Rumi se apoyara en la pared, así, aumentar el equilibrio en sus movimientos y la fuerza con la que daba placer.

-¡Para! -Izuku bajó su cabeza hacia los pechos de Rumi, no hace falta decir que empezó a lamer y chupar los pezones de ella, aumentado el estímulo.

-¿Es-to te gusta? -Preguntó, pasando a morder y dejar marca en estos.

-¡No-o tan fuerte! Se quejó, lástima que Izuku no hacía caso.

boku no hero academia
-Tus orejas, ¿puedo tocarlas? -Volvió a preguntar, esta vez por lo más llamativo en ella.

-¡¿Qué? Claro que n-! -Ahora, Izuku la cargaba con solo una mano, ya que con la otra agarró la larga oreja derecha y la llevó hacia su boca. ¡No, no lo-! -Justo cuando él la mordió con pequeñas lamidas, Rumi convulsionó, dando paso a un nuevo orgasmo. Mordió el cuello del chico, callando su grito exitado

-Esta es tu debilidad. -Siguió atacando ese lugar.

El hombre sabía que ya lo tenía dominado, ya que Rumi estaba apretando más que antes, al punto de sentir que cada vez era más difícil sacar su pene y meterla de nuevo en ella.

A pesar de ello, eso lo motivó más, generando que rompa los límites vaginales de Mirko.

-Me e-estás matandwa. Ni ella se entendía.

Por otro lado, la coneja iba a correrse de nuevo. Faltaba poco para llegar de nuevo al éxtasis. Empezó a jadear con la lengua afuera, mientras que reprimía su exitada voz, arañando la espalda del peliverde.

-¡Dios~! -Otro chorro de sus fluidos fueron expulsados de su intimidad.

Al diablo con su orgullo, ella estaba disfrutando demasiado los sonidos pervertidos que sonaban cuando Izuku entraba en ella y la sensación de ser llenada por completo.

-¡Siguew affsí, Izuku! -Volvió a besarlo -. ¡D-damew más! -Izuku solo aumentó la potencia. ¡Ah~!

Otro orgasmo, otro y otro más.

Con cada embestida, un nuevo orgasmo para Rumi, la cual estaba a punto de romperse por completo.

-¡Destrózame! -Dejaba marcas de chupones en su cuello, señal de que él era solo suyo.

-Rumi, m-me vo-voy a correr. -Fiel a su estilo, ella mordía el hombro de su amante.

-¡Sí, hafzlo dewntro!

-Pero... -Las fuertes piernas de la coneja aprisionaron la espalda del chico, dejándole sin opciones.

-¡A-aquí yo mando! -Gruñía, incrustando las uñas en la espalda de este.

-¡Este es mi límite!

Con la última embestida que dio, todo el semen guardado inundó el interior de Rumi, dejando a esta con los ojos en blanco y jadeando en busca de aire, siguiendo aferrándose a la espalda del peliverde como podía.

-¡Shí~!

También se corrió, al mismo tiempo que su aprendiz, al que retó sin pensar las consecuencias.

-E-eres un... - Todavía jadeando, recuperándose de la gran y, quizás si esto no se repite más adelante, mejor cojida que tuvo; vio como Izuku, haciendo un gran esfuerzo por no separarse del cuerpo de ella y en la posición en la que estaban, agarró su toalla para cubrir la espalda de ella ante el inminente frío. Pequeño bribón.

Con las manos alrededor de la nuca de Izuku, le dio un último beso. Uno sin lujuria, que significaba haberse entregado y rendido totalmente contra él.
my hero academia
La mañana del domingo llegó y con ello, un día no laboral donde el peliverde se levantaba de una cama que no conocía. Frotó sus ojos, aclarando la vista, para al final no reconocer el cuarto en donde estaba.

Se sentó al borde. Empezó a quejarse del dolor en su espalda, torso, hombros y cuello. Sentía como si un gato hubiera rasguñado y mordido esos lugares, dejando varias marcas.

-Oh~.-Recordó que no fue un gato sino un conejo. No cualquier conejo, más bien, la heroina Mirko.

Volteó a verla, tragando saliva, mientras la veía desnuda y las grandes marcas de sus dedos en la cintura y trasero de Rumi. También, los moretones en sus hombros, senos, cuello y ¿en las orejas?

-¡¿Eh~?! -Toda la información de la noche anterior cacheteó la mente de Izuku.

-¡Cierra la boca! -Rumi, después de escuchar el grito, despertó-. Tsk, es domingo por la mañana, ni hagas escándalo.

Ella parecía reaccionar normal, como una mañana cualquiera. No obstante, los recuerdos de anoche también la inundaron.

La pasó bien, una experiencia que le gustaría repetir. Pero, al parecer, creía que el chico no pensaba lo mismo.

-¡Yo-o-yo lo siento mucho, Mirko-Sensei! -Se disculpó por... ¿Por qué?

-Estúpido niño, te dije que me llamaras Rumi cuando estemos solos. le quitó. El sueño se

-Pe-pero yo... El nerviosismo de él le parecía a Rumi lo más tonto del mundo, ya que le hacía sentir que ella se había aprovechado de la situación de hace algunas horas.

-No digas más, ya no importa. Voy a darme un baño. -Mordió sus labios, enojada con él y más consigo misma-. Cuando termine, espero que estés listo para irte o...

-¡Pe-perdón, Rumi, en serio, yo no quería hacerle daño y creo que me sobrepasé contigo! -La chica coneja se calmó al oír su nombre y no su alias de héroe-. Me pediste que parara, pero yo me sentía bien y no pensaba las cosas con claridad, así que continué haciendo... Eso, el caso es que no debí ir contra de tus deseos, pero estaba perdido en mi mundo, por lo que pensé que si decías no era sí y yo... -Un pequeño beso en la mejilla detuvo su común parloteo.

-Sigues siendo muy despistado. -Sonrió, con un leve sonrojo. Después de todo, él solo se arrepentía de no haberse medido, pero no del hecho que tuvieron sexo. Aquello le decía algo que Izuku jamás diría por su timidez. ¿Acaso me estoy quejando?

Entonces, dejando a un Izuku meramente confundido, se levantó de la cama sin ninguna ropa, regalando una vista de ensueño de su formado culo y las esbeltas partes traseras de sus muslos, encendiendo otra vez al adolescente, quién se cubrió la parte inferior de su cuerpo para evitar que ella lo viera.

-Sí que me dejaste hecha polvo. -Dio un pequeño paso, sintiendo todo menos sus piernas. Mierda.

-¡Cuidado!

La inestabilidad de las piernas de la heroina conejo provocaron que cayera rumbo al suelo. Al verla, Izuku alargó los brazos, lanzándose para atraparla; pero sus pies se habían enredado con las sábanas, generando que él también cayera.

Sin embargo, la alcanzó a duras penas, recibiendo él el impacto y ambos quedando envueltos en estas.

Rumi fue la primera en abrir los ojos y no pudo evitar que su corazón diera varios brincos al ver el definido rostro de Izuku, sin olvidar que hace unos segundos, evitó a toda costa que ella saliera lastimada.

Sin lugar a duda, lo que iba a hacer ahora, haría que ella misma se desconociera.

<<Al diablo mi regla de no Romances.>>> Pensó antes de actuar.

-L-lo siento mu... Cuando se dio cuenta como estaban, quiso disculparse, pero fue interrumpido.

-Hey. -Sus narices se mantenían pegadas, por lo que un simple movimiento bastaría para romperla.

-¿Qué?

-Soy tu nueva novia y tú eres mi nuevo novio. Si no estás de acuerdo, no me interesa y si insistes en discutirlo, ojalá que esta vez tengas cuidado y te controles. Dijo lo último haciendo referencia a lo de la ducha.

Y con estas palabras, Rumi tomando la iniciativa, el primer beso de la nueva pareja, o lo que ella consideraba que eran, ocurrió y no pararón de estar unidos hasta que la secretaria de Mirko, que vino a la agencia por una emergencia, entró a la habitación, encontrándose con ellos desnudos, dándose caricias y muchos besos en todo el cuerpo, sin llegar más... Ya que no les dio tiempo.

La explicación que darían después, omitiría muchos detalles.


**********************************************************************************


Sus comentarios del relato, sus votos y tambien pueden donarme a mi Paypal

izuku midoriya
Entre conejos y zanahorias
entrenamiento
mirko
boku no hero academia

0 comentarios - Entre conejos y zanahorias