Desde el otro balcón

Te veo por la ventana y me pregunto si piensas lo mismo. Será casualidad que el destino nos ponga enfrente, estaré loco inmerso en mis pensamientos y veo mis ojos cambiar mientras te veo parpadear. Cada vez que te asomas mis ojos se desvían hacia el otro lado de la calle; hoy leyendo, ayer tomando sol y mañana para verme a mí. Soy fiel a los principios del amor pero mujer el morbo que me das es un problema que escribo para canalizar.
Lo peor no es estar enfermo, lo peor es que se contagia mis mismas ganas con tu deseo. Oh Sol que alumbras del otro lado puedes vislumbrar lo mismo que yo o la sombra de mi hogar solo genera delirio. Qué libro estarás leyendo, será una novela de amor o un erotismo vulgar, será poesía o algo más difícil para filosofar. Si te grito del otro lado te sacaré una sonrisa o generaré una disputa. Preguntaría tu nombre para llamar así a mi morbo. Tal vez eso saciaría mi lujuria pero aunque mi mente desista mi cuerpo pediría más, porque siempre pide más. 

Con una gorra te ocultas del sol o solo me escondes tu mirar aunque te colocaste en una posición tapándote justo ahora tu gorra apunta hacia mi balcón. ¿Estarás pensando lo mismo que yo? Solo sé que voy a hacerte canción. De qué hablará ya lo sé, como lo diré es un misterio, seré capaz de retratar tan furtiva pasión, podré controlar el fuego que quema en mi interior porque mientras sigamos así soy capaz de escribir. Me das la espalda y te agachas tan sublime y excitante; ¿lo harás apropósito o soy un maldito acosador? Cuanto más tiempo pasa más lo creo o por qué siempre tus caderas apuntan a mi visión. Fumar un pucho en la ventana me da la razón de estar enloqueciendo, en algún momento sucederá algo revelador, se ha vuelto arte esta engorrosa situación.
Me gustaría saber pintar para retratarte y para que veas hasta donde es capaz mi imaginación. Creo que me estoy volviendo adicto a fingir ser un cazador que está siendo devorado por semejante presa, por semejante ambición. Estás ahí atrapada princesa en prisión y yo tu principal perseguidor dispuesto a liberar todo el escozor que te acecha y todo el placer que anhelas porque la satisfacción está frente tuyo para que puedas ser mi esclava tentación. Algún día me verás por tu ventana, me leerás los labios y te abrirás camino a tu encantadora perdición.



Espero que les guste, si tengo tiempo y mi novia no se entera escribiré mi historia...

1 comentario - Desde el otro balcón