El invitado

Cuando recuerdo lo que pasó aquel día, cosa que sucede muy a menudo, tengo dos reacciones encontradas, una es remordimiento por haber engañado a mi marido y por primera vez en mi vida ser infiel a mi pareja pero por otra el morbo de lo que viví y que hace que algunas veces acabe necesitando masturbarme.
Pedro y yo llevábamos casi un año preparando aquella fiesta, era la de nuestro 25 aniversario de bodas, he de reconocer que cuando lo conocí jamás pensé que acabaría así, estos 25 años han sido maravillosos, claro que hemos tenido nuestros altos y bajos, épocas mejores y peores pero en todo momento algo no ha faltado, amor mutuo.
A pesar de que la gran mayoría de la gente que me conoce diría que soy una mujer extremadamente seria, fría y nada dada a dar confianzas es una coraza, en el fondo soy una mujer muy sexual, me encanta follar y en la cama (o donde nos pille) soy activa y no recuerdo ninguna práctica sexual entre mi marido y yo que hayamos pensado y que no hayamos hecho, y antes de conocerlo no era diferente, perdí al virginidad con Marcos, mi primer novio, no le hice espera mucho, a las dos semanas de empezar a salir ya me había metido su polla en mi coño, con él empecé a descubrir el sexo y lo mucho que me gustaba, tras dos años de relación cortamos y no muchos días después me hice novio de Juan, tenía muchas experiencias y aprendí todo lo que me enseñó, entre otras cosas que tras un orgasmo puede venir otro, y otro, y otro…., acabó con la virginidad de mi culo, único agujero que no me había entrado una polla, Juan era tan activo como yo y cuando estábamos juntos follábamos tanto como podíamos.
Con Juan cortamos a los tres años de estar juntos, le siguieron dos años largos de promiscuidad y sexo sin tapujos, en aquella época fueron las vacaciones que hice junto a mi gran y eterna amiga Maria en un pueblo marchoso de la costa, en dos semanas me follé, según cálculos de Maria, a 23 chicos, ella solo podía llevar al cuanta, tenía novio y le guardó total fidelidad, por cierto, lleva un año más de matrimonio con él que yo con Pedro, eso sí, me hacía que le explicara todo lo que había hecho con mis ligues ocasionales y se masturbaba bajo la sábana escuchándome, era, según ella, la manara que tenía de “compartir” mi ligue sin ponerle los cuernos a su novio.
Me es imposible saber exactamente en esta época cuantos chicos pasaron entre mis piernas, evidentemente hubo de todo, grandes amante y desastrosos, algunos ya se habían corrido cuando les sacaba los calzoncillos pero otros erán de los que no paran hasta dejarte agotada, pollas largas y cortas, gruesas y finas….., lo que no hubo fue gente conocida o con alguna relación, es más, mis compañeros de la universidad estaban convencidos que era una estrecha, esta fachada la he mantenido siempre.
A Pedro lo conocí por casualidad en el supermercado, estaba escogiendo pasta y me pidió opinión, en una hora estaba jadeando con su lengua en mi coño, enseguida me di cuenta que era uno de los mejores amantes que nunca había tenido, tras más de dos horas de follar en las que recibí su polla por los tres agujeros y que descargó su leche en cada uno de ellos, llevarme a infinidad de orgasmos, cuando me pidió que no me fuera y cenáramos juntos, le dije que sí, algo que siempre rechazaba, total que ya no probé ninguna otra polla, a los 5 años ya estábamos casados y a los 6 éramos padres, el sexo era explosivo, de hecho aún lo es, ya no follamos dos y tres veces al día como al principio, lo solemos hacer una o dos veces a la semana pero el resultado sigue siendo altamente satisfactorio.
La vida de Pedro antes de conocerme no dista mucho de la mía, también tenía mucha experiencia y aquel día, cuando me vio en el super solo pensaba en buscar una excusa para iniciar una conversación como primer paso para meterse entre mis piernas.
En estos treinta años he sido totalmente fiel, estoy segurísima que Pedro también lo ha sido, además esta coraza de ser una mujer super seria hace que los hombres no se atrevan a acercarse, María, que sigue siendo mi amiga y se ha mantenido igual de fiel a su marido de vez en cuando recibe insinuaciones más o menos directos, dice que a mí no me pasa porqué temen salir heridos si lo hacen, jajaja, supieran, pienso…
Evidentemente no soy diferente a las otras mujeres y las fantasías han pasado por mi cabeza pero la masturbación, por cierto bastante frecuente, han servido para darles salida.
El día antes de la fiesta de nuestro 25 aniversario de boda me llamó Marta, mi cuñada, hermana de Pedro, su marido, que es un despistado, había invitado a un compañero del trabajo que la empresa desplazó dos semanas a nuestra ciudad, para que no pasara solo los días del fin de semana pensó invitarlo a comer sin acordarse de nuestra fiesta, me pedía permiso para llevarlo, algo que evidentemente dije que sí, seríamos unos 30, uno más ni se notaría.
La celebración la habíamos preparado en nuestra casa, tenemos un bonito chalet de dos plantas con jardín que era el lugar ideal, para no tener trabajo una empresa de cáterin se encargaría de toda la comida y logística.
La fiesta empezaba a las 12 del mediodía sin hora de finalización, esperábamos que la gente menos próxima se marcharan a media tarde y que los más cercanos se quedaran hasta medianoche, para aquel día tenía una sorpresa hacia mi marido, al ropa interior que usé en la boda, milagrosamente el conjunto de sujetador, ligas y braguitas todavía me iba bien, claro que necesitó un repaso, Pedro no me sacó la ropa interior, me la arrancó y yo lo deseaba como el, habíamos decidido que la semana antes no tendríamos sexo y eso nos hacía estar muy excitados aquella noche cuando se acabó la celebración.
Por la mañana y sin que Pedro lo viera me puse el conjunto, las braguitas las coloqué por encima del liguero para que fueran más fáciles de sacar, sabia que cuando se enterar le daría tanto morbo como me daba a mí y me lo volvería a arrancar, encima un vestido de un famoso diseñador que me quedaba perfecto, resaltaba mi figura, tengo unos pechos “generosos”, una cintura bastante fina y un culito respingón, solo tenía un problema, se abrochaba cruzando al ropa por la parte delantera y con un solo botón a mi izquierda, temía que cualquier accidente rompiera el botón y se me abrirá y que la ropa interior que llevaba la viera antes los invitados que mi marido, la dependienta me aseguró que no pasaría, que el botón era firme y seguro, lo complementé todo con unos zapatos de tacón y un ligero maquillaje que daba luminosidad a mi piel, cuando me vio mi marido me silbó mostrando su agrado, el dije:
-       Cuando me lo saques tendrás otra sorpresa
Hizo el gesto de querer sacármelo todo pero evidentemente se lo impedí, mi hija, que me había acompañado a escoger el vestido, dijo que estaba guapísima, algo parecido dijo la novia de mi hijo.
Hacia las 12 empezaron a llegar los invitados, uno de los primeros la familia de la hermana de mi marido y su invitado, se llamaba Carlos y resultó ser encantador, me dio las gracias por haberlo invitado en una fiesta tan personal, la verdad es que el chico no estaba nada mal, de mi edad, alto y fuerte, incluso me sorprendí pensando que podía ser la fantasía de mis masturbaciones unas cuantas veces.
A pesar de que la gente del cáterin se tenían que ocupar de todo mi presencia y ayuda era imprescindible, veía a Carlos bastante desplazado, no conocía a nadie así que una vez que necesité ir al garaje le pedí su ayuda, ESTUBO ENCANTADO ¡!!!, tanta ilusión por llevar una caja era porqué debía estar muy aburrido así que decidí pedirle otras ayudas, es más, al poco ya era él quien me buscaba por si podía ayudarme, cosa que le dejaba hacer.
La fiesta estaba resultando un éxito y he de reconocer que gran parte de que la logística saliera bien fue gracias a Carlos, los chicos del cáterin eran bastante ineptos y él acabé siendo yo quien los dirigiera pero en todo momento ayudada por Carlos, por cierto, más de una vez le pillé mirándome le culo y el escote, cosa que me agradó.
Hacia media tarde, ya muchos de los invitados se habían ido, en un momento que me acaba de preguntar si necesitaba algo le dije sonriendo:
-       Si necesito algo pero eso tengo que hacerlo yo, jajaja
-       Te acompaño, dijo sin saber a qué me refería
-       Creo que no será necesario, le dije con una sonrisa,
Carlos no entendía nada, al final le dije donde quería ir al lavabo, tras unos segundos reaccionó pero no como esperaba, dijo:
-       Te acompaño
Pensaba que no lo había entendido así que insistí, le dije:
-       Voy a mear, no creo que en esto me puedas ayudar, jajaja
Y sin esperar respuesta me giré, quería ir al lavabo de mi habitación, la casa tiene uno en la planta baja y otro en la primera más un tercero con acceso solo desde la habitación principal, cuando ya había subido la mitad de la escalera ME DI CUENTA DE QUE CARLOS ME ESTABA SIGUIENDO, no sabía cómo reaccionar y pensé que solo era una broma así que seguí mi camino sin darle importancia, cuan llegué a la puerta de la habitación y la abrí CARLOS ENTRÓ CONMIGO, empecé a ponerme nerviosa, que pretendía aquel hombre?, pero a la vez me excitó la situación, me gustaba, me lo quedé mirando, no sabía cómo decirle que eso no podía ser, en realidad tampoco estaba haciendo nada, solo sonreía y lo cierto es que mi lenguaje corporal no mostraba que estuviera enfadada, tras estos segundos de dudas me dirigí al lavabo, esperaba que él se quedara en la habitación, tras entrar sin mirar atrás cuando iba a cerrar la puerta SU MANO ME LO IMPIDIÓ, aquello me estaba excitando muchísimo, no hice mucha fuerza, pudo ver perfectamente que realmente no se lo estaba impidiendo y eso le dio alas a continuar, me encontraba en una situación totalmente nueva e inesperada, lo que sucedió seguidamente fue mi reacción ante esta excitación, LEVANTÉ LA TAPA DEL VATER, GIRÁNDOME QUEDÉ DELANTE DE LA TAZA Y DE CARAS A CARLOS, SIN APARTAR MI MIRADA DE ÉL PUSE LAS MANOS BAJO EL VESTIDO, BUSQUÉ LA GOMA DE MIS BRAGUITAS Y LAS BAJÉ HASTA LAS RODILLAS, MOMENTO QUE CARLOS LAS VIÓ, ALCÉ LE VESTIDO POR AL PARTE DE ATRÁS Y ME SENTÉ A LA TAZA, no fue fácil pero al fin lo conseguí, empecé a orinar, todo mirando a Carlos y él a mí, el sonido inconfundible de la orina delataba que todo era real, era sin duda la locura más grande de los últimos 30 años, cuando al fin acabé me levanté, la falda se bajó, mis braguitas continuaban en las rodillas, cogí un trozo de papel y procurando que el vestido no le diera ninguna visión de mi coño me lo sequé con él y lo tiré a la taza, bajé las manos hasta las breguitas y las subí arrastrándolas bajo el vestido también asegurándome que no le daba ninguna visión de mi coño, ESTABA SUPER EXCITADA, notaba como mi coño se estaba mojando como hacía mucho tiempo no pasaba, tras tirar de la cadena y bajar la tapa me dirigí al lavabo para lavarme las manos, cuando abrí el grifo y puse las manos bajo el agua VI POR EL ESPEJO QUE CARLOS SE ACERCABA, noté sus brazos que me agarraban por la cintura y vientre, en aquel momento no actué como debía, simplemente no hice nada, no tardó en pasar su cabeza por el lado de la mia Y ME BESÓ EL CUELLO, ME ESTABA DESHACIENDO DE GUSTO, las manos subían y bajaban por el vientre mientras sus labios recorrían suavemente mi cuello, un de las manos subió Y ME AGARRÓ UN PECHO, LO RECIBÍ CON UN GEMIDO, señal que percibió como que ya estaba totalmente entregada, me manoseaba las tetas por encima del vestido y yo lo gozaba, sus labios me daban mucho placer, ni me enteré del momento en que desabrochó el único botón que aguantaba el vestido cerrado, eso lo que le permitió acariciarme las tetas por encima del sujetador, algo que no hizo por mucho tiempo ya que tirando de él lo levantó, las caricias a mis pechos ya eran sin ningún obstáculo, estuve a nada de correrme gozando de ellas, TRAS UN RATO BAJÓ UNA MANO ENTRÁNDOLA POR LAS BRAGUITAS LOCALIZANDO EL COÑO, TRAS UNAS CARICIAS LA A VULVA LOCALIZÓ EL CLÍTORIS Y SIN DEJAR DE BESARME EL CUELLO Y ACARICIARME LAS TETAS ME CORRÍ ¡!!!!!!, 30 años después las manos de un hombre diferente llevaban al máximo placer, recuerdo aquel orgasmo como algo muy intenso, resulta difícil describir los detalles de un momento así pero fue muy intenso y largo.
Cuando ya me calmó CARLOS LEVANTÓ EL VESTIDO POR LA PARTE DE ATRÁS A LA VEZ QUE ME BAJABA LAS BRAGUITAS, era evidente lo que pretendía y si me quedaba alguna duda al notar que se estaba bajando los pantalones se desvanecía, no tenía ningunas ganas de pararlo, no pensé en mi marido ni en que lo iba a hacer un cornudo, ME INCLINÓ HACIA DELANTE, me apoyé en le lavabo, noté una polla apuntando mi coño, separé las piernas para darle mejor acceso, con una ligera presión entró una parte de su polla Y NOTÉ QUE ERA MUY GRUESA, sin duda bastante más que la de mi marido, la polla iba entrando, NOTÉ QUE TAMBIEN ERA MUY LARGA, solo de alcanzar al fondo ME CORRÍ ¡!!!!, Carlos empezó a bombear, combinaba las embestidas con caricias en el clítoris con una mano y en las tetas con la otra, mi coño le encantó sentir tan claramente una polla diferente y sin duda mucho más grande, no pudo describir los orgasmos que iba encadenando, eran tan fuertes que en cada uno me medio desmayaba, ni pensé que podía entrar en cualquier momento mi marido o alguno de mis hijos para usar el lavabo o que oyeran mis gemidos, el espectáculo de su marido o madre penetrada desde atrás y corriéndose como una loca no hubiese sido lo que esperaban encontrar.
Carlos era un gran amante con mucha resistencia pero yo ya quería sentir su leche en lo más hondo de mi coño, sabía que no aguantaría mucho más, le imploré que eyaculara en mi interior y lo hizo entre convulsiones de la forma que solo un buen amante capaz de controlar su eyaculación puede hacer, al notar los chorros tuve uno de aquellos orgasmos que recibes pocos en la vida y que hacía muchos años no gozaba, los gritos y gemidos en el lavabo eran ensordecedores, no lo pensé pero da haber pasado alguien cerca seguro lo hubiera oído, por suerte era la planta superior y en la fiesta había música.
Cuando Carlos acabó de descargar su leche sacó despacio la polla, estaba a poco de caerme sin sentido, costaba aguantarme, me giró y plantó sus labios en los míos, nos morreamos apasionadamente, tras esto se subió los calzoncillos y los pantalones y se marchó sin dejar de mirarme con una sonrisa pero no dijo nada, tardé unos minutos en sentirme con fuerzas para lavarme, recomponer el peinado y maquillaje y volverme a vestir, cuando bajé me di cuenta que nadie me había echado en falta ni oído mis gemidos, busqué a mi cuñada, su marido y Carlos, mi marido em dijo que se habían marchado y añadió:
-       Carlos me ha dicho que te de las gracias por todo, que se lo había pasado muy bien y que le habías impresionado
Lo que no sabía mi marido es que en mi coño todavía conservaba la leche que un rato antes una polla enorme y casi desconocida había descargado allí


Relato del autor parejabcn2 en todo relatos

Excelente relato!!!!!

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