Naluna (Legend of Queen Opala)

Naluna (Legend of Queen Opala)


La tranquila noche fue rota por el sonido de ruidos sexuales provenientes de una tienda de campaña poco iluminada, principalmente tú y un Neverus llamado Naluna estando encerrados en una posición de pie.

Estabas ocupada golpeando su apretado coño con tu dura polla de 11 pulgadas mientras sus tetas de copa G se presionaban con fuerza contra tu pecho, lo que te permitía sentir los pezones duros frotándose por todo tu frente.

"¡Deberías haberte acercado a mí cuando no estabas ocupado odiando a Farah!" Gemiste, la lujuria goteaba de tu voz mientras usabas tu brazo libre para tocar con brusquedad las tetas de copa G de Naluna, haciéndola sentir deleite mientras prestabas atención a su cuerpo. "¡No sabía que el coño de Neverus podía sentirse tan bien!"

"Sí, debería haberlo hecho. Qué estúpido de mi parte no darme cuenta antes, la culpa es mía". Naluna gimió, moviendo sus caderas hacia atrás mientras encontraba tus embestidas, creando una perfecta sincronización de ritmo mientras se hacían sonidos de carne golpeando.

Sucedió dos horas antes, cuando te topaste con Naluna esta tarde, apuñalando una foto de la madre de la reina Opala, Farah, con un cuchillo.

Ella se sorprendió cuando te acercaste y trataste de matarte por error, pero lograste desarmarla el tiempo suficiente para calmarla.

Agotada, Naluna no resistió cuando la llevaste de regreso a tu tienda.

Cuando le preguntaste por qué odiaba a la madre de la reina, Farah, ella respondió con amargura que despreciaba a Farah porque, a diferencia de las mujeres humanas, las Neverus como ella eran incapaces de dar a luz debido a que eran infértiles.

Por eso odiaba a Farah, que era capaz de "dar a luz cualquier cosa", de lo que no te sientes cómodo hablando.

Sin embargo, la sorprendiste de que puedas darle hijos. Muchos no lo sabían pero fuiste bendecido por el dios egipcio Sobek, quien te dio la capacidad de poder reproducirte con cualquier mujer sin importar la especie.

Los ojos de Naluna se llenaron de lágrimas cuando prácticamente saltó sobre ti y sintió sus labios conectarse con los tuyos antes de que le devolvieras el favor.

Con un empujón final, te golpeaste profundamente y gemiste con Naluna mientras explotabas dentro de ella, llenándola de semen humano.

Te sentiste un poco mareado por el orgasmo, pero aún así lo cabalgaste mientras hacías varios empujones en su coño, disfrutando la sensación del clímax un poco más.

El semen que Naluna no pudo contener comenzó a derramarse y formar un charco de semen debajo de ella.

"Eso fue... increíble T/N." Naluna se rió mientras la dejabas sobre una mesa, sin salir nunca de ella mientras te acostabas encima de ella, con la cara acariciando sus gigantescos pechos.

No te molestaste en responder porque estabas ocupada disfrutando de la sensación de las tetas de Neverus.

Lentamente sacaste tu polla de su coño relleno. Sin nada que lo detuviera, el semen fluyó de su coño como un río.

A pesar de correrte mucho dentro de ella durante más de un minuto, todavía no te ablandabas y te sentías listo para más. Naluna leyó tu mente y te dio una mirada sensual.

"Parece que todavía estás duro después de tu reciente clímax". Dijo mientras Naluna mira tu polla cubierta de semen con hambre en sus ojos como si nunca antes hubiera tenido una polla humana, lo cual es cierto dada la infertilidad de su raza.

Una idea surgió en su cabeza cuando Naluna se giró boca abajo y puso sus manos en su trasero antes de separar sus mejillas, revelando su pequeño culo pidiendo atención.

"Puedes usar mi puerta trasera si quieres". Naluna movió su trasero hacia tus ojos mientras miraba como si estuviera cebando a un tiburón con sangre, y funcionó.

Lamiéndose los labios con deleite, se puso de pie y antes de hacer estallar su cereza anal.

Naluna dejó escapar un gemido muy fuerte al sentir tu polla invadir su culo. Sin darle tiempo para adaptarse, moviste tus caderas con un movimiento de sierra, perforando su trasero a un ritmo profundo pero rápido.

"¡Oh, joder!" Naluna jadeó, agarrando con fuerza el borde de la mesa con sus manos mientras le golpeabas el culo con vigorosas embestidas.

Cada vez que deslizabas tu polla dentro de su culo, todo el cuerpo de Naluna se sacudía hacia adelante porque no podía competir con tu fuerza.

Después de unos buenos diez minutos de sexo anal, sientes que algo vuelve a subir a tu cuerpo.

"Aquí viene, Naluna." Gruñiste mientras follabas a Naluna más rápido y más fuerte que antes, con la intención de conseguir ese dulce clímax. "¡Prepárate para que te llenen el culo con mi semen!"

"¡Dámelo! ¡Quiero sentirlo dentro de mí!" Ella chilló mientras se preparaba para lo que estaba por venir, literalmente.

Al llegar a tu punto de ruptura, golpeaste tu polla profundamente en su culo y te corriste, gimiendo todo el camino cuando sentiste que tu polla disparaba grandes rondas de semen en el Neverus

Naluna dejó escapar un gemido ahogado cuando ella también se corrió, su coño rociando jugos por todo el suelo.

Cada ráfaga de semen enviaba un escalofrío de placer por su columna vertebral mientras su trasero lograba retener cada gota de alguna manera.

Le diste una última carga antes de que el cansancio la atacara.

Dejaste escapar un gemido de satisfacción cuando tu polla se desinfló mientras descansabas encima de Naluna. Los jadeos y los jadeos que se escaparon vinieron de ustedes dos disfrutando del resplandor de un sexo tan intenso.

Naluna te mira y sonríe mientras te besa una vez más y tú le devuelves el favor.

"Gracias T/N." Dijo Naluna mientras separaba sus labios de los suyos mientras se frotaba el estómago. "Esto es lo mejor que podría pedir: tener mis propios hijos".

"De nada, Naluna. Es lo menos que puedo hacer por mis mujeres". Sonreiste mientras te acurrucabas cerca de Naluna para pasar la noche.

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