Mi madre y sus clases

Mi madre decidió resolver mi problema del acoso escolar de una manera algo inusual. Invitó a mi joven bully, a recibir clases de la Biblia en nuestro hogar. Aunque al principio me sorprendió, pronto entendí que mi madre buscaba enseñarle valores y compasión. Pues aunque al principio él se negaba a asistir, después de asistir a su primera clase quedó fascinado. Pero nadie sintió más satisfacción que mi madre, pues sus lecciones se convirtieron en un puente entre generaciones, mostrando que la sabiduría puede venir de cualquier fuente inesperada.

¿Qué dices te animarías a unas clases?