esposa muy viciosa

el día viernes al llegar a casa pasadas las 7 de la tarde note que Ale estaba recién bañada, llevaba puesto el  vestido que se había comprado el domingo y que le marcaba muy bien sus curvas, aquello me hizo pensar que ella quería tener otra noche de sexo loco, ya que el vestido era muy cortito y con sus botas puesta parecía una autentica perra en celos, al acercarme a ella sentí ese rico perfume que llevaba puesto, los ojos de Ale estaban como iluminados, ella me dijo que Martin el chico del domingo la había llamado, que si yo le permitía ir a coger con él, me pagaría haciendo lo que yo le pidiera, era evidente que mi esposa se había convertido en una auténtica puta y le gustaba,— ok, pero no lo olvides— le dije, al rato llego un auto toco bocina 2 veces y ella salió desesperada,  ella subió del otro lado,  le pidió a ella que se levantara el vestido, quería ver si  estaba sin ropa interior y depilada totalmente como él lo había pedido, 


Yo estaba muy excitado con la situación, mi esposa  se había convertido también en puta, un llamado me saco del estado nervioso en el que me encontraba, era Diego que quería que saliéramos con otros amigos a tomar unas cervezas, le dije que no podía porque Ale había salido con unas amigas y no se había llevado las llaves de casa, por lo que respondió que si no me molestaba traían las bebidas y nos la pasábamos en casa, —me gustó la idea, vengan –le respondí y me dispuse a esperarlos, pero por mi excitación no podía dejar de pensar e Alejandra, se hicieron las 11 de la noche y llegaron Diego, Pedro y Eduardo, comenzamos a charlar de autos y otras cosas, mientras bebíamos bastante , en eso llego el auto que traía a Ale, entro radiante hecha una diosa, con el cabello majado, se la notaba feliz y yo súper excitado, mis amigos comenzaron con sus bromas por el pelo majado de mi esposa, ella no tenía respuestas convincente para ello, ya habíamos bebido bastante y les pedí que olvidáramos el asunto y para cortar con las bromas nos pusimos a mirar un poco de televisión, seguimos tomando mientras Ale se fue a poner cómoda, yo moría de ganas por saber que había pasado en la salida de Alejandra con Martin, pero no podía hablar con ella, mientras mirábamos una película con mis amigos y bebíamos.
Ale salió del cuarto con solo un camisolín puesto y se sentó a mi lado en el sofá, enrollando sus magistrales piernas, las miradas de mis amigos eran muy evidentes, mi esposa dejaba ver parte de su tanga blanca, que en la oscuridad se veía muy bien.
—quieren que prepare café? —Pregunto ella, a lo que mis amigos respondieron que sí, Ale se paró y su camisolín se metió entre sus nalgas, dejando su culito casi desnudo a la vista de ellos, Diego no tardó mucho en levantarse del sillón y dijo:
—voy a ayudar a tu mujer con el café —yo sabía cuáles eran sus intenciones pero no me molestaba, ya que ella lo había invitado a coger cuando él quisiera, y eso me excitaba mucho más, al volver de la cocina luego de tardarse un buen rato, Ale traía abrochado tan son un botón del camisolín y al sentarse pude notar que ya no traía tanga  era evidente que algo había pasado, ahí estaba yo con mis amigos en casa y mi mujer hecha toda una puta atendiéndolos, las miradas al culo de Ale por parte de ellos eran incesantes, ella al inclinarse para servirles el café les brindaba un hermoso espectáculo mostrando sus voluptuosos pechos desnudos, de pronto  Eduardo y Pedro (que tenían una erección muy notoria) decidieron que era hora de marcharse y aunque invitaron a Diego para ir con ellos este dijo que si nosotros se lo permitíamos él se quedaría a dormir en casa porque estaba muy pasado en copas y no quería manejar, Ale y yo inmediatamente dijimos que no había problemas, que le haríamos un lugar en el sillón, pero interiormente yo sabía que Diego tenía otras intenciones, quedamos solos los tres, entonces Ale se paró frente a Diego y muy segura le dijo:
—quiero que sepas Dieguito, que me he convertido en una puta y que Gustavo está totalmente de acuerdo con ello, ahora tengo que contarle a mi marido con quien cogí esta noche, me gustaría que escuches, pero no cuentes nada, será nuestro secreto, como la chupada de conchita que me hiciste cuando preparábamos el café. Esta? —el solo la miraba sin decir una palabra, ella entonces comenzó a relatar— Martin me llevo a un lugar de la zona roja, en donde trabajan la putas, me dijo si querés mi pene tenés que cogerte al primero que venga, no importa si es viejo, feo, sucio, solo lo vas a coger sin cobrarle nada, yo estaba nerviosa pero me gustaba la idea, mientras él seguía estacionado mirando, en eso llego un señor mayor y cuando le dije que era gratis, no lo podía creer, me subí a su auto hicimos 2 o 3 cuadras me pidió que me sacara el vestido, jugo un rato con mis tetas y me pidió que se la chupara hasta que largo todo el semen caliente en mi boca, Martin nos había seguido y estaba a unos metros, así que deje al señor y me subí al auto de Martin, moría por de ganas por ser la puta de ese pene, pero él me dijo que se hacía tarde y me trajo.
Diego y yo estábamos que explotábamos de ganas por cogerla, entonces la tome de los hombros y fui sacando su camisa lentamente, mientras le besaba el cuello, Diego comenzó a quitarse la ropa, también está muy bien dotado y ella comenzó a mover su culito y refregarlo contra el instrumento de él, que ya estaba listo para penetrarla,  le deje el camino libre para que comience Diego, ella ya estaba puesta como perrita en celo, lista para recibir a su machito, pero el salió de la habitación con rumbo a la cocina, yo entonces no podía dejar a mi hembra así y comencé a penétrala, ella estaba muy mojada y bien dilatada, mi pene entraba y salía con mucha facilidad, yo sentía que reventaba de solo imaginar que hasta hacia unas horas había sido la puta de un auténtico desconocido, en un momento volvió Diego trayendo con sigo una botella platica llena de leche tibia que con toda suavidad introdujo la punta de la botella en el culito de ella y comenzó a llenárselo del líquido, mi mujer se retorcía de placer al sentir tanta leche entrando en su interior, Diego me pidió entonces que la penetrase por la conchita mientras el taponaba el culo de ella con su pija para que no saliera nada de líquido, ella gemía como loca, yo sentía el pene de mi amigo rosando las paredes de las cavidades de Ale, sus redondos y bien duritos pechos hacían su vaivén en mi cara, yo mordía sus pezones, los chupaba, podía sentir el perfume de las manos del tipo, que la había tocado un rato antes, eso me excitaba, el corazón me latía muy fuerte y de repente no aguante más, acabe como loco, Diego estaba con meter saca ininterrumpido, y a cada salida del pene del esfínter de mi mujer saltaban pequeños chorritos de líquido blanco, el saco su pija del culo de mi mujer ya que la leche  tibia en el culito de Alejandra estimulaba el glande de su pene  y chorros de semen mezclado con leche aun tibia salían del magistral ano de ella, quedamos exhaustos  y tendidos los tres en la cama, Ale nos agradeció a los dos por tan linda experiencia, ya que era su primera doble penetración, nos dio un beso reconfortante a cada uno lamio mi pene hasta la base, para no dejar ningún resto en ella, luego se levantó, fue a bañarse,

esposa muy viciosa

2 comentarios - esposa muy viciosa

Morbocerdas38d +1
Que envidia siento. Pagaría por qué alguien se animara a cogerse así a mi novia conmigo
gabriel2901 +1
Te la cojo por el orto cuando quieras.