Estrenando mi camioneta nueva parte 2

En ese momento me sentí tan vulnerable, con ese hombre devorándose mis senos, encerrados en ese taller, tan solo a unos 6 o 7 metros había gente caminando por la banqueta, escuchaba como pasaban afuera los vehículos, y lo único que impedía que nos vieran era ese portón oxidado. Mi vagina me pedía ser penetrada, la sentía muy lubricada, caliente y sensible.
Después me agarro y me puso en el cofre de mi camioneta, quedamos fuera de la camioneta, y en solo un segundo sentí la presión de sus manos sobre mi espalda, después sus manos tocando y oprimiéndome por la cadera mientras intentaba dejar mis nalgas al descubierto, haciendo a un lado mi shorts. Presa del miedo y aturdida por la sorpresa de que estaba a punto de que me cogiera mi mecánico, intente forcejear, me quería safar e irme, me sentía culpable, pero su fuerza fue mayor que la mía, y en la semioscuridad de ese taller, le daba un tinte de terror a momento. Empecé a gritar, un sentimiento de culpa y de ansiedad me invadió de pronto, a pesar de yo haber provocado la situación y que al principio quería que me cogiera-el muy cínico, dijo nadie te escuchara, atrás es terreno baldío y si te disté cuenta no hay muchas casas, yo intentaba golpearlo como podía. Superándome en fuerza de un movimiento brusco, me volteo y comenzó a besarme la espalda, al verme de pies a cabeza, por un momento quedo en schok, pues yo no soy alta, pero llevaba unos tacones que me hacían crecer unos 15 cm, tenía una estatura de 1, 70 aproximadamente, siendo más alta en ese momento que él y el es de la estatura de 1.45 más o menos, es muy bajo, si yo no llevara tacones estaría igual yo más alta de todas formas. Se sorprendió de tener una Yegua de ese tamaño ante el y siendo tan sumisa y fue cuando yo aproveche para darle un empujón muy fuerte, y así, correr.
El problema es que, con mis tacones, no podía correr con velocidad, sumado a que era un taller muy sucio, por lo que pise aceite que se encontraba tirado en el suelo, y caí al piso, golpeándome muy fuerte, me dolieron las nalgas porque caí de senton, este golpe me dejó con las piernas abiertas. Me encontraba, aturdida por el golpe no podía moverme, lo que el aprovecho y se desnudó quitándose el overol junto con su bóxer, saliendo un miembro de tamaño bastante rico, no era muy largo pero el ancho lo hacía ver muy rico para tenerlo entre las nalgas rompiendomelas, muy prieto y cubierto por los sus vellos púbicos, Él era físicamente muy parecido a mi esposo, sólo que mi esposo más alto, y también su miembro, con la única diferencia que el del mecánico era más gordo y más largo, -dijo, te gusto, perra, lo vi en tu mirada-
Me arrodilló ante ese pene tan delicioso desnuda de la cintura a la cabeza , yo dejé de poner fuerza y me agaché poniendo un poco de mi parte, pues otras vez empezaban las mariposas en mi estómago y mi vagina empezaba a lubricar más, significaba que quería esa verga reventando mi vagina, tomó su verga con una mano y la apunto hacía mi cara, al ver eso y sentir el olor de orina y sudor de su pene se me hizo agua la boca….
Al ver esa verga tan deliciosa, la tomé con mis manos con mucha sutileza, acariciándole los testículos con mis uñas para excitarlo aún más, comencé a pasar mi lengua desde la base de su verga hasta la punta, mientras lo miraba a los ojos con mi cara cachonda. Abrí mi boca y comencé a mamar esa gruesa verga con mis labios rojos, se me hacía agua la boca, estaba salivando como una perra en celo, ahora era yo la que se estaba devorando su verga a lengüetadas, entraba y salía de mi boca rápida y profundamente.
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De pronto sentí como me tomó del cabello y empujó mi cabeza contra su verga para metérmela hasta la garganta, me la tragué toda, mis labios quedaron pegados hasta la base de su verga, me estaba atragantando y se me dificultaba respirar, pero él me tenía bien pegada a su verga, sentí como se me salían lagrimas por el atragantamiento y me encantó ver a ese hombre disfrutando tanto, la mamada que le estaba dando. Después de unos segundos me soltó y pude recuperar el aliento.
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Después de mamársela me levanté, tomando los hilos de saliva que habían salido de mi boca, después de la garganta profunda y poniéndolos en mi vagina para lubricar.

—Ya estoy lista para que me penetres, me siento muy cachonda, lo dije muy segura de mi y ya sin tanto miedo, el miedo lo estaba perdiendo con la excitación que tenía.

—Yo ya tengo la verga bien dura zorrita, la mamas muy bien y tú garganta está muy rica.

—Sí la tienes enorme, está muy rica tu verga, ya la quiero adentro de mi panocha, me gusta más que la de mi marido. —Le dije a tono de ruego.

—Te la voy a meter natural hermosa porque no tengo condón.

—Está bien así, me gusta más. Además, quiero que me dejes preñada .

—Que bien mamacita así te voy a disfrutar mucho mejor y claro que te hago los chamacos que quieras.
Me empecé a quitar los tacones, pero el me detuvo y me dijo- quiero cogerme a una yegua mucho más alta que yo, así que no te los quites putita-. Caminé hacia el para que viera mi cuerpo desnudo de la cintura para arriba, lo único que tenía eran mis tacones y mi mini shorts de tipo piel, el hombre me tomó de la cintura y lamió mis tetas de nuevo, mis pezones estaban durísimos como montañas, siguió lamiéndome hasta el cuello, sentí como se me erizaba la piel cada que pasaba su lengua cerca de mi oído.
Huele muy rico tu perfume, eres una zorrita muy fina. Eso me causó más excitación, era como si mi esposo estuviera ahí viéndonos y yo entregándome a un desconocido frente a él, me hacía sentir muy sucia, como una mujer con modales y de un gran porte estaba dispuesta a entregar su vagina a un hombre totalmente desconocido.
Sin perder el tiempo, me dió la vuelta y recostó mi torso en el cofre de mi camioneta, bajó mi shorts a la altura de mis muslos, hizo la tanga a un lado, y con su mano coloco su gordo pene en la entrada de mi vagina, froto la cabeza du su sucio miembro en mi clítoris, llenándolo de mis jugos vaginales para lubricarlo y escupió en su mano, frotando su pene con su saliva y lo introdujo de golpe, aunque su pene es bastante grueso , entro de un jalón todo completo, su verga se sentía caliente y dura, me quemaba por dentro, tomándome de los muslos me los dobló hacia adelante mientras iba sintiendo su miembro centímetro a centímetro sentía como me iba abriendo la vagina, dejo caer su gordo cuerpo sobre mi esbelto cuerpo, lo que provocó que la penetración fuera más dura, después buscó mi boca, me negaba a besarlo, fue cuando el, con gran experiencia, realizo movimientos de caderas empujó su pelvis y me lo enterró todo, hasta los testículos, sacándome un grito de dolor, que con el pasar de los minutos fue de placer, mi cuerpo me traicionó –aaah, si, que rico-, dije, aunque con muecas de dolor, mientras arañaba mis muslos en señal de que ya estaba gozando.
pendeja
Eres una perra, bien que te gusta la verga, pero te haces del rogar, -si querido, me encanta. Pero tengo que darme a respetar y sonreí irónicamente- yo ya estaba hirviendo de lujuria, y el mecánico, seguía embistiéndome muy duro.
putita
treintona

Después de tenerme empinada en el cofre de mi camioneta con la colita levantada se puso de rodillas, colocando me en 4 sobre el piso, y continuaba clavándome su verga, le dije levántame porque el suelo es duro e incomodo y esta sucio, el respondió, -sucia como tu- y se volvió acostar encima de mí, esta vez fui yo la que busque sus labios gruesos que me recordaba a mi cornudo digo a mi esposo, estiro mis brazos y nuestras manos se unían, mientras su gordo pene castigaba mi vagina –ay que delicioso, lo tienes - gracias amor, su cuerpo todo sudoroso y manchado por la grasa de los carros, le daban un toque único, a la follada, yo gemía, y escuche sonar mi celular, pero no podía contestar, minutos mas tarde el de él, sonó pero no quiso contestar, finalmente se apiado de mí y me levanto, mis rodillas pudieron descansar.
infiel
Continuará....

1 comentario - Estrenando mi camioneta nueva parte 2

May63b
Que rico, eres una puta perra traga vergas