me coge estando mi marido durmiendo

Me tomo de la mano y me llevo a la terraza. Fuimos sin hacer ruido, la noche estaba oscura con algunas nubes. Carlos tomo un almohadón de una de las sillas que teníamos ahí y se sentó en el suelo. Yo me senté encima de forma inmediata.
 


 
Estaba jugadisima y me encantaba. Sabía que lo que hacía estaba mal pero lo deseaba tanto.
 
Carlos me besó, y metió su mano debajo de mi remera. Mis pezones se pusieron como piedras.
 
-Yo sabía que el no te hacía bien, ahora como castigo lo vamos a volver bien cornudo-
 


-Te gusta Eri, te gusta que te diga esto, te gusta hacerlo cornudo conmigo, reconocelo, te gusta el peligro bebé y a papi le gustas vos-
 
Me iba aguantando los gemidos. Era insoportable tenerlo así tan pegado a mi. Carlos no era un modelo, tenía panza y manos grandes, algo canoso y era muy amable en su trato. Su pija también era enorme. Me fascinaba.
 
Corrió mi bombacha y sus dedos se toparon con mi humedad.
Su pene se movía en los labios de mi vagina pero aún no entraba.
 
-Si querés que te la ponga decime al oído que querés hacerlo cornudo con papi-
 
-Esto está mal papi-
 
-Decime lo que te pedí bebé –
 
Quería su verga más que nada en el mundo. Así que acepte todo lo que viniera de el.
 
-Papi cogeme así lo hacemos cornudo- mis palabras salieron solas y me sentí libre.
 
-Si mi putita hermosa-
 
Su pija entro, era la gloria. Era perfecta, gorda, grande, me llenaba toda. Nunca había experimentado algo así. Nos movimos despacio, suave, bajo esa noche oscura.
Yo podía sentir como me abría cada vez más, y me tapaba la boca para no gritar.
 


 


 
Seguimos cogiendo en esa posición, pero suave, muy suave. No nos importaba nada más que el placer que sentíamos. Carlos me penetraba muy lento y muy adentro. 
 


 
Me estremecí. Y Carlos me cogió con mas fuerza, mientras me tocaba el clítoris. Nos pegamos cada vez más, pero en silencio para que no nos descubrieran.
En eso sentía que su glande latía mucho, me calente más y me moví con mas fuerza. Su leche me llenó y la recibí toda. Yo también había acabado. Nos quedamos en silencio besándonos.
 


-Te voy a coger despacio por qué quiero que sientas la adrenalina de poder ser descubierta-
 
Me tumbó al suelo y apoyo mi cabeza en el almohadon, se puso encima de mi y entró.
Yo seguía extasiada de placer.
 
-¿Te gusta que papi te coja?-
 
-Si, seguí, seguí papi-
 
-¿Te gusta hacerlo cornudo en tu casa y cogerte el hombre de tu madre?-
 


 
-Si, si me gusta. Me gusta tener la pija i cogiendome y llenandome de leche-
 


 
Su pene era enorme, y me bombeaba profundo hasta volverme loca. Esa pija entraba y salía sin permiso alguno y yo quería más.
Mis caderas se querían desesperar pero el me calmaba
 


 
Me siguió cogiendo sin descanso. Mordía mis tetas con un hambre desaforada y luego me besaba con ternura.
 


Su pija empezó a bombearme más duro, yo la recibía, y me retorcía en el suelo de cemento de mi terraza. Ese hombre era todo mío y yo suya.
Otra vez la ola de semen iba a llenarme y lejos de sentir temor estaba fascinada.
 


 
La sentí de nuevo, esa leche pegajosa me estaba llenando la vulva.
Nos derrumbamos uno al lado del otro.
Diez minutos después lo acompañe a la puerta.
 


Me abrazo y me bajo la cabeza para que le chupara esa verga hermosa.
Me la metí en la boca sin pensarlo. Sabia a leche y a mi concha. Estaba demasiado rica. Se puso dura enseguida. Me levanto y me dió vuelta. Me corrió otra vez la bombacha y contra la pared me penetro.
 
-Necesito cogerte mucho bebé-
 
Me mordía los gemidos, había acabado antes y aún así lo quería adentro más tiempo.
 
-Mira lo que le haces a papi, me tengo que ir y estoy acá cogiendote-
 
Su pija era una piedra, me penetraba con fuerza y de forma profunda. Yo me dejaba, no me importaba ni mi marido ni mi madre, solo tener a ese hombre dándome placer a mi sola.
 
En eso veo la luz de mi pieza prenderse y mi marido llamarme. Me asusté, pero Carlos no tenía intención de dejar de cogerme.
 
-Ahora vas a sentir la mayor adrenalina bebé-
 
-Por favor, Soltame- dije
 
Y me agarró los brazos con fuerza. Sentí miedo pero al mismo tiempo mucho, mucho placer.
 
-Erica ¿Dónde estás?- pregunto mi marido
 
-Contestale bebé-
 
-En el patio, me olvidé de cerrar la puerta de la calle, ahí voy- dije con todo el terror del mundo.
 
-Bueno amor, te espero –
 
-Si si, ahí voy-
 
Estaba nerviosa, asustada y a la vez disfrutando como nunca lo que estaba viviendo.
 
-Vos no te vas bebé, papi no acabo-
 
-Por favor papi-
 
-Tu conchita es mía y me voy a ir cuando yo quiera, ahora te dejas coger-
 
No pelee más, la pija de Carlos estaba enloquecida y me enloquecía a mi.
 
-¿Te gustó esta adrenalina?-
 
-Si-
 
-Preparate por qué papi recién empezó a moldear a su bebé –
 
En eso siento que su leche otra vez me estaba llenando. Era más caliente que antes y me encantaba.
 


 
Cuando llegue al dormitorio mi marido se había quedado dormido de nuevo.

5 comentarios - me coge estando mi marido durmiendo

marcelobhabca
Que buen relato, que rico se cojen ambos...saludos 😉🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥