Diciembre: temporada de reencuentros

Hola, les dejo este relato para contarles la historia que me paso y que seguro les es común a todos los que por motivos laborales o de escuelas se ven en la necesidad de emigrar. En mi caso, vivo en la Ciudad de México desde que estudie y ahora trabajo ahí sin que tenga planes de regresar permanentemente al pueblo en el que crecí. Si bien tengo recuerdos fantásticos y un cariño por el lugar en el que crecí no es una posibilidad volver, al menos no en una etapa en la que soy económicamente más productivo a pesar de haber crecido en una familia acomodada.

Mi situación se repite con varios de los compañeros con los que crecí y con los que formé una gran amistad y si bien ya han pasado algunos años desde que cada quien agarro su camino, es común que para navidad todos vuelven al pueblo a visitar a sus familias y en estas fechas es cuando se dan reencuentros como el que les vengo a contar.

Despues de 5 años me reencontré con Camila, mi primera novia y me atrevo a decir que mi primer amor. De ese que no se olvida por lo intenso de las emociones y por lo inexpertos que éramos. Ella fue mi compañera de escuela por más de 10 años y creo que desde el inicio tuvimos atracción mutua. Con ella pase uno de los momentos que más me han calentado en mi vida a pesar de no haber realizado nada sexual, aunque para nosotros en ese momento fue lo más subido de tono que habíamos hecho hasta ese momento.

Por ahí de 2006, en unas vacaciones de invierno, y tal vez en la época en que éramos más unidos, cada quien salió de viaje con su familia y acordamos reencontrarnos para ver en maratón la trilogía del señor de los anillos en una pequeña cabaña que está en el jardín de la casa de mis padres en la que hay una parrilla y un cuarto con una sala de tv que se usa cuando recibimos visitas que se quedarán algo de tiempo. En caso de que sean visitas cortas las personas se suelen quedar en la casa en la que vivimos. La cabaña está un poco alejada de la casa principal y eso da privacidad y ayuda a que el ruido de las fiestas no ocasione molestias en la casa de mis padres.

En esa época, aún no había tenido ninguna experiencia sexual pero ta había visto infinidad de porno y me había hecho cientos de pajas y tenía muchas ganas de tener relaciones por primera vez. Llegó un momento en el que honestamente solo pensaba en eso y estaba decidido a hacerlo con Cami el día de nuestro reencuentro.

Todo estaba Perfecto, pedimos pizza, empezamos a ver las películas y estábamos juntos y solos tapados con unas cobijas con la niebla hasta abajo. Poco a poco nos empezamos a acercar y abrazarnos mientras veíamos las películas y eso nos llevó a darnos nuestro primer beso, no porque fuera el primero de nuestras vidas sino el primero entre nosotros, ya que antes de esto éramos simplemente amigos. Empecé a acariciar su concha encima del pantalón y tenía la verga que me iba a reventar. Cami empezó a gemir y ella agarraba mi pene encima del pantalón pero me detuvo. Me dijo que le daba miedo tener relaciones a pesar de que tenía los forros y todo listo.

Ese iba a ser el último año en que estudiaríamos juntos y después del viaje de verano de fin de cursos ambos sabíamos que si bien seguiríamos siendo amigos, la convivencia ya no sería igual. Sobre todo, ya no sería con la misma frecuencia. Después de ese día pasaron semanas y anduvimos a los besos en un par de fiestas y finalmente fuimos novios. Sin embargo, algo paso y como que era raro ser novios después de ser amigos. Después del verano nos empezamos a ver cada vez menos hasta que nos distanciamos. Nunca hubo nada sexual entre nosotros a pesar de que yo me moría de ganas.

Paso mucho tiempo y gracias a las redes nos pusimos en contacto de nuevo y hace un par de días estaba solo en la cabaña, ahora cada vez que vengo de visita prefiero quedarme ahí para tener más privacidad y tratar de molestar lo menos posible a mi madre, en especial cuando salgo de fiesta y llego tarde.

El jueves 28 de diciembre estaba totalmente solo y n mi casa, ya que mi familia fue de paseo a Veracruz y yo estaba muy desvelado, de que ya llevaba 3 fiestas seguidas y no quise ir. Al principio estaba todo en orden pero llegó un momento en que me aburrí y subí una story en Instagram de una botella de vino, una copa junto a una fogata en la cabaña en la zona en la que está la parrilla con la niebla hasta abajo poniendo “¿alguien más aburrido?”

Para mi sorpresa, respondió Cami, quien si bien siempre iba en diciembre a ver a su familia, nunca habíamos coincidido y me respondió:

-Voy…. Todavía se puede entrar directo por la puerta del jardín?
-si, misma combinación de siempre, ¿todavía te la sabes?
-jajajaja si…. Dale yendo

En 20 min llego Cami espectacular como siempre. Rubia con muy buen cuerpo a base de jugar tenis, y con unos ojos café claro, casi amarillos. Rápido le serví una copa de vino y otra y platicamos. Al darnos cuenta ya iban tres botellas vacías y llegó un punto en el que ella se sentó al lado mío muy cerca y recargó su cara en mi pecho como cuando éramos adolescentes, le acaricié una mejilla y nos vimos fijamente y le clave un beso.

rápido entramos al interior de la cabaña y ella se recostó en el sillón que está frente a la tele y me dijo ven, mientras se quitaba la sudadera que tenía puesta junto con su playera quedando solo en jeans y corpiño yo rápido me quite la ropa quedando solo en bóxers y me recosté encima de ella mientras la comía a besos. Estaba totalmente erecto y rápido la desnude, ella me dijo que tenía años, al igual que yo, pensando porque no habíamos cogido ese día y me dijo que en buena parte era porque en ese entonces mi pija le daba miedo. Ya que las chicas del salón sabían de los tamaños que tenia cada compañero por rumores que salían del vestidor de fútbol y me dijo que en ese entonces eso, y el miedo que le inculcó su madre de que la primera vez duele muchísimo, para que no se fuera a embarazar chica, le atemorizaba.

Yo totalmente desnudo me levante y ahí hincado en el sillón, con la pija dura como piedra, me quede quieto admirando su belleza, Ella se puso en cuatro y viéndome a los ojos con una mirada absolutamente gatuna me empezó a petear ahí en el sillón. No saben con que ganas lo hacia y la cantidad de baba que dejo en la pija que se trataba de meter hasta el fondo, luego de unos minutos me levante por un forro que tenía en mi maleta y la recosté hacia atrás y la cogí. Lento pero con intensidad, hasta el fondo. Ella estaba empapada y eso facilitó todo rápido empecé a aumentar el ritmo y esto ocasionó que aumentara la cantidad e intensidad de sus gemidos. Pronto, ya estaba gritando, mientras yo la ahorcaba suavemente con ambas manos y después bajaba acariciando su pecho hasta apretarle las tetas. Le estuve dando bomba como 20 minutos hasta que acabe y me recosté encima de ella sin sacar mi pene de su concha. Me quede ahí, quieto y sin salir de ella, mientras no acariciábamos y descansábamos.

Pronto, el calor del sexo se fue y el frío empezó a ocasionar molestias por lo que de la sala nos metimos a la recámara de la cabaña. Al entrar a la habitación, la puse en cuatro y la cogí de perrito pero en esta ocasión se acabó la dulzura de la primera cogida. En esta ocasión fue sexo, lo cual ambos disfrutamos hasta quedar exhaustos. Nos habremos dormido un par de horas y volvimos a coger hasta que finalmente me dijo que se tenía que ir. Que si podía darse un baño. Cuando salió y se vistió yo ya estaba igual vestido en la sala, le dije que si se quedaba a cenar porque había pedido pizza, como en antaño, y me dijo que si.

charlamos nos reímos y todo fue espectacular, sin embargo, al final nos dimos un abrazo y supimos que esta noche no se repetiría y que lo que paso fue algo que los dos necesitábamos para cerrar un capítulo incompleto de nuestras vidas.

Saludos, ByV

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