Mi Novela Sissy: El Arte de chupar pinchilas (Cap III)

Hola chicas, este es el Capítulo III de la serie que les iré compartiendo. Espero les guste y lo compartan con todas las sissies que quieran. (dejo fotitos mías)





El primer acercamiento: Examen Oral. 
Yo muy nerviosa y ansiosa corrí a atender el llamado. Del otro lado me avisan que subía Carlos, mi invitado.
Suena el timbre, yo temblorosa a pesar de todo mi ritual de preparación. Era el momento. El corazón acelerado se me salía del pecho, escuchaba mis propios latidos.
Luego el toc toc de la puerta y ya estaba hiperexcitada y asustada. 
Tenía un miedo terrible de que me viera y no gustarle o un millón de cosas más. Esos 4 segundos hacia la puerta fueron interminables.
Al fin, ya estaba en la situación, todo esto había sido buscado y armado por mí. 
Abrí la puerta y ahí estaba él, sonriente y sereno:
- Hola (le dije con mi voz más femenina) Pasá y servite, te preparé un trago.
- Seguime, (salí contoneando mis caderas y balanceándome en mis tacos)
- Dale (me dijo muy experto). Tranquilizate que en esto llevo tiempo, estuviste practicando se ve. (mientras sonreía) 


Llegamos a la barra, le dí el trago y un cigarro. Puse música y comencé a moverme al compás. Me movía quebrando mi cintura y acariciando mi cuerpo para él. Rápidamente se colocó detrás de mí para disfrutar de mi baile.
Luego comencé a soltarme con seducción acercando mi culo para apoyarlo sobre su bulto, de sobársela bien por encima del pantalón para sentir su dureza y de agacharme a besuquear el tronco. Él me apretaba desesperado tomándome por la nuca. Finalmente llegó el momento más esperado. Ya era hora de una seria conversación boca a pene y yo volaba de calentura. Me puse de rodillas, bajó de un tirón sus pantalones y quedó en calzoncillos, se le marcaba un bulto intimidante. Comencé a sobarla y prepararla, me llenaba de excitación saber que iba a comer todo ese paquete. Se iba poniendo dura y crecía bajo el calzón, no pude más y metí la mano por debajo para sentir la piel. Hasta ese momento no tenía idea alguna de  la suavidad que la piel de una verga podía tener. Se la empecé a masturbar por debajo del bóxer. Su aroma intenso me embriagaba y yo lo respiraba a fondo.
Estaba encantada con esa naturaleza impactante, dichosa de que mi tacto la pudiera explorar. Le dí unas pajeadas, lentas y profundas. La bestia reaccionó de inmediato y empezó a cobrar vida. Creció tomando temperatura y vigor. Yo ya me moría de impaciencia así que me colgué del elástico del bóxer bajándolo rápidamente para ver esa belleza.
Salió de inmediato una verga cabezona, bien gruesa y muy peluda que rebotaba como un trampolín con dos huevos hermosos y gigantes. Era fenomenal, una pija bien robusta y de piel bien oscura. Un aroma delicioso inundó la habitación, yo la agarré de inmediato y comencé a pajear mientras besaba y lamía el pubis y las bolas. Se endurecía y agrandaba en mi mano, era una pijota deliciosa. Ya bien parada y dura la manejaba como quería. Tenía todo el poder en mi mano, en mi boca y en mi lengua. Tenía un tamaño, una forma, un color, un aroma, un sabor y una textura exquisitos. Que un pene sea anatómicamente bello es importante. He visto a damas finas perder los modales y devorar como bestias hambrientas.


Mi Novela Sissy: El Arte de chupar pinchilas (Cap III)


Continuará...

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