Fantasía de una usuaria : hecha realidad

Buenas noches, hoy les traigo una nueva fantasía de una usuaria con la cual ya charlo hace bastante y me comento esta nueva, al final del relato como siempre les dejo algunas fotos que me envió ella.
Sin más les dejo mi humilde aporte, muchas gracias por leer.



Después de varias semanas chateando sobre nuestra vida sexual, y compartiendo fantasías finalmente coincidimos para conocernos, si bien no había secretos sexualmente hablando, nunca nos habíamos visto hasta aquel dia.
Decidimos encontrarnos en un café de los más conocidos de CABA,cada uno llegó puntualmente y pedimos algo para tomar, al principio como no, fue un poco incomodo pero luego de unos minutos comenzamos a soltarnos.
Tras unos minutos ya reíamos y nos mirábamos cómplices, sonrisas pícaras de su parte y miradas lujuriosas de la mia. Como evitarlo, si estaba vestida con un pantalón de Jean ajustado que marcaba su redonda cola y una camisa blanca que transparentaba el corpiño, yo la había visto en ropa interior por fotos, pero verla tapada sabiendo el cuerpo que escondía me calentaba aún más.

Lamentablemente un tiempo más tarde tuve que pedír la cuenta, ella debia volver a la casa para que el marido no sospeche y yo aunque tenía algo más de tiempo decidí retirarme también. 
Vivíamos a 30 min de distancia por lo cual me ofrecí a llevarla. 
Ella, ya entrada en confianza, se subió a mi auto sin problemas y me indicó el camino. Luego de varias vueltas, idas y venidas por culpa del tráfico y los cortes ella comenzó a notar que nos alejabamos de la zona que conocía. 

" por acá no es, nos desviamos mucho " me dijo

"quédate tranquila que vamos bien" dije con tono tranquilo mientras manejaba. 

Podía ver como su cara de felicidad comenzaba a mostrar preocupación, así que conduje rápidamente hasta llegar a la entrada de una cochera la cual se abrió automáticamente e ingrese.
Para ese momento ya no decías nada más que " ¡ llevame a mi casa ! " "¿ que hacemos acá ? " 

Te mire fijamente y conteste " te voy a dar lo que queres, te voy a cojer como a una puta" 

De golpe se abrió la puerta de tu lado y una mano grande, te tomó por el brazo con fuerza y obligó a bajar... 
Por mi parte apague el auto y baje, vi como un amigo mio te sostenía con los brazos por la espada de frente a mi. 

"entremos y pongámonos cómodos" dije con tono amable. 

Por la cochera ingresamos a la casa, iba abriendo las puertas y detrás mío caminaba mi amigo llevándote casi a la rastra. Luego de pasar por algunos ambientes llegamos a una habitación, entré, y haciendo una reverencia hacia vos, te indique que te sientes sobre la cama. 

" ¿que me van a hacer? era todo mentira. No me hagan nada" dijiste con voz temblorosa. 

"Vero, hace tiempo que querías esto y con mi amigo diego te lo vamos a cumplir" conteste.
 
"eran solo fantasías, no quiero nada" trataste de convencerme. 

Pero ya era tarde, quieras o no, habías sembrado en mí una excitacion y un deseo que no iba a controlar.
Iba a hacer uso de tu cuerpo con en todos las fantasías de las tanto hablabamos. 
Diego fue el primero en dar un paso al frente, el no era particularmente grande pero tenía bastante fuerza por lo que no tuvo problemas en sujetarte ambas manos, recostarte sobre la cama y comenzar a besarte el cuello, subir tu bluza hasta dejar al descubierto el corpiño y sacartela por la cabeza... Esa misma bluza la uso para atarte las muñecas para que no puedas golpearlo ni rasguñarlo, algo que intentaste sin ningún resultado. Diego se encontraba encima tuyo obligandote a estar recostada en la cama, mientras yo, viendo como se reproducía todo aquello que siempre pensé, comencé a acariciar mi pene por sobre el pantalón, y luego metiendo mi mano dentro del bóxer. 
Esa era tu fantasía que tantas veces habías comentado, y con la cual te excitabas hasta no dar más... Pero no de esa forma, aquella situación era una pesadilla, te estaban abusando y seguramente te violarian, te retorsiste tratando de escabullirte, pero todo fue en vano. 
Diego te tenía bien agarrada, así que con una habilidad increíble te desabrocho el pantalón y comenzó a bajarlo, un poco le costó ya que estaba tan apretado en tu cola que casi tiene que soltarte para usar sus dos manos, en ese momento comencé a ayudarlo, sacando tus botitas y deslizando el Jean por tus muzlos, que hermosa vista nos regalaste al ver esas piernas esbeltas, esa cola redonda y trabajada enmarcada con una tanga roja... 

"viste que querías fiesta , sino por que te preparaste con esa tanguita" te dije con cara de quien descubre a un mentiroso. 

Te volteamos para que quedaras boca abajo, con tu cola de frente a nosotros, apoyamos tu cabeza sobre una almohada y abrimos tus piernas, yo sabía que te volvía loca el sexo anal por lo que no tarde untarte la cola con un aceite que tenia preparado sobre la mesita de luz. 
Dispare un chorro del aquel lubricante y Diego con sus dedos comenzó a esparcirlo por toda la redondes de tu cola, haciendo especial hincapié en tu raya, metiendo de a poco los dedos en tu recto. 
Comenzaste a sentir como el aceite lubricante comenzaba a dar calor a tus partes, y a dilatar tu ano, permitiendo que diego pudiera comenzar a introducir de a poco sus dedos... Comenzó con alguna falanje timidamente, pero con el correr de los minutos, tu ano se fue abriendo involuntariamente dando paso a que aquel tipo metiera lo que te parecieron 4 dedos enteros,un calculo difícil ya que su mano comenzó a moverse frenética entrando y saliendo de tu ano, mientras se agarraba de tu nalga para tener mayor fuerza en el movimiento. 
De todo esto me asegure de guardar recuerdos, por lo que tomé el celular y comencé a filmar, por momentos tambien sacaba fotos de tu rostro colorado por la masturbacion anal que estabas recibiendo, de tu cuerpo desnudo y tu ano colorado con los dedos de Diego en su interior. Hasta que luego de unos minutos te vi morder la almohada, cuando voltee la mirada, diego ya te estaba penetrando, no aguanto más de la calentura, sin avisar nada, sin usar preservativo y sin nada de delicadeza introdujo su pene dentro de tu ano y comenzó a cojerte. 
En ese momento me acerque y te agarre por el pelo, levantando tu cabeza de la almohada que mordías ferozmente. 

" ¿esto era lo que querías putita ? " te susurre al oído. 

"sos un hijo de puta" contestaste rabiosa. 

Pudiste sentir la diferencia de tamaño entre la mano de diego y su pene, este último era más pequeño pero a la vez era más largo por lo cual llegaba mucho más profundo dentro de ti, golpeaba con su glande en el fondo de tu recto, casi lo podías sentir a la altura de tu ombligo. 
Diego se herguia detrás tuyo, apoyándose con sus manos sobre tu cadera para poder penetrarte ayudado por su peso, eso te estaba reventando, te hacia doler la cadera de los golpes y el esfuerzo que te estaban haciendo hacer para no sucumbir a su fuerza, aquel joven era incansable, sus embestidas duraron varios minutos que parecieron una eternidad, y por sobre todo, lo que más odiabas era verme a mi, sentado con el celular captando cada momento, cada gesto, cada grito de dolor. Todo esto mientras exivia el pene erecto como quien espera su turno. 

"ya es momento de que me una" dije mirando a Diego. 

Saque de un cajón en la mesita de luz un collar con correa, el cual te coloque mientras aún tenías ta cabeza pegada a la almohada. 
"veni perrita, que tengo otra sorpresa para vos" dije terminando de enganchar la correa. 

Diego se bajo de encima tuyo, sacando tu pene lleno de un fluido, mezcla de lubricante y líquido preseminal. Automáticamente te quisiste recostar para descansar pero de un tirón al collar te obligue a que me mires, te hice un gesto para que me sigas y con un tirón aun más fuerte te obligie a bajar de la cama. 

" gateando quiero que vayas perrita" te dije con voz de mando. 

La verdad es que te sentías cansada y dolorida, no te quedaba otra opción que hacerme caso por lo cual te arrodillaste y me seguiste en cuatro patas hasta otra habitación. 

" mira putita lo que prepare para vos" dije señalando algo que parecía una soga colgando. 
Después de inspeccionar un poco más, notaste que era un arnés colgado de un soporte en el techo. 

"¿que me van a hacer ahora? hijos de puta" preguntaste casi sin querer saber la respuesta. 

"te vamos a colgar, y te vamos a romper el orto como siempre quisiste" conteste. 

Le pedí ayuda a diego para colocarte el arnés y luego levantarte por los aires hasta quedar a la altura de nuestras cinturas, con las piernas abiertas de par en par, las manos atadas detrás tuyo, unas sogas apretando tus tetas y como frutilla del postre, una bola en tu boca para que no pudieras gritar. 
Quedaste colgada, sin poder hacer nada como un pedazo de carne, como una muñeca sexual al servicio de sus amos que podían hacer uso de sus agujeros cuanto quisieran. 
En esta oportunidad el primero en pasar fui yo, me pare al frente tuyo y entre tus piernas , sin preservativo y sin ningún cuidado finalmente metí mi verga en tu vagina, te tomé por los pechos que empezaban a ponerse morados de estar atados y los use para columpiarte, haciendo que mi pene entrará y saliera de tu conchita con mayor fuerza, te tomaba por el cuello y apretaba hasta dejarte colorada para luego soltarte. 

"no solo te voy a romper toda la conchita, sino que también te voy a dejar embarazada, te voy a preñar como la perra que sos" te dije al tomarte por las piernas y propinarte una cogida rápida y feroz. 

Podías ver mi cara de lujuria,como una bestia rabiosa movía mis caderas. Después de varias semanas estaba penetrando a la mujer que tantas fantasias me había contado, que tantas veces me había masturbado con sus fotos. Ahora estaba cojiendola y a punto de acabarle dentro de la conchita.

Pero de un momento a otro me detuve, yo sabía cuál era su mayor deseo, así que saqué mi pene palpitante por la exitacion y lo acerque a la entrada de tu ano, aún continuaba abierto por la cogida que te había propiciado Diego, eso facilitaba que  se deslice en tu interior, así que casi sin esfuerzo lo introduje nuevamente. Diego sin quedarse atrás también se acercó pero esta ves por detrás tuyo tomándote por el pelo, comenzó a meter tu pene a la par del mío, ambos estábamos abusando de tu ano, dándote la doble penetracion que siempre mencionabas en tus fantasías, quizás esto no era exactamente como lo querías pero ya no importaba, diego y yo estábamos en plena faena, tenerte colgada a nuestro servicio como objeto de placer, cojerte la cola como a una puta, era más de lo que hacía fantaseado en mi mente. 
Por tu parte no tratabas de pedir ayuda, solo salían ruidos sordos de dolor, dos pijas era demasiado para tu ano, te ardía todo por dentro. 
Muy lejos estabas de sentir algo de placer mientras aquellos violadores abusaban sin parar de tu cuerpo, y como si fuera poco, Diego antes de sumarse a la escena había dejado su celular filmandolo todo. 
Varios minutos duraron, apretando tus pechos, cola y cuello. Te mordian, besaban y babeaban por todo el cuerpo... Parecía que no daban más físicamente pero la excitacion los había sacado de sus cabales y los hacía seguir inmersos en sus más bajos instintos. Ya casi no sentías las extremidades por el tiempo que llevabas atada, cuando una presion enorme sobre tus pechos y un tirón en el pelo te hicieron recobrar un poco el conocimiento, aquellos dos hombres que te estaban abusando comenzaron a moverse más lento, hasta detenerse y terminar sacando sus penes de tu interior, al hacerlo pudiste sentir como una cantidad enorme de líquido caía de tu ano, el piso debajo tuyo quedó completamente lleno del semen producto de la eyaculacion de aquellos hombres, que ahora escurría desde tu interior. 
Ya cansados del acto que acababan de consumar, sin decir nada se dieron la vuelta y se fueron dejándote colgada sin entender que más podía pasar. 

Algunos minutos después volvieron a entrar ya cambiados y limpios. 

"ahora te vamos a bajar y vas a vestir rápido" dije apurado. "pero te vas a llevar esto de recuerdo" continúe. 

Saque de mi bolsillo un plug anal de tamaño mediano que introduje en tu cola casi sin problemas. 

"te vas a ir con eso puesto " dije colocandolo a modo de tapón, evitando que siga cayendo semen. 

"y espero que no te lo saques hasta tu casa, sino les voy a mostrar tus videos a tu marido y a la gente de tu trabajo" dije amenazante. 
Ya no tenias ganas de contestar ni defenderte, por lo que solo asentiste con la cabeza y dejaste aquel objeto en tu ano. 
Una ves cambiada te subiste al auto en silencio y conduje hasta dejarte casi en la puerta de tu casa,cuando me detuve, bajaste corriendo y entraste sin mirar atras,pero aún llevando el plug y el semen nuestro dentro tuyo.  

Fantasía de una usuaria : hecha realidad
Sexo anal

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