Cinthia al fin tenia una noche libre para ella sola, sus hijas estaban en lo de la abuela y tenía toda la noche para ella sola.
Aprovecho, luego de cenar ligero para tomar un largo baño de inmersión. Después de más o menos media hora, Cinthia salió de la bañera, se seco y empezó a pasarse crema para el cuerpo, pasaba sus manos suave, pero a la vez con suficientemente fuerza, y de a poco sus propias caricias la fueron encendiendo, así que se fue para la cama. Se acostó y empezó acariciandose el abdomen con las dos manos, para después ir subiendo. Agarro una teta con cada mano y empezó a jugar con sus pezones, los frotaba con sus dedos, notando como se iban poniendo cada vez más duros. De a poco fue bajando sus manos nuevamente, acariciandose lentamente, hasta llegar a su concha. Con las piernas bien Cinthia empezó a frotarse muy despacio los labios y el clitoris, notando como su vagina se iba poniendo cada vez más caliente. Despacio empezó a meterse un dedo, moviendolo en circulo. Con su otra mano seguía frotándose mientras metía un segundo dedo y empezaba a un mete y saca lento. Cinthia estaba con los ojos cerrados y unos gemidos empezaban a escapar de su boca. Metió un tercer dedo y aceleró el ritmo, sus gemidos aumentaban de volumen, su otra mano había vuelto a sus pechos, mientras su cadera subía y bajaba acompañando a sus dedos que trataban de llegar lo más adentro posible. Cinthia estaba totalmente mojada, en ese momento recordó el último juguete que había comprado y que todavía no había podido probar. Abrió el cajón de su mesita de luz y saco un vibrador a control remoto. Cinthia se metió el juguete tan adentro como pudo y encendió el vibrador a potencia mínima, automáticamente sintió un escalofrío dejándola al borde del orgasmo, dejó el control encima de la cama y con sus manos fue a buscar su clitoris mientras el juguete vibraba en su interior, después de unos pocos segundos, Cinthia acabó con un gemido intenso. Se relajo un poco, mientras el juguete seguía vibrando en su interior.
Cinthia no había cerrado la puerta de su habitación ya que sus hijas no estaban, pero no estaba sola, sus gemidos habían llamado la atención del pequeño perro que había comprado como mascota para sus hijas, que se había metido en su habitación y había saltado sobre la cama. Cinthia seguía acariciando su cuerpo y disfrutando del suave vibrar de su nuevo juguete, y no se dio cuenta de su pequeño compañero perruno, que agarro el control del vibrador pensando que era un juguete y salto de la cama. Al aterrizar en el piso, el cachorro subió accidentalmente el.nivel de vibración a medio, lo que sorprendió a Cinthia, que abrió de golpe los ojos sorprendido. Estiro la mano tratando de agarrar el control que ya ni estaba sobre la cama, se sentó y vio al pequeño can con el control en la boca. Sin pensarlo Cinthia trató de ir por el perro, que salió corriendo al momento que ella llegaba al borde de la cama, con el resultado del perro mordiendo demasiado fuerte el control, rompiendolo. Esto hizo que el vibrador pasara a potencia maxima, esto hizo que Cinthia se sorprendiera y por la intensidad de las vibraciones, cayendo al piso, lo que causó que el vibrador se metiera por completo en su vagina. Cin, con su cara contra el piso, a 4 patas, acercó sus manos a su concha para tratar de sacarlo, pero no lo alcanzaba. En ese momento un violento orgamo sacudió todo su cuerpo haciéndola gritar y dejándola completamente tirada en el piso. Cinthia no podía pensar, las intensas vibraciones no paraban de producirle un orgasmo atrás de otro, ella solo podía arrastrar y dar vueltas por el piso, mientras su cuerpo era sacadudido por los espasmos de placer. El piso de la habitación mojado por los flujos que soltaba Cinthia con corrida, perdió la cuenta del tiempo y de los orgasmos hasta quedarse desmayada de cansancio y placer en el momento que el vibrador se quedó sin batería. A la mañana siguiente se despertó totalmente dolorida, todo el cuerpo le dolía, pero lo cierto es que nunca había disfrutado tanto en su vida, como esa noche.
Aprovecho, luego de cenar ligero para tomar un largo baño de inmersión. Después de más o menos media hora, Cinthia salió de la bañera, se seco y empezó a pasarse crema para el cuerpo, pasaba sus manos suave, pero a la vez con suficientemente fuerza, y de a poco sus propias caricias la fueron encendiendo, así que se fue para la cama. Se acostó y empezó acariciandose el abdomen con las dos manos, para después ir subiendo. Agarro una teta con cada mano y empezó a jugar con sus pezones, los frotaba con sus dedos, notando como se iban poniendo cada vez más duros. De a poco fue bajando sus manos nuevamente, acariciandose lentamente, hasta llegar a su concha. Con las piernas bien Cinthia empezó a frotarse muy despacio los labios y el clitoris, notando como su vagina se iba poniendo cada vez más caliente. Despacio empezó a meterse un dedo, moviendolo en circulo. Con su otra mano seguía frotándose mientras metía un segundo dedo y empezaba a un mete y saca lento. Cinthia estaba con los ojos cerrados y unos gemidos empezaban a escapar de su boca. Metió un tercer dedo y aceleró el ritmo, sus gemidos aumentaban de volumen, su otra mano había vuelto a sus pechos, mientras su cadera subía y bajaba acompañando a sus dedos que trataban de llegar lo más adentro posible. Cinthia estaba totalmente mojada, en ese momento recordó el último juguete que había comprado y que todavía no había podido probar. Abrió el cajón de su mesita de luz y saco un vibrador a control remoto. Cinthia se metió el juguete tan adentro como pudo y encendió el vibrador a potencia mínima, automáticamente sintió un escalofrío dejándola al borde del orgasmo, dejó el control encima de la cama y con sus manos fue a buscar su clitoris mientras el juguete vibraba en su interior, después de unos pocos segundos, Cinthia acabó con un gemido intenso. Se relajo un poco, mientras el juguete seguía vibrando en su interior.
Cinthia no había cerrado la puerta de su habitación ya que sus hijas no estaban, pero no estaba sola, sus gemidos habían llamado la atención del pequeño perro que había comprado como mascota para sus hijas, que se había metido en su habitación y había saltado sobre la cama. Cinthia seguía acariciando su cuerpo y disfrutando del suave vibrar de su nuevo juguete, y no se dio cuenta de su pequeño compañero perruno, que agarro el control del vibrador pensando que era un juguete y salto de la cama. Al aterrizar en el piso, el cachorro subió accidentalmente el.nivel de vibración a medio, lo que sorprendió a Cinthia, que abrió de golpe los ojos sorprendido. Estiro la mano tratando de agarrar el control que ya ni estaba sobre la cama, se sentó y vio al pequeño can con el control en la boca. Sin pensarlo Cinthia trató de ir por el perro, que salió corriendo al momento que ella llegaba al borde de la cama, con el resultado del perro mordiendo demasiado fuerte el control, rompiendolo. Esto hizo que el vibrador pasara a potencia maxima, esto hizo que Cinthia se sorprendiera y por la intensidad de las vibraciones, cayendo al piso, lo que causó que el vibrador se metiera por completo en su vagina. Cin, con su cara contra el piso, a 4 patas, acercó sus manos a su concha para tratar de sacarlo, pero no lo alcanzaba. En ese momento un violento orgamo sacudió todo su cuerpo haciéndola gritar y dejándola completamente tirada en el piso. Cinthia no podía pensar, las intensas vibraciones no paraban de producirle un orgasmo atrás de otro, ella solo podía arrastrar y dar vueltas por el piso, mientras su cuerpo era sacadudido por los espasmos de placer. El piso de la habitación mojado por los flujos que soltaba Cinthia con corrida, perdió la cuenta del tiempo y de los orgasmos hasta quedarse desmayada de cansancio y placer en el momento que el vibrador se quedó sin batería. A la mañana siguiente se despertó totalmente dolorida, todo el cuerpo le dolía, pero lo cierto es que nunca había disfrutado tanto en su vida, como esa noche.
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