Visita sorpresa

Las cosas parecen cambiar al regreso de mis vacaciones familiares, algunos problemas mantienen a D. Andrés alejado del pueblo, y además mi hermana lleva unos días viviendo con nosotros.
Hacía ya algunos meses que había vuelto de mis vacaciones de Semana Santa, como consecuencia de ello tan solo podría cogerme una semana libre en el verano, aunque según D. Andrés probablemente tuviera que ir con él a Cantabria, desde hacía unas semanas venía diciendo que la cosa pintaba de pena, y la mayor parte del tiempo la pasaba en su casa de allí. Desde el principio de verano vivía con nosotros mi hermana, ella decía que no pasaba nada, pero a mí no se me escaba que la situación con su marido no era del todo buena.

Mi hermana es algo más alta que yo, su cuerpo es esbelto, pero con bastantes curvas, tiene un culo de la ostia y unas tetas de infarto – según mi cuñado – que a pesar de haber amamantado a tres criaturas y al payaso de su esposo siguen desafiando a la gravedad y se mantienen bien firmes, aunque su pelo natural es negro siempre lo lleva teñido de rubio, color que le sienta bien con su tono de piel, aunque lo mejor de todo son sus ojos, verde tirando a azulado, que le hacen una cara como de muñeca.

Se casó con 18 años con el primer y único novio que tuvo, y aunque yo antes de conocer a D. Andrés os pareciera demasiado puritana, ella lo es mucho más que yo, de joven siempre que mis padres se iban y nos dejaban solas en casa, discutía con mi cuñado, pues a pesar de dormir juntos ella siempre dijo que pensaba llegar virgen al matrimonio. Pasados los años cuando alguna vez no hemos reunido algunas amigas y hablamos de las noches con nuestras parejas, siempre termina acalorada escuchando las experiencias de alguna de nuestras amigas, - si supiera lo que lleva pasando casi dos años… - , según siempre decía, nunca había hecho una felación, por lo que habitualmente explicaba, el misionero y poco más, cuando tocaba.

Todas las mañanas mi hermana me acompañaba a recoger la casa de D. Andrés, a pesar de que pasaba más tiempo en Cantabria que aquí en el pueblo, todos los días acudíamos a recoger, limpiar la piscina, el patio, etc, así además de tenerla preparada para cuando vinieran, entre las dos enseguida terminábamos y nos pasábamos la mañana en la piscina o tomando el sol.

Esa mañana tenía que acompañar a mi marido a una revisión médica, y decidimos dejar a mi hermana en casa de D. Andrés, en principio no tardaríamos mucho en regresar y mi jefe llevaba varias semanas sin acercarse por allí y todo hacía pensar que tardaría en hacerlo.

Apenas hacía un par de horas que habíamos dejado a mi hermana en casa de mi jefe cuando regresamos, mi esposo me dejó allí y se fue a casa a dormir, al entrar mi hermana tenía prácticamente todo recogido dentro de la casa, yo me dirigí al patio para ponerme con la piscina, aún era pronto y seguro que nos daba tiempo pegarnos un buen baño antes de marcharnos para comer, apenas había salido fuera cuando escuché un coche fuera de la casa, me quedé mirando la puerta del patio, esperando a ver si esta se habría, pero como no lo hizo, seguí un rato más a lo mío, la cosa iba bastante rápido y entré en la casa para coger un cigarro.

En el salón hablando con mi hermana estaba D. Andrés, no hacía mucho que se habían encontrado, pues mi hermana estaba explicándole quien era, le dijo que enseguida me llamaba que estaba en el patio, a lo que mi jefe le respondió que no hacía falta, y siguió charlando con ella, los piropos se sucedían uno tras otro en un intento de mi jefe por tirarle lo trastos a mi hermana, ella sin embargo se ruborizaba e intentaba terminar con aquello cuanto antes, yo por otro lado me divertía viendo a mi hermana toda cortada mirando hacia el suelo, D. Andrés aprovecho para acercarse a mi hermana que ya estaba súper nerviosa, y pasándole su mano por la espalda la dijo, pero bueno no te quedes ahí de pie, te apetece tomar algo? antes de que mi hermana pudiera contestar aparecí yo en el salón.

-Buenos días D. Andrés, dichosos los ojos

-Hola Bolita, ¿Qué tal todo?, veo que me tienes la casa como la patena

-veo que ya conoce a mi hermana Encarna, viene la mayoría de los días a echarme una mano en la casa.

- claro como tu veas bolita, ya sabes que mientras todo este como tiene que estar, todo me parece bien. ¿Qué tal la familia todo bien?

- Todo bien D. Andrés

- bueno chicas os dejo, que tengo algunas cosas que arreglar en el despacho, te podrías quedar hasta que termine bolita? Si queréis podéis tomar un baño y pedir algo para comer, yo os invito.

- De acuerdo, no se preocupe D. Andrés.

Llamé por teléfono a mi marido para decirle que no nos esperara que debíamos esperar a que mi jefe terminara unos asuntos allí, le dije que se viniera con nosotras a comer, pero decidió quedarse en casa, según me dijo quería dormir al menos un rato para luego el trabajo.

Habían pasado algo más de dos horas cuando D. Andrés salió de su despacho, se dirigió a nosotras para avisarnos de que tenía que salir, me dijo que estaría fuera unas horas, que podíamos irnos a casa, o pedir algo de comer y pasar allí el resto de la tarde, me pidió que si podía hacerle el favor de hacerle algo para cenar cuando me llamara, según me dijo quería retirarse pronto, para el día siguiente emprender pronto la marcha, También me dijo que durante el resto del mes, pasaría poco por allí, quizás algún viaje relámpago con el hoy dijo, pero si queréis podéis venir aquí todos los días a la piscina, de este modo la casa no estará cerrada tanto tiempo.

Al salir D. Andrés, mi hermana yo comenzamos a hablar de lo bien que pintaba el resto del verano, todos los días podíamos ir donde mi jefe y pegarnos un baño el tiempo que quisiéramos. Después de un rato más en la piscina, fuimos a casa a comer, y a eso de las cinco de la tarde ya estábamos donde mi jefe de vuelta.

D. Andrés me llamó para decirme que ya estaba en camino, y para ver si podía hacerle algo de cena, por supuesto le dije, acérquese a casa, le esperábamos para cenar todos juntos y así no tendrá nada de qué preocuparse cuando se valla mañana.

Apenas acababa de ponerme a cocinar cuando llegó mi jefe a casa, le invite a pasar al salón donde estaba mi hija y mi hermana, D. Andrés como no podía ser de otro modo, se sentó al lado de Encarna, ambos comenzaron a hablar, aunque ella no parecía estar demasiado a gusto con la situación, D. Andrés aprovechaba cualquier oportunidad para decirle lo bella que era, y de vez en cuando a soltar alguna de sus manos que como quien no quiere la cosa se posaba sobre los muslos desnudos de mi hermana.

La cena ya estaba hecha, y mi hija había salido del salón, estos dos estaban solo allí y estaba convencida de que don Andrés aprovecharía para ir a saco con mi hermana, como pude, despacio me acerque a verlo, ambos estaban entados en el sofá grande, Don Andrés intentaba pegarse a mi hermana que como podía se iba retirando de su acosador, el final del sofá había llegado y de nuevo se la veía nerviosa, D. Andrés se acercó a ella y la miró fijamente, yo sabía lo que venía a continuación, y adelantándome vocee “ Encarna puedes venir a la cocina un momento?”.

La cara de mi hermana al llegar a la cocina era todo un poema, estaba más colorada que un tomate, y los nervios le impedían coger nada sin que terminara en el suelo, que te pasa le pregunté con una sonrisa picarona, pareces una colegiala, muy despacito como con miedo me susurró que mi jefe, la había estado intentado meter mano, que cada vez se acercaba más a ella en el sofá e intentaba sobarla, yo sonreí más descarada y le expliqué que si quería inventaba alguna excusa para que ella lo acompañara a casa, allí le dije, tan solo tendrás que seguirle el juego y acabaréis los dos en la cama. Casi me pega.

La cena transcurrió con normalidad, bueno para mi hermana no mucho, pues a juzgar por su cara, D. Andrés seguía haciendo de las suyas, nada más terminar de cenar mi hija se fue con su novio, y nosotros tres nos dispusimos a tomar el café, cuando me levanté a ponerlo mi hermana hizo ademan de levantarse supongo que para no quedarse a solas con mi jefe, pero yo me adelanté a ella diciendo que no hacía falta que esperaran allí.

Ya en la cocina, me dispuse a ir despacito con los cafés, me recreé en mi tarea a ver si así mi hermanita se pegaba un buen homenaje con el pollón de mi jefe, pero no hubo forma, apenas llevaba un rato con un cigarro en la mano, Encarna apareció por allí.

Después del café D. Andrés se levantó enseguida, yo volví a aprovechar la ocasión para mencionar a mi hermana que íbamos con D. Andrés a su casa para asegurarnos de que todo estaba listo para la mañana siguiente, ella se disculpó diciendo que estaba cansada y se despidió de mi jefe con un beso en la mejilla que él se encargó de que acabara ronzando sus labios.

El calentón que llevaba D. Andrés por mi hermana era tal que ni siquiera aguanto a llegar a su casa, nada más salir de la zona de viviendas del pueblo metió su mano por debajo de mi pantalón y apartándome la braga comenzó a acariciarme el coño, ya dentro de la casa tumbados en el sofá se desquitó por completo.

De rodillas mientras él estaba sentado le comí la polla, mientras tanto él iba sacándome la poca ropa que llevaba, acariciaba sus pelotas con mi lengua, sé que eso le vuelve loco, después volvía a metérmela hasta el fondo de la garganta, su polla cada vez más dura salía toda llena de saliva, y de nuevo volvía a metérmela hasta adentro, D. Andrés me cogió de la barbilla, y alzando mi cara me susurró “hoy estoy muy cansado, hazlo todo tu”.

Muy lentamente me senté sobre su polla, que poco a poco se iba clavando en mí, tras meterla toda me quedé unos segundos con ella dentro antes de comenzar el sube y baja, ya hacía tiempo que no tenía aquella verga dentro, casi no recordaba lo bien que me llenaba, tras un rato follándome el coño, volví a sentarme sobre su mástil, pero esta vez clavándolo en mi culo, así estuve hasta que me avisó de que se corría, me puse de nuevo de rodillas y apunte su glande a mi boca donde recibí su deliciosa leche, mientras él se daba una ducha yo volví a casa, cuando llegué mi hermana ya estaba en la cama.

Mi hermana no volvió a sacar el tema de lo sucedido durante su primer encuentro con mi jefe, llevábamos más de una semana sin verlo por aquí, durante este tiempo mi hermana hizo un par de viajes a su casa, supongo que sería por mis sobrinas, pero al regresar se la veía un poco más triste.

Los días seguían pasando sin que mi jefe diera señales de vida, nosotras dos pasábamos allí casi todo el día, mi marido, con dormir y comer tenía bastante, y mi hija se había ido con la familia de su novio a pasar unos días en alicante, así que nosotras íbamos a casa a comer y después de echar un rato la sienta volvíamos a casa de D. Andrés.

Aunque era sábado mi esposo había quedado con unos compañeros de trabajo para ir a pescar, y después del trabajo, marchaban todos a pasar el día en el embalse de Sacedón, según dicen allí hay buenas Carpas y buenos blases. Mi hermana y yo decidimos pasarnos el día en casa de mi jefe, y bien pronto por la mañana nos presentamos allí.

A eso de la once de la mañana me envió un WhatsApp don Andrés preguntándome que tal estaba todo por allí, le expliqué que todo estaba bien, que solíamos pasar un rato en su casa casi todos los días, y que en ese momento me encontraba allí con Encarna, que recogeríamos el patio – mentira cochina – y nos daríamos un baño, le expliqué que tal vez pasáramos allí el resto del día, pues estábamos las dos solas en casa, como era de esperar me dijo que no había ningún problema.

Ya bastante tarde llámanos para que nos prepararan unas ensaladas y algo ligerito para comer, ya que estábamos de relax, que fuera del todo, el chico que nos atendió al teléfono nos comentó que una media, hora podíamos pasar a recoger el pedido, sin embargo yo tenía que pasar por casa para coger dinero, así que poco después de colgar dejé a mi hermana tomando el sol en la hamaca y fui a recoger la comida, el bar tenía jaleo por lo que mi pedido se retrasó un rato más, cuando llegué a casa de mi jefe me sorprendió ver su coche en la puerta, supuse que de haber entrado estaría con mi hermana en la piscina, así que muy despacio y en silencio entré por la casa para observar lo que pasaba.

Por lo que pude ver por la ventana D. Andrés no había venido solo, su hijo Cristóbal lo acompañaba, debían de acabar de llegar por que Andrés, estaba saludando a mi hermana con dos besos en la mejilla, para después presentarle a su hijo que hizo lo propio, estuvieron charlando con ella un rato, y Cristóbal se retiró no sé con qué excusa.

Mi jefe nada más verse a solas con mi hermana comenzó con su técnica de acoso y derribo, los dos estaban sentados en la misma hamaca y éste cada vez procuraba pegarse más a mi hermana, que en esta ocasión tenía poco margen de movimiento, intento buscar ayuda en el móvil diciendo que ya había pasado mucho tiempo desde que me fui a recoger la comida, pero me había dejado el móvil allí, la sorpresa de mi hermana al escuchar allí la melodía de mi teléfono fue mayúscula.

Mi jefe aprovechaba cualquier comentario de la conversación, pata tocar a mi hermana, que como estaba en bikini, tocara donde tocara notaba el tacto de sus manos, el tono de mi jefe había bajado bastante y yo dejé de escuchar lo que decían, pero si pude ver que Andrés ponía una de sus manos en la espalda de mi hermana, la conversación continuaba, pero él ya no retiró la mano de allí, a mi hermana se la veía muy nerviosa, aquellos juegos no iban con ella y estando allí sola tampoco sabía cómo reaccionar, la conversación continuaba entre ellos con la mano de mi jefe aún en la espalda de mi hermana, sin quitar ojo a lo de fuera me di cuenta de que Cristóbal no había subido ni si quiera a su cuarto, ¿ dónde estaría?. La situación de fuera me sacó de mis pensamientos, La otra mano de Andrés se había posado sobre el muslo de mi hermana, ésta decía que no con la cabeza mientras intentaba con su mano parar la de mi jefe, que intentaba subir hacia arriba, hay me plantee bajar y pararlo todo, pero por otro lado quería ver hasta donde era capaz de llegar mi hermana. De repente el hijo de mi jefe hizo acto de presencia, estaba en bañador y llevaba su enorme polla fuera.

La cara de mi hermana cambió de golpe, por un lado, no dejaba de mirar hacia la esquina que daba al pasillo de la entrada al patio supongo que esperando verme aparecer, pero por otro lado miraba con asombro la polla de Cristóbal, ahora a escasos centímetros de su cara.

Mi jefe seguía intentando llegar con su mano a la parte de abajo del bikini de mi hermana, que como podía intentaba evitarlo, su hijo mientras tanto intentaba que su glande rozara los labios y la cara de mi hermana, ella intentaba evitarlo, pero la mano de Andrés en su espalda limitaba mucho sus movimientos y en pocos minutos terminó con la mano de mi jefe entre sus piernas, la polla de Cristóbal restregándose por su cara y sus tetas desnudas.

Andrés seguía con una de sus manos entre las piernas de mi hermana, con la otra como podía le agarraba las tetas, Cristóbal por su parte la sujetó fuertemente la cabeza mientras seguía restregando su polla por la cara de mi hermana, ahora con su capullo intentaba abrir sus labios, parecía que lo estaba pasando realmente mal, y ahora si me levante para parar aquello.

Cuando bajé a la otra planta y me dispuse a salir al patio vi la cara de mi hermana mirando fijamente a Cristóbal, seguía sin abrir la boca, pero tampoco intentaba rechazar las manos de mi jefe, Cristóbal quitó su mano de la cabeza para ponerla en su propia espalda pero Encarna tampoco hizo nada por apartarse, Andrés debió meter uno de sus dedos hasta el fondo del sexo de mi hermana pues esta lanzo un suspiro de los más profundos que jamás había oído, Cristóbal aprovechó para metérsela en la boca.

Entre los dos tumbaron a mi hermana en la hamaca, Cristóbal seguía con su polla en la boca, y Andrés ahora recorría con su lengua los muslos de mi hermana, los besaba con pasión recorriendo por ellos el camino que terminaba en el coño de Encarna, cuando lo alcanzó, el gemido de mi hermana resonó por todo el patio.

Aunque Encarna no tenía mucha habilidad chupando pollas, seguía con detenimiento las indicaciones de Cristóbal, hecho que a este, a juzgar por sus gestos en absoluto disgustaba, de vez en cuando sacaba la polla de la boca y levantándola le mostraba las pelotas para que se las chupara, en otras ocasiones golpeaba con ella sus pechos.

Cristóbal sacó la polla de la boca y levantó a mi hermana, cuando esta lo hizo, la puso de rodillas encima de la hamaca, Andrés la agarró de la cabeza y la acercó hasta su polla, mi hermana se la metió entera en la boca sin reparo alguno, en la posición en la que se encontraba Cristóbal tenía todo el hueco libre para penetrarla, se acercó a ella por detrás con la polla preparada, pero cuando este agarró sus nalgas para separarlas ella se sacó la polla de la boca y empezó a pedir que por favor no la penetrara.

Cristóbal no hizo mucho caso de las súplicas de mi hermana y rozo con su capullo la entrada de su coño, Encarna soltó la polla de Andrés e intentó levantarse, os estoy chupando la polla como queréis, y me estáis sobando toda, por favor, metérmela no.

Cristóbal le besó en labios, la prometió que no la follaría, tan solo frotaré la polla por toda tu raja, mientras decía esto, abría uno de sus muslos para poder acercarla hasta rozar con la polla sus labios vaginales, yo sabía que no cumpliría su promesa, pero mi hermana obnubilada por el placer que sentía se fue confiando, Andrés volvió a bajar la cabeza de encarna hasta que su boca engullo de nuevo la polla. Cristóbal por su parte seguía frotando la polla por el coño de mi hermana, de vez en cuando, cada vez con más frecuencia, apretaba con su capullo la entrada de la chica, apenas hacía presión y la retiraba, con esto mi hermana se había confiado y él cada vez lo repetía con más frecuencia, ella ya no reaccionaba estos pequeños apretones de ninguna manera, Cristóbal recorrió con sus manos la cintura de mi hermana hasta que llegó a sus pechos, los agarró con fuerza, los masajeó y cuando esta menos lo esperaba le clavó la polla hasta el fondo.

El grito de mi hermana quedó apagado por la polla que llenaba su boca, sus manos agarraban fuertemente las piernas de Andrés, la polla de Cristóbal entraba despacio pero sin detenerse, se lo que siente, cada centímetro que ella notaba dentro  multiplicaba el placer en su interior, no se quejaba, dejó su boca quieta con la polla de mi jefe en ella, tan solo disfrutaba de lo que sentía, se había abandonado al placer de aquellas pollas, sacó la de Andrés de la boca y entre gemidos grito, Me corrooooo.

Cristóbal seguía bombeando el coño de mi hermana, que en pocos minutos se había corrido otra vez, mientras lo hacía lubricaba con saliva el culo, sin duda alguna planeaban rompérselo, aunque dudo mucho que ella permitiera tal cosa, después de un rato Cristóbal salió de mi hermana y ocupó el puesto de su padre, este se colocó detrás de mi hermana y colocó su polla en la entrada del culo de mi hermana, que, para mi sorpresa, lo único que dijo sacándose la polla de Cristóbal de la boca fue, hazlo con cuidado, es la primera vez.

Poco a poco fue Andrés metiendo su polla en culo de mi hermana, cuando ella se quejaba, él paraba de apretar durante un rato, para que el orificio se fuera acostumbrado a la presencia que lo invadía, así estuvieron hasta que tenía la mitad dentro, después tiro un peco hacia atrás para tomar carrerilla y la termino de clavar de un solo golpe, la cara de mi hermana reflejaba un dolor intenso, sus ojos dejaron escapar alguna lagrima debido al empujón final, sin embargo no dejó de chupar la polla de Cristóbal.

La presión del culo de mi hermana, le debía estar dando a mi jefe un placer como nunca había sentido, pues apenas había empezado a bombear pregunto, ¿crees que a esta también le gustará en la boca? Para después dar un fuerte apretón y dejarla dentro, los chorros de leche caliente de mi jefe provocaron otro orgasmo de mi hermana, este le pudo gritar a gusto mientras Cristóbal se la meneaba en su cara, cuatro potentes chorros salieron de él, llenando la cara de mi hermana.

A la altura de la cocina me encontré, con mi jefe y su hijo e intercambiamos una sonrisa, sabían que lo había visto todo, aunque tampoco les importara, cuando salí al patio me encontré a encarna tumbada en la hamaca, tenía la cara llena de leche y me miraba avergonzada, me senté a su lado y la levanté la cabeza, después con mi nano recogí parte del semen de Cristóbal de su car y lo metí en mi boca, la di un beso en la mejilla y la dije, venga chula lávate la cara que vamos a comer.

Mi hermana debía de estar satisfecha porque nada más terminar de comer se quedó profundamente dormida, yo por el contrario entré dentro de la casa, a mi jefe me lo encontré en la cocina, le besé en la boca le saqué la polla y tirando de ella me lo lleve al salón, en el sofá sentado viendo la tele estaba Cristóbal, llevé a su padre allí y lo senté a su lado, después me senté yo entre los dos y lleve mis manos hasta sus pollas, las pajeé hasta se comenzaron a poner duras, para después metérmelas en la boca, cansada de alternar una y otra se las agarré y tire para arriba para que se levantaran, no me costó mucho, una vez lo tenía frente a mí comencé a chupar las dos pollas a la vez, como podía me las metía en la boca y re chupeteaba hasta que estuvieron bien duras, después me levante senté a Cristóbal en el sofá y apartando la braguita del bikini me senté sobre su polla clavándomela hasta el fondo del coño, Cristóbal me arranco la parte de arriba y comenzó a morderme los pezones, el dolor resultaba un poco molesto, pero me estaba poniendo más cachonda si cabía a esas alturas, encorvando más la espalda para que mi culo quedara más expuesto, giré la cabeza y le grite a mi jefe, ¿que espera un invitación por escrito?, con mucho menos cuidado que a mi hermana me la insertó hasta los huevos, después de un rato, fue Andrés el que ocupó mi coño y su mi culo, después ambos llenaron mi boca con su leche.

Me arreglé el bikini y salí al patio con mi hermana, ya estaba despierta y metida en el agua, yo cuando llegué me uní a ella, mientras Cristóbal y su padre nos admiraban desde fuera, cuando llegué donde mi hermana, casi al oído me dijo:

- He visto lo que hacías hay dentro.

- y que te parece?

- no sé nunca había hecho nada parecido, pero con mi marido nunca había sentido algo similar a lo que he sentido hoy, ¿sabes? Cuando Cristóbal se corrió sobre mi cara algunas gotas cayeron dentro mi boca, apenas pude saborearlo, pero me encantó la suavidad del semen y sobre todo lo guarra que me sentí al notarlo dentro.

- a mí me encanta su sabor, de hecho, siempre lo pido en la boca

- también que escuché gemir cuando tenías a los dos dentro, eso debe de doler mucho.

- no que va, todo lo contrario, una vez que te acostumbras el placer es mucho mayor

- ¿crees que podré probarlo?

- claro que sí cariño, antes de lo que imaginas, antes de lo que imaginas, le dije mientras salíamos del agua

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