Familia de lesbianas 1

Las mujeres llevamos ese fuego por dentro.
Cada una sabe que hace que ese fuego se intensifique. Un motivo.
Mi motivo era mi mamá. Su cuerpo, en verdad.
Una vez andando a caballo, fiel a mi estilo, me caí y estuve unas semanas en coma por los golpes.
Cuando desperté, en el hospital, mi mamá me estaba lavando mis partes. Yo con la visión un poco nublada, abriendo los ojos con lentitud y bajando la mirada a su mano enjabonando mi concha, la miré y no entendía bien del todo que sucedía.

Ma: HIJA, QUE ALEGRIA, POR FIN DESPERTASTE!!!

Yo: que-que día es? do-donde estoy ma?

Ma: tranquila amor, tuviste una contusión, estamos en el hospital, estas bien, gracias a Dios que ya estas bien

Y empieza a lagrimear agradeciendo al cielo. Yo de a poco iba entendiendo. Lo último que recordaba era el sabor del pasto cuando caí de cabeza contra el suelo y de ahí ya no recordaba nada más. El dolor me estaba empezando a decir que la idea de andar galopando fue una mala opción.
Entre mis conexiones rememorando, vuelvo a la realidad y retomo la mirada a mi mamá lavándome la concha. MI concha. Era la primera vez que, ya de adulta, le mostraba la concha a mi mamá. Sentía vergüenza pero estaba algo adolorida para incorporarme.

Yo: ma, que haces? por que me estas lavando la ...?

Ma: ay hija, la enfermera hace unos días me pidió permiso para lavarte y no quise dejarte a solas, así que me animé y te vengo lavando yo

Yo: osea que desde hace ya unos días venis viéndome la ... concha?

Ma: hijaaaa, que? No me vas a decir que te da vergüenza? Soy tu madre

Yo: un poco, si, pero entiendo que es mejor antes que la enfermera que no la conozco me esté viendo esas partes

Ma: ves? Yo pensé eso hija. Además yo te amo y yo te traje a este mundo, por ahí mismo, aunque si que estaba un poco más abierta que como la tenes vos jajaja

Yo: ay maaaa, por favor no sigas, no hables de eso

Ma: no me vas a decir que ...? Que nunca hiciste...? Nunca entró nada ahí?

Yo: si lo hice? Ay no puedo creer que esté hablando de esto con vos jajaj si, lo hice, punto. Aunque pocas veces

Ma: y como fue? Te dolió un poquito? Si yo contara el mastodonte que me tocó en mi primera vez, parecía un ogro jajaja

Justo entra la enfermera y la charla llegó a su fin. Mi mamá terminó de lavarme la concha, me acomodó el calzón y entregó los materiales de limpieza a la señora.
Nos miramos. Nos sonreímos. Había vuelto a la vida. Y una nueva estaba comenzando.
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Continuará ¿?

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