Mi hermanito crece 10

Un par de años después llegó la pandemia. De golpe nos vimos obligados a no salir de casa salvo para hacer las compras cada 15 días. Desde el principio yo me angustié mucho. Joaquín trató de darme consuelo, ya nos llevábamos bien pero yo no quería coger. 
En ese tiempo él se había distanciado con Carolina y yo tenía un novio que vivía en Buenos Aires. Venía por trabajo todas las semanas uno o dos días y nos veíamos. Salíamos a cenar o a cualquiera lado y terminábamos garchando como bestias. Era un gran amante y yo lo volvía loco pidiéndole siempre que me acabara adentro. Desde el accidente con Joaquín había emepezado a tomar anticonceptivas. Últimamente hablábamos por skype o videoconferencia pero mi frustración sexual empezaba a aumentar. 
Una tarde, com el fin de distraerme un rato fui a molestar a mi hermano que estaba entrenando sin remera en nuestro quincho gimnasio, donde mamá también hacía yoga a veces. Estaba para comérselo.
- Hola, como estás?
- Bien... acá sudando para no pensar...
- Sí claro... puto encierro!
- Sí! Lo peor es la falta de... contacto. 
- Sí...
- Mamá y papá la llevan mucho mejor porque se tienen el uno al otro y cogen casi todos los días. En cambio nosotros...
Maldito cabrón. Yo tratando de no pensar en sexo y el me saca el tema.
- Con Caro veníamos re bien. Justo después de mi cumpleaños de 18 que nos peleamos, te acordás? 
- Sí. Es un día que jamás voy a olvidar...
- Yo tampoco! Pero bueno, la cosa es que ella se sintió muy mal y me pidió hablar en privado. En un café me prometió que podía cambiar y ser la novia que yo necesitaba, que yo quería. Para demostrarlo me dijo "Vamos a un hotel y te muestro de lo que soy capaz! "
- Y que pasó?
- Que fuimos al telo. Ni bien entramos en la habitación empezó a besarme y desvestirme. Luego lo hizo ella y se arrodilló a chuparme la pija muy bien mientras me miraba a los ojos.
- Y que más?
- Bueno... la llevé a la cama y abrió las piernas. "Soy toda tuya. Haceme lo que quieras" dijo. Le devoré la concha. 
- Mmm...
- Que pasa? Te calentaste?
- Seguí contando, tarado!
Sí. Me estaba calentando. Tuve que apretar las piernas para no tocarme.
- Bueno. Sacó de la cartera un forro y me lo puso. Se subió arriba mío y me cabalgó totalmente sacada. Acabó rápido, pero yo no estaba aún. Le dije que se ponga en cuatro. "Sí. Lo que vos quieras mi amor!" Me contestó. Me gustaba tenerla regalada, así que me aproveché. Le di duro, la castigué. . Ella gemía y gritaba. Le encantaba. Cambiamos de posición un par de veces. Cuando estuve a punto de acabar, me saqué el forro y apunté a su cara, ella sacó la lengua así que le llené la boca de leche. Se la tomó toda y me dijo "Mmm que rica mi amor". Yo me volví loco. A partir de ahí era cada día mejor.
- Aahh... te odio! Me dejaste re caliente!
- Jaja... y eso que no te conté lo mejor...
- En otro momento. Me voy!
Subí a mi habitación y me hice una paja frenética. Tuve un orgasmo liberador, como si lo hubiera estado aguantando.
La noche siguiente no podía dormir. Eran las 3 de la mañana y bajé a la cocina a buscar algo dulce. Vi una luz en la sala donde está la tv grande. Me acerqué desde atrás y vi que mi hermano miraba algo que parecía un suspense medio porno sin ser muy porno. Me reí y lo asusté.
- Bu! Qu estás mir...
Estaba con la pija afuera tocándose.
- Eeeh... qué hacés saltando de la oscuridad? Me vas a matar!
- Perdón, no sabía que estabas ocupado...
- No sabía que no iba a estar solo a esta hora...
Hizo el gesto de guardarla.
- Estemm... por mi no hay problema que sigas con eso.
- Me ayuda a relajarme cuando no puedo dormir.
- Ah sí? Yo tampoco puedo dormir... Te molesta si me uno? 
- Para nada. Al contrario, me ayudaría!
- Ok...
Empecé a tocarme por dentro del pijama mirando su pija. Me sentí húmeda enseguida.
- No es justo, vos mirando y yo no puedo ver nada!
- Que nene llorón que sos a veces! Jaja Ok me saco el pantalón nada más.
- Bua Buaa! Jajaja
Le dediqué una sonrisa de chica mala mientras me quitaba el pijama. 
Nos quedamos tocándonos cada uno por su lado un par de minutos en silencio hasta que él habló.
- No hay caso. Me falta algo...
- Sí. A mi también...
- Y si nos tocamos el uno al otro?
- Mmm... tentador. Pero no sería caer en vicios viejos y peligrosos?
- Pasaron muchas cosas desde entonces hermanita! Yo aprendí mucho sobre los límites y el respeto. Y acabar afuera! Jaja
- Jaja me alegro que hayas aprendido. Bueno. Dale, a mi también me vendría bien una mano ayudante.
Me senté pegada a él. No perdí tiempo. Me moría de ganas por volver a tocar esa pija incestuosa. El morbo era más fuerte que yo. A Joaquín debía pasarle lo mismo porque se le puso más dura en cuanto empezamos a meternos mano. Sus dedos jugaron con mi concha y luego dos entraron muy fácilmente. Muy pronto nos dábamos duro. Yo lo pajeaba y apretaba fuerte y él me metía dedos furiosamente. 
- Aaayy... me vas a hacer acabar!
En cuanto oyó eso se tiró al piso y metió su cabeza entre mis piernas, que estaban abiertas con la tanga corrida. No tuve tiempo de reaccionar que sentí su lengua violando mi clítoris. Acabé mojándome toda.
- Aaaay aaayy... hijo de putaaaaahhh!
Me quedé respirando agitada viéndolo pararse con cara pícara y su pija durísima apuntando a mi cara. Esto no había terminado. 
- Que querés? (Pregunté haciéndome la tonta)
- Lo que vos quieras!
Lo que quería era volver a sentir es pija incestuosa partiéndome al medio.
- Mmm... eso puede ser peligroso hermanito! 
Me acarició una mejilla y con la otra mano pasó su pija por toda mi cara, dejando su juguito en mis mejillas, frente, nariz y boca.
Abrí la boca y saqué la lengua. Me la metió hasta hacer tope con mi paladar. Lo dejé cogerme la cara un poco. Fue muy intenso sentir los empujones mientras yo me apoyaba en sus piernas y él me llevaba con ambas manos a tragarla cada vez más. Me estaba calentando muchísimo.
- Mgah... magh... gaghh...
- Voy a acabar Sofi... te lleno la bocaaaaahhh!
El muy malvado me avisó 3 segundos antes de descargar una cantidad terrible de semen directo a mi garganta. La tragaba sin respirar y pronto me ahogué. Tosí y la leche salió hasta por la nariz.
- Hijo de puta!
- Estás hermosa así!
Era un desastre de lágrimas, semen y moco y él me dice eso... Me pasó un dedo por los labios y me besó suavemente.
- Te gustó?
- Sos un hijo de mil putas... y me encantó. Me dejaste con ganas de más!
- Querés seguir chupando?
Lo miré a los ojos y a la pija que no se bajaba.
- No.
- Ah... sí. Yo también tengo ganas pero solo si a vos te parece bien.
Me aferré a esa verga con una mano.
- No me parece bien, pero es lo que quiero. Puedo querer algo que esté mal?
- Me encantan las cosas que están mal...
Le exprimí la punta donde salía una gota más de semen y la lamí. No le dije nada, simplemente me di vuelta y apoyé mis brazos y cabeza en el respaldo del sillón, levando la cola. Mis ojos veían la escalera.
- Te das cuenta que si bajan nos van a descubrir al toque?
Él no esperó a que yo me arrepintiera. Me la metió toda de un solo envión y me tapó la boca para ahogar mi gemido.
- Entonces tratá de no gritar hermanita!
- Dejá tu mano ahí y cogeme fuerte!
- Te obedezco!
Me apretó la boca y arrancó una cogida brutal. Me había olvidado lo hermoso que se sentía la pija de mi hermano. Como lamenté en ese momento haberme enojado tanto esa noche. Esto estaba tan mal que era delicioso. 
Estuvimos un par de minutos así, hasta que quise cambiar de posición. Lo hice sentarse y me subi arriba de él a cabalgarlo. Me moví como una gata, lento y fuerte, saliendo y entrando a fondo. Su cara era perversa. Me decidí a tentarlo un poco. 
- Estás cerca de acabar?
- Sí...
- Sacala y dámela en las tetas.
- Ok...
Me levanté y me tiré con las piernas abiertas, abriéndome la concha para él. 
- Donde querés acabar? En mis tetas o adentro?
- Puedo acabarte adentro?
- Mmmm... puede ser... Probá a ver si podés!
Me agarró de las piernas y me la metió de nuevo, pero ahora entrando hasta el fondo y casi sin sacarla. Como si quisiera meterla más profundo. No aguantó ni dos minutos. Yo tampoco aguantaba más. 
- Ya estoy a puntooo...
- Dale. Soltala...
- Aaahhh!
- Aaay siii! La siento!
Podía sentir toda esa leche caliente inundando cada rincón, seguramente me llenaba el útero esa cantidad. Mis piernas apretaron el cuerpo de Joaquín para no dejarlo salir. El placer era total. 
Volví a la realidad con un beso en los labios y el intento de él de retirarse. Lo arrastré de la nuca hacia mí y lo besé con más pasión de la que besé a ningún hombre. 
- Eso estuvo increíble. Jamás acabé tan fuerte! Gracias Sofi!
- Gracias? Me dejaste de cama nene! De donde sale tanta leche? 
- De las ganas que tenía de hacerlo! Es algo... no sé... la única palabra que se me ocurre es "perfecto".
- Perfecto!
Lo dijimos casi al mismo tiempo. Nos miramos y reímos sin hacer mucho ruido. El semen comenzaba a bajar.
- Mierda! Más vale que me levante antes de llenar de "tu" leche el sillón. 
- Sí. Subamos silenciosamente. 
- La próxima vez lo hacemos en tu cama!
- Ah... va a haber próxima?
Su cara se iluminó como niño en navidad. 
- Claro que va a haber próxima. Te pensás que voy a aguantar acá encerrada sin esto?
- Buen punto...
- Buenas noches Joaco.
- Buenas noches Sofi.
Cuando llegué a mi cama dormí hasta el mediodía.

Fin de la parte 10

1 comentario - Mi hermanito crece 10

El_de_la_barra97 +1
Espectacular! escribís como los dioses, aguardo la siguiente entrega