Mi Verano en Japón-Conociendo mejor a Miyuki-san

Mi Verano en Japón-Conociendo mejor a Miyuki-san



A la mañana siguiente fue Miyuki quien me despertó suavemente tocándome el hombro, pues con mis andanzas nocturnas al final solo pude quedarme dormido al alba.
–Toni-kun, despierta, voy a preparar el desayuno y pronto Yui, Rio y mi esposo vendrán aquí.
–¡Ah, si ya me levanto –dije yo tras abrir los ojos un poco sobresaltado y ver la amigable sonrisa con la que Miyuki me daba los buenos días.
–¡Oh, qué dormido estabas! Lamento mucho haberte despertado, pero al no tener una habitación propia tenemos que usar el salón –me dijo excusándose.
–¡No pasa nada! ¡No hay problema! –dije yo inclinándome hacia adelante hasta quedarme sentado en mi colchón.
Pude observar el canalillo de Miyuki, ¡hum! ¡Qué tetas gastaba esta japonesita madura!
Me ayudó a recoger mi cama y la guardamos en uno de los pocos espacios que había disponibles en un armario empotrado del pasillo. Luego me invitó a asearme en el baño mientras ella iba a la cocina.
Tras apenas media hora estaban ya todos en el salón y Miyuki comenzó a traer platitos conteniendo un típico desayuno japonés compuesto por: arroz, una sopa, un encurtido que se parecía a nuestro salchichón pero que era verde, huevos y algún pescado.
Decidí ayudarla a traer los platos que ella me fue pasando desde la cocina y los fui poniendo sobre la mesa. Al final todos nos reunimos y nos sentamos para comer.
–Bueno Toni –dijo el padre–, ¿qué vas a hacer este mes aquí?
–¡Oh pues yo tengo que estudiar mates Yui se ha ofrecido amablemente a ayudarme a repasar! –dije yo excusándome.
–¡Eso está muy bien! –dijo Miyuki.
–¡Ay! ¿Y yo no podría ayudarte en algo? –dijo Rio desconsolada.
–¿Tú, tal vez a pintarse las uñas? –rio Yui mofándose.
–¡Vamos Yui, no seas así con tu hermana! –le regañó su madre–. ¿Seguro que Rio puede ayudarle en algo? Ella estudia biología, ¿sabes?
–¿Biología? Es justo lo que me gustaría estudiar a mí, me encanta el mundo marino y los bichos –dije yo al instante.
–¡Oh eso es muy interesante, en los mares de Japón habitan gran cantidad de peces! Y en los bosques cercanos podrás capturar bichos a montones, si quieres puedes traérmelos para que los estudiemos juntos y averigüemos de qué especie son.
–¡Eso sería estupendo! –dije yo al instante y todos se congratularon de que hubiésemos resuelto este aparente conflicto, pues no hay cosa que odie más un japonés que un conflicto entre dos.
Cada uno tiró para un sitio, el padre a su trabajo. Rio a sus clases de recuperación y Yui subió a su cuarto.
Yo me ofrecí a ayudar a Miyuki a retirar los platos y a lavarlos en la cocina, pues no tenían lavavajillas por el simple hecho de que no les cabía en tan diminuto espacio.
Ella rehusó inicialmente, pero yo insistí gentilmente y esta terminó aceptando. ¡Esto me daría oportunidad de conocernos mejor!
Según supe de ella, Miyuki también fue a la universidad donde estudió algo parecido a económicas, creí entender. Pero tras casarse, como todas las chicas japonesas se vio obligada a quedarse en casa mientras su marido trabajaba.
¡Sí, ya sé que sonará muy machista! Pero así es la sociedad japonesa aún en pleno siglo XXI. ¡Quien no me crea que lo busque!
Ella añoraba sus tiempos de estudio y posteriormente el trabajo, aunque no lo admitía se le notaba por la forma en que hablaba y cómo me sonreía al contarme sus anécdotas.
Mientras yo fregaba los platos Miyuki pasaba detrás mío y se rozaba ineludiblemente con mi trasero, pues así de estrecha era la cocina. Luego tuve que coger los platos para colocarlos en un estante mientras ella fregaba las sartenes y fui yo quien inevitablemente me tenía que rozar con su trasero.
¡Uf! ¡Qué hermosos trasero tenía! ¡Qué suavidad y esponjosidad! ¡Tanto me excitó que hasta se me puso dura!
Y mientras trataba de disimular, me veía obligado a pasar una vez más a su espalda y esta vez fue mi erección la que paseó todo su culo, de cachete a cachete, ¡joder! ¿Se habría dado cuenta?
Me puse rojo como un pimiento cuando dijo lo siguiente…
–¡Qué estrecho es esto! ¿Verdad Toni-kun? No paras de rozarme el trasero, espero que me disculpes si te incomoda.
–¡A mí, no! –dije yo sonriente, aunque era una pura mentira, pues bien que me gustaba y excitaba.
Entonces creo que fue consciente de mi erección y su sonrisa se borró de sus rostro.
–¡Oh Miyuki-san, siento lo ocurrido! ¡No era mi intención! –dije haciendo una gran reverencia como debía para solicitar su perdón.
–¡Tranquilo, no pasa nada! ¡Esto es muy estrecho y tú eres muy joven! –dijo recuperando la sonrisa–. Aunque será mejor que tengamos cuidado al movernos aquí, ¿vale?
–De acuerdo Miyuki, ¡pasaré con más cuidado la próxima vez! –dije salvando la embarazosa situación.
Aproveché para retirarme, fui al baño y me hice una pajilla mañanera. Sí, ya sé que durante la noche cayó una pero a mi edad, ¡eran varias al día las que me hacía!
Más tarde fui al cuarto de Yui a comenzar mi repaso de mates con ella.
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Mi Verano en Japón  es mi nueva novela. En ella me adentro en la cultura japonesa y descubro lo calientes que pueden llegar a ser una madre y sus dos hijas en el país del sol naciente, ¿te atreves a descubrirlas?
Si quieres que siga publicando esta obra es muy sencillo, dame tus 10 puntos, ¡que yo los vea! De manera que si diariamente se alcanzan los 200 ptos al día siguiente verás un nuevo capítulo publicado, ¡así de fácil!
Pero si no quieres esperar, ya sabes donde encontrar la obra completa...

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