Tomando éxtasis con mi novio y su amiga (3): En casa.

Mi novio se acercó bailando con su cerveza. Nosotras lo recibimos bailándole bastante cerca. Seguíamos como en el boliche, pero con tres diferencias. 1) Ya se sentía más explicitado lo que estaba pasando. En el boliche cada uno (hasta cierto punto) podía interpretar lo que estaba pasando como algo no sexual, o un jugueteo más tranqui. Ya no, ahora se sentía distinto. 2) La música estaba menos fuerte, ahora podíamos hablar un poco más. 3) Estábamos solos. Nadie nos veía.

La música era electrónica pero amigable, medio tipo fusión con cumbia. Con Laura empezamos a hacer unos meneos como si fuera cumbia. Pasábamos una vez cada una delante de Nico y competíamos (cagándonos de risa también) por quién le meneaba más hasta abajo. Ahora estábamos descalzas. Era una gran sensación sentir el piso frío bajo mis pies, el calor y la transpiración del baile, los ojos cerrados, completamente drogada, con la mente por momentos yéndoseme a cualquier lado, y después volviendo y dándome cuenta que estaba meneando para mi novio delante de su amiga, que cuando bajaba se me subía la pollera y se me veía la bombacha transpirada metiéndoseme en la cola, ajustándose a mi papo.

Y después era el turno de Laura, así que yo me mantenía con los ojos abiertos y más atenta, y la veía hacer lo mismo que yo, ir hasta abajo, veía el sudor en sus pelos de colores, en sus tetas blanquitas, los pezones marcados, le veía la bombacha transpirada, me daban ganas de olerla, de oler bien esa bombacha que durante toda la fiesta había estado en contacto con las partes más íntimas de esa chica hermosa, y le veía la cara a Nico, que seguramente tenía ganas de lo mismo, me imaginaba compartir con él la bombacha de Laura, olerla los dos mientras él me corría la mía. 

Me dieron ganas de mear. Me fui al baño, pero antes los miré y les dije “Me voy a hacer pis, pórtense mal, chau”. Caminé hasta el baño, y aturdida por el silencio y la luz me bajé la bombacha y me senté en el inodoro. Estaba muy drogada, la cabeza se me iba a cualquier lado con facilidad, bastaba que cierre los ojos para que empiece a perderme en fantasías e imágenes olvidándome hasta de donde estaba. Volví en mi, todavía haciendo pis, y abrí los ojos al caer en la cuenta de que antes de irme al baño les había dicho “PÓRTENSE MAL” a mi novio y a su amiga. Tomé consciencia de lo fuerte que era eso, me reí, pensé en ellos. Me pregunté como lo interpretarían, si volvería y los encontraría garchando, me vinieron imágenes de él sacándole la bombacha toda mojada y oliéndola, y me calenté mucho.

Me daban mucha curiosidad y calentura los olores de Laura. Mis ojos se encontraron entonces con mi propia bombacha, y tuve un arranque impulsivo que me llevó a agarrarla y olerla. Con los ojos cerrados, me olvidé que estaba oliendo mi propia bombacha, mi mente drogada me llevó a sentir que estaba oliendo la de ella, el olor de mi propia cola, de mi propia concha, de mi propio sudor de la fiesta, lo sentía como el de ella. Mi excitación subió aún más. Cuando abrí los ojos y me di cuenta de lo que estaba haciendo me reí. Me sequé, me subí la bombacha, me lavé las manos y la cara, me miré en el espejo, me pregunté que estarían haciendo mi novio y Laura, si se estarían “portando mal”. Pensé si darles un poquito más de tiempo o salir del baño, y elegí salir por miedo a quedarme afuera de algo. 

Cuando salí los vi en la semipenumbra, alumbrados por algunas luces de colores. Se estaban besando. Era un beso dulce pero profundo, realmente se estaban explorando mutuamente las bocas, las lenguas. Y Nico con una mano le mantenía levantada la pollerita, y le estaba agarrando la bombacha con la otra, agarrando directamente con el puño la tira que va entre los cachetes de la cola. O sea que su puño estaba muy cerca del ano desnudo de su amiga, que sacaba un poco de colita, seguramente estimulada. La cola de Laura era muy linda. Ver a mi novio besando apasionadamente a otra mujer no me dio nada de celos (además yo les había dicho que se portaran “mal”), me dio amor, me sentí más enamorada que nunca de mi novio, y sentí una especie de amor por Laura también.

Me acerqué bailando y me acoplé a ellos, apoyando desde atrás a Laura, que respondió con un meneo, y así seguimos bailando los tres bien juntos, con la mano de Nico agarrada de la bombacha de ella y rozando en el baile mi concha por encima de la ropa. Bailamos así un ratito, con los ojos cerrados los tres, en silencio, solo se escuchaban nuestras respiraciones, pero era como que estábamos conectados por las pieles, sintiendo con mucha claridad la cola de Laura en mi pelvis. Laura se dio vuelta, se sacó la remerita y empezó a bailar de frente a mi, en corpiño, rozándome con todo su cuerpo y rodeándome el cuello con sus brazos. Sentía más claro que nunca el roce de sus tetas, de su cuerpo transpirado. Yo también me saqué la remera. El roce de nuestras pancitas transpiradas me daba cosquilleos en todo el cuerpo. Del otro lado Nico me agarraba de la cintura y me tiraba contra ellos. Por los movimientos de Laura, su cola debía estar frotándose ida y vuelta contra la pija y las bolas de mi novio.

Me gustaba ver a Nico disfrutar. En un momento Laura se salió de entre nosotros dos, con Nico quedamos frente a frente y nos dimos unos besos que fueron de los mejores de toda nuestra relación. Laura seguía bailando, por momentos con los ojos cerrados, por momentos mirándonos divertida. Estuvimos así hasta que Laura lo miró y le dijo “voy al baño, me llevo a tu chiquita” y me agarró de la mano. Me excitaba mucho ir al baño con ella. Caminamos tres pasos, se detuvo, se paró atrás mío, me desabrochó el corpiño, me lo sacó, se sacó el suyo, y se los tiró a Nico, que más o menos los atajó en el aire, “te dejamos esto”. Y nos fuimos las dos, tetitas al aire, al baño.

Entramos riéndose, ella se bajó la bombacha, se sentó en el inodoro, empezó a hacer pis. “jajajajaaj, mirá lo que es mi bombacha boluda” me dijo, “empapada, la tuya también debe estar así, no? Tanto bailar...”. “Sí, obvio” le dije, “espero que a Nico no le de asco”. Dije eso con un poco de picardía, como para sacarle el tema Nico y ver que pensaba, para donde venía la cosa. “jajaja, boluda, les encanta a los pibes, aman la bombacha transpirada, olvidáte, y más si están drogados como Nico, huelen una y se van en seco”, y después aclaró “che igual, chiquita, vos mandás eh, es tu novio, yo acá estoy de invitada, me ubico. Aparte vos sos pendeja, no sé, no me quiero desubicar”. Me dio ternura esa demostración de respeto y me agaché a abrazarla. “Todo bien boluda, pasémosla bien” le dije, sin saber del todo hasta donde estábamos dispuestas a llegar, pero sintiéndome bien y en confianza para lo que surgiera. Me incorporé.

Ella se secó la concha y se subió la bombacha. “Que linda bombacha que tenés”, me salió decirle. “Ay gracias! La tuya también es linda” me dijo, y se le iluminó la cara con picardía. “Y si nos las cambiamos, vos te ponés la mía y yo la tuya, a ver si Nico se da cuenta?” Me pareció una idea excelente, tenía muchas ganas de sentir esa bombacha húmeda que había deseado toda la noche en contacto con mi cola y mi concha. Sin contestar me la saqué y se la di. Ella se rió, me dijo “que drogadita que estas, nena”, y me dio la suya. Cerré los ojos y así totalmente drogada como estaba me enfoqué en sentir como la bombacha de Laura se me metía bien en la cola al subirla.

Laura tenía en la mano un frasquito. Sacó un polvillo, se lo acomodó en el dorso de la mano, y lo acercó a mi nariz. “Es keta, tomá”. Yo estaba en una en la que ya aceptaba todo. Aspiré y me sentí más confundida pero también más excitada. Ella tomó un poquito también. Arrugó un poco la nariz, y después nuevamente con cara de picardía me dijo “vamos a darle un poco de keta a tu novio también. Pero démosle una sorpresa, salgamos en bombachita directamente. Asentí con la cabeza, dejé que me saque la pollera, y yo le saqué la de ella.

Salimos del baño. Nico estaba bailando solo, y tomando un trago. Cuando nos vio venir en tetas y en bombachita puso cara de sorpresa y alegría, sin dejar de bailar señaló nuestras bombachas e hizo una seña como preguntando si él también se tenía que sacar el pantalón. Laura le hizo señas como de “vos no, ella”, como indicando que se lo iba a sacar yo. Yo le hice señas de “yo no, vos”, a ella. No sé que me pasaba pero realmente tenía más ganas de ver a Laura sacarle el pantalón que de sacárselo yo. Y me parecía que para él iba a ser más interesante también: yo le saqué mil veces el pantalón (y los boxers, y le toqué la pija, y se la chupé, etc), pero su amiga no se lo había sacado nunca.

Laura exageró una cara de sorprendida y se llevó la mano al corazón con cara de agradecimiento y cariño. Hizo una seña juntando las manos, como pidiendo permiso para proceder. Yo le hice una seña de “adelante”. Se acercó a Nico y le sacó la remera. Alcancé a ver como en el movimiento sus pezones se rozaban contra la piel de él. Después sacó la keta, juntó un poquito con la uña y se la hizo tomar. Nico puso cara de mareo y de placer. Y sin dejar pasar un segundo Laura le desabrochó los pantalones, le bajó suavemente la bragueta, y se los sacó. Parecía que la pija de Nico iba a reventar el boxer. Empezaron a bailar rozandose frente a frente, y me llamaron los dos con una seña.

Me acerqué, y ya muy cerquita los tres, cara con cara, el bulto de Nico rozando nuestras panzas, bailamos y conversamos un poquito, compartiendo el trago. 

Laura: Que dotado mi amigo, que suerte que tenés, nenita. Espero que no te haga doler. 

Yo: jajajajaj si, nunca lo habías visto?

Laura: Si, pero no parada jaja, lo vi en boxer una vez que paramos en un hostel con otros amigos y amigas, pero vi de reojo nomás, fue todo mega inocente, lo juro. 

Nico sonreía satisfecho de tener dos chicas en bombacha bailandole cerquita y elogiando su pija. 

Laura: “No notaste nada raro cuando salimos del baño?”

Nico: “Creo que noté algo pero creo que no pueden ser tan chanchitas hijas de puta”

Nos reímos. “Se re dio cuenta” dijo Laura. Yo toqué por dentro la bombacha que había intercambiado y me llevé los dedos a la nariz, y de tan drogada creí que ellos no se daban cuenta, pero sí, y los dos acercaron sus narices a la mía y a mis dedos para oler, extasiados los tres congregados frente al aroma. Estar oliendo a Laura me dio una oleada de placer magnífica. Nunca había tenido deseos reales de comerme una concha, y ahora no daba más de ganas de hacerlo.

Nico se apartó y dijo “pará, háganme adivinar, sáquenselas y háganme adivinar”, nos reímos, “te dije que les encantaba oler” dijo Laura, él se rió, dijo “como no las voy a querer oler a ustedes, hermosas”, cerró los ojos, nos sacamos las bombachas, Laura le apoyó en la nariz la que había sido mía toda la noche, Nico olió profundamente, se regodeó en el olor. Después yo le apoyé la que había sido de Laura, toda húmeda, Nico olió de nuevo, la respiró profundamente, se notaba que lo estaba disfrutando, y dijo sin abrir los ojos “la primera tiene olor a vos mi amor, la segunda debe ser de mi amiga Laurita”. Nos reímos mientras nos poníamos de nuevo las bombachas. Seguimos bailando los tres cerquita.

Yo cerraba los ojos y mi mente volaba. Delante de mí, Laura bailando, moviendo sus tetitas y frotándolas contra las mías, besándome suavemente los labios. Atrás mío mi novio apoyándome la pija en la cola, agarrándome de la cintura y besándome suave el cuello. Entre el éxtasis, la ketamina y el alcohol mi cabeza flotaba, no pensaba en nada concreto, me entregaba a las sensaciones que me estaban dando ambos. Cuando de repente, sin que dejemos de bailar, Nico me bajó la bombacha hasta un poco más abajo de las nalgas. Seguimos igual pero ahora su pija se paseaba entre los cachetes de mi cola, incluso los abrió para incrustarla verticalmente ahí, apretada entre las nalgas como si fuera la salchicha de un pancho. Yo tenía la sensación de que mi cola estaba abierta, pidiendo ser penetrada con desesperación.

Laura seguía besándome, ahora con un poco más de lengua. Y en ese momento, de sorpresa, cuando mi mente drogada estaba en cualquier lado, Nico me empezó a coger. Me tenía agarrada de la cintura y me cogía, suavecito pero firme, metía y sacaba su pija de mi conchita. Todo al ritmo de la música techno, con Laura bailando frente a mi con los ojos cerrados, quizá sin notarlo. Fueron seis o siete embates, y me fui en un orgasmo, un orgasmo raro y silencioso, mordiéndome el labio para no gemir, mientras Laura revoleaba sus pelos rosados delante de mí como poseída. Hice un movimiento raro hacia adelante como para sacarme la pija de la concha, me subí la bombacha, y dando un giro la agarré a Laura por los hombros y la puse de espaldas a mi novio. Habíamos cambiado de lugar. Ahora yo la besaba suavemente mientras le bailaba, y ella sentía la pija de mi novio en la cola.

Nico estaba loco, así que no tardó mucho en bajarle la bombacha como a mi. Yo le separé las nalgas para que la pija quede ensanguchada. Laura sonrió y cerró los ojos. Se tomó otro puntín de keta. Me dio uno a mi, otro a Nico. Mega drogados los tres seguimos bailando. Supe lo que se venía y me calenté mal. Cuando Nico se la metió ella se sorprendió, lo que me hizo confirmar que no se había dado cuenta de que era lo mismo que me había pasado a mi minutos antes. Me miró como alarmada, como buscando de urgencia mi aprobación. “Shhh” le dije y le puse un dedo en los labios. Después la besé, sintiendo como Nico se la cogía despacito.

Habrán sido otros seis o siete embates, sin orgasmo esta vez, ella se salió, le dio un beso a Nico, un pico, y seguimos bailando los tres cara a cara, y nos dimos el postergado beso de a tres. Fue una delicia, las lenguas de los tres explorándose unas a otras. Me calentaba verlos besarse, y también sentir la saliva de Laura en mi boca. Después de eso yo impulsé otra nueva sesión de bailecito con cogida. Me puse primero yo de espaldas a Nico, con Laura frente a mi, frotando sus tetas contra las mías, y esta vez fue Laura la que me bajó la bombacha para que Nico me cogiera, no sin antes hacerle una seña a Nico para que esperara y darnos un puntín de keta a cada uno. Esta vez fueron diez o quince embates, mientras Laura me besaba en la boca. La música me volvía loca, combinándose con la cogida y los besos, la pija entraba y salía, babosa, de mi concha mojadísima. Entraba como si nada. Me subí la bombacha y cambié de lugar con Laura.

Le di keta, le bajé la bombacha, y empecé a chuparle las tetas mientras Nico la cogía. Lo mismo, diez o quince embates. Cuando Nico le sacó la pija no pude resistir el impulso y me arrodillé a chupársela antes de que la guardara en el boxer. Sentí el sabor de la conchita de Laura sobre su pija mientras la chupaba. Laura bailaba con los ojos cerrados, como si quisiera darnos privacidad. Sentí entonces que Nico me tocaba la cabeza, un toquecito que hacía siempre para indicarme que estaba por acabar. Le guardé la pija y me levanté. Seguimos bailando los tres, cerquita y despacito. “No doy más chicas” dijo Nico, “después re seguimos, pero ahora si me tocan de nuevo acabo, creo que ni seguir bailando así puedo”.

“Acabá con Anto” le dijo Laura, “yo los miro, si quieren”. “No”, dije yo, “acabale adentro a Laura, quiero que le acabes adentro y ver yo”, ya totalmente suelta en mi papel de putita cuckold que quiere ver como se cogen a su macho. “No, no” dijo Laura, “tranqui, hay tiempo, tenemos toda la noche para eso”. Repartió un puntín más de keta a cada uno, y dijo “bailemos cerquita, démonos un beso, dejense llevar, confíen, no resistan ni aguanten nada, que pase lo que tiene que pasar”. Con un movimiento rápido sacó el pito de Nico del boxer, y empezamos a bailar despacito, sintiendo como se frotaba contra nuestras panzas y nuestras bombachitas.

Drogadísimos, con las cabezas volando cada una por su lado, delirando abstracciones con la música electrónica, pero a la vez coordinados en el frotarse de nuestros cuerpos, nuestras tetas, nuestras panzas, su pija, nos dimos otro beso de a tres, y ahí, dentro de mi trance de falopa, empecé a sentir algo tibio que me iba bañando la panza y corría por mi bombacha. Tardé en darme cuenta de que era Nico acabando, acabándonos las panzas y las bombachas a las dos mientras bailábamos, con una cantidad de semen tremenda, que nunca le había visto sacar de una sola vez. Fueron varios segundos.

Cuando sentimos que había dejado de acabar nos abrazamos los tres, plenos de amor de pasti. Me di cuenta de que antes de seguir nos íbamos a tener que cambiar las bombachas, porque las dos estábamos chorreando leche tibia.

8 comentarios - Tomando éxtasis con mi novio y su amiga (3): En casa.

San34 +2
Los amo a los 3!!!

Para ser honesto a Nico lo envidio un poco, yo así no puedo acabar ni de casualidad.
portugalo3
me encanta... me encanta... me encanta... me encanta TODO lo que contás y cómo lo contás... uffff
Money-Talk +1
Excelente relato!!! Me puso la pija a mil de solo imaginarme el olorcito a concha de esas bombachitas húmedas y de sus cuerpos transpirados. Va +10 y te empiezo a seguir.
Pepeferpe
Maravilloso, simplemente maravilloso, me inspiraste a escribir mis propios relatos, espero pronto poderlos postear, realmente increíble. 🔥
10dedos +1
Maravilloso!! Me hice una de las pajas más ricas que me hecho en años!
miramesto
Excelente relato 🤤😍😘