Mamá caliente (32)

La caliente hermana Mariángelesestaba en el baño de la casa de Sofía vestida con solo un sexi camisón y sincorpiño debajo. Estaba experimentando cosas que nunca había sentido y eso lahacía sentirse muy extraña. Buscando un poco de paz se lavó la cara intentandocalmarse. Creía haberlo logrado. Se miró al espejo nuevamente y éste ledevolvió la imagen de una loba en celo. Se giró y abrió la puerta
Cuando dio dos pasos se encontróa Sofía vestida de monja con el hábito colocado por completo. Eso constituíauna herejía, pero la imagen aparte de sorpresa le produjo risa cuando vio aSofía mirándola con seriedad.
-       ¡¿Que haces Sofía?!!!!  – dijo la monja
-       Yo soy la hermana Mariángeles –dijo divertidaSofía
-       ¡¿Ah sí?!  – preguntó divertida la monja. No podíaenojarse con Sofía, era más fuerte que ella
-       ¿Y usted quién es? ¿La madre de Sofía?  – preguntó Sofía casi al borde de la carcajada
-       Mmmmm, si! Soy la madre de Sofía
-       Eugenia – le aclaró Sofía
-       Sí, soy la madre de Sofía, me llamo Eugenia, ungusto – La monja le estiró la mano
-       Ah, veo que es tan linda y sexi como su hija –jugaba Sofía
-       Si, vio hermana, jaja – decía divertida la monja
-       Le tengo que contar unas cosas de su hija,¿sabe?  – dijo Sofía que seguía firme ensu papel de monja
-       ¿Si? ¿Hizo algo malo? La monja se divertíainterpretando su rol
-       Si, Sofía es muy traviesa, hace cosas muypeligrosas
-       ¿Si? Decía la monja que se excitaba al escuchar eljuego de Sofía
-       Son cosas que no debería hacer, pero se ve quees muy pícara
Los pezones de la monja estabanduros como una piedra. Sofía los contempló con excitación y la monja pudo darsecuenta de la mirada de Sofía, debajo del hábito, totalmente cargada de deseo.El juego las estaba excitando a las dos. La monja dio el siguiente paso
-       ¿Que cosas hace?
-       Cosas muy atrevidas
-       ¿Usted las vio? – Mariángeles quería que Sofíalo dijera
-       Si, Eugenia – Jugaba Sofía
-       ¿Que vio?
-       A Sofía con su novio, chupándole la pija
La hermana Mariángeles tuvo queapoyarse en la pared para no caerse cuando la escuchó decir impúdicamente lapalabra “pija”
-       Ahhh sí? Es muy atrevida mi hija, entonces – lamonja sabía jugar el juego a la perfección
-       Si, ¿a quién habrá salido tan calentona? – Sofíale recorría los pechos con la mirada
La hermana Mariángeles no podíacreer que había llegado tan lejos con Sofía. Estaba contra la pared en uncamisón de seda blanco totalmente excitada y con su alumna vestida de monjacalentándola a mas no poder. Era un juego peligroso y perverso, pero le gustabay no quería dejar de jugarlo.
Sofía estaba por demás excitada ysaberse sola en la casa con Mariángeles en camisón y esos pechos turgentes apunto de explotar la llevaban a querer hacer de todo con la monja. Como notenía respuesta de la monja en el papel de su madre, Sofía volvió a la carga
-       ¿Habrá salido calentona a usted, Eugenia?
-       ¡Si!  Dijola monja
-       ¡Me di cuenta! Decía Sofía en el papel de lahermana mirándole los pezones con atención
-       ¿Como se dio cuenta?
-       Porque tiene los pezones parados como ella –Sofía jugaba al límite
En ese momento, los ojos de lamonja fueron al hábito y vio que a la altura de las tetas de Sofía sobresalíandos botoncitos que marcaban sus pezones. Se dijo a sí misma que si iba a jugariba a hacerlo con todo y respondió
-       Disculpe hermana, pero me parece que ustedtambién tiene los pezones parados
La monja no supo cómo pudo dejarque esas palabras salieran de su boca. Sofía se sonrió porque supo que estaba máscerca y que la monja empezaba a jugar fuerte
-       ¿Usted lo dice por esto? – Sofía se acarició elpezón por encima de la tela y sintió lo duro que estaba excitándose aún mas
-       Si, están como los míos – la monja se los tocópor encima del camisón imitando a su alumna amiga
-       Mmmmm, disculpe que le diga Eugenia – JugabaSofía
-       Si, hermana, ¿qué pasa? – La monja se divertía
-       Yo le vi los pezones a Sofía y son muy lindos –Sofía ya no podía detenerse
-       ¿Ah sí? ¿Se los vio, hermana? ¿Y le gustaron?  – la monja estaba sacada
-       Si, y me preguntaba…Sofía no se animó a seguir
-       ¿Qué se preguntaba hermana? - La monja lainvitaba a Sofía a seguir
-       Si habrán salido a los de su madre
Nuevamente Mariángeles tuvo queapoyarse en la pared. Sofía estaba frente a ella y ahora le miraba las tetascon un descaro absoluto. Mariángeles estaba tan excitada como nunca habíaestado en su vida. No sabía que podía sentirse semejante cosa. Era toda unanovedad y quería explorarla por completo, su cuerpo quería ir hasta el fondo detodo esto, aunque su mente no estuviera preparada para hacerlo. Sacó fuerzas ypreguntó
-       ¿Y como puede saberlo?  – la monja estaba temblando
-       Así
Sofía posó su mano en el hombrocasi desudo de la monja, agarró una tira del camisón y la deslizó por elcostado bajándola lentamente. La tela caía y el pecho de la hermana se ibadescubriendo lentamente. Apareció el pezón, rosado intenso, casi morado ytotalmente erecto de excitación. Sofía lo miró y volvió a ponerse en el papelde la monja
-       No, son mucho más lindos los suyos – dijo y lamiró con una sonrisa perversa
La monja le devolvió la sonrisa ysentirse expuesta con el pezón erguido pareció darle fuerzas para continuar
-       ¿Ah sí? ¿Le gustan, hermana?
-       Bueno, en realidad, solo puedo ver uno…- jugóSofía
-       ¿Quiere que le muestre los dos para comprobarlomejor?  – la monjita iba por todo
-       Sí, me gustaría
-       Hágalo usted, hermana – invitándola a que lebajara el otro bretel
-       Me gustaría que lo haga usted, muéstreme suspezones – ordenó perversamente Sofía
La monja juntó más valor ycruzando su mano tomó el bretel por su parte superior y lo dejó caer alcostado, descubriendo el otro pecho turgente y blanco.
-       Mmmmm, siiii, puedo comprobar que son hermosos,mejores que los de su hija
-       No creo, mi hija tiene unos pezones hermosos –la monja estaba desatada en el papel de madre de Sofía
-       Puede ser, pero no tan lindos como los suyos,Eugenia – Sofía le miraba las tetas y se contenía. No quería dar un paso enfalso, aunque ya habían llegado muy, muy lejos
-       ¿Si? ¿Le gustan mis pezones, hermana?
-       Si, Eugenia, sus pezones, es más, sus tetas sonperfectas, me pregunto cómo… -resumía Sofía, que debajo del hábito su cuerpotambién temblaba de excitación
-       ¡Cuantas preguntas, hermana! ¿Que se pregunta?Reía ahora la monja en el papel de madre de Sofía
-       Como se sentirán al tacto…
Mariángeles creyó desmayarse yvolver en solo un segundo. Tomó coraje y le dijo perversamente:
-       Usted puede tocar, hermana, sé que lo hace conbuena intención
-       Siendo así…
Sofía acercó una mano y acaricióla teta por el contorno, suavemente y con las yemas de los dedos se acercaronlentamente al pezón de la monja, en ese momento una caliente Eugenia.
Cuando la punta del dedo de Sofíarecorrió un círculo alrededor del pezón, la hermana sintió que se moría deganas de que su joven alumna haga con ella lo que quisiera.
Sofía estiró la otra mano ycomenzó a hacer lo mismo agarrando ahora ambos pechos y dibujando el contornocon sus manos
-       Vamos a ver las dos juntas – decía Sofía
-       Si, hermana – dijo la monja
En sus oídos sonó como unaherejía y una perversión llamarla hermana y verla con el hábito puesto, perolas caricias que sentía en sus tetas la hacían olvidar de todo.
A Sofía le incomodaba el hábitopara moverse con soltura. La tela le impedía hacer los movimientos que ellaquería con las manos y los brazos.
-       El hábito es bastante molesto – dijo Sofía
-       ¿Y porque no se lo saca, hermana?  – dijo Mariángeles con total soltura en esemomento
-       Si a usted no le molesta, verme…- decía Sofíajugando
-       No, hermana, va a ser la primera vez que vea auna monja desnuda, debe ser lindo – ahora la monja jugaba con los roles comouna auténtica maestra
Sofía se separó un metro ytomándolo por la parte baja se lo sacó por la cabeza. Para sorpresa de lamonja, estaba solo con una pequeña bombacha puesta y las tetas, turgentes y máspequeñas que las de la monja, lucían hermosas.
-       ¡Hermana! ¡No usa nada debajo del hábito!  – se reía ahora la monja
-       Sí, es que hacía mucho calor – jugaba Sofía
-       ¿Tenía mucho calor, hermana?  - Ahora parecía gustarle a la monja hablarley nombrarla con el título eclesiástico
-       Si, estaba muy caliente -  reía ahora Sofía
-       Claro, la entiendo, hermana – jugaba la monja
Sofía se había acercado y ahoracon sus pechos pequeños buscó tener contacto con las tetas de la monja. Se parófrente a ella a escasos 30 centímetros y la miró a los ojos.
Era un cuadro digno decontemplar, las dos de pie, Sofía solo con la pequeña tanga blanca y la monjacon el camisón caído hasta la cintura y esos pechos hermosos y duros deexcitación esperando el contacto de los pechos de la joven y caliente alumna.
Ninguna de las dos sabía quéhacer ni que decir. Se miraban a los ojos, ahora serias. Respirabanprofundamente intentando calmar los nervios que la excitación les generaban.
Sofía decidió que era ella la quedebía dar el siguiente paso y se inclinó por mantener el perverso juego deroles en donde era una monja caliente. Se acercó un poco más y los pechos seapoyaron en los de la monja, que cerró los ojos.
La boca de Sofía se acercó acentímetros de la boca de la hermana y ésta pudo sentir el cálido aliento de sualumna. Sofi, como pudo y con la voz temblorosa le dijo:
-       Es usted hermosa como su hija, tiene una boca…
La monja se mojó los labios ybajó la mirada a la boca de Sofía. Sus ojos vieron esos labios semiabiertos ysupo que quería besarla.
-       ¿Le gusta mi boca, hermana?  – temblaba la monja
-       Mucho, tanto que - dijo Sofía
-       ¿Tanto qué?  – preguntaba la monja
Sofía no respondió solo acercólos labios a los labios de la otra y se tocaron suavemente. Con los pechos pasólo mismo, pero casi no lo advirtieron porque estaba cada una pendiente de laboca de la otra.
Sofía torció levemente la cabezapara acomodarse y la monja hizo lo propio. Esta vez los labios se apoyaron y sequedaron así unos segundos.
La monja estaba paralizada, nosupo qué movimiento hacer. Sofía con sus manos la agarró al costado de la caraacariciándola y abriendo un poco su boca, generó que la monja hiciera lo mismo.
Cuando la lengua de Sofía hizocontacto con la lengua de la monja, Mariángeles creyó que se desvanecía, perono pasó. Retiró la lengua por susto y luego la acercó y busco ella el contacto.La saliva jugaba un papel fundamental y la boca de Sofía le supo a deseo.
Comenzaron un juego de lenguasentrelazándose y cuerpos cada vez más pegados en los que no parecían poderdetenerse ninguna de las dos.
Seguían de pie al costado de lacama de la madre de Sofía. El hábito estaba tirado en el piso y ahora Sofíadeslizaba sus manos por el cuerpo de la monja que quiso corresponder e hizo lomismo acariciando la espalda y cintura de Sofía
Se besaban sin parar jugaban conla lengua de la otra y se buscaban ahora con deseo.
-       Sos hermosa – le dijo Sofía separándose un poco
-       ¿Me tutea, hermana? -  rio La monja
-       Ah, sí sí, perdón Eugenia – Sofía la besónuevamente
-       Que monja hermosa que es usted también -  le dijo la hermana caliente
-       Soy una monja muy caliente y con ganas… - Sofíano se atrevió
-       ¿Con ganas de qué, hermana? – La monja sabía quela respuesta a esa pregunta marcaría un camino sin retorno…
 
 (continuará…)
Pueden dejarme sus comentarios enreybaco2005@hotmail.com
O en Telegram @reybaco2005

13 comentarios - Mamá caliente (32)

diegoprey
Nuuuu zarpado 🔥🔥🔥....corto y efectivo 👏👏👏...+10....excelente cap y a esperar el 33...
soretin3
Gracias Diegooooo
criselkpo
😋👍💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦🔥🔥🔥🔥💦💦💦💦💦💦💦
soretin3
Gracias crisel
MITCHELF4
Terribleeeeeee......vas a matar a alguien.....van los diez ...pero si tardas mucho ...no respondo
soretin3
Espero no ir en cana
jajaja
Abrazo mitchelf
milangac
Sofi quiero casarme con vos
Amigo excelente historia, y eso que pense que la histori de los hermanos iba a ser dificil de superar
soretin3
Gracias Milanga, hermosas tus palabras
barnum77
No nos puedes dejar así…
Y lo peor…no las puedes dejar a sí….jajajaja
soretin3
Ellas saben esperar 3 días
ajajajaja
GRacias barnum
gust7387
Que noche están por pasar muy bien jugado por Sofi
soretin3
Gracias gust!!!
Sofi sabe y aprende rápido
conrradio
que hdp,!!!!! me dejas con la pija al palo, imaginando la calentura de las dos!! que buen relato!!! nunca leia una serie tan buena!+10
soretin3
Gracias conrradio, cuanta pasión en tus palabras
negruncho4a0
Huuuuuuu!!!!! Que no termine nunca
soretin3 +1
Gracias negruncho, no te mueras nunca!!!
bigbear39
Excelente... cuantos capitulos pensas hacer?

Van +10
soretin3
Si te digo que cuando empecé no pensaba en mas de 15, me crees?
No se, pero no menos de 40 por como viene la cosa
JuanManuel238
Siiiiii...segui asi...viene perfecto
soretin3
Si habras dicho, segui asi! picarón!
Jonitocarp
En donde quedo el "mamá caliente" muy bueno igual
soretin3
Pronto vuelve a aparecer, se me fue de las manos la historia
Debería llevar otro título
moteado22 +1
Uno de los mejores capítulos de la saga
soretin3 +1
Gracias Moteado!
JuanchoR86
Increíble! No hay desperdicio en ningún capítulo. Uno calienta más que el otro. Un 10 por cada capítulo que leo 👏👏👏👏👏👏