Mi tío, mi tía, mi primita y yo (19): Mica nena putita.

Mica se fue a dar una ducha y volvió limpita, impecable, con otra bombachita puesta, una color borravino. Tenía puesto eso y nada más. Yo también me fui a bañar, y volví en pija, con la pija parada de nuevo. Me vio entrar a la pieza y se rió. Tenía dos vasos de bebida alcohólica en la mesita de luz. Me sentó en la cama y me dijo “sacame la bombachita”. Se la saqué, disfrutando sentir el roce de la tela contra su piel, y acto seguido se sentó encima mío. La sentí mojada. 


Medio un beso en la boca, mientras yo la agarraba de los cachetes del culo, separándoselos suavemente. “Te amo” le dije. Sonrió. Me dio otro beso y me dijo “yo también” y con una sonrisa pícara agregó “pero ya cogimos de amor y noviecitos. Ahora cojamos fuerte, dale? Fuerte, bien chancho”. La pija se me endureció aún más. “Sí” dije, un poco tímidamente. “Pero de verdad”, me dijo, “tratame mal. Yo sé que me amás y me cuidas. Yo te lo estoy pidiendo. Tratame mal, pegáme chirlos, decime cosas”. “¿Qué cosas?” dije como un tonto, y me arrepentí al instante. Ella se rió. “Ay, cosas sucias, cosas malas, que soy tal cosa, no te voy a decir la palabra, tiene que salir de vos, pero decime y haceme cosas por eso que soy”. Y me aclaró “eso que no soy todos los días ni a toda hora, pero hoy, esta noche con vos, lo soy”. 


Mis manos seguían en su culo. Sentí el calor y la humedad de la rajita que formaban sus dos nalgas. Entendí lo que tenía que hacer y decidí, que siendo tan clara ella en lo que quería, lo que correspondía era que lo hiciera de inmediato. Agarré el vaso e hice fondo blanco. El alcohol me pegó una piña agradable en la cabeza. Ella sonrió, vio que la estaba entendiendo. Sin decir palabra hizo fondo blanco también, y me miró con cara pícara y borrachita. 


Con una mano agarré su bombachita borravino, que había quedado a mi lado en la cama. La apreté en mi puño. Me levanté de golpe. La agarré del brazo y la hice girar bruscamente, para dejarla de espaldas hacia mí (y en el giro sentí como su cadera golpeaba contra mi pija parada y bamboleante). Le di un chirlo fuerte en la cola, que sonó CHAS! y vi en el espejo que abría grandes los ojos y sonreía. La agarré de los pelos, dándole tiempo para que camine porque no la quería lastimar, y simulando un tirón más violento la llevé hasta la pared. 


Ella sacó cola, sentí como me rozaba. Le di tres chirlos fuertes. Ella gemía con mucho placer. Mi mano había quedado roja marcada en su culito de nena. La agarré fuerte del culo, la mano entre los cachetes, un dedo apoyado y presionando contra su ano. “¿Como podés ser tan putita?” le dije. Cuando le dije putita se le iluminó la cara. Le di otro chirlo. Me llevé la bombacha a la nariz, tenía un poquito de olor aconcha, muy suave y delicado. Se la fregué contra la nariz a ella. “Olé, putita, mirá el olor a concha y a orto que tenés, dejando olores para atraer machos, puta de mierda” y le di otro chirlo. 


Se la pasé por la concha y el orto y se la hice oler de nuevo. Ella la respiró a grandes bocanadas. Vi como se desprendía una gota de humedad de su concha, mientras gemía con los ojitos cerrados. “¿Así que te gusta ser putita, eh? Ahora vas a ver lo que le pasa a las que juegan las putitas” le dije, la volví a agarrar del pelo, y la hice arrodillar frente a mi pija. “Abrí la boca, putita, te voy a coger la boca”. La abrió. Me miró, con la boquita abierta, la lenguita afuera


Vi en sus ojos que quería que siguiera con el maltrato. Un poco me costó. Era mi primita amada, la cosita más dulce del mundo. Era raro estar tratándola como una putita, lo que me salía natural era tenerla entre algodones, cogerla con amor, cuidarla, decirle cosas lindas. Pero s ia ella le gustaba así, no podía negárselo. Y una vez que me relajé con eso y entendí que era solo un juego lo empecé a disfrutar. “Ay, no me cojas la boca fuerte, me da miedo” me dijo. “De qué tenés miedo si estas hecha para ser cogida así, zorrita, nena putita”. Le di una cachetada. Su respiración se aceleró. Le di otra, y le dije “te cojo la boca cuando quiero y como quiero, Micaela, porque sos mi putita y no hay nada que puedas hacer al respecto”. 


Acto seguido metí mi verga en su boca y empecé a meterla y sacarla. Ella babeaba. Mela empecé a coger por la boca mal, hasta que tuvo arcadas, pero se recompuso y semi sonrió con mi pija en la boca. Se la sacó y con los labios chorreando saliva me dijo “bueno, cogeme por la boca todo lo que quieras, pero por la cola no por favor que me va a doler”. La agarré de la muñeca y la levanté del bracito, le di un chirlo en la cola y latiré en la cama. Le abrí los cachetes de la cola. Era preciosa su cola abierta, su ano rosadito apenas dilatado, deseoso de ser penetrado. No pude resistir y me salí un momento de mi personaje agresivo para lamerselo. Ella gimió. Las rugosidades de su ano contra mi lengua, el olor a cola, los cachetes presionando sobre mi cara… El placer era máximo. 


Ya con la cola ensalivada le empecé a meter el dedo. Despacito, pero haciendo todo el acting de que me la estaba cogiendo fuerte. El dedo lubricado con saliva entraba y salía con cierta dificultad pero poco a poco se fue haciendo más fácil. “De acá veo como tu culito se traga mi dedo y pide más, putita”. Y cuando vi que ya estaba dilatada, saqué el dedo y sin avisar le metí la pija. Sentir el anillito de cuero de Mica apretando mi verga era algo único. Empujé hasta el fondo. Ella gimió y dijo “ay, duele papi”. 


¿Estaría fantaseando que se la cogía así su propio papá? Me gustaba esa fantasía. “Te duele, putita? Tu papi te va a dejar la cola bien cogida, sos la putita de tu papi”. “Ay siiií papi, siiiií, ay papi, rompeme la colita”. “Sos muy puta, hijita” le dije, y se excitó más, y empezó a mover más la cola, devorando analmente mi pija de una manera tremenda, y alimentando mi idea de que realmente estaba fantaseando con la pija de su papá. Con la mano derecha la agarré del pelito y le pegué un tirón. Ella gimió y sentí como su colita me apretaba la poronga un poco más. Me di cuenta de que no iba a durar mucho rato así. 


Mi primer impulso fue llenarle la cola de leche, pero me pareció que le iba a gustar más que le acabara la carita. Saqué la pija de ese agujerito delicioso, la hice arrodillar en el piso, le di unas cachetaditas, y le dije “toda la leche en la carita te va a dar tu papi, seguro querés la leche de papá, porque sos muy puta”. Ella cerró los ojitos, me dijo “si papi, si papito, si papá, quiero, humillame, ensuciame”,y dejó la boca entreabierta. Y ahí mi pija empezó a escupir semen a chorros, le bañé la cara en leche. Salió mucha, no sé cuanta. Quedó con la cara cubierta. La dulce carita de Mica, cubierta de mi leche, una gota grande de mi esperma cayendo de su naricita de nena sobre su labiecito superior


Y lo que hizo me terminó de volver loco. Se pasó la mano por lacara, desparramándose la leche, y la mano toda enlechada se la pasó por el culo. Por el espejo alcancé a ver que se metía un dedito en la cola. Se estaba masturbando analmente. Fueron unos pocos segundos y acabó. Me miró, ahora, ya pasada la calentura, un poco avergonzada. No quería verla así, quería transmitirle que había estado buenísimo. Me arrodillé y le di un beso de lengua muy dulce en la boca. “Estuvo increíble” le dije. “Sí, no?” me dijo. Y agregó “un día podríamos mostrarle a los tíos como cogemos así sucio y fuerte, les va a gustar”. “Sí” le dije, entusiasmado. “El tío se muere si hacés la de pasarte la leche dela cara por la colita y meterte el dedo”. Sonrió con picardía una vez más y me dijo “se la voy a hacer, ja, no la va a poder creer”.


5 comentarios - Mi tío, mi tía, mi primita y yo (19): Mica nena putita.

DGE1976
Excelente Anto...q calenturas me haces agarrar...gracias
humber63 +1
ALFIIIIIN exelente como siempre.
salmajalma2001 +1
nno hay relato mas exitante que este !!!!! segui esceribiendo !!!!!! por favor !!! fabulosooo
siempre me los guardo para acabar con tus relatos!!!
Fapmood +2
Increíble, la mejor serie que he leído. Perdí la cuenta de la cantidad de pajas
miramesto
Formidable... ✊🏻✊🏻✊🏻✊🏻💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦