Cacería de conejitas / Alejandra M. en Bunny Hunt (Parte9)

El cazador cobra la presa

Alejandra obedece. No puede hacer otra cosa, sabe que sólo de milagro se salvará, pero no quiere tentar a Ranko a ponerse más violento. Así que resignada, le ofrece su culo a su nuevo amo.
Ranko se arrodilla detras de ella, y con sus manos acaricia sus carnosas nalgas, suavemente al principio, estrujandolas un poco despues. De pronto le entierra el grueso dedo mayor de su mano, arrancandole un gemido de dolor. Con violencia mete y saca ese dedo. No quiere causarle placer, sino dolor. Y lo consigue. Es lo que mejor sabe hacer y gracias a lo cual vive tan bien

Ahhh!! AAH!! Pará por favor, basta!! AAHH!!, por favor nooo!!! AAAAH!!

Le ruega inútilmente, él quiere verla rogar, sufrir, pedirle por favor que no la lastime. Eso lo calienta enormemente

No me digas que no te gusta perrita, ehh? En serio ?? Vamos??? Entonces mejor...

De golpe le entierra la gruesa verga hasta el fondo. Alejandra da un agudo grito de dolor

AAAHAHAAAAA!!!!

La agarra del pelo, tironeandola mientras le bombea con fuerza, sus bolas golpeando contra los cachetes una y otra vez. Hasta el fondo, brutalmente. Alejandra grita cada vez más, las lagrimas caen por sus mejillas por primera vez. Ruega, implora, gime y llora, pero eso sólo excita más al macho que la empala violentamente.
El orto de la pobre hembra no aguanta ya el enorme diámetro de la verga y se raja. Junto con los jugos corre un hilo rojo. El dolor es mucho más intenso. Los alaridos de dolor son ya contínuos

Alejandra no soporta ya más. Quiere que este horror acabe. Quiere dejar de sufrir

Ya pronto tendrá lo que pide


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