Las mañanas en el club

Ni bien empezó a bajar el índice de la pandemia, en el club habilitaron la pileta climatizada para aquellos socios que quisieran ir a nadar un rato, sólo por 40 minutos y con turnos de 2 personas.
Me anoté y tenía mi turno los Lunes, Miércoles y viernes, a las 6.30 de la mañana, algo que me venía justo para darme tiempo de ir al trabajo sin problemas.
Conmigo compartía pileta Mario, un tipo de físico normal, 49 años, docente, de agradable charla.
La segunda semana, ya más en confianza, me enteré que era soltero y que le gustaba salir de fiesta los fines de semana.
Charla va charla viene, también contó que hacía bastante que no tenía sexo y eso lo traía algo loquito.
Ese Miércoles, Mario salió antes del agua y se fue al vestuario. Al rato salí yo y cuando entro al vestuario veo a Mario pajeándose bajo la ducha ... buena pija.
Me ve y algo sorprendido deja de pajearse.
-"... seguí, dale... por mi no te hagas problemas..." le dije no sin mostrar cara de sorpresa yo también.
-"... descargar me hace sentir mejor..." dijo riendo.
Terminó su "trabajo" , se duchó y saludándome se fue.

El viernes llegué al club y Mario ya estaba nadando... entré al agua y enseguida se acercó a saludarme.
-"... lo del otro día ...bueno...si te molestó te pido disculpas..." dijo
Le contesté que estaba todo bien y comencé a nadar.
Otra vez Mario salió antes del agua y se marchó al vestuario...por curiosidad, morbo o calentura lo seguí.
Efectivamente estaba con la pija en la mano. Me vio entrar y me hizo señas de que me acercara.
Ni bien estuve a su lado estiró su mano y manoteó mi pija, que no tardó en ponerse dura.
Con una mano se pajeaba él y con la otra me pajeaba a mí.
-"... te va a hacer bien ...vas a trabajar mejor..."-
Y después de decir esto se inclinó y se metió mi pija en la boca.
Apoyé mi espalda en la pared de azulejos y lo dejé hacer.
Me envolvía con la lengua, subía y bajaba recorriendo todo el largo y descansando en los huevos... la chupaba de maravillas.
Se la sacó de la boca y alejándose un poco empezó a acabar ...
Abrió la ducha y se quedó quieto bajo ella... cerró el grifo y poniendo sus manos en mi cintura siguió chupando hasta hacerme descargar varios chorros de leche que tragó sin problemas.
Volvió a abrir la ducha y me dijo que terminara de bañarme porque ya venía el otro turno. Se despidió y se fue.

Todos los días de pileta, durante 4 meses, me la chupó y me hizo descargar litros de leche.
Las restricciones por el Covid se fueron diluyendo y comenzamos a tener otros socios ocupando nuestro horario, por lo que tratábamos de ser cautelosos y buscar el momento para descargar tensiones.
Un Lunes por demás concurrido, Mario me dijo que no ibamos a poder hacer nada, pero que si tenía tiempo podíamos ir hasta su casa que quedaba a la vuelta del club.
Nadamos media hora y nos fuimos.
No llegamos a su habitación por diversos motivos: tiempo y calentura.
Se sentó en el sofá de la sala principal y bajando mis pantalones se metió la pija en la boca... yo lo "ayudaba" con mi mano en su nuca.
Dejó de chupar y mirándome giró dándome la espalda... no hubo palabras
Apoyé la puntita y dejé que se fuese yendo hacia adentro...Mario gemía y se pajeaba.
Una vez que hizo tope me afirmé con mis manos en su cintura y empecé a bombearlo sin pausa.
Ese hermoso ruido del choque de mis huevos con sus nalgas hizo que en pocos minutos le avisara que lo iba a llenar.
Me pidió que aguantara un ratito más así acababa él también.
Terminamos al mismo tiempo ... quedé tumbado sobre su espalda, agitado ... transpirados.
Nos bañamos y demás está decir que ambos llegamos tarde a nuestros trabajos.

Hasta Marzo de 2021 cogimos Lunes, Miércoles y Viernes ... la pileta era una excusa, ya prácticamente no íbamos y nos encontrábamos en su casa, inclusive algún viernes repetíamos y me quedaba a dormir hasta la madrugada.
Mario era uno de esos machos de buena pija que le encanta que le llenen el culo de leche.
Después de esa fecha no lo ví más, fue trasladado a otra escuela y no nos daban los tiempos para seguir con nuestro juego.
Nos despedimos como corresponde, un asado, un buen vino y una linda encamada.

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