La plaza de mi pueblo

Les voy a contar una experiencia que tuvimos con mi esposa y apesar de que han pasado un par de años siempre la recordamos por qué fue muy exitante.
Vivíamos en un pueblo, cada cual en casa de sus padres. Cuando nos veíamos en la calle, estabamos un rato juntos y luego la acompañaba a su casa, aprovechaba metía unos besos, un poco de mano y después volverme a mi casa con unas ganas de ponerla terribles, parecía que me iban a explotar los testículos. Había pocas opciones, era ingeniarcelas o clavarte una paja. Se dificultaba mucho tener sexo a cualquier hora, o donde quisiéramos. Tampoco había telos, yo no tenía auto..supongo que a la gran mayoría le pasó algo similar en la adolescencia.
Había un boliche a tres cuadras de su casa, y a mitad de camino había que cruzar por la plaza. Era la típica plaza de pueblo, ubicada en el centro, cortada en diagonales, pocas luces, árboles grandes, algunos bancos.
Mi esposa siempre fue muy sensual para vestirse a la hora de salir a bailar. Tenía un lomo terrible, buenas piernas bien marcadas, una colasa divina bien redonda ..paradita, hermosas gomas y de rostros es una ángel ojos verdes, hermosa sonrisa... En resúmen una muñeca..
No es mi fuerte los nombres de las prendas de vestir femeninas pero trataré de explicar lo que esa noche llevaba puesto. Era como un retazo de tela tipo un top de seda color turquesa, que cubría solo la parte de adelante y en la espalda lo sostenían un par de tiritas. En resumen digamos que solo era para taparle apenas las tetas y no completamente...
Abajo una minifalda, muy corta, que apenas le tapaba el culo, y unas medias red negras de esas que vienen hasta la cintura tipo cancan. Ella sabía como me calientan las medias, portaligas, son mi debilidad. Esa ropa la hacía ver muy sexi, cuando llegamos todos la miraban por que es el tipo de mujer que a todos les gustaría tener en una noche de sexo y pasión, sobretodo si está vestida así.
Esa noche mientras bailaba muy provocativa, yo notaba como los demás la miraban descaradamente, sus movientos hacían que esa pequeña pieza de tela no pudiese tapar sus senos. Saltaban o se dejaba ver gran parte de sus pechos. A ella poco le importaba, le encantaba bailar provocándome. También me rozaba con el culo mi paquete. 
Después de bailar y tomar bastante salimos a tomar aire, pero era tarde y me pide que la acompañe a su casa. 
Salimos del boliche en dirección de su casa. Serían las 5 de la mañana y no se veía movimiento por las calles. Estábamos muy alegres producto del alcohol y las ganas que tenía de cogerla, me había exitado mucho ver cómo muchos la desnudaban con las miradas.
Mientras caminamos la abrazaba y pensaba en cómo se había vestido, me ponía loco sentir que estaba casi desnuda, sus pezone se marcaban en la tela del top y apenas unas tiras le tapaban la espalda y esa mini de cuero estaba criminal. Bajaba mi mano de su espalda y le apretaba el culo y ella me agarraba la pija por encima de mi pantalón y me decía que quería coger...la abrazaba de atrás apoyandole mi bulto en el culo.. 
Llegamos a la plaza y la cruzamos en diagonal. A la mitad, no había casi luz, nos frenamos a darnos unos besos. Ya nos prendimos en un nudo, las manos ya recorrian el cuerpo del otro, la cosa se iba poniendo cada vez más intensa. Las lenguas jugaban en nuestras bocas, la respiración era muy exitada hasta que escuchamos que se hacercaban un grupo de jóvenes. Para disimular nos sentamos y nos abarzabamos. 
Una ves que se alejaron seguimos con los besos, cada ves con más intensidad. La temperatura iba en aumento yo estaba al palo. Empecé a besarla en el cuello, que es su punto débil, mientra mi mano tocaban sus tetas. Tenía los pezones duros, se apretaba con mis dedos y le causaba mucho placer. Era todo muy contenido, estábamos sentado de costado uno al lado de otro tratando de pasar desapercibidos ante las miradas de algún curioso.
Las cosas se fueron saliendo de control y poco nos dejó de interesar si venía alguien. Seguí avanzando un poco más y baje mi mano a su entrepierna, cuando logré tocarla, por encima de la tanguita, ella estaba muy húmeda. Le empecé a frotar, ella parecía que cada ves tenía menos control de su cuerpo y de la situación. 
Le separé un poco más las piernas, quería meter mis dedos en su conchita, pero las medias me lo dificultaba. Ella cedió abriendo más sus piernas, se inclino levemente para atrás y apoyo las manos sobre la banca. Hice fuerza con mis dedos y rompí un par de hilos las medias red... ahora sí podía moverme con facilidad. Le corrí la tanga y metí mis dedos lentamente mientras miraba como su rostro se transformó, hizo un gesto de placer mordiéndose los labios, cerró los ojos y buscaba acomodar la pelvis para que la penetrara más. Estaba muy mojada, mis dedos entran fácilmente. La cogí unos instantes con mis dedos mientras disfrutaba su cara de placer, ella que le gusta mantener el control lo había perdido totalmente. Sacaba los dedos de su vagina, se los metia en su boca para que saboreé sus propios jugos, yo la besaba para también saborear su manjar. Empecé a buscar su clítoris. Estaba muy caliente, se dejaba hacer todo, el placer la había inhibido..
Empecé a jugar con su clítoris y le sacaba gemidos más intensos, movía su cuerpo acompañado mis dedos. Respiraba muy agitada, el placer era extremos, genia y tiraba su cabeza para atrás. Estaba entrando en un intenso orgasmo, ya no suprimía el placer, disfrutaba esa corriente que recorria su cuerpo. Fue en aumento hasta terminar en gemido profundo, le temblaban las piernas, parecía que convulsionaba, tuvo un intenso orgasmo. Se quedó unos segundo como tratando de recupar la cordura y el control de su cuerpo. Ella estaba exausta pero no satisfecha. 
Se puso de pie, me pidió que me sentara en la banca con las piernas abiertas a cada lado. Me baje el cierre del pantalón, saque la verga que estaba muy caliente y humedecida también. Ella levanto su mini arriba de la cintura y se subió a mi. Sin sacarle la ropa interior, solo hicimos la tanga a un costado y metí la pija por el agujero que había hecho para meterle mis dedos. No costo nada metércela, estaba hecha agua.
Estábamos sentados frente a frente con sus piernas rodeando mi cintura, mi boca alcanzaba a besarla, lamerle las tetas,morder sus pezones. Ella me montaba con un ritmo lento como queriendo disfrutar cada una de las sensaciones que le provocaban el entrar cada ves más profundo mi verga, que estaba muy caliente y dura. Con mis manos la agarraba del culo y lo apretaba con fuerza como tratando de que las punzadas fueran más profundas.
Movía sus caderas hacia adelante y atrás con intensidad, metiendola hasta lo último con cada empujón, sentía como su clítoris frotaba se frotaba en mi. Nuestros movimientos aceleraban cada vez más, sus gemidos me exitaba mucho. Ella también estaba muy caliente, nuestras partes estaban muy mojadas. Era una sensación increíble estar cogiendo de esa forma al aire libre . Yo no podía aguantar más, sus gemidos me hicieron perder el control y sentí como venía un cosquilleo desde mi interior cada vez más intenso hasta que terminó en una acabada dentro de ella, fue un placer delicioso sentir esa explosión dentro en su conchita, me daba la sensación que salían chorros y chorros de semen, sentía que a medida que los movimientos eran más lentos cada empujón seguía desagotando en su interior. No quedamos unos instantes abarzados hasta darnos cuenta que estábamos en la plaza.
Rápidamente nos invadió la vergüenza y nos fuimos por donde menos iluminación había. Para mí fue uno de los polvos más intensos que tuve en mi juventud, por el lugar, el deseó, la adrenalina, y por qué era ella...

1 comentario - La plaza de mi pueblo

Osval2233 +1
M gusto como disfrutaron cojiendo los dos t v los 10