El perro salvaje

Algo similar me paso en otra oportunidad, estavez con un amigo de futbol de los chicos cuando decidí acompañarlos y verlosjugar desde las gradas, a decir verdad, entre a jugar un rato con ellos a la cancha,pero entre que eran muy brutos conmigo y que aprovechaban toda oportunidadposible para apoyarme decidí salir amablemente, no estaba enojado ni nada porel estilo, pero quería evitar rispideces entre ellos. Con todos había ciertaconfianza porque eran los amigos de mis chicos y eso se sabía, además ya habíancompartido muchos momentos en casa y me conocían de todas las formas posibles,bien vestida, recién levantada, de gala o modo ama de casa, ninguno se había propasadoconmigo hasta ese momento así que no me sentía inseguro ni nada por el estilo,estaba todo bien y era divertido en cierto modo dado que incentivaba algo en míque los chicos también habían comenzado a ver y que ellos me molestaban diciendoque “me comportaba como puta todo el tiempo” yo simplemente sonreía y no dabamayor importancia en general.


No había ido modo sexy a la cancha, pero sillevaba puesta una tanga de color blanco simplemente porque me había acostumbradoy me quedaba cómodo. En cierto momento en el que los chicos estaban en la mejorparte del partido a pleno sol, yo tomaba agua, pero estaba transpirada de todosmodos, me dieron ganas de ir al baño, los vestuarios en donde los chicos habíandejado toda su ropa estaban cerca por lo que me dirigí a ese lugar para orinar.


Cuando llegué al lugar que estaba a media luzme encontré con que no estaba solo, un aroma fuerte a hormonas invadía todo el salóny allí lo vi, con su baja estatura, pero un cuerpo compuesto básicamente por músculosy un grueso vello se encontraba en una de las orillas de la habitación y parecíaestar esperándome, hacia un sonido extraño con su boca todo el tiempo porque siestuviera agitado o desesperado cuando se abalanzo sobre mí, no me puderesistir cuando me tomo entre sus brazos y se aferró fuerte a mi mientras mebesaba de un modo que lo podría considerar asqueroso en verdad, creí haberlovisto antes pero no estaba del todo seguro aunque asume que para tomarme comolo había hecho había llegado de seguro con nuestro grupo.


Poco a poco comencé a dejar de resistirme yfluir con la situación, entramos en uno de los habitáculos más pequeños que habíapara ir al baño y me sentó de frente a la pared y con la cola parada hacia él,bajo la short que traía puesto, corrió mi tanga y comenzó a lamer mi amo frenéticamentede arriba hacia abajo como si se tratara de un hueso, un pedazo de carne o aguaen épocas de mucha sed, seguía haciendo sonidos extraños con su boca y no decíauna sola palabra cuando puse mis manos en la pared, mi cola se paró aún más ymi espalda se arqueo, el levanto mi remera casi sin querer, simplemente porefecto de la fricción de los cuerpos antes de que entrara en mí en seco, realmenteme dolió y grite, el sonido de mi voz retumbo en el pequeño lugar pero estábamossolos por lo que nadie escucho, me cogió como un animal y cada vez que entrabaen mi cola sentía que su pene me arañaba internamente, del mismo modo que lasuñas de las manos de la bestia arañaban mi cintura, sus uñas claramente eran másbien garras. No sé cuánto tiempo me cogió, el dolor me hizo perder la nocióndel tiempo hasta que acabo en mí una y otra vez, literalmente, siempre en lamisma posición, lo único que variaba era si yo me sentaba en el inodoro y me sosteníade la pared y si directamente me sostenía de la pared agachada casi en cuatroen el pequeño lugar. Era tan bruto que no solo me estaba lastimando el cuerpocon su cuerpo, sino que me golpeaba con la pared del lugar y yo hacía lo que podía,simplemente no tenía otra cosa que hacer que esperar que me cogiera porque eraimposible resistirse a tales envestidas y fuerza en general.


Al rato me tomo del pelo, aun a oscuras, juraríaque fue con la boca y a mordiscos, la cuestión es que salimos del pequeño cubículoy lo vi boca arriba acostado en la parte central del vestuario, cualquiera queentrara en ese momento podía vernos, pero no nos importó, me tomo del rostro yme hizo chuparle la verga prácticamente como si fuera el amor de su vida, los testículosen mi boca por completos acariciándolos con mi lengua para luego subir por sutronco suavemente hasta introducir todo su enorme miembro en mi boca, hasta eltoque de la garganta una y otra vez en cada oportunidad con más fuerza hastaprovocarme la asfixia, yo sentía que el ya no podía controlar sus impulsos deposeerme cuando por fin a cabo en mi boca, en mi garganta mejor dicho y recién ahíse calmó. Trague toda esa cantidad de fluido caliente y acido cuando sentí que gritaronmi nombre, quien me había cogido desenfrenadamente lanzo al aire una especie deladrido, pero permaneció echado en el suelo mientras yo me acomodaba la ropa yme limpiaba un poco el cuerpo.

El perro salvaje


Tuve que disimular el dolor durante todo elcamino a casa mientras los chicos comentaban el partido y me preguntaban comola había pasado y si me había gustado el club, nunca supe quién de todos ellos habíasido el que me tomo o si había sido algún animal suelto del club. 

Sexo anal

3 comentarios - El perro salvaje

yeruafizz +1
que bueno está!!! 😋😋😋😋😋😋😋😋😋😋