Mi tío, mi tía, mi primita y yo (12)

Bueno” dijo Celeste, “hay dos que ya acabaron, faltan dos, que se podrá hacer?”


Yo puedo seguir haciéndole esto al que sigue” dijo Mica riéndose. “Sí” dijo Cele, “no es que acá seamos fanáticos de la heterosexualidad extrema, pero creo que hoy por ser una de las primeras veces podemos seguir el plan de nene con nena y nena con nene, no? A menos que se les antoje otra cosa”. 


Yo la verdad no tenía ningún deseo de chupar pija, por más que tuviera ganas de ver como Micaela comía concha. No soy prejuicioso con la homosexualidad, pero la concha de mi tía me daba muchas más ganas que la pija de Rodrigo. “A mi me da lo mismo, que elija Diego” dijo Micaela. “Bueno, quiero chupártela a vos, tía” dije. “Aww mi sobri” dijo la tía, y agarrando a Rodri de la mano lo llevó hasta la cama. Se acostaron los dos, uno al lado del otro, Rodri con su pijón muy parado (iba a ser todo un espectáculo verlo en la boquita de Micaela),Celeste con esa concha preciosa full depilada, suavecita como piel de bebé, húmeda y rosada, que me invitaba a zambullirme. 


Miré a Micaela, y ya se estaba metiendo la pija de Rodrigo en la boca, se había prendido con furia, todavía debía tener el gusto de mi leche en la boca, y ya estaba buscando más. “Eh, pará, despacio con el tío que no va a durar mucho, chupá despacito Mica” dijo Cele. “Y vos” me dijo a mi, “despacito, andá pasando la lengua, probando, saboreá, vamos viendo, no te apures tampoco. Te gusta la concha dela tía?” Indiqué que sí con la cabeza. “Bueno, entonces saboreá, tomate el tiempo, yo me voy a relajar pero te voy a ir indicando si hace falta”. “Sí tía” dije, y antes de zambullirme de lleno a esa concha peladita, suavecita y divina miré de reojo a Micaela, que tenia toda la pijota de Rodrigo (o hasta donde le entraba) en la boca, babeando por las comisuras, y agarrándole los huevos con la manito izquierda. Justo ella también me miró de reojo a mi, nuestras miradas se encontraron y me sonrió con los ojos, ya que con la boca tan llena estaba impedida. 


Yo apoyé suavemente mi cara sobre la conchita de Celeste, mi nariz cerca de su clítoris, respiré, sentí su aroma, saqué la lengua y la toqué con la puntita, sentí sus labios interiores, la abertura de esa conchita hermosa, y seguí con pequeños lenguetazos.“dame besitos de lengua, como en la boca pero a la conchita, a la conchita le gusta” me enseñaba mi tía. “Al lado como van?” les preguntó. Micaela, con la boca llena, no contestó. “Bien, re bien” dijo Rodri, que tenía la mano derecha agarrando la cabecita de Mica. “Mejor imposible, nos van a tener que hacer más seguido esto los sobris eh. Cuando quieran ir a pasear a algún lado, ya saben como lo pueden pagar”. Mica se rió con la boca llena de pija, y eso me calentó más todavía. Yo seguía con los besos de lengua a esa concha depilada preciosa, ya la tenía toda babeada. 


Cele me guiaba con la mano, me agarraba suavemente del pelo y me paseaba hacia arriba para que sintiera la dureza del clítoris, hacia abajo para que me encontrara con los labios y la abertura, incluso más abajo por momentos, para que lamiera cerca de su culo. “Y vos que tal, como se está portando el sobri ahí abajo?” “Re bien, le está ensalivando todo a la tía, un placer la verdad. Muy suave la lenguita del nene” contestó Cele mientras abría aún más las piernas, y atraía mi cara con más fuerza. Ya era un charco de su lubricación natural y de mi propia saliva, no podía creer lo mucho que me gustaba esto, y ya estaba deseando el momento de chupársela a Mica también. Volví a mirar de reojo a Mica. Estaba muy concentrada también, con la carita colorada y las sienes transpiradas, chupando con mucha dedicación, ganándose el lechazo de su tío. Yo estaba cada vez más seguro de su bisexualidad, le gustaba la concha, eso no tenía dudas, pero la pija y la leche la fascinaban también. 


Cele me dio unas palmaditas en la cabeza, y sin decir nada me miró como retándome por mi distracción, y después con una sonrisa me hizo señas de que me acerque a ella. Me le subí encima, no sabía si era que quería que la cogiera o que. Pero era para decirme algo. Mientras mi pija parada cubierta por el boxer estaba apoyada en su conchita, me dijo al oído “ponete despacito atrás de tu primita, correle un toque la bombacha y chupale el culo. Le va a gustar”. Mientras me lo decía acompañó sus palabras metiendo fugazmente su mano en mi boxer y acariciándome las nalgas y el ano. Me retiré hacia atrás, y despacito me puse atrás de Mica. Ella seguía chupando con toda dedicación y ni se percató de que yo estaba atrás suyo apunto de hacer esa travesura. Cele me hizo una seña, le corrí la bombacha a mica, y me mandé de cara, de lengua, a ese culito. Mica se retorció y su instinto fue levantar el culito, sin dejar de chupar pija, sin desconcentrarse de eso ni un segundo. 


Yo, embaladísimo ya, empecé a chupar con furia, metiendole directamente la lengua en la cola, saboreando, babeando, oliendo todo. Cele se incorporó y la empezó a tocar, con tres dedos le masajeó la conchita, primero por encima de la bombacha, y después empezó a colarlos por debajo de la tela, para finalmente meter un dedito, mientras yo seguía lamiendo esa cola y metiendole la lengua sin parar. Mica gemía, pero gemía con la boca llena, ahogada con la pija de Rodri, que tenía los ojos cerrados, seguramente intentando prolongar lo más posible el pete soñado que le estaba haciendo su sobrinita. Pero en un momento la sobrinita no aguantó más y empezó a acabar, lo sentí en su culito virgen contrayéndose sobre mi lengua. Y Rodri, como me hubiera pasado a mi también, no pudo contener la leche ante tan preciosos sonidos y espectáculo, y eyaculó en la boca y garganta de su sobrinita, una cantidad tal, al parecer, que Mica en un momento se ahogó y terminó tosiendo, tosía mientras acababa, atragantada con la pija y la leche de su tío. 


Cuando paró de toser nos miró, estaba colorada, transpirada, y una gota de leche le salía por la nariz, tanto se había atragantado y tosido. “Hijos de puta” nos dijo sonriendo. Lo miró a Rodri y le dijo “te gustó, tío? Me confundieron estos, perdón”. “Si, hermosa, fue uno de los mejores petes de mi vida, sos una gran peterita, sobri. Que suerte tu noviecito”, dijo Rodri, y me guiñó el ojo. Mica nos miró con una sonrisa triunfal.

Bueno, acabaron todos, falto yo” dijo Cele, y recostandose me miró como dandome a entender que estaba en falta. Ya acomodada, me tiré sobre su concha de nuevo y empecé a chupar con pasión. Ella me agarraba de los pelos, un poco fuerte, casi tironeandome ya, y me manejaba aplacer. A mi me encantaba esa situación, mi tía enseñandome y disciplinandome mientras yo le chupaba la cajeta, todo observado por mi tío y por mi primita (todavía con restos de leche de mi tío en la boca y alguna que otra gotita en la cara), era un sueño. Y en ese momento, cuando pensé que no podía ser más intenso lo que estaba viviendo, sentí que me bajaban el boxer de un tirón. 

Era Micaela que venía a devolver el favor recibido. Sentí que me separaba las nalgas y que su lenguita empezaba a chupar mi culo con furor. Nunca me habían hecho eso, al mismo tiempo me resultaba raro e incómodo pero muy placentero y excitante. Y me terminé de entregar cuando me manoteó la pija. Ahí empecé a levantar el culo, mientras ella daba lenguetazos a mi ano y mis huevos y con la mano derecha me pajeaba. Ya tenía la pija y los huevos doloridos de tanto acabar, pero ya estaba que acababa de nuevo. Y todo sin dejar de comerle la concha a Cele. Segundos después Cele empezó a acabar, aumentando sus tirones de pelo, directamente refregandome la cara contra su concha como si fuera un juguete sexual más, un vibrador humano. 


Yo, feliz. Su orgasmo duró unos 30 segundos. Mientras Micaela seguía chupando y pajeando. Cuando terminó de acabar me levantó la cabeza de un tirón, se deslizó cerca de mi pija, me miró a los ojos y me dijo “acabame la conchita sobri, te lo ganaste” Mica, detrás mío, empezó a pajearme más fuerte. Rodri (lo supe después porque me contó Mica) frotaba su pija, que también estaría dolorida de tanto acabar, entre las nalgas de Micaela. Mica me metió la lengua en el culo, y ahí empecé a acabar. Ya no era abundante la leche, y tampoco espesa, era como un aguita pegajosa, pero me alcanzó para dejarle toda pegoteada la conchita a Cele, en un orgasmo tremendo. Me dejé caer sobre ella, la cabeza apoyada sobre su pancita manchada de mi propia leche, el pecho sobre su concha, ella abrazandome maternalmente. 


Cuando abrí los ojos vi que Mica se había subido la bombacha, pero se notaba que tenía la cola toda acabada, y por la espalda le caía un chorro de leche también transparentosa. Rodri se acercó y le pasó la mano por la cola toda enlechada, ella lo abrazó rodeandole con el brazo el torso desnudo. Cele me dijo “mirá lo que me hiciste” señalando su propia concha enlechada. “Tocá”. Pasé despacito la mano sobre esa concha entre suavecita y pegajosa. Cele me abrazó con el brazo izquierdo y me recosté sobre sus tetas. 

7 comentarios - Mi tío, mi tía, mi primita y yo (12)

DGE1976
Excelente como siempre
TeamoBis
Tremendo 🙌🏾🙌🏾
lalomty2
Lo ke sigue mi hermano
ElRobinDark
Necesitamos mas bro!! estos relatos estan geniales!!! Sos un genio!
dai232b
Muy bueno como siempre
miramesto
M A R A V I L L O S O 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
Quedé extasiado 🫠