El Onlyfans de mi hermana. Parte 12

Tantas historias surgieron que esta quedó un poco a deriva por un tiempo. Tuve una especie de bloqueo entre otras cosas, pude superarlo y la historia reflotó. Este bien puede ser el anteúltimo o antepenúltimo capítulo de la historia de Gabriel y Majo. A diferencia del anterior capítulo, quería volver a presentar una sesión casi completa así que esperen ver montones de fotos ilustrativas.

Dejando las excusas de lado, la historia salió y espero que la disfruten. Ya saben que la modelo la ucraniana Alexandra Kroha (no me pregunten si necesita asilo, espero que no, y que esté bien), trabajo para diversas compañías como Met-Art, Teen Funs, 18 Only Girls o Fleexy Teens, bajo los seudónimos de Isabella Kalinka, Isabella A, Grace, Mary… nació en 1988, de 1, 65 mts de altura y 87, 64, 90 de medidas, al menos esos datos encontré en internet.


Calientapija

Majo no masticaba vidrio, nunca lo hizo, siempre supo que cuando le pedía a su hermano que le enseñara a besar estaba cometiendo incesto y Gabriel, al acceder con la excusa de “prepararla para cuando tenga novio”, en realidad estaba jugando con ella y abusándose de sus hormonas alborotadas. No la violaba ni nada remotamente parecido, nunca le había hecho algo que ella no deseo, no obstante, tampoco obró como un adulto responsable, como un hermano mayor de bien.

Ahora por primera vez tenía ante ella a un hombre legal con quien poner en práctica todo lo aprendido gracias a sus juegos secretos cuando vivían en casa de su madre, Majo tenía a Juan a solas y tras hacerlo desear por dos semanas en el que solo lo besaba, sentía que era el momento propicio para pasar al siguiente nivel.

El hombre ni bien abrió la puerta de su departamento se envolvió a Majo besándola con pasión, lengua con lengua, en todo ese tiempo sabía que si era una experta besando había sido gracias a las enseñanzas de su hermano mayor. Mientras los abrigos invernales volaban por los aires como Superman se despoja de su disfraz terrícola, las bocas de ambos no dejaron de comunicarse sus pasiones unas con otras…

Majo tomó la iniciativa (como de costumbre con Juan que siempre necesitaba un empujoncito) deslizó su mano por su vientre montañoso rumbo a su entrepierna, comenzando a masajearle la trompa para despertarla, con su mano, como si fuera un tercer ojo, dibujó la imagen mental de su verga, por suerte era proporcional al tamaño de su cuerpo, la notó lo suficiente gorda y larga como para no sentir una pizca de decepción.

Juan en cambio, le levanto la remera y el pulóver hasta descubrir una teta, que busco con su boca hasta dar con el pezón para besarlo de manera ruidosa, provocando sus primeros gemidos contra una pared, haciendo repiquetear un cuadro que él había dibujado a tinta en sus tiempos de artista. Succionaba muy fuerte, su teta era absorbida de tal forma que se le metía casi toda en la boca y al soltarla hacía un sonido de sopapa húmeda.

- Mmm sí, dale, chuponéame las tetas, haceme todo eso que dijiste que me harías cuando te mande mis fotos… - Por el momento Juan mantenía su promesa escrita, le había dicho que le chuparía las tetas como un bebe hambriento y así lo hacía, apresando su pezón con fuerza y succionando como si bebiera leche de él.

- ¿Todo? Entonces no te vas de acá virgen de ningún lado, te cogería esos agujeros como…

- Callate y besame. – Lo reprimió Majo tomándolo de los pelos y conduciendo su boca con la suya. Debido al roce de sus cuerpos, sus manos acariciándose las pieles y la ropa de inviernos sobre ellos, comenzaron a hervir.

Pegados y movedizos como dos insectos atrapados en una venus atrapamoscas, Juan la condujo a su sofá polvoriento (uno bastante gastado por el abuso de consolas y películas) donde, al igual que ella, escurrió su mano para acariciarle la vagina sin ningún reparo.

- Me muero… la tenés depiladita, es más suave que una mejilla. – Expresó pasándole los dedos medio y anular por entre la rajita húmeda, mientras que su índice y su meñique acariciaban sus labios mayores. Si su piel estaba a más de 36 grados, esa vagina estaba cerca de los 40.

- ¿Te gusta depilada? A mi hermano también, todos ustedes son unos pervertidos de mierda, les gustan las conchitas de nena, virginales y puras, todo para profanarlas con sus vergas y leche de macho…

- Que imaginación tenes, pendeja sucia. - Se escandalizó. – Además a vos también te gustan depilados, no podés decirme nada. – Se excusó antes de mandarle lengua bien dentro de la boca.

Mientras se comían las bocas unos con otros, ninguno de los dos dejó de sobar los genitales del otro, sus manos se impregnaron con cada sustancia y el olor tan afrodisíaco de sus entrepiernas, en especial Juan que, con cada frotada, más profunda que la anterior, comenzaba a sentir su aceite femenil chorrearle en toda la mano ensuciando su ropa interior. Su mano no tardo en quedar empapada y a pesar de ello, Majo no lo reprimió, al parecer no le molestaba ensuciarse las bragas con su excitación.

Aunque María José no dejaba de comparar las maneras de Juan con las de Gabriel (que eran bastante parecidas), estaba satisfecha con lo que pensó que no la saciaría del todo. Aunque su pareja oficial no tenía el sabor tan inusual del incesto al que estaba mal acostumbrada, la estaba pasando más que bien… sus dedos delgados y fuertes parecían hechos para masajearle la vagina en cada centímetro, en cada sección.

Cuando sus bocas humedecidas de saliva se despegaron, varios hilillos de baba cayeron sobre Juan: - Por Dios, no puedo creer como besas, es un sueño, me llenaste la boca de babita.

- Gabo me enseñó más que a besar, me enseño muchas cosas que te voy a mostrar. – Le susurró Majo al oído, acomodándose a un costado del sofá, haciendo rechinar el respaldo gastado.

- ¿En serio? ¿Me vas a mostrar todo lo que tu hermano mayor te enseño? – Le siguió la corriente, con él, María José no tenía que ocultar nada, al contrario, lo prendía como una mecha de caricatura cada vez que le recordaba que todo lo que sabía lo había aprendido con su hermano.

- Mostrame la verga, te la voy a mamar como se la mamo a mi hermano mayor.

- ¿Queres que te prepare una lechita caliente como hace él? - Juan, sin dejarla de verla a los ojos, se desabrochó el pantalón y con ayuda de ella, descubrió su verga. Era grande, mínimo unos 17 centímetros y máximo 19, difícil de saber con exactitud ya que la tenía curvada hacia un costado. Por eso y otros detalles era bastante fea, muy oscura para el tono de su piel, olorosa y además contaba con una textura punteada extraña en la base, como el asa de una mancuerna. Majo la amó al instante.

- ¡Es como de orco! – Expresó viéndola de arriba a abajo. - Me gusta, es grandota, negra y fea, me la voy a comer toda hasta chuparte la leche.

- Ahora vos hablas mucho. – Dijo apretándose la pija en la base, haciendo saltar las venitas. – Quiero ver si vos me la vas a comer como dijiste que harías…

- ¿Me estás llamando cobarde? - Majo puso una sonrisa altanera mientras observaba el enrome glande cubierto casi en su totalidad por la piel oscura. - ¿No se pela? – Preguntó cuándo intentó descubrirlo sin éxito, parecía tener el orificio del prepucio muy pequeño, o su glande era demasiado grande, quizás una suma de ambas cosas, la cuestión era que, a pesar de poder tener un disparo limpio de todas formas, no revelaba ni un tercio de la cabeza.

- ¿Cómo te explico? Bueno, te dije por whatsapp que tenía un problema, es que tengo…

- Sí, ya sé. Fimosis, mi hermano me enseño de eso, él me enseño todo. – Explicó mientras lo masturbaba con un tono casi maternal, restándole importancia a su peculiar condición. – No me molesta, aunque el olor es muy fuerte.

- Te juro que me la lavó bien… - El corazón de Juan dio un vuelco cuando Majo se incorporó y le cubrió el pene totalmente erecto con la ropa interior. Había algo de malicia en el rostro otrora angelical de la castaña: - ¿Qué pasa? Te dije que tenía una pija grande pero fea, me la puedo perfumar o...

Majo lo silenció poniéndole un índice en los labios y poniendo un rostro de resignación.

Ella no dejaba de pensar en que diferente era la pija de su hermano con la de su novio, una parecía hecha para salir en una revista homoerótica y no tenía un solo desperfecto, la otra, en una publicación de urología sobre una compilación de complicaciones médicas en un mismo espécimen. Era como disfrutar de las dos caras de la masculinidad, la belleza áurea renacentista del pene de su hermano y la bestial aberración de Juan propia de los sátiros. Ambos eran considerablemente grandes, quizás la de Juan ganaría por un par de centímetros si no fuera porque estaba ligeramente curvada. Dichas diferencias, le dieron una idea más que interesante… era mejor disfrutar de aquellas vergas dispares al unísono antes que por separado.

- Me gusta así, me gusta tanto que quiero disfrutarla en un momento especial. – Explicó con suma calma, como quien está entre animales salvajes y habla con cuidado para no alertarlos y que le saltaran encima embravecidos.

– ¡Voy a reventar, tengo los huevos como naranjas, no me hago una paja desde el martes de la semana pasada como me pediste, también querías verla por primera vez en persona, por eso no te mande fotos en bolas, no creí que te molestaría tanto que…!

Era cierto, llevaban cerca de dos semanas de noviazgo oficial y Majo, aunque generosa con los besos y obsequiándole sus fotos por whattsap, le había dicho que no eyaculara una gota para guardarla solo para ella y que no quería verlo desnudo para “conocerlo en persona” cuando el momento sea propicio, y aunque estaban solos en su departamento y muy cachondos, Majito quería ir por más y liberar ese caudal lácteo acumulado en una ocasión especial. Juan era en cierto modo ese último alfajor Havanna guardado y escondido para una comerse en un momento especial.

- Mira como me dejaste pendeja, dale, empezá a chupar que me va a salir la leche por las orejas. – La alentó apretujándose la pija y sacudiéndola levemente. Ella la vio y dudó, se veía apetitosa en el espectro opuesto al que se encontraba la verga de su hermano, era como la diferencia entre una confiable y deliciosa hamburguesa de McDonadls y un plato exótico en algún restaurant hindú.

- ¡Basta! – Se exasperó Majo, decidida. – Ya te dije que me gusta tu pija de monstruo, no me molesta la fimosis tampoco, no me molesta nada, es solo que quiero estrenarla hoy a la noche, en casa, después de que mi hermano me haga una sesión de reconciliación, una sesión como las de antes con el agregado de tenerte a vos de espectador.

Juan giró la cabeza como un cachorro confundido, sin comprender hasta que se percató de la dirección de los pensamientos de Majo. Cuando cayó en cuenta de sus intenciones, no pudo evitar reír de felicidad.

- Okey, ya sabes que me encanta la idea, desde que me enteré de lo de ustedes que quise verlos, en primera fila.

- Dijimos que más adelante te invitaríamos a una sesión y… nos divertiríamos los tres, bueno, más adelante las bolas, quiero que sea hoy, va a ser hoy y no me importa nada, si mi hermano no quiere, lo obligo, si tenía planes con Noe, la mató así queda liberado ¿Me explico? Quiero disfrutarte a vos y a mi hermano a la vez, así nos ves en acción como tanto querías.

– Después de todos los días que llevo acumulando leche no me van a hacer nada unas horas más. – Aceptó subiéndose el bóxer y el pantalón y tomando a su novia de una mejilla para besarla.

- Si te haces una paja rompemos. – Lo amenazó acomodándose la ropa. – Uuuh, quede toda mojada, no te creas que yo estoy muy distinta, desde que la otra puta apareció digamos que las cosas con mi hermano están “normales” y una relación normal con mi hermano, no es a lo que estoy acostumbrada.

- ¡Qué horror, hermanos normales, es un espanto! – Bromeó haciéndola reír. - Con lo de esta noche espero que lo resolvamos y que te trate como debe tratarte un hermano mayor, hay que revivir esa relación. – La alentó antes de despedirla.

- Para que no pierdas la calentura, te voy a estar mandando cositas, estate atento al cel… pero nada de hacerte una paja. – Dijo en la puerta antes de despedirse rumbo a su piso.

- Si buscas la expresión “calientapija” en el diccionario tiene una foto tuya al lado. – Dijo sin darse cuenta de que estaba en el pasillo de edificio donde hasta la más mínima conversación podía escucharse.

Así fue como Juan quedó solo una vez más, con una erección incontrolable y el olorcito a concha impregnado en sus dedos, sintiéndose tan cerca de su meta que casi no podía creerlo, ese culo encalzado, el mejor del edificio, esa carita con porcentajes de lolita, puita y ángel en iguales proporciones y ese cuerpo musculoso de gimnasta pronto sería de él y podría disfrutarlo más que por fotos. Ya le había chupado una teta y con eso se sentía en la cima del mundo.

- No sabes lo que te espera, pendeja, ya vas a ver… todo lo que me hiciste esperar te lo vamos a hacer pagar. – Dijo en un soliloquio perverso mientras olía sus dedos como quien huele un habano antes de encenderlo. Esa vagina se los había impregnado con ese olorcito agrio y delicioso a piel, sudor y humedad vaginal que le hizo poner los ojos en blanco, cargándolo de morbo para lo que estaba por venir.


Fuera de control

No pasaron muchas horas cuando Majo le confirmó con una foto que Gabriel había aceptado. Como no podía ser de otra manera, se lo informó de la forma más calientapija posible: “Ya subimos la calefacción así que puedo pasearme así, ya siento que como si no nos hubiéramos peleado nunca.”

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También decoró su chat con el sello distintivo de su Onlyfans, las fotos en calza ajustada, casi fotografías premonitorias de cada sesión al desnudo.

Luego la siguió, cosa que le dificultó la preparación de su merienda, debido a que todo era más difícil acarreando una incómoda erección: “Estuvimos hablando bastante, aunque no es actor porno no tiene problemas en pelar pija estando vos, espero que no te joda, van a tener que ponerse a mi nivel…” Aunque las siguientes fotos eran algunas que tenía acumuladas de otros tiempos, en pocas palabras, “viejas” Majo encontró el momento propicio para usarlas enviándoselas para calentar aún más la previa.

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Juan no tardó en notar de que en dichas fotos tenía un poco de vello púbico y ese fue el eje de conversación por varios minutos. “Era mi manera de decirle que estaba peleada, mientras siga perdiendo el tiempo con la otra yo me iba a dejar los pelitos a modo de proteste jeje” Juan lo entendía, aunque no menospreciaba la idea de variar y sentir una suave alfombra sobre su vagina: “Mientras no te quede peluda como las modelos de los almanaques de los 90. De esas que se ven en los talleres.” concluyó. “Ustedes comen cada cosa, no les molestaría.” Remató Majo, que siempre quería tener la última palabra.

Por fin llegó la noche, con ella la cena (que preparaba religiosamente a las nueve y media) y a eso de las 11, recibió el mensaje de su vecina y novia. Juan estaba todo preparado, estaba bañado, mentalizado, más que listo para la prueba de fuego… no era poca cosa dado que no se consideraba ningún casanova y su éxito con las féminas era limitad, no obstante, ahí estaba él, a punto de comerse el mejor culo del edificio.

Cuando se apersonó en la puerta de Majo la golpeó con nula coordinación mientras sentía a su corazón queriendo brotarle del pecho como un xenomorfo.

- Hola master, pasa. – Lo saludó con cordialidad Gabriel, que usaba una musculosa pegada al cuerpo. Él también tenía un cuerpo que acusaba entrenamiento, aunque era más pulposo que él. Se había visto pocas veces y siempre había tenido la mejor onda, sin dudas era alguien a quien la vida le sonreía y no tenía problemas en recibir a quien pretendía comerse a su hermana como a un amigo.

- Quedo pizza de Romario, si tenés hambre agarra. – Lo invitó Majo, lista para su nueva sesión sentada en la mesa, comiendo con relajo.

- Gracias, recién comí. – Dijo besándole la mejilla.

- Veía para acá, no te pongas nervioso boludo. – Acto seguido, María José lo tomó de la nuca y le estampo un jugoso ósculo con sabor a queso derretido y salsa de tomate. – Ponete cómodo, en un rato arrancamos.

- Quedate tranquilo, la cuida acá es ella, yo hasta hubiera querido que trajera un noviecito para variar. – Agregó Gabriel ocupado en darle los últimos retoques a su cámara, detrás de él, tenía un plasma donde sonaba a un volumen prudencial un disco en vivo de Rata Blanca titulado Luna Park 2019.

- Siempre le espanté las novias y no se pudo vengar jaja. – Agregó ella, con una naturalidad que relajaba como un baño con velas románticas.

El cuerpo desnudo de Majo era su verdadera indumentaria de trabajo, su verdadera piel y motivo por el que su Onlyfans tenía vida y valía, no obstante, la desnudez no tiene chiste si no se la cubre con vestimentas sensuales para irse despojando paso a paso. Ese día tenía dos coletas atadas a la altura de las orejas con dos bandas de cuero ornamentadas con plumas que evocaba a un diseño nativo, debajo llevaba un vestido pegado al cuerpo con franjas multicolores oscuras, bordó y color crema. Al final de sus piernas torneadas llevaba zapatos de tacón negros. Todo muy sobrio, muy elegante, no era lo que el hombre esperaba que usara.

Juan se percató de que la sesión tenía un subtexto profundo, para nada casual, su atuendo era más acorde a alguien de mayor edad, de mayor porte, Majo vendía el aspecto de una niña vestida de mujer, estaba vestida como una chiquilla que quería vender la ilusión de experiencia, cosa que a un nivel subconsciente le daba más morbo que si se hubiera puesto ropajes adolescentes. Aunque Majo tenía 18 y estaba cercana a los 19 su rostro aniñado era una invitación a cuestionarse la moral.

- Ah, y perdona a mi hermano, le gusta esa música ruidosa de lata. – Expresó cruzándose de piernas.

- ¿Rata Blanca? Esta genial, un inquilino mío era fanático, se la pasaba escuchando eso, los vecinos nos golpeaban la pared a veces. – Congenió con Gabriel. - ¿Este cd es nuevo?

- Si, salió para solo en formato digital, está buenísimo, aunque creo que me gusta más por la sequía, hace tiempo que no sacan nada. - Al ver que los hombres coincidían en gustos musicales Majo puso los ojos en blanco, (“estos machos y sus dinosaurios.”).

- No hagas así con los ojos, bien que te quejas y con Mujer Amante te pones como loquita. – Confesó el hermano. – Tendrías que escucharla como la corea cuando se ducha.

- Bueno, sí, algunos de sus temas me gustan…

Tras unos minutos de picoteo y de relax en los que Juan hasta olvidó el motivo real de su visita, Gabriel decidió pasar al plato fuerte de la noche: - Bueno… ¿Y si arrancamos? Vení, pasa tranquilo, sentite como en casa. – Invitándolo al dormitorio.

- Permiso. – Dijo Juan, como siempre decía al ingresar a una casa o era invitado a una habitación.

– Ya está todo listo, nomás faltaba que la modelo termine de morfar.

- ¡Bueno! Vos empezaste a comer antes, me estaba bañando y cuando salgo el forro ya se había bajado media pizza… - Se excusó tirándose en una mullida cama doble con un acolchado color crema con bordados dorados, muy fino.

- Tu vestido, este acolchado, que producción. – Notó Juan sin saber bien que decir, sentándose en una silla frente a la cama, asumiendo que ese sería su lugar.

- Se lo pedimos a mamá, le dijimos que se nos metió un murciélago y nos cagó la frazada. – Dijo Majo, con suma naturalidad.

- Aunque no la vi juraría que se santiguó de solo pensar en un murciélago metiéndose en nuestro departamento. – Ilustró Gabriel.

- Es cosa de diablo, del diablo, del diaaaaablo. – Bromeó en tono tenebroso Majo haciendo un gesto de cruz con las manos. Sin dudas eran hermanos adorables y ni se daban cuenta de que lo eran. Cualquiera que los viera actuar así, tan al unísono, diría que eran pareja y no consanguíneos.

Como si fueran avanzando hacia el momento cumbre paso a paso, el trío dialogó un poco más sobre diversos temas como la religiosidad de su madre o lo común que eran las invasiones de murciélagos en los departamentos, hasta que, por fin, Gabriel comenzó a tomar fotos sorpresa y Majo, como quien no quiere la cosa, posó para él.

- Avisa man, ni siquiera estaba preparada. – Se quejó Majo cambiando de expresión, postura, hasta de energía, como si hiciera un click. Juan desde ese segundo quedó pintado observándola danzar sobre la cama, girando, contorsionando y exponiendo su cuerpo frente al lente, obsequiándole sus miradas más ardientes.

La primera foto realmente subida de tono fue una en la que se subió el vestido y mostró una bombacha muy fina del mismo diseño que su vestido. Fue en ese entonces en que el recién llegado sintió que esa iba a ser una noche que nunca olvidaría.

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- ¿Qué pasa que no decís nada? No estarás nervioso me imagino. – Lo chicaneó Majo aún con el vestido levantado, con su hermano fotografiándole las panties.

- No los quiero distraer de su trabajo. - Dijo tras un momento de pausa sin saber que decir.

- Tranquilo, podes decir lo que quieras, no vayas a pensar que a esta altura te voy a sacar cagando si decís algo zarpado jaja. – Inyectó un poco de relajo Gabriel. – Se supone que vamos a hacer algo más que una sesión…

Dejando en claro que iban a tener que conocerse, Gabo siguió gatillando casi sin pausa. María José, que a esa altura no necesitaba instrucciones, posaba, se congelaba, volvía a cambiar de pose, quedaba congelada y se repetía el ciclo, siempre predispuesta a dar sus mejores caras de lolita combinadas con giros de sus piernas y muestras de su flexibilidad. A pesar de que hacía tiempo que no hacía deporte, su cuerpo parecía conservar las formas y elasticidad propias de alguien que entrena con asiduidad.

Era un deleite ver sus piernas blancas y sus nalgas siendo balanceadas de un lado a otro, Juan notó que sus tacones eran trasplantes y su colita tenía algunos puntitos rojos, quizás picaduras de mosquito… cada detalle captado por su ojo alimentaba su tremenda erección.

- Si yo llegar a mover la pierna así me acalambro, con lo duro que estoy.

- ¿Muy duro amor? – Jugó con el doble sentido Majo mirándole el bulto por unos segundos.


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Mientras Gabriel hacía lo suyo Juan le pregunto cuántas fotos sacaban en promedio, se sorprendió al saber que podían ser entre 200 y 500 aunque solo las mejores llegaban a destino. Otras eran guardadas para el futuro, algunas por ser muy explícitas quedaban en un arca personal.

- La idea de que sea un Onlyfans conmigo, que soy fotógrafo y con ella, que es tan joven, era que se mantenga soft, no nos interesa subir fotos metiéndose un dildo en el culo o con la cara llena de leche, o puras selfies como hacen todas, queríamos dar algo más, como decirlo, más caviar, sofisticado, sino mi presencia acá no se justifica.

- O sea, subo selfies y cosas así cada tanto, igual saben que son la entrada al plato principal, las sesiones estas ¿Se entiende? A veces creo que hacemos complicado lo sencillo.

- No estaría mal subir la temperatura un poco hoy. – Agregó el recién llegado, devorándola con los ojos. – Para que sepan que cada tanto las cosas se ponen más picantes que de costumbre y así incitarlos que paguen. Que sepan que el auto tiene quinta.

- Es buena idea, ser intermitentes, que no sepan con exactitud que esperar… - Coincidió Majo. - ¿Qué decís hermano? ¿Subimos un poco las cosas y me pongo más putita?

- ¿Se puede más todavía? – Se hizo el gracioso el fotógrafo sacándole una sonrisa encantadora.

Como si hubiera interpretado un “sí” Majo comenzó a abrir sus piernas como persianas enseñando sus panties coloreadas y los contornos de su vagina cada vez más pegados… Juan ya estaba listo para abalanzarse sobre ese bocadillo y no veía la hora de que las cosas escalen al siguiente nivel, no podía creer lo que veía… Majo frente a él, exponiéndose a la lente de su hermano, a punto de tener una experiencia incestuosa con su novio en primera fila, ni en sus sueños más húmedos un escenario así era posible.

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- ¿Más o menos en que foto arrancan los desnudos? – Se impacientó Juan. Su mano ya comenzaba a rozar el bulto inflado bajo el pantalón, de reojo, notó que Gabriel no estaba en condiciones distintas… en cuestión de minutos lo vería desnudo, no le pareció gay tantear si tenía una erección como él o no.

- ¿Ya tan impaciente? Pensar que estabas todo nervioso. – Bromeó Majo notando que ya estaba todo palote. – Yo voy a mostrar en la medida que muestren ustedes. – Puso de condición mientras contorsionaba su cuerpo. - ¿Qué les parece la idea?

El invitado no dijo más nada y en su lugar, se sacó la remera exponiendo sus pectorales cuadrados y duros que les hacían sombra a un pack de seis perfectamente marcados. Parecía Bruce Lee aunque no tan delgado y bajo como astro de las artes marciales. Gabriel dibujó una sonrisa de conformidad y se quitó la musculosa como los modelos, tomándola con los brazos cruzados, aunque ya no estaba en su mejor forma tenía esas proporciones varoniles y redondeadas propias de los sementales, era de los privilegiados que podían decir que su único ejercicio era en la cama.

- Que apurados, no había tanta necesidad de acelerar la sesión, si ya saben que tarde o temprano pelo tetas. – Se sorprendió Majo viendo a sus dos machos encuerados, algo sonrojada por la emoción de generar semejantes ebulliciones en los hombres.

- Un trato es un trato, hermanita, anda mostrando, pela teta que nuestro invitado quiere ver. – Dijo tomando la cámara y retomando su labor. Majo hizo algunas poses más en las que jugueteaba con su vestido y generando el suspenso justo, descubrió sus tetas.

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Juan tuvo un pensamiento en común con Gabriel sin saberlo (no era el Profesor X como para saber algo así), Gabriel en las primeras sesiones notó que un simple pezón descubierto, algo que había visto en vivo muchas veces y en internet incontables otras, cobraba una sensualidad multiplicada. El hecho de tener una mujer posando derrochando erotismo y una cámara fotográfica captando el momento volvía cualquier parte del cuerpo en un afrodisíaco visual.

Gabriel mientras gatillaba no dejaba de maravillarse con lo suelta que se veía su hermana. No sabía que tan lejos quería llegar, de seguro no se salvaba de un manoseo, de que la devorasen toda o de que le llenaran esa boquita de vergas, no obstante, aún recordaba su debut anal frustrado y se preguntaba si quería perder su virginidad anal con su novio presente. De una forma u otra, Juan podía hacer lo que quisiera mientras que la virginidad de su hermana sea toda para él.

Majo mientras tanto, no solo se empleaba en posar y lucir sensual, cosa que ya le salía hasta fácil, también se sentía muy afortunada de tener semejantes caballeros a su disposición, tan dispares como masculinos, tenía para ella al flaco musculoso y trabajado con una enorme verga curva y extravagante, también a su hermano, más llenito, más macho, con una pija hermosa que no tenía ni una mínima imperfección. Ambas para colmo, rozaban los 18 centímetros.

- ¿Qué pasa que no dicen nada? Tanto que les gustaba hablar y lo único que se escucha es el botón de la cámara, el colchón y Rata Blanca…

- Precisamente, el tema esta tan bueno que no quería interrumpir. – Contestó Juan.

- Hoy desperté con un montón de marcas en mi piel, alguien por la noche me las dejó… - Canturreó Gabriel sin retirar su ojo de la cámara.

- Quiero saber si esto fue la magia de tus labios. – la siguió Juan haciendo reír a Majo con su pésima voz. - Hay perfume de mujer flotando aquí... bueno, no se rían, por eso es mejor dejarle el canto a Barilari.

- Sí, sí, estaba mejor esto en silencio con música de fondo.

- Ah bueno, me tienen casi en bolas y se ponen a boludear, voy a tener que calentar yo el ambiente parece, son dos pajeros. – Se quejó la castaña, aunque muy divertida por la química que había en los hombres, en sus hombres. Era una buena señal que estuvieran tan distendidos y al ponerse a cantar, Juan se había puesto de pie frotándose la entrepierna con la mano, Gabriel hacía el típico gesto de rascarse sus zonas pudendas mientras la fotografiaba… si las bromas los ayudaban a soltarse bienvenidas sean, pensó ella.

- ¿Tenes miedo de que culeemos entre nosotros y te dejemos hermanita? – Bromeó Gabriel sacándole una carcajada a ambos.

- Que pena... te perderías esto… - Acto seguido, Majito jugueteó con sus panties estirándolas para remarcar la almeja y mostrar un obsequio que era un caramelo para la vista.

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En ese momento Gabriel y Juan, observando a Majo como hipnotizados, tantos sus pezones claritos y prístinos expuestos como su entrepierna rasurada al ras, suave como una seda, delicada como un manto de espuma, ambos respetaron el trato y mostraron el estado de sus erecciones poniéndole punto final a las bromas.

Mientras María José posaba Juan, muy de cerca y de pie, comenzaba a masturbarse sin incomodarse ni incomodar a nadie, después de todo, su novia esta desnuda allí, dándolo todo frente a la lente de fotógrafo de su hermano, que sacaba la verga de la bragueta de su vaquero, no tan erecta y masturbándola con delicadeza dado que no quería sacar fotos movidas.

- No puedo creerlo, que hermosa que es por favor. – Susurró Juan sin dar crédito a ella como si fuera un espejismo, como si hubiera aparecido en esa habitación de repente sin ningún proceso previo.

- ¿Viste? ¿Cómo no iba a comerme un caramelito así? Soy muy afortunado de tener una hermanita tan linda. – Le agregó para meter más leña al fuego.

- ¿Te gusta hermano? Me depile para vos porque sé que te gusta así de suavecita. – Dijo sin miramientos. - ¿Te acoras cuando me la viste por primera vez y tenía mis primeros pelitos?

Juan comprendió que la música de fondo estaba por una buena razón. Si los vecinos llegaban a escuchar esa conversación ni Matt Murdock iba a poder sacarlos de la cárcel y el único outfit que Majo usaría por un buen tiempo sería anaranjado y tendría un número de serie.

- Son cosas que no me olvido nunca más, me ayudaste a hacerme una paja mientras me mostrabas tu tajito precioso, te separaste tus labios y tus pelitos para enseñarme todo… es un recuerdo que atesoro mucho.

- A Juan también le gusta así, sin pelitos como de nena. – Le informó viendo que su novio se masturbaba en silencio concentrado en no eyacular antes de tiempo. - ¿Me dejás mostrársela a nuestro invitado, hermano? Quiero enseñarle bien la conchita.

- Si, mostrásela como siempre me la mostraste a mí, ya sabes que tu hermano mayor te deja hacer lo que quieras, para esto te enseñé todo, para que hagas feliz a un hombre como me haces feliz a mí.

- Me muero, en serio, me muero. – Dijo Juan, incapaz de controlar sus impulsos, acercándose a la cama casi de forma inconsciente. - Me late tanto el corazón que siento que no corrí en toda mi vida.

- Mi hermano me preparó para complacerte, me enseñó a besar, me enseño como es una pija, como es la leche, me dejo verla saltar, siempre respondió todo lo que le pregunte. – Explicó Majo con suma naturalidad.

- No te das una idea de lo putita que se ponía al besarla. – Relato sin un interlocutor en especial. - La tenía arriba mío en el sillón o la cama, le ponía las manos en la cola y ella se frotaba meneando su cadera mientras le comía la boquita, le encantaba rozarme para ponérmela dura y siempre lo conseguía.

- Me declaro culpable, es que además me mojaba toda con tus besos y me gustaba sentir el juguito bajando...

Juan no sabía si lo excitaba más la exposición de la historia de los hermanos o la tremenda gimnasta de cabellos castaños que posaba en la cama, exponiendo su sexo como nunca, de una manera lasciva inéditas para el tipo de fotos que venía subiendo en sus sesiones. Ese día Majo sacó su lado más soez y expuso sus labios ante la cámara y su novio mejor que nunca.

Revoleando las piernas como las aspas de un ventilador, se fue despojando de su bombacha y mostro su vagina expuesta de la forma más atrevida posible, siempre acompañando sus poses con su carita que no correspondía con sus maneras de putita.

- ¿Les gusta mi conchita chicos? – Dijo mirando a ambos hombres, en especial sus vergas expuestas apuntando hacia ella como si fueran brújulas de sus deseos. – Ahora los quiero ver bien a ustedes, vos hermano saca los huevos afuera, mostró todo.

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En ese momento supo que la sesión estaba pronta a concluir. Gabriel le hizo caso a su hermana y puso toda su carne familiar al asador, abriéndose la bragueta del pantalón hasta poder dejar al aire su saco escrotal.

Majo los tenía justo donde los quería, como dos marinos del Argo que no pudieron tapiar sus oídos cayendo víctimas del encanto de la sirena. Ella se retorcía y contorsionaba de manera profusamente frente a ellos, encandilados con su belleza, aun cuando el mayor la había visto en situaciones eróticas incontables veces.

- Me está costando mantener el pulso. – Expresó Gabriel maravillado con las poses de su hermana. – Puedo asegurar que esta es la mejor sesión de todas, hermanita.

- Nunca había tenido tanto público antes. Ahora como lo prometí, ya que lo caballeros me muestran todo con lujo de detalle, yo también voy a hacerlo.

Las siguientes posiciones de Majo eran difíciles de poner en palabras, por momentos se arqueaba de forma casi convulsa formando ángulos imposibles, en otros simplificaba todo llevando su mano a sus labios exponiendo su vagina, abriéndola para hacerlos desear más que nunca, sin olvidarse de exponer su asterisco tan deseado.

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- Si hago eso me quedo duro. – Agregó Juan al ver como la columna de Majo tenía más flexibilidad de la que él jamás tendría.

- ¿Duro? Algo ya está bastante duro, guarda no te la casques tanto que vas a largar antes de tiempo. – Le dijo con descaro la joven, viendo como su verga peligrosamente latía amenazando con largar todo.

- No sé si es la mejor paja que me hice en la vida o una tortura, la tengo a reventar, me salen gotas de leche de lo lleno que vengo. – Informó sin dejarla de mirarla posar fijamente como un psicópata.

Su hermano, en cambio, dominaba el fino arte de pajearse mientras tomaba fotos, cada tanto dejaba su rabo colgando tranquilo, para retomar a los pocos segundos. Sin dudas manejaba los tiempos lo mejor que podía para llegar a la meta con el calentamiento justo.

- ¿No decís nada de su pija Gabo? Viste que es rara como te dije. – Alentó a la discriminación Majo. – ¡Parece de orco!

- Cada obrero se ocupa de su herramienta, hermanita, lo importante es que trabaje bien en la obra. – Expresó desinteresada mientras seguía gatillando. – Aguante obrero que falta poco, llegamos al tramo final, deja que le tome bien el culito y arrancamos la faena.

- Si, por favor…

- Aguanta un poquito más mi amor, tenemos que ser profesionales, cuando mi hermano tenga suficientes fotos de mi culo podemos divertirnos. – Dijo dándole naturalidad a los hechos menos naturales posibles.

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El último tramo se sintió tan largo como tres cuartos de la sesión, por fin en un momento Gabriel se acercó a su hermana y sin reparos, comenzó a besarla con delicadeza y pasión. Sus bocas a ojos cerrados rompieron el silencio con sus labios chasqueando húmedos frente a Juan, que espero su turno observando con devoción cada segundo de beso incestuoso, uno de los espectáculos que más quería ver desde que conocía dicho secreto.

Con él de pie y ella arrodillada en la cama, se besaron y acariciaron por varios minutos casi olvidando que Juan estaba allí. Si lo engranaban por completo él tampoco lo lamentaría mucho, estaba en primera fila viendo el mejor espectáculo del mundo.

Cuando le tocó a él, se engolosino con el saborcito húmedo y caliente a incesto dejado por el beso anterior. Los besos de Majo sí que eran húmedos, los labios y la lengua más que encontrarse se resbalaban y deslizaban unos contra otros esparciendo la deliciosa saliva de un lado a otro, todo mientras los alientos se fundían y el olorcito de sus bocas edulcoraba el aire que respiraban. Mientras Juan se deleitaba con el beso de su novia, Gabriel no perdía el tiempo y le acariciaba las tetas, descendiendo a besar el pezón de una. El invitado lo imitó y así, por primera vez en su vida, Majito se deleitó con dos caballeros succionando de sus pezones al unísono… incluso chupaban de forma parecida, prendidos al pezón como bebés, sincronizados, imaginando que se alimentaban de sus mamilas mientras ella se volvía loca de placer.

- Mmmm que bueno, sigan… sigan, mmm.

Si una boca podía desbordar un cuerpo de placer dos lo diluviaban, más cuando Juan abrió los ojos y vio que la mano de Gabriel acariciaba la vagina de su novia, con la delicadeza de un ciego tanteando el rostro de una amada. Los dedos de prestidigitador se frotaban entre los labios mayores cada vez más húmedos y podía oírse al lubricante escurrirse entre las capas de piel húmeda.

El invitado hizo lo propio no al frente de Majo, sino por detrás, apretujando uno de sus glúteos musculosos y buscando el asterisco entre ellos, al que puerteó con un dedo, sintiendo las líneas que partían del pequeño orificio y este mismo ceder ante su yema. A pedida que su dedo entraba y salía, sentía a la escotilla de submarino abrirse y cerrarse como si quisiera apresarle el dedo sin éxito, tenía lo que un experto podía catalogar como un “culito travieso.”

- Aaah, aaah, aaah, mmm, que rico, mmm, tóquenme toda… - Jadeó tomándolos de sus cabellos para presionarlos contra sus senos, teniendo las caras de ambos hundidas contra sus suaves tetitas como dos accidentados reposando en mullidas bolsas de aire, mientras, tanto por detrás como por delante, no dejaban de frotar y palpar sus dos agujeritos vírgenes, incluso Juan escurrió un dedo entre sus nalgas hasta sentir el anillo de cuero presionando la unión de sus falanges, por fin ambas partes se había encontrado y parecían ser tal para cual.

- Permiso, ponete en cuatro, yo también quiero jugar con tu culito… a esta putita le encanta que le dedeen el culo. – Ordenó el hermano mayor.

- ¡Heey, eso de puita te lo guardas, soy tu hermana! – Se quejó adoptando la pose de perrito y hasta abriéndose las nalgas de par en par. - ¿Vos no me vas a defender boludo que no le decís nada? – Se quejó manoteándole la verga a su novio, y este, como si le hubiera tocado una herida, se quejó y retrocedió.

- Cualquier cosa que me roce la pija largo todo, y si no me sigo pajeando me va a explotar como una granada de leche… - Informó de su predicamento Juan. – Creo que voy a tener que eyacular o sino…

- Jugá un ratito con mi culo, diviértanse, después si queres te sentás y me ves jugar con mi hermano como querías. Después te doy permiso de eyacular. – Propuso con una simpleza propia de una actriz porno acostumbrada a mil batallas. - ¿Y? ¿Esperan una invitación? Metan sus dedos en mi culo, vamos.

Confabulados como dos veteranos acostumbrados al trabajo en equipo, Juan y Gabriel se observaron y tras mojar sus dedos elegidos para la introspección, los colocaron en el ano de María José sin mucha dificultad. Lo que pensaron que sería dificultoso ya que la estaban dedeando al unísono, resultó ser un juego de niños, casi que el asterisco les había dado la cálida bienvenida.

- Oooh, oooh, oooooh, uuuuuh, mmmm… Que rico la re puta madre, como puede ser, que se sienta tan bien en este lugar tan… sucio. – Majo se relajó por completo, cerró los ojos y mientras los hombres le daban un servicio impagable, comenzó a rozar su clítoris por debajo, disfrutando de una de las mejores paja de su vida.

- De verdad lo disfruta, no…mejor dicho, lo goza. – Acertó Juan. – Es irreal cuanto le gusta esto.

- Yo también lo disfruto de manera irreal ¿Sabes que me gusta tanto del culo? – Preguntó Gabriel con la calma y la cordialidad propia de una reunión de oficinistas, como si no estuviera dedeando el ano de su hermana raspando sus paredes internas con su yema.

- Pueden ser tantas cosas, podría nombrarte como 12 en este momento. – Filosofó Juan masturbando el culo de su novia al mismo tiempo que su compañero, sintiendo la cavidad dilatándose contra su dedo. Ambos sentían el anillo de cuero apretándoles los dedos y relajándose como si sufriera un espasmo.

- La vagina puede perder su virginidad de muchas maneras, por un dedo, un pene, un consolador, por accidente, hasta un puto asiento de bicicleta puede romper un himen…

- Te sigo. – Lo alentó, siguiéndolo no solo en su reflexión, también en su acción, disfrutando del ano de Majo dedo contra dedo, como dos espartanos espalda contra espalda batallando juntos.

- En cambio el culo no. Podés mandarle un consolador, un dedo, dos dedos, un puño, oficialmente va a seguir virgen, solo una verga los puede desvirgar. Nadie dice que perdió su virginidad anal con un juguete o un desodorante, eso es preparación, entrenamiento, solo la pija sea grande o chica puede volver un culo virgen a uno cogido.

- Ya que hablas de dos dedos podrían probar con tres… - Sugirió Majo, colorado como un tomate no por pudor, sino por tener el rostro hundido contra el colchón para ahogar sus gemidos.

- Diablos, señorita. – Bromeó Juan viendo como su hermano le hacía caso y sacaba su dedo, se lo llevaba a la boca (probando lo improbable, dicho sea de paso) para meterlo acompañado. Ahora el anillito se dilataba para darle cabida a tres dedos, que se retorcían en su interior toqueteándole todo más allá del anillo.

- Ya le dije, debe tener un punto G o un 2do clítoris por ahí, capaz es como la de garganta profunda que tenía un clítoris en la garganta y ella lo tiene adentro del culito.

- Sos un fucking suertudo, las pegaste todas.

Mientras Gabriel masturbaba el asterisco se hacía una monumental paja, de esas que suenan como el tamborcito japonés (den-den daiko) de Karate Kid 2. Juan se tocaba cada algunos minutos con más precaución que placer.

- Mmm sí, uuuh, sí, uuuuummh. – Majo dibujó círculos desprolijos sobre su clítoris llegando a un estruendoso y húmedo clímax, empapando las sabanas con la explosión jugosa proveniente de su orgasmo. Varias manchas de sus fluidos dibujaron patrones irregulares sobre la cama, ela siguió tocándose hasta que la sintió a la última gota salir, chorreándole por la pierna, quedando su tajito anegado en flujos.

- Anda a la silla, disfruta del espectáculo. Te voy a mostrar todo lo que hacemos con mi hermano mayor.

De la nada, la joven lo empujó y tomando los dedos de su hermano, se los chupó dedicándole una mirada sumisa, sin siquiera ver como los tenía. Él hizo lo mismo y se dio un festin con la mano con la que se masturbó, lengüeteando cada dedo con una dedicación y meticulosidad obsesiva. Luego, estando en cuatro patas y dándole la espalda a su novio, Majo comenzó a cabecear de forma lenta pero profunda. Sus labios besaron al glande de Gabriel y bajaron casi hasta llegar a la base, priorizando la profundidad antes que la velocidad. El hermano, sin dejar de verla a los ojos mientras se la mamaba, colocó una mano en su cabeza para que acelerara una marcha.

- Sluurp, sluuurp, sluuurp, sluuurp, schuik

- Uh, uhh, ah, Majito, que bien peteas.

Cada tanto el hombre deleitaba los oídos de su hermana con sus gemidos masculinos a la vez que le quitaba los cabellos de la cara, por varios minutos Majo se dedicó a satisfacerlo cabeceando cada vez más rápido y a la vez, a su novio, que presenciaba un acto difícil de encontrar incluso en esos tiempos liberales.

- Uuuh, Majito, que orgullo, tener una hermanita así de buena, sé que no te gusta que te diga putita pero que seas mi putita traviesa me llena de orgullo. – Le dijo viéndola escupirle la pija y continuar con la mano.

- ¿Cómo no te va a gustar si gracias a eso me convertiste en tu juguete? – Dijo pasándole la lengua por todo el tronco ensalivado y lengüeteándole las bolas, golpeteándolas en una posición incómoda. - No vas a decir que te avergüenzo a esta altura, sería ridículo ¿No?

- Para nada hermanita, sos mi orgullo, estoy orgulloso de lo buena que te convertiste. – Acto seguido, puso a su hermana boca arriba y sin siquiera preguntar, para asombro de Juan, tanto por el atrevimiento de él como la predisposición de ella, se sentó arriba. – Ahora mostrale a tu novio el último truco que te enseñe… eso es, buena nena, chupa bien mi culo.

Majo se silenció a si misma realizándole un anilingus a su hermano mayor, dejando que este reposara su ano sobre su boca, frotándose el orificio con sus labios y nariz meneando su cadera de adelante hacia atrás. – Acordate de lo que te enseñe, olelo bien, es algo muy excitante y placentero que todas suelen pasar por alto… eso es, respirame bien contra el agujerito, aspira fuerte hermanita.

- ¿En serio? ¿Te lo chupa y te lo huele?

- Ella está bien amaestrada, hace todo lo que le pido. – Expresó Gabriel que no dejaba de balancear su cuerpo para frotarse, además, tomaba sus tetas y las apretaba con delicadeza. – Tras tantos días peleados quería una reconciliación amorosa así, extrañe mucho nuestras travesuras de hermanos, en especial esta, quería sentir tu boquita preciosa chupándome el culito mmm.

Frente a Juan, ahora estaba la vagina húmeda y chorreante de Majo sacudiéndose de un lado a otro, casi parecía que se su cuerpo se retorcía en agonía como una ahogada, no obstante, sus labios vaginales, con forma de pequeñas alas de mariposa estaban casi a punto de aplaudir del placer. Eran un platillo al que ni el más voyeurista podía negarse, por ende, se arrodillo para hundir su boca y recolectar todo el delicioso néctar. Le pasó la lengua de arriba a abajo, dibujo círculos en el centro y repitió el combo.

- ¿Esto querías hermanita? ¿Te gusta no, putita? – Preguntó Gabriel sin esperar una respuesta, ya que no dejaba que su boca tuviera un descanso, tampoco sus senos, con los que jugueteaba incansable, pellizcándolos con delicadeza y frotándolos de todas las maneras posibles.

Juan también se mantuvo en silencio ya que no podía creer el festín que se daba. El clásico término “empanada jugosa” se quedaba corto a la horade describir la vulva de Majo, parecía un postre helado que nunca terminaba de derretirse, no importaba cuanto lamiera, siempre brotaba más lubricación y el sabor y el olor característico aumentaba, el muchacho no podía estar más complacido, no solo tenía el pase libre para comerse ese coño como le diera la gana, también estaba el deseado culo debajo, desprotegido y expectante. Indefenso ya que su dueña no podía ver ni defenderlo de ninguna forma.

- Permiso, te metimos y sacamos los dedos tanto que te quedo algo sucio, es mi deber limpiártelo. – Le dijo calentando a ambos hermanos con sus palabras antes de hundir sus labios en él.

- Eso es indispensable, hasta ahora siempre me ocupe yo de la limpieza de mi hermana, ahora que sos el novio vas a tener que colaborar. Es una nena descuidada…- Lo alentó tomando las piernas elásticas de Majo y manteniéndolas en alto. – Procura llegar lo más profundo que puedas, déjaselo impecable.

- Tiene un culito muy rico, no te preocupes, hoy yo me ocupo de él. – Le siguió el juego metiéndole lengua lo más profundo posible y obsequiándole chupones que resonaron por toda la habitación (el disco que sonaba de fondo había terminado y nadie se había dado cuenta).

Así, el trío llegó a la posición culmine de la noche, una suerte de ciempiés humano desordenado, con Juan compenetrado en penetrarle el ano con su lengua, en besárselo como si fuera una 2da boca, Gabriel, la cabeza del ciempiés disfrutando de usar la boca de ella como asiento mientras proseguía con una meticulosa paja. Ella, en el medio y en silencio, gozaba de degustar del morboso culo de su hermano mientras pensaba que su novio era tan bueno con la boca como le había comentado en los chats. Sin dudas por eso y por su devoción por presenciar incesto había sido el indicado.

- Vamos a llenarla de leche, veni Majito, los hombres te preparamos la mema. – Dijo Gabriel retirando su voluminoso cuerpo de ella y apuntando con su verga a su boca. – Abrí bien la boquita, primero te la llenamos y después tragas.

- Veni, Juan, veni, apuntame con tu pija, después de que se corra él quiero que te corras vos… - Le dijo invitándolo a subir a la cama.

Majo se sintió asaltada por dos maleantes a punta de pistola, dos grandes y voluminosas pistolas. Podían ser distintas en el exterior más por dentro tenían la misma carga, la cual vaciaron e su boca sin desperdiciar ni una sola munición láctea. Le gatillaron una, dos, tres veces el primero (Gabriel) dejándole la boca anegada en esperma, y el segundo, casi como si su arma explotara por una falla mecánica y necesitara gatillar cuanto antes, no disparó, sino que derramó leche de manera copiosa de una forma imposible que contar, fue casi una sola eyaculación prolongada seguida de resabios de semen que quedaron rezagados. La boca de la asaltada quedó irreconocible, con una laguna de distintos matices de blanco, crema y amarillo, le habían llegado la boca de leche y solo tenía una manera de salir de una situación tan pornográfica.

Ambos la observaron unos segundos, Majo jugueteaba con el semen batiéndolo como una mezcladora de cemento mueve la mezcla. Aunque Gabriel se veía satisfecho Juan por su parte, seguía cascándose las nueces.

- Vamos, ya sabés que hacer, mostrale a tu novio tus habilidades. Tragate la mema mi amor…

- ¡Pera, pera, pera! – Saltó de la nada Juan y hundiendo el glande en la laguna seminal, dejó algunas cargas de leche más, subiendo el nivel de semen hasta casi provocar un derrame. – Ufff venía repleto, estaba que reventaba. Ahora sí. – Y le cerró la boca con delicadeza, dejándole los cachetes inflados y la comisura de los labios con semen escurriéndose.

De a poco, Majo fue tragando con cierta dificultad y ambos vieron su garganta subir y bajar, dejando entrever que la mezcla estaba ingresando a su organismo. Pronto el obsequio masculino supremo estaría todo dentro de ella, consumiéndose en su estómago y la boquita de Majo quedaría como antes, impecable, aunque con un esmaltado de semen en los dientes y un aliento que podía tumbar a un tiranosaurio.

- ¿Y chicos? ¿Estuve bien? ¿Les gusto hacerme tragar tanta leche? – Preguntó en tono de nena con algo de dificultad en la voz, como si estuviera regresando de un recital en el que dejo la piel.

Gabriel y Juan se observaron y asintieron satisfechos. En los ojos del primero había destellos de agradecimiento.

- Guarda eso, que da miedo. Tenes la pija de Jason. – Lo elogió Gabriel mientras se vestía, provocando algunas risitas en Majo, que los observaba enternecida. Sin dudas solo un “gigachad” podía darse el lujo de elogiar una pija con ese nivel de franqueza. – Ahora hermanita me vas a tener que habilitar una sesión y un trio con Noe. No te queda otra, vas a tener que dejar los celos de lado.

- Bueno, vos sabes que soy justa. – Aceptó sin problemas. – Claro, si es que mi novio acepta, porque ahora no es como antes. Por ahora fue una pequeña probada de mis habilidades, más a delante voy a tener que aprender trucos nuevos. – Haciendo clara alusión de que no todo podía ser orales en la vida y alguna vez iba a tener que hacer pasar al frente a sus orificios principales.

- Vos ya sabes que no pienso interferir con ustedes, lo sabes muy bien, las deudas se pagan mi amor y yo ya tuve mi buena probada de lo que quería. – Aceptó dándole un jugoso beso a esa boca toda apestosa mientras Gabriel, casi pletórico, se preguntaba cómo se tomaría Noe la idea, dado que, a diferencia de Juan, no sabía de su relación incestuosa, aunque bien podía sospecharla por todas las migajas que los hermanos dejaron en su historia y desembocaban en la verdad.

- ¿Si lo de Noe no se da me invitan? – Reanudó Juan. – Si queres puedo darte una mano con las marcas de agua y todo eso, Majo me dijo que es bastante engorroso y…

-Ya vamos a ver, tranqui que estás dentro del club, por hoy es suficiente, nos divertimos bastante y las cosas, mejoraron. –Admitió Gabriel observando a su hermana, complacido de que vuelvan a tener la relación que tenían, aunque en el fondo, lo invadía una inquietud.

Quizás estaba cantando victoria antes de tiempo, una especie de sexto sentido o intuición masculina ignorada le alertó que las cosas no siempre pueden salir bien, alguna vez cuando uno se codea con la posibilidad del desastre y lo elude una, y otra, y otra vez, este termina encontrando la puerta tarde o temprano. Aunque Noe tenía un carácter muy especial que podía dar a entender que le gustaría la idea, confirmarle las sospechas de que su novio era incestuoso podía terminar incluso mejor que aquella sesión con Juan o podía ser la peor decisión de su vida.


Continuara…

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Como digo siempre, gracias por leer y mil perdones por tardar tanto! Aunque a esta altura deben saber que mis relatos son largos y no salen de la noche a la mañana jeje Si les gustó puntuen, comenten, opinen, lo que les parezca.


Capítulos Anteriores:

Capítulo 11:http://www.poringa.net/posts/relatos/4544256/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-11.html
Capítulo 10:http://www.poringa.net/posts/relatos/4438256/E

3 comentarios - El Onlyfans de mi hermana. Parte 12

LaGarraAsesina +1
Nu ca decepciona esta serie
El_Cochinoco +1
Gracias Man! se re valora tu opinion, esta vez quise mandrle bochade fotos, para la proxima voy a hacer que reviente un agujero de una buena vez jajaja
LaGarraAsesina +1
@El_Cochinoco como debe ser
MIRANDA-LEAL +1
Muy buena como siempre, a ver si la que viene no tarda tanto jaja... Van 10
El_Cochinoco
Estoy considerando seguir con esta historia para terminarla pero no quiero descuidar las demas tampoco
Aporte_de_diosas +1
se espera con muchas ansias jaja
El_Cochinoco +1
Si, tengo que avanzar esta y todas mis historias, pero paciencia que ya van a salir
Aporte_de_diosas +1
@El_Cochinoco excelente historia, éxitos