Un finde para relajar a Tamara

Pili se había llevado a Tamara a su pueblo a tener un finde solas las dos, pues no estaba esta última, llevando muy bien lo de ser madre primeriza de mellizos. Habían quedado que no iban ni a salir de casa, que solo relax y descanso. En lo de relax Pili opinaba lo mismo, pero no en lo de descanso, por lo que me aviso y me pidió que fuera a hacerlas una visita sorpresa para Tamara.
Cuando llegue avise a Pili por mensaje y esta fue a abrirme la puerta una de las veces que fue a la cocina por vino, pues esta había comprado varias para hacer una cata con Tamara. Entre y me di un piquito rápido con esta, que llevaba un vestido de tela de camisa, rosa, hasta medio muslo, sin mangas y un escote redondo con un pequeño semicírculo abajo, dejando ver el inicio de su rico canalillo.
Me quede en una habitación al lado del salón, donde ellas estaban. No salí de allí, hasta que Pili dijo la clave que teníamos. Tras tomar de los tres vinos que había sacado Pili, esta puso un antifaz a Tamara para ver si era capaz de acertar cual bebía. Le dijo que si acertaba se llevaría un premio, y esa era la clave. Entre sigilosamente al salón y me quede frente a Tamara, sin hacer ruido. Tamara estaba sentada en una silla en la mesa y llevaba un vestido verde con lunares blancos, hasta las rodillas, con tirantes finos, por donde se veían los tirantes gruesos del sujetador negro que llevaba y que la hacia un buen canalillo.
Pili la dio la primera copa y esta fallo, por lo que esta la dio un pequeño tirón en una oreja como castigo. La segunda copa la acertó y entonces yo me acerqué y la di un lametazo en el cuello. Tamara sonrió y la dijo a Pili que otro lametazo así y tendrían que ser malas. La tercera copa, era la misma que la primera y volvió a fallar, por lo que Pili la volvió a tirar de la oreja. La cuarta y la quinta las acertó, por lo que la volví a lamer, pero en el otro lado y luego la di un mordisquito en el cuello. Entonces noto mi barba rozando y se quedó parada como sin entender nada. Pili se empezó a reír y le dijo que tenía prohibido quitarse el antifaz, o el gran premio lo usaría ella sola.
La quitamos las copas y, tanto Pili como yo, seguimos besando y lamiendo su cuello y orejas. Tamara comenzó a acariciarme la cara, intentando descubrir quién era yo, pues, aunque preguntaba, Pili no la daba ni una sola pista. Pili me hizo un gesto, para que comenzara a besar en la boca a Tamara. Una de mis manos comenzó a acariciar sus tetas hinchadas por la leche materna. Pili se colocó a mi lado y me bajo el pantalón y el slip, quitándomelos. Comenzó a masturbarme, mientras decía a Tamara que ella quería un finde de relax y eso es lo que ella le había conseguido, relax del bueno, del cañero que te hace descansar a tope luego. Se arrodillo y comenzó a hacerme una mamada.
Cuando me puso la polla durísima, Pili volvió a levantarse. Cogió la mano de Tamara y se la llevo hacia mi polla, para que la agarrara. Comenzó Tamara a masturbarme y nos besábamos más apasionadamente. Baje mi mano desde sus pechos, hasta sus piernas, acabando dentro del vestido, acariciando su coño tapadito.
Pili me hizo ponerme recto. Coloco a Tamara de lado en la silla y la volvió a poner mi polla en su mano. Le dijo que se inclinara y comenzara a comérmela. Tamara empezó a hacerme una mamada deliciosa. Pili se puso a mi lado y nos besamos. La acaricie el culo y mis manos subieron hasta sus tetazas. Baje la cabeza y bese el canalillo que se la veía por el escote. Tras darla un azote, cogí el vestido de Pili y lo comencé a subir. Esta se lo cogió y se lo acabo quitando, quedándose con un sujetador negro de aro, con encaje y aros, que juntaba muy bien sus tetazas y un tanga negro de encaje. Agarre fuerte su culazo con una mano y con la otra sus tetazas.
Tamara no paraba de tragarse mi polla, bien dura. Mi cara se volvió a meter entre las tetazas de Pili y la mano que estaba en sus tetazas, paso a la cabeza de Tamara, acompañando sus movimientos. Pili salió un momento del salón y entonces coloque mis dos manos en la cabeza de Tamara, agarrándola y comenzando a follarla la boca, algo duro. Cuando Pili entro en el salón, aprete fuerte la cabeza de Tamara contra mí, y la mantuve con mi polla entera dentro de su garganta, un pequeño tiempo. Cuando la solté, esta empezó a toser y tener un par de arcadas.
Pili venia con una nueva botella de vino, este blanco y unas copas. Mando a Tamara levantarse para brindar. Pili nos sirvió y tras brindar y beber, volví a besarme con Pili y luego con Tamara. Soltamos las copas y Pili se la quito a Tamara. Cogí los tirantes del vestido de Tamara y los eché a los lados, hasta dejarlos caer. El vestido se fue al suelo y se quedó con un sujetador de aro y un tanga negros. Volví a lamerla el cuello y morderla las orejas, mientras acariciaba sus pechos. Pili se arrodillo y volvió a hacerme un mamadón. De vez en cuando la metía entre sus tetazas y me hacia una cubana. Una de mis manos bajo, metiéndose por el tanga de Tamara y la empecé a masturbar.
Pili se levantó y coloco a Tamara sentada en la mesa. Me arrodille entre sus piernas y aparte su tanga a un lado. Pili vertió vino por el coño de esta y yo comencé a lamerlo. Lo abrí bien para meter mi lengua y Pili siguió echando más vino. Pili me levanto y, tras echar vino en una copa, se arrodillo. Metió mi polla en la copa, mojando mi glande y esta comenzó a lamerlo, mientras me masturbaba. Repitió varias veces esta acción, mientras yo masturbaba a Tamara.
Pili me puso un condón y se subió a la mesa. colocándose detrás de Tamara, de rodillas. Abrí las piernas de Tamara y me puse entre ellas. Aparte su tanga y comencé a follarla despacito, metiéndosela entera y sacándola casi entera, dejando solo mi glande dentro. Yo acariciaba sus muslazos, mientras Pili jugaba con sus tetas lecheras. Pili saco las tetas del sujetador a Tamara y se las acaricio, comenzando a estimular sus pezones gordos. Cuando cayó una gota, Pili se colocó al lado y lamio el pezón. Volvió a ponerse tras ella y siguió estimulándolas, haciendo que cada vez saliera más leche, que caía por sus tetas. Acabe inclinándome y lamiendo la leche. Empecé a comerla uno de los pechos y Pili el otro. Entonces comencé a follarla más fuerte.
Dejamos de comérselas y volví a agarrarla de los muslos, continuando la follada dura. Pili volvió a colocarse detrás de Tamara y mientras la besaba el cuello y acariciaba sus pechos, la preguntaba si quería saber quién era quien la estaba follando. En cuanto dijo que si, Pili cogió el antifaz y se lo comenzó a subir despacio. Cuando Tamara me vio, se puso a gritar y reírse como si estuviera poseída. Yo entonces la di un par de penetraciones bien duras, antes de inclinarme para besarme con ella y con Pili.
Pili se bajó y se colocó entre medias de Tamara y de mí. Se inclino para comerle el coño a Tamara. Me coloqué tras ella, aparte su tanga y empecé a follar su coño. Me inclinaba lo necesario para agarrar sus tetazas. Cuando empecé a follarla el culo la di unos buenos azotes. Tamara me mira con cara de gran felicidad y me lanzaba besos.
Cuando Tamara se corrió, la hizo bajarse de la mesa y la coloco con las manos apoyadas en ella, ofreciéndome su rico culo ancho. Entre Pili y yo comenzamos a azotar el culo a Tamara, bastante fuerte. Pili aparto el tanga y metió por el culo de esta la cabeza de la botella de vino. Mientras se lo follaba con él, Pili y yo nos besábamos y esta me masturbaba.
Pili saco la botella y yo metí mi polla en él, follándoselo a Tamara. Pili se quedó a mi lado y nos besamos. Mi mano acariciaba su culazo y acabo subiendo hasta sus tetazas. Saqué una de sus tetazas del sujetador y se la comí, mientras mi polla no paraba de encular a Tamara.
Pili nos llevó al sofá, donde me tumbó. Tamara se sentó sobre mí y comenzó a botar, follando como una loca. Pili se puso de rodillas y coloco su coño en mi boca. Comencé a comérselo, con mis manos agarrando sus tetazas. Pili, que estaba frente a Tamara, se inclinó para besarse con ella.
Cuando Pili se corrió, se levantó y se puso de rodillas en el sofá. Yo me senté en él y Tamara lo hizo de rodillas, mirándome. Se metió mi polla en el culo y siguió botando como buena perra en celo. Nos besamos y agarre bien sus tetas, disfrutando de ellas. Pili se quitó el sujetador y las acerco a mi cara, por lo que no me quedo más remedio que restregar mi cara por ellas y luego comérselas. Agarré una teta de cada una y fui turnándolas dentro de mi boca.
Me iba a correr, por lo que me levante y tumbe a Tamara en el sofá, con los pies hacia fuera. Me quité el condón y me senté en el suelo, entre sus piernas, aparte su tanga y volví a comerla el coño. Pili se colocó de rodillas en el suelo y me volvió a hacer una mamada y una cubana maravillosa. Cuando me fui a correr, me levanté y me corrí en las tetas de Tamara. Pili se colocó de rodillas y empezó a comérselas para limpiárselas y aprovecho para succionar algo de leche suya. Yo me puse al lado de la cara de Tamara y metí mi polla en su boca, para que me la limpiara con su lengua.
Cuando tuve la polla limpia, me tumbé en el suelo, entre las piernas de Pili. Aparte su tanga y la comí el coño. Cuando esta termino con el semen de encima de Tamara, se giró para comerla el coño. Tamara se corrió antes que Pili, que tardo un par de minutos más en correrse en mi cara.

Nos sentamos los tres en el sofá y estuvimos charlando y tomando unas copas de vino. Tamara confeso que estaba muy feliz por la sorpresa y que necesitaba algo así, para desestresarse mentalmente de los mellizos y de la poca ayuda de su pareja.
Pili había reservado para cenar en un restaurante, en un pueblo cercano, así que decidimos darnos una ducha juntos para limpiarnos bien, antes de vestirnos para irnos a él. Pili y yo fuimos los primeros en meternos en la ducha, tras quitarnos el tanga ella y yo la camiseta. Tamara fue primero a su habitación. Bajo la ducha, Pili me masturbaba, mientras yo acariciaba sus tetazas y nos besábamos. Nada más entrar en el baño, Tamara se unió en la ducha a nosotros, quitándose la lencería. Se echo gel en las manos y comenzó a masturbarme, como si me estuviera limpiando la polla, creando espuma en ella. Pili acariciaba mis huevos. Los tres nos besábamos y yo jugaba con los pechos de ambas.
Pili cogió la ducha y tras quitarme la espuma de la polla, se arrodillo, comenzando a lamer mi glande. Yo me besaba con Tamara y la comía las tetas. Cuando Tamara soltó mi polla, Pili la dio la ducha para que la colocara de nuevo y comenzó a hacerme una rica mamada. Tamara no tardo en arrodillarse y unirse a la mamada con Tamara.
Levante a Tamara y la eleve una pierna. Nos besamos y Pili me coloco un condón. Metí mi polla en su coño y comenzamos a follar. Nos besamos y acariciaba su culo. Pili se sentó entre mis piernas y me comía los huevos. De vez en cuando agachaba la cabeza, mordiendo los pezones de Tamara.
Solté a Tamara y levante a Pili. La coloque mirando la pared, con su culazo bien ofrecido. La di un fortísimo azote, antes de comenzar a follarla desde atrás su coño. Tamara y yo nos besamos, hasta que me incline sobre la espalda de Pili, para besarme con ella. Tamara, entonces, se colocó de rodillas y comió las tetazas a Pili. Cambié de agujero y comencé a follar el culazo a Pili. Agarre su melena y tire fuerte de ella. Tamara volvió a levantarse y nos besamos, mientras con la mano libre, acariciaba sus tetas.
Me senté en el suelo y Tamara se sentó sobre mí. Metió mi polla en su culo y se lo folle. Pili se colocó de rodillas a nuestro lado, besándonos los tres, mientras acariciaba a ambas las tetas. Pili se sentó sobre mí, en lugar de Tamara y la folle el coño. Tamara la comía las tetas y acariciaba el clítoris a Pili.
Me iba a correr y me puse de pie, poniéndose ellas de rodillas. Pili me quito el condón y ambas se fueron pasando mi polla, mamándomela a rápida velocidad, hasta que me corrí en la boca de Pili. Ambas me lamieron el glande, dejándomelo limpísimo. Terminamos de darnos la ducha y salimos a prepararnos.

Durante la cena en el restaurante, no paramos de tontear. De allí fuimos a un bar a tomar algo, la pobre Tamara sin alcohol, al estar dando el pecho a sus mellizos. Pili llevaba una camiseta negra de manga corta, resaltando sus grandes pechos, y una minifalda vaquera, blanca, que apenas tapaba su culazo. Tamara iba con un vestido largo hasta el suelo, marrón clarito, con estampado de pequeñas flores blancas y de otros tonos marrones, de tirantes finos, ajustado en la zona de sus pechos y escote redondo mostrando su rico canalillo, con un pequeño cordón justo en la zona del canalillo.
En la disco, no podíamos ser muy malos, pues podía alguien conocer a Pili. Aun así, nos acabamos metiendo los tres en un lavabo. Nos empezamos a besar y nos metimos bien mano. Subí la minifalda de Pili acariciando su coñito tapado por un tanga blanco de hilo y encaje. Tamara se arrodillo y comenzó a comerla el coño, tras apartarla el tanga. A mí me saco la polla del pantalón y me empezó a masturbar. Antes de empezar a mamarme la polla, nos miró y nos dio las gracias por el día tan bueno que la estábamos regalando y que tanto necesitaba. Tamara nos comía la polla y el coño a turnos y nos masturbaba cuando no nos tocaba comida. Pili y yo nos besábamos y yo la acariciaba el culazo, por dentro de la minifalda. Tamara nos puso cachondísimos, pues nos comía y masturbaba de maravilla y a un muy buen ritmo.
La di un condón a Tamara y en cuanto me lo puso, giré a Pili y la puse mirando la pared. Subí su minifalda, aparte su tanga y la follé el coño. Agarre la coleta que llevaba con las dos manos y tiraba fuerte de ella. Tamara se colocó a mi lado y nos besábamos. Esta, además, azotaba a Pili. Solté una de las manos, para acariciar con ellas las tetas de Tamara. No deje de follar a Pili hasta que se corrió en mi polla.
Me senté en el váter y Tamara se acercó a mí. Se subió el vestido, aparto su tanga marrón y se sentó sobre mí. Comenzamos a follar y acariciaba sus tetas. Pili salió del cubículo, para asearse un poco. Desabroché el cordón del escote a Tamara y la comí el rico canalillo que tenía. Agarre los tirantes del vestido y del sujetador y se los baje, hasta dejar sus tetas al aire, comiéndoselas. Sus duros y gordos pezones me tenían enamorado y no podía dejar de disfrutar de ellos.
Cuando me corrí dentro del coño de Tamara, esta se arrodilló en el suelo y me comió la polla limpiándomela, mientras me miraba con cara sonriente y no paraba de darme las gracias.

Tras el buenísimo rato en la disco, volvimos a la casa y allí nos tomamos un nuevo gin-tonic, Pili y yo, mientras Tamara tomaba un poco de vino que era lo que podía. Tras un rato charlando, comenzaron de nuevo los besos en el sofá, hasta que Pili nos dijo de ir a la habitación. Una vez allí nos besamos y acaricie las tetas a ambas. Tamara se arrodillo, me quito el pantalón y comenzó a comerme la polla nuevamente. Quite a Pili la camiseta y se quedó con un sujetador blanco de aro. Metí la cara entre sus tetazas, que formaban un gran canalillo. Mis manos acariciaban y apretaban más su culazo, mientras mi cara se movía por el canalillo, besándolo y lamiéndolo. La saque las tetazas del sujetador y se las agarré y comí con mucho gusto.
Pili ordeno a Tamara colocarse en la cama a gatas. Esta soltó mi polla y se colocó como la pidió. Pili la subió el vestido, dejando su culo al descubierto. Me pidió que la comiera el coño, mientras ella iba por un regalo. Aparte su tanga un poco y comencé a comérselo. Pili volvió a la habitación con un bolsito de mano. De él saco un plug anal vibrador, con una cola de zorrita. Comenzó a jugar con él por el culo de Tamara. Se lo introdujo y lo encendió, comenzando está a gemir al sentir su vibración.
Pili me levanto y me dio el mando. Se arrodillo y continuo con la mamada que había dejado a medias Tamara. Poco a poco fui subiendo la intensidad de la vibración y Tamara cada vez gemía más. Pili metió mi polla entre sus tetazas y me hizo una riquísima cubana. Con una de mis manos, acaricie la cara de Pili y esta comenzó a chuparme dos dedos, como si me estuviera haciendo una mamada. Pili comenzó a lamerme el glande y me puse tan cachondo que subí al máximo la velocidad del plug, provocando a Tamara un gemido fuerte.
Pili se levantó y nos besamos, mientras me masturbaba. Ordeno a Tamara levantarse. En cuanto se puso a nuestro lado, nos besamos con ella. Pili se puso a su espalda y comenzó a bajarla los tirantes y el vestido entero, dejándola sola con el sujetador marrón de encaje y aro y el tanga. La ordeno bailar para nosotros, que seguíamos besándonos y metiéndonos mano.
Tamara se veía muy sexy con la colita de zorra bailando y soltando gemidos por las vibraciones. La hicimos juntarse a nosotros y volvimos a besarnos los tres. Baje la cabeza para lamer su canalillo y morder las tetas con el sujetador puesto. Pili se volvió a colocar en su espalda y la quito el sujetador mientras se besaban. Yo comí sus tetazas con más ganas y cuando Pili volvió a colocarse a mi lado, me puse fino comiendo las tetas a ambas.
Pili saco del bolsito de antes, unas pinzas de pezones unidas por una cadena, con un aro en medio. Me dio una pinza a mí y ella se quedó la otra. Comenzamos a lamer sus duros pezones y, cuando Pili lo ordeno, la pellizcamos los pezones con ellos. Ya no sabíamos si Tamara gritaba y gemía por el gusto del plug o por el dolor de las pinzas. Pili se arrodillo y comió el coño a Tamara. Yo me besaba con Tamara y tiraba de la cadena estirando sus pezones. Tamara agarro mi polla y me masturbaba.
Cuando Tamara se corrió, Pili se levantó y me bese con ella, saboreando los flujos de Tamara. Pili saco una cadena larga del bolsito y la engancho en la anilla de la cuerda que unía las pinzas. Ordeno a Tamara que anduviera por la habitación y de vez en cuando tiraba de esta provocándola un grito de dolor.
Me dio la cadena y Pili se quitó la falda y sentó en la cama, contra el cabecero. Echo su tanga hacia un lado y la ordeno a Tamara ponerse a gatas y comerla el coño. Cuando lo hizo, yo me puse un condón y me coloqué de rodillas detrás de ella. Aparte su tanga y comencé a follarla el coño. Tamara estaba que no podía más de tanto gusto, al tener sus dos agujeros llenos, su boca en el coño de Pili y sus pezones bien estirados y doloridos pues yo tiraba de la cadena cada poco. No paraba de azotarla fuerte, además de tirar de la cadena.
Cuando Pili tenía el coño bien mojado, se tumbó al lado de Tamara y me ordeno follarla a ella. La di la cadena y me tiré sobre ella. Metí mi polla en su jugoso coño y follamos, mientras la comía las tetazas y acariciaba sus muslos. Pili tiraba fuerte de la cadena y Tamara soltaba unos fuertes gritos. Pili me hizo tumbar y ella se sentó sobre mí, cabalgando como una loca. Tamara nos miraba y en su cara se notaba el dolor que estaba pasando. Pili se cambió mi polla a su culo y siguió botando, penetrando duro su culazo. Entre todo esto, Pili no olvidaba tirar de la cadena.
Pili volvió a colocarse sentada para que Tamara la comiera el coño de nuevo, pues quería correrse en su boca. Yo volví a ponerme de rodillas, detrás de Tamara follando su coño y azotando su culo. Cuando Pili se corrió, se colocó de rodillas a mi lado. Nos besamos y esta se unió a mí, azotando el culo de Tamara. Pili saco el plug del culo de Tamara y siguió masturbándolo, metiendo en el su dedo corazón, hasta que me ordeno meter mi polla en él. Se lo folle durísimo y Pili me besaba y acariciaba el culo.
Cuando iba a correrme, saque mi polla del culo de Tamara y Pili volvió a meterla el plug, a tope de vibración. Pili me quito el condón y me hizo un mamadón, hasta que me corrí en su boca. Sin sacarla de ella, su lengua me limpio la polla maravillosamente.
Nos tumbamos en la cama y colocamos a Tamara en medio. Pili la quito las pinzas y la comimos juntos sus pezones rojísimos. Entre besos, caricias y mordiscos a los pezones, acabamos durmiéndonos.

Por la mañana al despertar, Pili no estaba en la cama. Tamara seguía dormida, pero como sabía que necesitaba descansar, no quise despertarla. Sus pezones gorditos, aun se notaban algo rojitos por las pinzas de anoche y no pude resistirme a darles un beso, antes de salir de la habitación.
Mi polla se había despertado bien hinchada y más tras los besos a los pezones. Por lo que no deseaba más que encontrar a Pili. La encontré en la cocina, solo con el tanguita blanco. Estaba preparando café y cortando pan para el desayuno. Me coloqué detrás de ella y la cogí por la cintura. Pili giro la cabeza y nos dimos un buen beso de buenos días. Arrime mi polla dura mañanera a su culazo y esta me miro sonriendo. Subí mis manos hasta agarrar sus tetazas y comenzamos a besarnos. Metí mi polla por la tira del tanga y comencé a moverme como si la follara, frotándola bien contra su culazo.
Pili se arrodillo y comenzó a masturbarme mientras lamia mis huevos y mi polla de abajo arriba y al revés. Se metió mis huevos en su boca y jugo con ellos, mientras me masturbaba con más ganas. Comenzó a hacerme un mamadón delicioso y mi mano se posó en su cabeza. Primero acompaño sus movimientos, luego la fue apretando para follarla yo la boca y finalmente la agarre la cabeza con ambas manos, para follársela bien duro.
De repente paso Tamara por la puerta charlando por el móvil, llevaba puesto el sujetador y el tanga marrones. Nos saludó y siguió para delante charlando. Por lo que oíamos, estaba hablando con su pareja sobre los mellizos. Nosotros seguimos a lo nuestro y Pili me hizo una cubana maravillosa.
Pili se levantó, me dio un caliente beso y me dijo de ir a buscar a Tamara. Me agarro la polla y fuimos a buscarla. La encontramos en otra habitación sentada en la cama haciendo ahora una videollamada con su pareja. Pili me dijo que esperara y no entrara. Se fue y volvió con una camiseta tapando sus pechos, aunque se notaba que no llevaba sujetador, pues se marcaban sus pezones. Me dijo que sabría cuando debía entrar yo y ella entro en la habitación, sentándose al lado de Tamara, saludando a el novio de esta. Pili le dijo que no se preocupara de nada, que lo estaban pasando muy bien y que la estaba cuidando. En ese momento supe que tenía que entrar, sin que me viera claro.
Me puse detrás del móvil y comencé a masturbarme, mirando a Tamara y haciéndola gestos con la cara. Esta comenzó a reírse y disimulo como si lo hiciera por lo que Pili hablaba. Me subí a la cama a gatas y comencé a acariciar y lamer los pies de Tamara. Fui subiendo, haciendo lo propio con sus muslos. Separé un poco sus piernas y empecé a besar y lamer suave su coño, por encima del tanga. Tamara comenzó a ponerse nerviosa y encima Pili no paraba de tirar indirectas sobre lo bien que lo había pasado Tamara y lo relajadita que iba a volver. Aparte el tanga y pase mi lengua por su deliciosa rajita. Tamara dio un pequeño suspiro y para disimular comenzó a decir que hacía mucho calor en ese pueblo. Pili se rio y dijo que además la casa subía algún grado más la temperatura. Comencé a subir la velocidad de mi lengua pasando por sus labios y acabé dándola unos mordisquitos. Tamara quería colgar, pero Pili se lo impedía, haciendo nuevas preguntas al novio de esta.
Cuando Pili por fin colgó, comencé a comerla el coño a Tamara, metiendo bien dentro mi lengua, mi otra mano subió por la pierna de Pili, introduciéndose por su tanga y comencé a masturbarla. Pili y Tamara comenzaron a besarse. Pili acabo colocándose a mi lado, tumbada y volvió a hacerme una mamada. Entonces mi mano comenzó a jugar con las tetas de Tamara.
Me puse de pie en la cama y comencé a follar la boca a Tamara, mientras Pili siguió comiéndola el coño. Yo metía mi polla entera en su boca y apretaba bien su cabeza, manteniéndola dentro unos segundos. Cuando la soltaba, Tamara, tenía una pequeña arcada y tosía. Volví a metérsela y hacer lo mismo un par de veces más.
Pili nos dijo que había que desayunar bien antes de follar duro y nos hizo ir con ella a la cocina. Tamara me llevaba agarrado de la polla y yo no paraba de azotarla el culo. En la cocina nos besamos los tres y acariciaba el culo a ambas. Pili se giró y cogió un bote de mermelada. Se arrodillo y dijo que la apetecía mucho una rica polla mañanera con buena mermelada. Untó mi polla de esta y comenzó a lamerla. Yo agarre un bote de mantequilla y moje uno de mis dedos. Los pase por los labios de Tamara y se los bese. Volví a meter mis dedos en la mantequilla y ahora la restregué por su canalillo, el cual lamí inmediatamente. Saqué las tetas del sujetador y, lógicamente, también Unté de mantequilla y comí, gustosamente. Pili volvió a hacerme una maravillosa mamada.
Tamara se sentó en el suelo y comenzó a comerme los huevos, mientras Pili seguía mamando como loca mi polla. Agarré un bote de chocolate líquido y comencé a echar por mi polla, llevándoselo Pili, con sus gorditos labios. Tamara saco su cabeza de debajo mis huevos y abrió la boca, para que la echara dentro chocolate. Como lo dejaba caer desde alto, no todo cayo en su boca y su carita quedo bien manchada. Me volvió a comer los huevos, con el chocolate en su boca, dejándolos bien manchados.
Levante a Pili y Tamara continuo con la mamada que esta empezó. Me bese con Pili y la quite la camiseta. Eché chocolate en sus tetazas y se las devoré. Mi cara y mis manos quedaron bien manchadas de chocolate y comencé a pasar estas por su culazo, manchándoselo. Levante a Tamara y también acaricie su culo, manchándoselo, mientras nos besábamos los tres. Me arrodille y coloque a ambas mirando la encimera. Comencé a lamer sus culos, limpiando el chocolate, mientras, metí mis manos por sus tangas y las masturbé. Ellas se besaban sin parar e incluso se echaron chocolate en la boca, pasándoselo entre ellas. Pase de besarlas los glúteos, a comerlas los coños.
Me levanté, me puse un condón y comencé a follar el culo a Tamara. Mientras masturbaba el culo de Pili y ellas seguían besándose. Mi otra mano agarro sus tetas y las acaricie bien fuerte. Cambie para hacer lo mismo con Pili. En lugar de masturbar el culo a Tamara, mi mano comenzó a jugar con su pezón, estimulándolo para poder sacarla leche.
Cuando cayeron unas gotas, senté a Tamara en la encimera. Me coloqué entre sus piernas, aparte su tanga y comencé a follarla. Agaché la cabeza y comencé a comerla el pecho donde salía su rica y morbosa leche. Pili se unió, comiéndole el otro pecho, sacándola también leche. Una de mis manos, acariciaba el culazo de Pili.
Metí a Pili en medio, inclinada, comiéndola el coño a Tamara y yo aparte su tanga y la follé el coño, mientras agarraba sus tetazas. Cuando Tamara se corrió, se bajo y se coloco a mi lado. Comenzamos a besarnos y ahora la acaricie las tetas a ella, comiéndoselas y sacándola leche cada poco.
Cuando Pili se corrió, se arrodillo, me quito el condón y metió mi polla entre sus tetas, haciéndome una cubana deliciosa. Mientras subía, cada vez más, la velocidad, me decía que la avisara cuando me iba a correr. Su lengua jugaba con mi glande y me ponía tanto que mordía y succionaba mas fuerte los pechos de Tamara. Avise a Pili que iba a correrme. Se levanto para coger una taza de café y se metió mi polla en la boca. Me hizo un tremendo mamadón hasta que me corrí. Aguanto mi corrida en su boca y escupió el semen en la taza de café. Al sacar mi polla de su boca, siguió saliendo algo de semen que cayó en sus tetas.
Pili se levantó y mientras removía el café con mi semen, Tamara le comió las tetas, limpiando el semen de ellas. Pili dio un trago al café con semen para pasárselo a Tamara y que también tomara un trago. Cogí otra taza con café y la puse debajo de uno de los pechos de Tamara. Comencé a sacar leche de él, echándolo en el café. Lo removí y me lo comencé a tomar entre las risas de estas. Hice a Tamara arrodillarse, para limpiarme la polla con su lengua, mientras brindaba con Pili y nos tomamos los cafés.

Desayunamos tranquilamente en el salón y charlamos, hasta Tamara vio la hora y como Pili había reservado para comer en un restaurante, de vuelta a casa, se levanto y se fue a duchar. Pili y yo recogimos la mesa y mientras Pili se quedo limpiando la cocina, yo me fui al baño en busca de Tamara. Me metí en la ducha, con ella y me quedé en su espalda. Agarré sus tetazas, enjabonadas, y comencé a acariciarlas, mientras la besaba el cuello. Giro la cabeza y nos empezamos a besar. La quite el jabón de los pechos, la giré y la empecé a comer las tetas, mientras la masturbaba. Tamara agarro mi polla y también me masturbo. Cuando Tamara se corrió, se arrodillo y me volvió a hacer una mamada despacito, mirándome fijamente, hasta que también me corrí. Se levanto y nos besamos un rato, acariciando sus tetas.

Tras estar todos limpios y duchados, nos fuimos para el restaurante, donde comimos antes de volver cada uno a su casa. Tamara lo hizo bien relajada, por lo que el objetivo del fin de semana estaba más que conseguido.

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