Entramos a la pieza. Cele estaba en bombacha y en tetas directamente, y era increíble lo perra que se había puesto, para mi siempre fue perra en el sentido de que estaba buenísima y era muy sensual, pero siempre fue medio recatada en su comportamiento conmigo. Ahora estaba como desatada. Tenía una tanga flúo verde y nada más. Rodri estaba en remera y boxer. Me dijeron a mi que me saque el pantalón por lo menos, y a Mica que hiciera lo que quisiera, porque total tenía pollerita y eso se levantaba fácil (eso ya me dio una pista de que íbamos a hacer, más que mirar). Mica dijo que le daba lo mismo, y Cele dijo “bueno, a ver, sacale vos la bombacha y dámela. Pero primero Mica levantate la pollera a ver como te queda, que seguro los chicos la quieren ver puesta”. Mica un poco ruborizada y sonriendo se levantó la pollera por arriba de la cintura. Volví a ver lo preciosa que le quedaba la bombachita. “Que linda que estás, Mica” le dijo el tío Rodri. “Gracias” dijo Mica con una voz tímida muy dulce.
Yo me acerqué, me puse delante de ella, y tiré de la bombacha para abajo. Pasé mi cara a pocos centímetros de su conchita y aproveché para mirar. Era hermosa, delicada, con poco pelo, tirando a pelusita, bien recortado. Me dieron ganas de chuparla ahí nomás, aunque sea de darle un beso, pero me aguanté y preferí esperar las indicaciones de los tíos, que estaban manejando todo bastante bien. Después de eso nos dieron un vaso de una bebida a cada uno, coca cola con algo, debía ser whisky, ron, que se yo, algo fuerte, porque nos hicieron hacer fondo blanco y quedamos bastante borrachitos al instante. Y ahí, ya mareados, Rodri preguntó “¿Bueno, que quieren hacer? ¿Nunca les chuparon la, eh, una buena chupada podría ser, no?”. Yo asentí con la cabeza. “Yo a vos, Rodri a Mica. Les parece?” preguntó Celeste. “Sí” dijo Mica con un hilito de voz, aceptando (gustosa) que su tío le de la primera chupada de concha de su corta vida.
Un poquito de envidia me daba que Rodri fuera a chupar esa conchita que me tenía enamorado y enloquecido, pero sabía que iba a tener oportunidad en algún momento, y además la perra de Cele me iba a hacer olvidarde todo con sus labios y su lengua en pocos minutos. Nos hicieron acostar en la cama matrimonial, uno al lado del otro. Cuando estábamos ahí acostados, mirando para arriba, mirándonos a la cara y sonriendo, escuchamos el ruido inequívoco de que se estaban dando un saque de cocaína antes de empezar. “Que loco todo esto” le dije a Mica. “Agarrate que esto va a ser intenso” me dijo ella,con los cachetitos colorados y una sonrisa que le hacía unos hoyuelitos preciosos a cada lado de la boca. Y en ese momento los tíos se nos vinieron encima. Rodri hundió la cara en la pollera de Micaela sin dudarlo, a Mica se le escapó un gemidito.
Yo alcancé a ver eso pero al instante sentí como Cele me bajaba el boxer y semetía mi pija en la boca, así, sin vueltas, la ensalivaba toda y me empezaba a dar la chupada más fuerte y salvaje que pude imaginar. Agradecí en ese momento que me hubiera hecho acabar con esa paja utilitaria una hora antes, porque sino no hubiera aguantado un segundo, no hubiera podido evitar llenarle la boca de leche al instante. Miré al costado. Mica estaba totalmente roja y gimiendo fuerte, con una mano hundida en el pelo de Rodri, murmurando “ay tío, ay tío” y con la otra tocándose las tetas. De pronto, mientras mi tía Cele devoraba mi pija de una manera que a esa edad ni siquiera imaginaba que fuera posible, Micaela liberó la mano con la que se estaba tocando las tetas, y la usó para agarrar mi mano. Sentí su manito húmeda sobre la mía,caliente, transpirada, compartiendo conmigo ese momento tan íntimo mientras gemía, y sentí que me venía.
Ya la paja que me habían hecho un rato antes estaba perdiendo efecto. “Ay, pará, pará” le dije a Cele, y suavemente la agarré del pelo para que parara. Se sacó mi pija de la boca y me sonrió. Miró al costado, donde su novio estaba con la cabeza hundida entre las piernas de su sobrina, comiéndole la concha con fervor. “Ey” le dijo y le tocó el hombro. Le hizo una seña, como preguntándole algo. “Sí, no sé, si él quiere...” dijo Rodri. “Mirá” medijo Cele, “la tía te va a traer algo que te va a ayudar, si te animás. Te animás? Es algo que se toma, pero se toma por la nariz” me dijo, y se rió. Yo respondí que sí. Me daba un toque de miedo, el corazón me latía a mil, pero lo único que quería era poder seguir, que mi tía me siguiera chupando la pija de esa manera salvaje, y eso no iba a poder ser si seguía así, porque un lengüetazo más y acababa.
Cele se levantó y fue a buscar algo bamboleando su impresionante culo, que se comía de un bocado la tanga flúo que era la única prenda que la cubría. Volvió con un frasquito y unos sorbetes de plástico recortados. “Esto se toma así, prestá atención” me dijo. Me agarró el pito y me echó el polvito blanco en la cabecita. Y con el sorbete lo tomó por la nariz. Puso un poco sobre la pelvis de Mica, debajo del ombligo, apenas por encima de la conchita, que alcancé a ver queestaba mojadísima, supongo que por su propia humedad y por la chupada épica que le estaba dando Rodri, y el tío se lo tomó de la misma forma. Cele se echó un poco en una teta, y me dijo “tomá”. Cuando aspiré, sentí una sensación de euforia instantánea, que se sumaba a mi borrachera y a mi excitación. “Vos querés?” le preguntó a Mica, “acá no hacemos diferencias machistas”. Mica dijo que sí. Cele se lo iba a poner en el dorso de la mano para ofrecerle, pero Micaela dijo “no, yo quiero como ustedes, ustedes tomaron del pito de él, de mi concha, de tus tetas”.“jajaja bueno, de donde querés tomar?” dijo Cele. “Del pito de tu marido” dijo Mica, despertando las risas de todos. “Pendeja atrevida! Bueno, yo me estoy comiendo mal la pija de tu novio, digo de tu primo” dijo Cele. Los dos nos reímos con un poco de pudor, nos daba vergüenza que se notara que estábamos casi de novios ya. Estábamos en pelotas, siendo chupados nuestros genitales por nuestro tio y nuestra tía, y nos daba vergüenza estar enamorados, pero esa sí.
Cele puso el polvito en el pito parado de Rodri. Era bastante grande y estaba duro como un garrote. Me acordé en ese instante que Mica había dicho que se hacía la paja pensando en que el tío le rompía la cola. Bueno, creo que realmente se la rompería semejante pito, la colita de Mica es paradita y pulposita pero quizá es chica para tan tremenda pija. Hasta me costaba pensar como su conchita que se veía tan delicada toleraría semejante pija. Mica se inclinó, vi como sus tetitas colgaban un poco mientras acercaba la cabeza al pito, y se la tomó. Al instante pude ver el brillo eufórico en sus ojos. Se dejó caer y se abrió más de piernas, en una señal que Rodri inmediatamente interpretó para reanudar la chupada. Mientras yo veía desde mi posición como la lengua de Rodri entraba en la conchita de Micaela, Cele me escupió la pija, y sobre la saliva puso un poco del polvito y me lo frotó. Sentí el pito un poco adormecido. Me dijo “entre lo que tomaste y esto vas a ver que vas a durar más”, y reanudó la chupada salvaje.
No podía creer como mi pija totalmente ensalivada entraba y salía de su boca, como me la envolvía con la lengua, me daba lengüetazos en los huevos. Mica se había puesto un poco verborrágica con lo que había tomado, y entre gemidos me hablaba, me decía “boludo, mirá como te la están chupando, que suerte tenés, mirá que minón te la chupa, la más perra, la perra más linda”, los tíos se reían, yo le quería contestar pero no podía ni hablar. Cele me hizo que le chupe un dedo, mientras me decía “avisame si algo de lo que te hago no te gusta” Mica dijo “Uuuh, ya se como terminan esas chupadas de dedo, ya lo vivimos”. Sí, Cele ubicó su dedo todo chupado en la entrada de mi culo, lo estacionó ahí, y sin metérmelo del todo, empezó a darme unas caricias con la puntita que me volvieron loco, mientras Rodri empezaba a hacer exactamente lo mismo con la cola de Micaela. Tenía razón, la droga que me había dado y que me había frotado me estaba haciendo aguantar más, sino hubiera acabado ahí nomás.
Pero no sabía cuanto iba a durar tampoco. El dedito de la tía Cele en mi culo potenciaba por cien la chupada bestial que me estaba dando, que dejaba cada tanto la cabeza de mi pija para pasar por el tronco, los huevos, todo. Así seguimos unos minutos más, hasta que sentí que la manito de Micaela me apretaba la mano fuerte, mientras gemía y se retorcía. Estaba acabando. Estaba acabando y en ese apretarme la mano lo estaba compartiendo conmigo. Esto, por un lado me dejó al borde de acabar yo también, y por otro me pareció que tenía que responder a ese compartir parando lo mío y prestándole atención a lo de ella. Le dije a la tía “Pará”, y paró justo una fracción de segundo antes de que no pudiera aguantar más el lechazo. Se pasó la lengua por los labios y me dijo “sí, veamos esto, vení”. Me incorporé un poco, la tía me abrazó, me acercó a sus tetas, y nos acercamos un poco a ver como la lengua del tío entraba y salía y se fregaba contra toda la conchita y el pubis de su sobrinita.
Ella tenía la cara roja, los ojos cerrados y apretados, la boca abierta en un solo gemido, la manito apretando la mía. “Aaaay, ay, ay,aaaaaaahhh aaaaayy” dijo arqueándose para adelante, frotando directamente su concha contra la cara y la lengua del tío, que seguía chupando con énfasis y con una inocultable cara de alegría. Finalmente el orgasmo se apagó, y Micaela quedó tirada, con los ojos cerrados, exhausta y sonriente. Cuando por fin abrió los ojos estábamos los tres mirándola. Me miró a mi, y me dijo “Estuvo buenísimo. Vos acabaste?”. “No acabó” dijo la tía Celeste. “Pero ya no da para más, tiene que acabar. Sobri, si te doy a elegir, querés acabar en la boca de la tía Cele, o de tu noviecita, perdón, tu primita Micaela? Digo, si Mica quiere, no sé”. Ni por un segundo fue un dilema. Me ultra calienta la tía Cele, claro que amaría llenarle la boca de semen después de la terrible chupada que me dio, pero Micaela es mi amor. Dejar mi leche en su boquita era lo más parecido a un sueño romántico cumplido. “Micaela” dije, y empezaron las cargadas.
“Aaaahh, la tía hace todo el trabajo, y el premio se lo lleva otra jajaja, está bien, está bien, típico” dijo Cele. “Bueno, a ver, permiso” dijo Mica, y todos se rieron. Mi tía le hizo lugar. “Igual pueden compartir, el pibe, feliz, y yo mirando también” dijo el tío. “No” dijo Cele, “es para ica, yo me la voy a cobrar en otro momento”. Mica ya estaba frente a mi, sonriendo. Se inclinó cerca de mi pito, lo agarró con una manito, y se lo metió a la boca, y con bastante torpeza, sin la maestría petera de la tía Cele, lo hizo entrar y salir un par de veces. Se lo sacó y dijo “Así?”. “Sí, como te salga, igual no va a durar nada ni aunque sea el peor pete del mundo” dijo Cele riéndose. “Cuando estés lista hacele eso mismo que estas haciendo y preparate porque viene mucha leche y rápido, me parece”. Así lo hizo, y así fue, me volvía loco verla así sobre mi, sus tetitas, chiquitas pero firmes, inclinadas hacia abajo, sabiendo que estaba sin bombacha, recién acabada, sentir que estaba dando lo mejor de sí para darme placer en el pito con su boquita, aunquefuera una petera jovencísima, sin experiencia, que estaba aprendiendo conmigo.
En un momento me agarró los huevos con la mano izquierda, e inmediatamente me pasó la punta del dedito por el culo. Ahí no pude más y vino por fin el lechazo, un lechazo potente, líquido, en buena cantidad, que la hizo ahogarse un poquito, pero nola detuvo, con mi leche en la boca siguió chupando hasta que salió toda. Levantó la cabeza y me miró, con un poquito de leche cayéndole por la pera y me dijo “¿Lo hice bien? ¿Te gustó?”.“Sos la mejor” le dije, y me dejé caer para descansar un poco, peroRodri y Celeste empezaron a decir “no, beso, beso de leche!!”. Me incorporé y nos besamos. Sentí en la boca de Mica el gusto salado de mi leche, no me molestó, al contrario, me pareció súper tierno. Nos dimos un beso de lengua tranquilo y apasionado, como nunca nos habíamos dado.
“Bueno” dijo Celeste, “los nenes ya acabaron, faltan los adultos, que se podrá hacer?”
Yo me acerqué, me puse delante de ella, y tiré de la bombacha para abajo. Pasé mi cara a pocos centímetros de su conchita y aproveché para mirar. Era hermosa, delicada, con poco pelo, tirando a pelusita, bien recortado. Me dieron ganas de chuparla ahí nomás, aunque sea de darle un beso, pero me aguanté y preferí esperar las indicaciones de los tíos, que estaban manejando todo bastante bien. Después de eso nos dieron un vaso de una bebida a cada uno, coca cola con algo, debía ser whisky, ron, que se yo, algo fuerte, porque nos hicieron hacer fondo blanco y quedamos bastante borrachitos al instante. Y ahí, ya mareados, Rodri preguntó “¿Bueno, que quieren hacer? ¿Nunca les chuparon la, eh, una buena chupada podría ser, no?”. Yo asentí con la cabeza. “Yo a vos, Rodri a Mica. Les parece?” preguntó Celeste. “Sí” dijo Mica con un hilito de voz, aceptando (gustosa) que su tío le de la primera chupada de concha de su corta vida.
Un poquito de envidia me daba que Rodri fuera a chupar esa conchita que me tenía enamorado y enloquecido, pero sabía que iba a tener oportunidad en algún momento, y además la perra de Cele me iba a hacer olvidarde todo con sus labios y su lengua en pocos minutos. Nos hicieron acostar en la cama matrimonial, uno al lado del otro. Cuando estábamos ahí acostados, mirando para arriba, mirándonos a la cara y sonriendo, escuchamos el ruido inequívoco de que se estaban dando un saque de cocaína antes de empezar. “Que loco todo esto” le dije a Mica. “Agarrate que esto va a ser intenso” me dijo ella,con los cachetitos colorados y una sonrisa que le hacía unos hoyuelitos preciosos a cada lado de la boca. Y en ese momento los tíos se nos vinieron encima. Rodri hundió la cara en la pollera de Micaela sin dudarlo, a Mica se le escapó un gemidito.
Yo alcancé a ver eso pero al instante sentí como Cele me bajaba el boxer y semetía mi pija en la boca, así, sin vueltas, la ensalivaba toda y me empezaba a dar la chupada más fuerte y salvaje que pude imaginar. Agradecí en ese momento que me hubiera hecho acabar con esa paja utilitaria una hora antes, porque sino no hubiera aguantado un segundo, no hubiera podido evitar llenarle la boca de leche al instante. Miré al costado. Mica estaba totalmente roja y gimiendo fuerte, con una mano hundida en el pelo de Rodri, murmurando “ay tío, ay tío” y con la otra tocándose las tetas. De pronto, mientras mi tía Cele devoraba mi pija de una manera que a esa edad ni siquiera imaginaba que fuera posible, Micaela liberó la mano con la que se estaba tocando las tetas, y la usó para agarrar mi mano. Sentí su manito húmeda sobre la mía,caliente, transpirada, compartiendo conmigo ese momento tan íntimo mientras gemía, y sentí que me venía.
Ya la paja que me habían hecho un rato antes estaba perdiendo efecto. “Ay, pará, pará” le dije a Cele, y suavemente la agarré del pelo para que parara. Se sacó mi pija de la boca y me sonrió. Miró al costado, donde su novio estaba con la cabeza hundida entre las piernas de su sobrina, comiéndole la concha con fervor. “Ey” le dijo y le tocó el hombro. Le hizo una seña, como preguntándole algo. “Sí, no sé, si él quiere...” dijo Rodri. “Mirá” medijo Cele, “la tía te va a traer algo que te va a ayudar, si te animás. Te animás? Es algo que se toma, pero se toma por la nariz” me dijo, y se rió. Yo respondí que sí. Me daba un toque de miedo, el corazón me latía a mil, pero lo único que quería era poder seguir, que mi tía me siguiera chupando la pija de esa manera salvaje, y eso no iba a poder ser si seguía así, porque un lengüetazo más y acababa.
Cele se levantó y fue a buscar algo bamboleando su impresionante culo, que se comía de un bocado la tanga flúo que era la única prenda que la cubría. Volvió con un frasquito y unos sorbetes de plástico recortados. “Esto se toma así, prestá atención” me dijo. Me agarró el pito y me echó el polvito blanco en la cabecita. Y con el sorbete lo tomó por la nariz. Puso un poco sobre la pelvis de Mica, debajo del ombligo, apenas por encima de la conchita, que alcancé a ver queestaba mojadísima, supongo que por su propia humedad y por la chupada épica que le estaba dando Rodri, y el tío se lo tomó de la misma forma. Cele se echó un poco en una teta, y me dijo “tomá”. Cuando aspiré, sentí una sensación de euforia instantánea, que se sumaba a mi borrachera y a mi excitación. “Vos querés?” le preguntó a Mica, “acá no hacemos diferencias machistas”. Mica dijo que sí. Cele se lo iba a poner en el dorso de la mano para ofrecerle, pero Micaela dijo “no, yo quiero como ustedes, ustedes tomaron del pito de él, de mi concha, de tus tetas”.“jajaja bueno, de donde querés tomar?” dijo Cele. “Del pito de tu marido” dijo Mica, despertando las risas de todos. “Pendeja atrevida! Bueno, yo me estoy comiendo mal la pija de tu novio, digo de tu primo” dijo Cele. Los dos nos reímos con un poco de pudor, nos daba vergüenza que se notara que estábamos casi de novios ya. Estábamos en pelotas, siendo chupados nuestros genitales por nuestro tio y nuestra tía, y nos daba vergüenza estar enamorados, pero esa sí.
Cele puso el polvito en el pito parado de Rodri. Era bastante grande y estaba duro como un garrote. Me acordé en ese instante que Mica había dicho que se hacía la paja pensando en que el tío le rompía la cola. Bueno, creo que realmente se la rompería semejante pito, la colita de Mica es paradita y pulposita pero quizá es chica para tan tremenda pija. Hasta me costaba pensar como su conchita que se veía tan delicada toleraría semejante pija. Mica se inclinó, vi como sus tetitas colgaban un poco mientras acercaba la cabeza al pito, y se la tomó. Al instante pude ver el brillo eufórico en sus ojos. Se dejó caer y se abrió más de piernas, en una señal que Rodri inmediatamente interpretó para reanudar la chupada. Mientras yo veía desde mi posición como la lengua de Rodri entraba en la conchita de Micaela, Cele me escupió la pija, y sobre la saliva puso un poco del polvito y me lo frotó. Sentí el pito un poco adormecido. Me dijo “entre lo que tomaste y esto vas a ver que vas a durar más”, y reanudó la chupada salvaje.
No podía creer como mi pija totalmente ensalivada entraba y salía de su boca, como me la envolvía con la lengua, me daba lengüetazos en los huevos. Mica se había puesto un poco verborrágica con lo que había tomado, y entre gemidos me hablaba, me decía “boludo, mirá como te la están chupando, que suerte tenés, mirá que minón te la chupa, la más perra, la perra más linda”, los tíos se reían, yo le quería contestar pero no podía ni hablar. Cele me hizo que le chupe un dedo, mientras me decía “avisame si algo de lo que te hago no te gusta” Mica dijo “Uuuh, ya se como terminan esas chupadas de dedo, ya lo vivimos”. Sí, Cele ubicó su dedo todo chupado en la entrada de mi culo, lo estacionó ahí, y sin metérmelo del todo, empezó a darme unas caricias con la puntita que me volvieron loco, mientras Rodri empezaba a hacer exactamente lo mismo con la cola de Micaela. Tenía razón, la droga que me había dado y que me había frotado me estaba haciendo aguantar más, sino hubiera acabado ahí nomás.
Pero no sabía cuanto iba a durar tampoco. El dedito de la tía Cele en mi culo potenciaba por cien la chupada bestial que me estaba dando, que dejaba cada tanto la cabeza de mi pija para pasar por el tronco, los huevos, todo. Así seguimos unos minutos más, hasta que sentí que la manito de Micaela me apretaba la mano fuerte, mientras gemía y se retorcía. Estaba acabando. Estaba acabando y en ese apretarme la mano lo estaba compartiendo conmigo. Esto, por un lado me dejó al borde de acabar yo también, y por otro me pareció que tenía que responder a ese compartir parando lo mío y prestándole atención a lo de ella. Le dije a la tía “Pará”, y paró justo una fracción de segundo antes de que no pudiera aguantar más el lechazo. Se pasó la lengua por los labios y me dijo “sí, veamos esto, vení”. Me incorporé un poco, la tía me abrazó, me acercó a sus tetas, y nos acercamos un poco a ver como la lengua del tío entraba y salía y se fregaba contra toda la conchita y el pubis de su sobrinita.
Ella tenía la cara roja, los ojos cerrados y apretados, la boca abierta en un solo gemido, la manito apretando la mía. “Aaaay, ay, ay,aaaaaaahhh aaaaayy” dijo arqueándose para adelante, frotando directamente su concha contra la cara y la lengua del tío, que seguía chupando con énfasis y con una inocultable cara de alegría. Finalmente el orgasmo se apagó, y Micaela quedó tirada, con los ojos cerrados, exhausta y sonriente. Cuando por fin abrió los ojos estábamos los tres mirándola. Me miró a mi, y me dijo “Estuvo buenísimo. Vos acabaste?”. “No acabó” dijo la tía Celeste. “Pero ya no da para más, tiene que acabar. Sobri, si te doy a elegir, querés acabar en la boca de la tía Cele, o de tu noviecita, perdón, tu primita Micaela? Digo, si Mica quiere, no sé”. Ni por un segundo fue un dilema. Me ultra calienta la tía Cele, claro que amaría llenarle la boca de semen después de la terrible chupada que me dio, pero Micaela es mi amor. Dejar mi leche en su boquita era lo más parecido a un sueño romántico cumplido. “Micaela” dije, y empezaron las cargadas.
“Aaaahh, la tía hace todo el trabajo, y el premio se lo lleva otra jajaja, está bien, está bien, típico” dijo Cele. “Bueno, a ver, permiso” dijo Mica, y todos se rieron. Mi tía le hizo lugar. “Igual pueden compartir, el pibe, feliz, y yo mirando también” dijo el tío. “No” dijo Cele, “es para ica, yo me la voy a cobrar en otro momento”. Mica ya estaba frente a mi, sonriendo. Se inclinó cerca de mi pito, lo agarró con una manito, y se lo metió a la boca, y con bastante torpeza, sin la maestría petera de la tía Cele, lo hizo entrar y salir un par de veces. Se lo sacó y dijo “Así?”. “Sí, como te salga, igual no va a durar nada ni aunque sea el peor pete del mundo” dijo Cele riéndose. “Cuando estés lista hacele eso mismo que estas haciendo y preparate porque viene mucha leche y rápido, me parece”. Así lo hizo, y así fue, me volvía loco verla así sobre mi, sus tetitas, chiquitas pero firmes, inclinadas hacia abajo, sabiendo que estaba sin bombacha, recién acabada, sentir que estaba dando lo mejor de sí para darme placer en el pito con su boquita, aunquefuera una petera jovencísima, sin experiencia, que estaba aprendiendo conmigo.
En un momento me agarró los huevos con la mano izquierda, e inmediatamente me pasó la punta del dedito por el culo. Ahí no pude más y vino por fin el lechazo, un lechazo potente, líquido, en buena cantidad, que la hizo ahogarse un poquito, pero nola detuvo, con mi leche en la boca siguió chupando hasta que salió toda. Levantó la cabeza y me miró, con un poquito de leche cayéndole por la pera y me dijo “¿Lo hice bien? ¿Te gustó?”.“Sos la mejor” le dije, y me dejé caer para descansar un poco, peroRodri y Celeste empezaron a decir “no, beso, beso de leche!!”. Me incorporé y nos besamos. Sentí en la boca de Mica el gusto salado de mi leche, no me molestó, al contrario, me pareció súper tierno. Nos dimos un beso de lengua tranquilo y apasionado, como nunca nos habíamos dado.
“Bueno” dijo Celeste, “los nenes ya acabaron, faltan los adultos, que se podrá hacer?”
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