Buenas cogidas

Buenas cogidas
nos debíamos un buen desquite, después de haber tenido un encuentro algo tragicómico juntos con una pareja el fin de semana (tema que será desarrollado en otro relato); sabíamos, y se sentía en nuestros mensajes, que teníamos algo inconcluso, o por lo menos que nos habíamos quedado con ganas de más…y siempre mejor. Nos conocemos hace años y siempre que podemos en mis viajes, nos vemos. Como dije antes, luego de ese finde, quedamos en que en la semana intentaríamos vernos. Hecho que se dio un día antes de volver a mí casa. Nos encontramos cerca de su casa, donde me paso a buscar, y entre charla y charla en el auto, llegamos. Ni bien llegamos, le pedí poder ducharme a lo que el me responde que no hay ningún problema. “-Te espero en la habitación-“me dijo. Me duché, y me puse lo que había llevado en mí bolso. Medias de red, corpiño, ligas y portaligas. Todo rojo. Excepto por un detalle, Le había mandado una foto unos días antes con una tanga negra con rosa. De esas que se abren al medio? De esas. Y se notó que lo había vuelto loco. Pues, fue motivo para que sea la elegida y ponérmela. Cuestión, termine de alistarme, subo las escaleras, y el me estaba esperando en la cama. Su cara de sorpresa, al verme fue terrible, no se si fue la tanga, la calentura o el conjunto de cosas. Me tire a su lado, y no demoró un segundo en empezar a comerme la boca, y acariciar mí cola. Sus manos estaban tan calientes, que podían quemar. Se puso encima mío, siguió besándome, y comenzó lentamente a bajar, primero por mis pechos, mis pezones, siguió por mí abdomen, para luego fundirse en mí clítoris, que quedaba expuesto, y muy a su merced, por la tanga abierta. Tuve que pedirle que me coja, pero estaba demasiado compenetrado en mí clítoris y labios. Se lo volví a pedir. Dejó lo que estaba haciendo, se sacó el bóxer, abrió mis piernas, y empezó a cogerme, al principio tranquilo, no despacio, solo tranquilo, hasta que empezó a subir el ritmo, cosa que me mojó aun mas de lo que ya estaba. Me fascina la intensidad. Siguió durante un buen rato. Se calmó. Me dio vuelta. “-Ponete en 4-“me dijo. A veces me calientan las órdenes. Me puse como me pidió, y empezó a cogerme fuerte, agarro mí cabello con una mano, y con la otra mí muñeca y me tiro hacia atrás. Libero mí muñeca y con esa mano, me dio unos chirlos, firmes, no fuertes. Gemí de placer. Así estuvo por un rato. Se tiró en la cama, y se acomodó boca arriba. Sutil mensaje de algo, que sé, estaba esperando. Que le chupe la pija. Me dispuse a hacerlo, sentía el sabor de mis jugos, sentía como latía su verga en mí boca. Con una mano lo pajeaba, con la otra le chupaba los huevos algo que se lo vuelve loco. La escupía y volvía a meterla en mí boca. Estuve por un rato saboreando, y el se que disfrutándolo. Se notaba en sus gemidos. Me monte sobre el, y empezó a comerme la boca y cada tanto me daba pequeños mordiscos en los pezones, mientras amasaba mis pechos. Yo lo cogía, pero cada tanto me agarraba de la cola, y me bombeaba el. Luego, me di vuelta y dándole la espalda lo cabalgué. Esa vista sé lo vuelve loco. (Tenemos algunos registros de esos momentos), Cada tanto me daba chirlos. Me puso en 4 nuevamente al borde de la cama y el se paró detrás mío, pero esta vez apuntó a mí cola. Entró en la primera, no hizo falta lubricarla, estaba mojada. Entró en la suave, abriéndose paso, para luego bombear fuerte durante un buen rato, mientras con una mano nuevamente me tiraba hacia atrás y la otra hacía círculos con dos dedos en mí clítoris, hasta hacerme acabar. No aguantó mas, y me lleno la cola de leche , El sexo entre nosotros es intenso. Detalle que mantiene los encuentros vivos. Luego nos tomamos unos mates, charlamos de la vida, reímos

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