Martha y sus hijas (1)

Vivía con mi papá en una calle cerrada donde teníamos vecinos de ambos lados, enfrente y atrás y cual si fuera vecindad conocía a todos pues desde hace 3 años me había mudado ahí.
Cuando cumplí los 18 años, el mismo año un día 2 en el mes de Julio, se mudaron unas chicas justo a la casa de enfrente, en total eran 4: La madre que era viuda y las 3 hermanas. Con el pasar de unos cuantos días supe que la madre tenía 44 años, la más grande de las hijas 25, la de en medio 23 y la más pequeña la misma edad que yo. 
El día que llegaron traían un camión de mudanza con varios muebles pequeños, muchas cajas, lo que parecía ser un refrigerador y 4 colchones. A la hora de la comida me senté frente a mi padre en el comedor y salió al tema lo de las nuevas vecinas.
- Se ven bien putitas, en menos de un mes me cojo a todas-dijo mi padre y siguió comiendo.
Mi padre siempre fue un alcohólico y un hombre muy extrovertido, no trabajaba pues tenía mucho dinero que mi abuelo le había dejado antes de morir al ser hijo único y único heredero se quedó con 5 terrenos, varios departamento, la casa en la que vivía y bastante dinero para vivir cómodamente pero no llevar una vida de lujo. Le gustaba mucho tomar, salir de fiesta y coger mucho.
Era un macho alfa, había nacido con el don de seducir a las chicas y llevárselas a la cama pero no solo eso pues también las dejaba en un éxtasis difícil de superar y en esto último le ayudaban los 22 centímetros que colgaban de su entrepierna que se volvían más de 25 una vez erecto y su cuerpo maduro y tosco que con el vello que crecía en su pecho, sus brazos y barba lo hacía ver como todo un semental. Aunque no solía coger en casa en algunas ocasiones si lo llegó a hacer y no le importaba que yo estuviera en casa.

Las mujeres que traía gritaban como desquiciadas y más de una se iba sin ropa interior, dejando brassieres y tangas tiradas por toda la casa, al igual condones con mucho esperma dentro pues la carga de mi padre era mucha y a mas de una mujer baño en semen. 
En los 3 años que llevaba viviendo en su casa conocí varias de las mujeres con las que cogía, algunas lo visitan desde antes que yo llegara a su casa, hay otras que solo fueron sexo de una vez y todas de diferentes edades desde los 18 hasta los 60; gran cantidad eran casadas, con novio, con hijos pero aun así mi padre lo discriminaba y les daba una cojida inolvidable. 
Mi madre no fue la excepción, yo le preguntaba como había conocido a mi padre. Yo no lo conocí hasta los 15 años ya que no le importaba que mi madre hubiera quedado embarazada, la había dejado sola desde que la dejó preñada porque tenía que seguir cogiendo putita. Mi madre decía que no recordaba como lo había conocido y cambiaba de tema porque era algo que no me quería decir.
Un día, solo con mi padre le pregunté cómo conoció a mi madre y él me dio la respuesta:
- Tu madre era una putita ninfómana, un día en un antro la vi por primera vez, tenía unas tetas grandes bien escotadas y 15 minutos después ya estábamos en baño, mientras me daba una mamada le pregunté su nombre. Nos volvimos a ver 4 veces en esa semana y en cada una de esas veces la coji por la vagina y el culo y fue el último de esos días cuando la deje embarazada pero no la volví a ver hasta después de 4 meses y aun embarazada me dio la colita nuevamente, yo le dije que no me haría cargo de ti pero dijo que no le importaba que lo único quería era sentir mi verga follandola y no la volví a ver hasta que naciste y cumpliste 6 cuando me dijo que quería dinero porque ibas a entrar a la escuela y quería 500 pesos para tu uniforme yo le dije que se los daba pero que tenia que tragarse mi semen directamente de mi verga y así lo hizo y después me dio su ano una última vez por lo que le di 300 pesos mas para que se comprara unas tangas de prostituta. Fue hasta que cumpliste 15 que me dijo la perrita esa, que quería que supieras quien era su padre aunque realmente yo creo que anda con ganas de volver a ser deposito de semen y tu presencia en casa la incomoda por eso te mando conmigo, para poder ser cogida sin que la veas, pero aun así acepte no sin antes darle una culeada y correr me dentro de su ano de putita.
No me podía imaginar a mi madre de esa forma pero papá me enseñó unas fotos que ella misma se hizo lamiendo y entregando el culo ñ, unas eran de cuando mi madre era muy joven.

Otras de cuando ya era más grande.

Y otras de hace tan solo 3 años.

Una vez había visto en el buro de mi madre un consoladora por lo que las imágenes que ahora demostraban la verdad me hacían darme cuenta de que mi madre era una puta y siempre lo había sido.
Las vecinas de enfrente llevaban 5 días viviendo ahí, cuando un domingo yo regresaba de mi entrenamiento de fútbol al que asistía martes, miércoles y domingo. Era una casa grande donde viva con mi padre, tenía 3 pisos un estacionamiento donde cabían 4 coches pero lo más impresionante era la parte trasera donde había un jardín con el pasto cortado, enredaderas en las paredes y una piscina de 4×6 metros. Aquel domingo entre a la cocina a prepararme un sándwich y subí al segundo piso donde estaba la habitación donde dormía; estuve a punto de darle la primer mordida al sándwich que traía en mis manos cuando el silencio de aquella casa fue diluido por unos segundos, escuché un grito y casi seguido de ese escuché otro un poco más bajo de volumen y agudo. Mi instinto fue asomarme rápidamente a la ventana pues mi habitación tenía vista al patio trasero donde estaba la piscina de donde nacía el ruido.
En la piscina había un barandal y una bajada a escalones donde se distinguían dos cuerpos de que no ser por la diferencia en el color de piel se pensaría que solo era uno, pues estaban muy pegados uno del otro.
Mi padre estaba follando en los escalones más altos de la piscina con una chica de las que vivían de enfrente (la de en medio) como había dicho. El tendría tal vez el doble de su edad pero a ninguno de los dos parecía importarles, el le daba verga por atrás y se balanceaba haciéndola gritar mientras ella también movía sus caderas y sus pechos rebotaban hacia todos lados. Su piel de ella era muy blanca, a diferencia de su madre y su hermanas porque era la única rubia entre ellas cuatro, su rostro era de buen ver pero no era la más atractiva a mi gusto, sus tetas eran grandes y sus pezones rosados eran pellizcados por mi padre mientras la cogía.


Después de un rato ahí parados agitando sus cuerpos el empezó a acelerar el ritmo con los gemidos que salían de la boca de ella, su expresión en el era dura cual si se esforzara fuertemente en darle más rápido hasta que las piernas de ella temblaron y el le metió un poco más en pene cuanto pudo hasta que el cuerpo de ella se desplomó sobre sus brazos y salieron de la piscina, ella trabajosamente pues en su caminar cojeaba.
El la acompañó a una silla que había bajo una sombrilla en el césped, donde el se sentó y ella subió sobre el, el pene erecto de mi padre ahora estaba en la boca de ella.


La escena me éxito bastante, aunque ya tenía 18 años nunca había tenido sexo y ver esa rica putita siendo penetrada para después ir a lamer como toda una perrita me ponía muy cachondeo por lo que no me importaba que mi padre fuera el hombre que la estaba cogiendo. Fui por un pañuelo y me empecé a masturbar viendo como ella con su culito empinado lamia el pene y los testículos de mi padre. Dure 5 minutos y me vine en el pañuelo pero el pene de mi padre seguía erecto y ella jugaba con su lengua y sus labios sedienta de semen.
Desde donde estaban no podían verme, varias veces estando allá abajo miraba hacía mi habitación pero solo veía las cortinas azules deslizarse de adelante a atrás.
Después de acabar en el pañuelo seguí comiendo mi sándwich y echaba un ojo de vez en cuando allá afuera, después de 10 minutos mi padre ya se estaba vistiendo y la rubia puta también para regresar a su casa.


No hablamos del tema, mi padre sabía que no me importaba con quien cogía por lo que no me lo contaba pero esta vez después de que pasarán 2 días y una vez mientras veíamos el fútbol en la televisión de la sala salió nuevamente el tema de las vecinas y el me lo contó:
- Me di a la güerita, pensé que iba a ser la más recatada pero nada más me vio la verga y a lamer que se pone la perra en celo. Ya le hacía falta una buena polla, tiene todo bien apretado y rígido. Quería saber si puedes estar fuera de casa mañana, no van a estar sus hermanas y pienso dejarle el culo que no pueda sentarse en una semana-. Le siguió una risa a carcajadas.
Yo acepte, hasta entonces me había masturbado 2 veces cada día solo de recordar aquellas nalguitas blanquitas empinadas sobre mi papá y los días siguientes lo seguía haciendo imaginándola en todas posiciones, con una verga dentro.

Continuará...
Pueden contarme que les pareció esta primera parte en los comentarios 😜