Mi tía, mi tío, mi primita y yo (3)

Un día estábamos los cuatro en el living. Mi tía Cele se levantó a poner algo en la compu. Yo estaba mirando el celular, unos culos en instagram. No me di cuenta de que Mica se había parado atrás mío, escuché su risita. “¿Que mirás esos culos en instagram? Mirá culos de verdad, como el de la tía Cele” dijo riéndose, y fue hasta donde estaba Cele y le agarró el culo, Cele se rió. “O el de la prima Mica” dijo Cele, y le agarró el culito a ella. Mi tío, desde el sillón, dijo “bueno, pero muestren, porque sino el pobre chico nove nada, se tiene que arreglar con el celu, nunca uno de carne”.

Las chicas empezaron a mover el culo de un lado para otro de manera xagerada, supuestamente cómica, pero a mi obviamente me puso loco.“
Muestren algo más, así no se ve nada” las animó mi tío. Cele tenía puesto un jogging gris, Mica uno azul. “Muéstrenle un poco a mi sobri, no sean malas. Mostrá Cele, yo no me pongo celoso, hay que compartir lo que uno tiene”. Cele se puso seria un segundo, me miró a mi, sonrió (supongo que para tranquilizarme),lo miró a él, y le dijo una sola palabra: “¿Da?”. “Re da” le dijo él. Me volvió a mirar a mi. “¿Vos querés?” me preguntó. A mi me había agarrado un ataque de timidez, me daba mucha vergüenza decir que sí. “Sí que quiere” dijo Mica entre risas. “Pero que diga él” dijo. “Sí” dije, con un hilito de voz.

Cele se metió los pulgares en la cintura del pantalón y, 
curvándose en una pose muy sensual, se lo fue bajando despacito hasta abajo delas nalgas. “¿Te gusta?” preguntó mi tío. “Me re gusta” dije, entrando un poco en confianza. “Que se le dice a la tía, nene?”. “Gracias tía” dije yo. En ese momento Mica, entre risas, le dio un chirlo en la cola a mi tía. Yo en mi calentura lo vi como en cámara lenta, como rebotaba la manito de Mica en esa cola tremenda y la dejaba temblando. “Ay pendeja!” dijo Cele, “a ver, bajate el pantalón vos también, dale, dale” y se lo quiso bajar, Mica se resistió entre carcajadas diciendo “NOPUEDOOO”. “Por qué no podés, pendejita?, tan vergonzosa sos?”. “Porque no me puse bombacha” dijo Micaela ante las risas de todos. “

CHANCHITA!” 
dijo Cele, “igual, problema tuyo. Bajátelo, mostrale a tu primo. Si igual comparten la pieza, te debe haber re visto, y quién sabe cuantas cosas más harán ustedes en esa pieza que comparten, miren que nosotros tuvimos la edad de ustedes también y sabemos”. “Ah, ueno”, dijo Mica, “ni cerca de las cosas que hacen USTEDES en esa pieza!”. Mi tío largó una carcajada. Cele se puso un poco colorada, y sonriendo dijo “¿Queeee? Andan pegando la oreja a la pared ustedes, mocosos calentones?”. “Un poco” dijo Mica riéndose.

“Ah pendeja, ahora de castigo vas a mostrar todo” dijo Cele riéndose, y por la fuerza le bajó el pantalón y le dio un chirlo bastante fuerte en la cola. Yo no podía creer lo que veía. Mi tía en bombacha,
bajándole el pantalón a mi primita SINBOMBACHA, que se quedó callada y sacando culo, con una nalga roja por el chirlo que le había dado mi tía. Desde el sillón podía verle hasta un poco del nacimiento de la conchita, algo de pelito y algo de humedad, seguramente generada por la situación. Ya estaba sospechando que Mica era bisexual o por lo menos bicuriosa, por como se comportaba con Cele. Del otro lado del sillón, mi tío, con una copa de vino en la mano, sonriendo, disfrutando del asunto, y con las piernas cruzadas, probablemente disimulando una erección. ¿Se querría coger a Mica, su propia sobrinita?Supongo que sí, o al menos lo calentaría la fantasía, porque Mica estaba hermosa. ¿O lo calentaría el jueguito lésbico entre las dos? ¿O ver como me calentaba yo con todo esto?.

Así que los chicos están re interesados en lo que pasa en la pieza de al lado” dijo sonriendo mi tío, dando otro trago a su copa de vino. “Bueno, vamos a tener que hacer menos ruido. O más, quizás”. “Sí, más” dijo Cele, “y no querés que les tire mi bombacha usada para que jueguen también?” dijo como con bronca pero cagándose de risa, mientras se subía el pantalón. “No, pará” dijo mi tío, que al parecer no quería terminar tan rápido con la diversión, “dejalo que se acerque y vea un poco de cerca”. Cele lo miró como recriminándole, mi tío dijo “dale, que te cuesta, aparte yo no soy celoso”. Mi tía tomó un buen trago de su copa, me miró y me dijo “De vuelta, lo único que importa: Vos querés?”.

Obviamente dije que sí. “Acercate”. Se apoyó contra un mueble, se bajó el pantalón de nuevo, yo acerqué mi cara a pocos centímetros. Podía ver la textura de su bombacha gris, una especie de vedettina que se le metía entre las dos hermosas nalgas. Estaba viendo un culo con un detalle que jamás instagram me hubiera podido dar, y estaba tan cerca que hasta el olor le podía sentir. Mi erección era indisimulable, creo que hasta me sentía cerca de acabar. “Tocalo un poquito” dijo mi tío. Se me aceleró el corazón. Esta vez Cele le echó una mirada como de “sos un guacho”, pero no me preguntó si quería. Me miró a los ojos y me dijo “tocá”. Agarré primero la nalga derecha. Después toqué con más profundidad, entre las nalgas, sobre la bombacha gris, creo que le alcancé a tocar un poco la concha también.

Se dio vuelta y me miró. Mi erección era ya indisimulable. “Ah bueno, como estamos” dijo mirándola. Mi tío, más serio, le dijo “dejalo frotarse contra vos, un poquito, si no va a durar nada”. “No, basta” dijo mi tía y se subió el pantalón.
Quemala onda!” dijo mi tío riéndose, “ahora se va a tener que arreglar solito en el baño, salvo que Micaela lo ayude”. Miré de reojo a Mica, que estaba sonriendo. Yo realmente me había quedado caliente, no era para menos. Mi primer impulso fue ir al baño, hacerme una paja violenta y sacarme toda la leche en quince segundos, pero me dio pudor ir derecho al baño, iba a ser el chiste de todos. Así que me aguanté, y al rato me fui para la pieza. Me acosté en la cama y me empecé a frotar un poco por encima del pantalón. No podía hacerme una paja ahí directamente porque podía entrar Mica en cualquier momento. Está bien que ya nos habíamos hecho la paja juntos, pero tenía que darse la situación, si entraba y me encontraba pajeandome como un cerdo le iba a dar muy mala imagen. Mi esperanza era que llegara, me viera, y me hablara de ayudarme, como había sugerido mi tío.

Estuve un rato entretenido en esa fantasía, sin que nadie entrara. Hasta que en un momento se abrió la puerta y entró Mica. Quizá se había demorado porque no podía ir directo a la
pieza, por la misma razón que yo no podía ir al baño y quedar como un pajero. “¿Como andás?” me dijo un poco tímida, se la notaba incómoda. “Bien” dije yo. Un diálogo mucho más acartonado que los que solíamos tener. “Que loco lo de recién, no?” me dijo. “Sí”. “Y te debes haber quedado re manija no? Que lástima quela tía no quiso que te la cojas con ropa”. Si ya la tenía parada, la expresión “te la cojas con ropa” me terminó de poner durísimo. No supe que responder, lancé una risita. “Y les duele a los varones quedarse así?”

“Un poquito, los huevos, je”. Unos segundos de silencio. Finalmente dijo “che, no da que te duela, aparte re manija te dejaron.
No querés que...”. Debo haber puesto cara de susto, porque se justificó: “Igual si no querés no. Aparte nada que ver mi culo con el de la tía Cele, que tremendo culo tiene la hija de puta, es una modelo, una actriz porno, no sé”. “Sí, quiero” le dije, y sentí la necesidad de corregir su sensación de que era un pobre premio consuelo. “La tía Cele es terrible yegua, pero vos sos re linda, es distinto. Tu colita es zarpada en linda”. AAAWW” dijo enternecida. Se paró, se apoyó en la pared, dándome la espalda, y me dijo “vení”. Yo me paré atrás de ella. La agarré de la cintura, le olí el cuello. Ella movió el culito, como indicándome que me podía empezar a frotar. Y ahí empecé, le apoyé toda mi pija parada y la empecé a frotar fuerte. Ella empezó a gemir. No podía creer las cosas que me estaban pasando, sentir su colita firme y pulposita, que tantas veces había imaginado. Pasados un par de minutos se bajó el pantalón, como a la altura de las nalgas. Cierto que no tenía bombacha!

Yo seguí
frotándome. “Ay, me lastima el botón de tu pantalón” me dijo. Me lo desabroché y me lo bajé. Solo el boxer se interponía entre mi pija paradísima y su cola exquisita. Me di cuenta de que había empezado a masturbarse. Sus gemidos fueron en aumento, y en pocos segundos estalló en un orgasmo. Yo seguía frotándome a gran velocidad, ya a punto de venirme. Ella, mientras con la mano derecha se pajeaba, mientras acababa, con la derecha me bajó el boxer de un tirón. Mi pija parada, a punto de escupir chorros y chorros de semen, ya estaba en contacto con la raya de su cola, con sus nalguitas desnudas.

Ella sacaba culito, y me hacía sentir el calor que venia de su zona anal. Aceleré. Entre tantas embestidas mi pija se metió debajo de su remera, que le llegaba hasta la cintura, y ahí fue a parar toda la descarga de semen. Sentí como los sucesivos chorros iban saltando y quedando en su espalda. Cuando terminé se dio vuelta, sonrió, estaba toda transpirada, con los pelos mojados pegados en las sienes. Riéndose me dijo “me acabaste toda la espalda”.

9 comentarios - Mi tía, mi tío, mi primita y yo (3)

ElRobinDark +1
Muy bueno!! Esperando con ansias la parte 4
CatoyCata
Hola. Falta la 2° parte. Está repetida dos veces la 1°
miramesto
Por favor!
Que hermosa situación!
Exquisito relato 🤤