Mi novia part 1

Cuan cierto es que las primeras veces nunca se olvidan, hay un sentimiento especial cuando tomamos a una mujer que aun no prueba las placeres qué aguardan en su entrepierna.


Meses después qué mi prima se marchó, yo quedé muy triste, pero conocí a una chica muy guapa y debo admitir que se parecía mucho a mi prima, su tes de piel era blanca, cabello castaño liso, labios rosados, era muy tímida, hablaba solamente con migo, siendo compañeros del mismo salón ayudo a que ambos quedáramos enamorados uno del otro.


Poco a poco fuimos tomando confianza, primero besos y abrazos, caricias suaves en sus nalgas, ella era muy tímida y se ponía a temblar como una hoja, más aun cuando sentía mi ereccion atravez de la ropa, con mucho morbo y placer debo decir que ella era muy inocente e ingenua.


Los meses pasaban y yo estaba más hambriento de su piel, del sabor de sus labios, el aroma de su cuerpo era suficiente para ponerme rápidamente exitado con un ardor placentero, con mucho atrevimiento yo metía mis manos dentro de su ropa en especifico de sus pantalones y podía sentir lo tersa y cálida qué era la piel de sus nalgas, ella reaccionaba muy nerviosa y asustada pero solo me abrazaba.


Me decía y cito textualmente: "me asustas, siempre quieres más, y siento tu pene duro en mi pubis"


Con mucha frecuencia comencé a visitarla en su casa eramos novios oficiales, había pedido permiso para serlo y para visitarla, ya en confianza con su familia en ocasiones quedábamos en total soledad, esas tardes aprovechava para sesiones largas de besos y caricias.


Recuerdo que la primera vez que le puse mi pene en sus manos ella lo toco y se puso fría de nervios, me pregunto: qué haces...!, la bese y le pedí que me frotara el pene de arriba abajo mientras le acariciaba las nalgas, uff qué delicia lo hacía bien y yo llevaba meses sin sexo, el chorro de semen cayo en sus manos y parte del piso. De alli fue como una espiral avanzaba cada vez más en mi perversión.


Logre con el tiempo quitarle poco a poco las prendas de vestir, pasábamos tardes enteras dedicados a manosearnos y masturbarnos mutuamente, de pie en su cuarto desnudos yo ahogando sus gemidos con mi lengua en su boca y mis manos trabajando en su clitoris y en sus nalgas suaves, saboreando sus dulces pesones rosa pálidos, ya exitados y acostados de cucharita, ponía saliba en su ano y frotaba mi pene entre su ano y vagina, sus piernas temblaban y su respiración era entrecortada, ella tenía miedo de dar el siguiente paso y se giraba me pedía que parara y me daba placer con sus manos y boca, era exitante verla así sumisa, sabía que con el tiempo sería mía.


Recuerdo el día, no puedo olvidarlo, fue una mañana en la cual fui invitado a ir a un viaje corto con su familia para participar en una marcha religiosa, ese día después del viaje quedamos solos en su casa como de costumbre, (habíamos hablado muchas veces de intentar hacer el amor, pero su argumento era qué ella quería llegar virgen al matrimonio y que si la amaba debía esperarla), fue cuando le propuse hacerlo de una forma qué no perderia su virtud y que me complaceria a mi, le dije que podíamos intentar hacerlo por el ano.


Ella se horrorizo al principio, me acuso de ser un pervertido, pero luego por el amor que sentía por mi decidió intentarlo, ese día ella tomo la iniciativa, cerro puertas y ventanas de la casa y tomo mi mano y me llevo a su cuarto, estaba decidida hacerme feliz, comenzó a besarme y quitarme la ropa yo actue igual, la bese y acaricie, le susurraba palabra dulces y le prometía qué sería gentil, mientras nuestra exitacion aumentaba las caricias fluian, su cuerpo estaba caliente yo la traía hacia mi y ponía mi pene entre sus labios vaginales ella temblaba, ya exitados y calientes le susurre qué se girará qué lo intentaramos.


La abrase de espalda mi pene entre sus nalgas, la apreté fuerte contra mi sexo, y le dije que la amaba qué lo haría lo más suave y gentil, puse saliva en mis dedos y baje mi mano derecha para frotarla en su ano, le dije : "no estés nerviosa, relajate ", entonces deslice mi dedo anular dentro de su ano, ese momento fue dulce ella solto suave sollozo, se acostos boca abajo quedando en ángulo con su culito blanco y firme abierto, muy despacio metía y sacaba mi dedo de su culo, lo movía hacia atrás y delante, sus piernas temblaban, al ver que un dedo no suponía ningun dolor, le dije que probaría con 2 dedos, fue alli qué los sozollos se hicieron más frecuentes, para endulzar el momento comencé a frotar su clitoris con mi otra mano, hasta que logre ponerla húmeda continue el ejercicio con mis dedos en su ano, el tiempo pasaba pero para nosotros cada segundo era un afluente de placer y novedad, me exitaba mucho verla así indefensa, sumiza con su cuerpo perlado de sudor y el temblar de sus piernas, me sentía deseoso de estar dentro de ella y que fuéramos uno solo...

No se cuanto tiempo estuve así, yo actuaba completamente como en hipnosis, metía y sacaba mis dedos de su ano qué para mi sorpresa estaba ligeramente dilatado su vagina estaba húmeda, no sabia si detenerme y penetrala o bien quedarme alli absorbiendo con mis ojos lo fascinante qué era verla así tan indefensa y sumisa, era embriagante, quería que el tiempo se detuviera alli, y que la dulzura del momento nunca acabará, me puse de pie, puse saliba en mi pene y más en su dulce ano, solo pude decirle una sola palabra: "...tranquila...", puse mi pene sobre su ano la visión es tan real y palpable para mi que al cerrar los ojos siento desbocar mi pecho, despacio muy despacio pero con firmeza logre meter mi glande en su ano, senti el choque del calor de cuerpo, ella ardía en calor, ella apretó con ambas manos las sábanas de su cama, ese momento qué conectamos nuestros cuerpos y nuestras almas, fue algo que quedó impreso en ambos, no podía meter más mi pene, ella me apretaba fuertemente con su ano y me pedía que lo sacara, estaba decidido a que almenos la enbestiria unas pocas veces y así fue, no lograba meter más mi pene pero la empujaba suave y con ritmo suficiente para venirme dentro de ella luego de una docena de embestidas....

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