Una Madre y su hijo #8 Final

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Capítulo 8

Cuando Tommy se despertó a la mañana siguiente, la cama junto a él estaba vacía. Miró el reloj y vio que eran las diez de la mañana. Se arrastró fuera de la cama y encontró un par de pantalones cortos para ponerse y luego bajó las escaleras. Mientras caminaba hacia la cocina, vio a su madre parada en la estufa preparando el desayuno con una espátula en la mano y mirando por la ventana. La luz de la ventana recortaba su cuerpo bajo la fina bata. Tommy se puso de pie y admiró la forma de su madre, sintiendo que la emoción comenzaba a crecer.

La mente de Sue estaba inundada de confusión nuevamente. No cabía duda de que amaba a su hijo como a un hombre. En verdad, no se arrepentía de lo que había sucedido. Sin embargo, ella sabía que iba a ser difícil para ellos. El futuro era muy incierto. ¿Adónde irían desde aquí? ¿Cómo mantendrían en secreto su relación? ¿Qué pasa si alguien se entera? Todo era tan complicado.

Tommy caminó detrás de su madre y la rodeó con sus brazos, besando su cuello y apretándola con fuerza.

Sue se acercó y tocó los brazos de Tommy con amor, luego se inclinó y besó el dorso de su mano. Una ola de amor la invadió cuando las lágrimas comenzaron a caer.

Tommy escuchó a su madre sollozar y la giró. "¿Qué pasa, mamá?"

"Nada", dijo ella, sonriendo a través de sus lágrimas. "Te amo."

Sus labios se juntaron en un tierno beso. Lentamente, mientras sus lenguas se batían en duelo, la pasión creció. Cuando Tommy se apartó, había fuego en sus ojos de nuevo. Miró a los ojos de su madre y llevó sus manos a su bata. De repente, con un fuerte tirón, Tommy rasgó la parte delantera del vestido por la mitad, disparando botones por toda la cocina.

Sue gritó sorprendida.

Tommy empujó el vestido arruinado de los hombros de su madre y lo dejó caer al suelo. Luego la arrastró hasta la mesa de la cocina y la empujó hacia atrás hasta que estuvo sentada en ella. Acercó una silla y se sentó entre sus piernas.

"Oh, Dios, Tommy, ¿qué estás haciendo?" Sue jadeó, pero no luchó contra él cuando la empujó hacia atrás.

"Desayunando", respondió Tommy mientras su boca cubría su vagina. Se la comió como un loco. Sus labios y lengua estaban en todas partes que podía alcanzar. Ignoró los gritos de placer de su madre cuando llegaba al clímax una y otra vez. Finalmente, cuando su mandíbula se cansó, empujó sus piernas en el aire y la penetró.

"¡¡¡Ahhhhhh!!!" ella gritó cuando su largo eje fue al fondo de su agujero aún saturado en un solo empuje.

Mientras golpeaba a su madre, la mesa chirrió y se movió por el suelo, amenazando con derrumbarse. Después de haber tenido tantos clímax anoche, Tommy sabía que podía continuar por mucho tiempo. Lo cual hizo, llevándola a un clímax tras otro.

Justo cuando Sue pensó que había terminado y que llegaría al clímax, la levantó y la abrazó contra su ingle como una muñeca. Se agarró con fuerza a su cuello mientras él la paseaba por la habitación, moviéndose continuamente dentro y fuera de ella. La tomó en el fregadero, el mostrador, contra el refrigerador y finalmente en el suelo. Derribaron sillas y sacudieron la porcelana en los armarios.

Sue casi se sintió aliviada cuando dijo que se iba a correr. Su pobre cuerpo apenas podía soportar más. Cuando él gritó que se iba a correr, ella lo atrajo hacia ella, sus piernas se envolvieron alrededor de su cintura y lo dejó llegar al clímax en su cuerpo una vez más.

Sue no pudo negarlo por más tiempo. Estaba enamorada de su propio hijo. No había vuelta atrás, así que decidió que el futuro se arreglaría solo. A pesar de toda la incertidumbre, había una cosa segura: su amor. Ellos seguirían adelante con eso.

...

La relación sexual entre Sue y Tommy continuó e incluso se aceleró durante los siguientes meses. Tommy era casi insaciable. Era como si estuviera tratando de compensar los años de escuela secundaria. Los dos habían tenido sexo en casi todos los lugares posibles y en todas las posiciones. Sin embargo, había una cosa que no habían hecho, pero Tommy sentía cosa de preguntar.

En el cumpleaños número diecinueve de Tommy, Sue quería hacer algo especial para él. Ella preparó su comida favorita e hizo que ambos se vistieran para la cena. Tommy se quejó de tener que ponerse un traje pero, como siempre, hizo lo que su madre le pedía.

Cuando terminó la cena y los platos quedaron sobre la mesa, Sue y Tommy fueron a la sala de estar. Sue puso música lenta y tomó a Tommy en sus brazos.

Mientras bailaban, Tommy acariciaba las nalgas de su madre a través de su vestido de raso. A Tommy le encantaba cómo se veía con este vestido. Enfatizó su trasero a la perfección. Era ceñido y corto, con una abertura hasta la cadera. Sabía que ella no llevaba bragas porque serían visibles. Además, rara vez usaba ropa interior. Solo se interpuso en el camino de sus frecuentes episodios de sexo.

Sue besó el cuello de su hijo y dejó que le acariciara las nalgas. Luego le susurró al oído: "Te gusta mi trasero, ¿no?"

"Dios, sí", respondió él, apretando sus mejillas firmes pero suaves para enfatizar.

"¿Lo quieres?"

Tommy se apartó de su madre con una mirada inquisitiva en su rostro. "¿Qué?" Podía ver que los ojos de su madre ardían de lujuria.

"Soy virgen allá atrás".

Tommy tardó un segundo en darse cuenta de lo que estaba diciendo. "¿Quieres decir... quieres decir que te joda allí?" preguntó incrédulo.

"¡Sí! Quiero darte mi trasero. Es mi regalo especial por tu cumpleaños. Por supuesto, si no quieres..."

"No... quiero decir que sí... oh Dios mamá, ¿hablas en serio?"

Sue besó los labios de Tommy y luego tomó su mano. Ella lo condujo escaleras arriba hasta su dormitorio. Dejó que Tommy se sentara en la cama y luego se dio la vuelta para que él le desabrochara el vestido.

A Tommy le temblaban las manos mientras bajaba lentamente la cremallera. Podía ver la espalda suave de su madre cuando se abrió el vestido. La cremallera llegaba hasta la parte superior de sus nalgas.

Sue se quitó el vestido, dejándolo caer a sus pies, dejándola desnuda excepto por un par de tacones altos y medias de seda hasta los muslos. Ella estaba de espaldas a él, dejándolo ver su forma desnuda. Luego miró por encima del hombro y sonrió, diciendo: "¿Quieres follarme por el culo?" Se inclinó ligeramente hacia delante y se estiró hacia atrás, abriendo las mejillas.

"Oh, Dios", fue todo lo que Tommy pudo decir cuando vio a su madre abrir las nalgas obscenamente frente a él.

"Quítate la ropa", dijo y se dio la vuelta para ayudarlo a desnudarse. Pronto, estaban acostados en la cama desnudos y abrazados.

Sue se dio la vuelta y agarró un par de almohadas, poniéndolas debajo de sus nalgas. Cuando estuvo sentada de espaldas con los muslos abiertos, le indicó a Tommy que se colocara entre sus piernas.

Tommy se apresuró a obedecer. Cuando él estaba arrodillado entre sus muslos levantados, ella lo miró a los ojos y dijo: "Pon tu polla en mi coño primero y mojalo. Luego cógeme el culo".

Tommy casi llegó al clímax en ese momento. Con manos temblorosas, metió su pene entre los labios húmedos de su madre. Un gemido escapó de ambos cuando él empujó dentro de ella. Su apretado agujero se sentía tan bien que no podía imaginar nada mejor.

Después de que Tommy la había empujado varias veces, Sue lo empujó hacia atrás. Luego colocó sus piernas sobre sus hombros y las levantó hasta que su agujero trasero quedó expuesto. Sus manos temblaban cuando se agachó y separó sus mejillas. "Ponlo", siseó emocionada.

Tommy apuntó la gran cabeza de su pene a su diminuto agujero marrón. No podía imaginar cómo podía caber en un lugar tan pequeño. Lentamente empujó hacia adelante. Oyó gemir a su madre y se detuvo para mirarla a la cara.

Tenía los ojos cerrados con fuerza, pero dijo: "Adelante".

Con las manos en sus muslos, Tommy la atrajo hacia él y empujó al mismo tiempo. "¡Ahhhh!" gimió cuando la cabeza de su pene se deslizó dentro del pequeño y apretado agujero de su madre. El anillo se cerró de golpe, apretando la cabeza en un tornillo de banco.

"Espera, espera", Sue respiró, dejando que su trasero se acostumbrara a la cabeza grande. Después de unos segundos insoportables para Tommy, ella dijo: "Está bien, fóllame".

Tommy empujó de nuevo y vio con asombro como su vara desaparecía en el cuerpo de su madre. Centímetro a centímetro se movió hasta que todo su pene estuvo rodeado por su cálido interior. La sensación fue increíble. Era suave, caliente y apretada como su vagina pero diferente. Apretó cada centímetro de su eje, desde la base hasta la punta.

"¡Fóllame!" suplicó Sue.

Casi a regañadientes, Tommy comenzó a moverse, sacando su pene casi por completo antes de volver a empujarlo. "Oh, Dios", gimió cuando su suave agujero lo succionó hacia adentro. Tommy comenzó a moverse más rápido.

"Eso es, eso es, fóllame amante. ¡Fóllale el culo a tu madre!" Sue gritó mientras se acercaba al clímax. Se agachó y comenzó a frotar su clítoris. "Oh, Dios, cariño, me voy a correr. Oh, sí, oh, sí", siseó mientras su agujero se apretaba alrededor del eje de Tommy.

"Oh, Dios, mamá", gimió Tommy cuando sintió que su cuerpo comenzaba a convulsionarse. "Yo también me voy a correr", gimió. Empujó en su agujero lo más profundamente posible y se congeló.

Sue sintió su pene temblar dentro de su culo. Estaba sorprendida de que realmente pudiera sentir que él comenzaba a correrse. Eso intensificó su clímax de construcción.

Ambos gritaron de placer cuando Tommy llenó el agujero trasero de su madre con su semilla.

....

Dos años más tarde...

Los siguientes dos años fueron los más felices en la vida de Sue. Su trabajo era genial, su amante y su hijo eran aún mejores. Eran verdaderos amigos y amantes. Su relación había progresado hasta el punto en que Tommy se había mudado a la habitación de su madre pero guardaba la ropa en una habitación libre para exhibirla. Dormían juntos todas las noches y su relación sexual se había vuelto aún más intensa. Era difícil saber de quién era el mayor deseo. Tommy seguía siendo insaciable, pero Sue siguió su ritmo.

A Tommy le iba bien en la escuela y había decidido especializarse en ingeniería. Ahora era un joven más alto, más fuerte y aún más guapo. Sus experiencias con su mamá lo habían hecho mucho más maduro que otros niños de su edad.

Solo había un problema con su vida feliz y Sue quería corregirlo. Sin embargo, no estaba segura de cómo abordarlo. Había estado pensando en ello durante meses y finalmente había reunido el valor suficiente para sacarlo a la luz.

Tommy sintió que iba a ser una noche especial esta noche. Él y su madre iban a ir a un espectáculo y luego regresarían a casa para cenar. Eso no era inusual. Sin embargo, podía ver una luz en los ojos de su madre y eso siempre significaba que algo especial iba a suceder.

Como de costumbre, Tommy estaba esperando abajo a su mamá. Cuando bajó, llevaba un ajustado vestido de noche negro que le quedaba corto en los muslos y muy escotado. Llevaba un collar de perlas alrededor del cuello que Tommy le había regalado la semana pasada por su 39 cumpleaños.

"Lamento llegar tarde, cariño", sonrió al pasar.

Tommy la agarró del brazo. Se inclinó hacia su oído, como si alguien pudiera escuchar, y susurró: "Mamá, ¿te quitarías las bragas por mí?".

Ella lo miró sorprendida, pero rápidamente metió la mano debajo de su vestido y se quitó las bragas por las piernas y los tacones altos. Sonriéndole a su hijo, se los entregó. Observó divertida mientras él doblaba las bragas y las colocaba en el bolsillo de su chaleco, y luego las esponjaba.

"Gracias mamá, ahora mi equipo está completo". Tommy le dió una sonrisa traviesa.

"Nunca dejas de sorprenderme amante", dijo Sue, besando su mejilla.

La obra fue entretenida y pasó rápido. Sin embargo, Tommy notó que su madre parecía preocupada por algo. Ella estaba inquieta en su asiento. Pensó que podría ser emoción por la noche que se avecinaba. Después de todo, había aplazado el sexo con él durante una semana, diciendo que era su "momento del mes". Tommy no entendió eso porque pensó que ella acababa de tener su período hace unas semanas. Sin embargo, se encogió de hombros. ¿Qué saben los chicos sobre esas cosas?, pensó.

Sue había preparado todo con anticipación. La mesa del comedor estaba puesta, con velas sobre la mesa, vino enfriado y la comida lista para calentar y servir. Permanecieron vestidos para la cena.

"Mamá, la cena estuvo perfecta. Gracias", dijo Tommy con sinceridad, levantando su copa de vino para brindar.

Sue acercó su copa a la de él. "De nada, Tommy", dijo Sue, luciendo nerviosa, como si tuviera algo que decir.

"¿Qué pasa mamá?" preguntó Tommy preocupado.

"Tommy, tengo algo que preguntarte. No estoy seguro de cómo decirlo". Sue dudó por un minuto y luego continuó. "Sabes que siempre he querido tener más hijos".

"Lo sé, mamá. Me siento mal por eso".

"Tengo 39 años y mi reloj biológico está en marcha. Nos comprometimos el uno con el otro, así que no es probable que haya otro hombre en mi vida o una mujer en la tuya. Tenía la esperanza de que eventualmente conocería a alguien. y casarme de nuevo para poder tener los hijos que siempre quise. El problema es que me enamoré de mi propio hijo y no quiero a nadie más".

"Se como te sientes." El pensamiento también había cruzado por la mente de Tommy. Sin embargo, lo miraba más desde su perspectiva porque también quería tener hijos, pero tampoco podía imaginarse a nadie más en su vida. Estaban atrapados en una paradoja y no parecía haber solución.

"Sé que no estoy diciendo esto bien, así que déjame darte esto y entonces tal vez lo entiendas", dijo Sue, entregándole un paquete envuelto.

Tommy tomó el paquete con una mirada de confusión en su rostro. El paquete era pequeño, del tamaño de un CD de música. Con manos temblorosas, Tommy lo abrió, sin saber qué esperar. Cuando hubo abierto el paquete, sostuvo el contenido en su mano con curiosidad. Tenía una expresión totalmente estupefacta en su rostro. Miró a su madre y se encogió de hombros confundido.

Sue no dijo una palabra. Ella solo esperó.

Tommy miró lo que tenía en la mano. Era un paquete circular de pastillas. Había 30 espacios para pastillas, lo que indica que se debe tomar una cada día. Sin embargo, todas se habían ido excepto las últimas siete píldoras. De repente, Tommy miró a su mamá con una expresión de sorpresa en su rostro. "Uh... qué... tú..." Tommy tartamudeó, con la boca abierta.

Sue se inclinó sobre la mesa y le tomó la mano. "Sí, Tommy, son mis pastillas anticonceptivas y sí, no las he tomado en los últimos siete días. Por eso no he dejado que me tengas en toda la semana".

"Pero, yo, no entiendo. No puedes estar pensando que nosotros..."

"Déjame tratar de explicarte", interrumpió Sue. "He investigado mucho durante los últimos seis meses y he descubierto que la tasa de problemas para los niños nacidos de una relación incestuosa es realmente muy pequeña", dijo haciendo una pausa para que Tommy absorbiera lo que estaba diciendo.

"Dios mío mamá, ¿hablas en serio?" preguntó Tommy. No podía creer lo que su madre le estaba preguntando.

"Sí."

"Oh, Dios mío... tú... ¿quieres un bebé y quieres que yo sea el padre?"

"Sí, Tommy, quiero que me dejes embarazada. Quiero tener a tu hijo", dijo Sue y se detuvo por un largo momento. "Tommy, antes de que respondas, debes saber que esto es algo difícil para nosotros. Hay todo tipo de problemas potenciales. Aunque no tenemos familiares que vivan cerca, sigue siendo una preocupación. Además, hay es mi trabajo y tu universidad. Hay todo tipo de preguntas para las que no tengo respuestas. Sin embargo, estoy dispuesto a correr riesgos. Pero depende de ti. Si no quieres esto, puedes solo devuélveme las pastillas. Si quieres que tenga a tu hijo, tira las pastillas a la basura".

Tommy prácticamente saltó de su silla y tiró las pastillas a la basura. Se apresuró a volver a la mesa y ayudó a su madre a ponerse de pie. Ahora tenía lágrimas corriendo por sus mejillas. Madre e hijo se besaron con ternura, abrazándose con fuerza.

De repente, Tommy se apartó de su madre y se arrodilló.

"Mamá, sé que esto es una tontería y que nunca podremos estar realmente casados, pero mi amor y compromiso contigo es más fuerte que cualquier matrimonio. Me encantaría ser el padre de tu hijo", dijo Tommy, con lágrimas en las mejillas. .

Sue levantó a su hijo y lo miró a los ojos. "Oh, Dios, Tommy, ¿estás seguro de que sabes lo que estás diciendo?"

"Mamá, te amo más de lo que pensé que podría amar a alguien. Eres todo para mí y haría cualquier cosa por ti. Quiero esto. Quiero que tengas a mi bebé".

Madre e hijo juntaron sus labios en el beso más dulce que jamás habían tenido.

Tommy levantó a su madre en sus brazos y la llevó en silencio a su cama. La acostó y rápidamente se desnudó y luego se arrastró hasta la cama junto a ella. Besándola en los labios, deslizó lentamente los tirantes de su vestido por sus brazos hasta que sus pechos quedaron desnudos. Deslizó los labios por su cuello hasta su pecho agitado. Succionó un pezón y luego el otro dentro de su boca, provocando un gemido de su madre. Luego se giró hasta que su cabeza estuvo entre sus piernas y su pene estuvo cerca de su boca. Escuchó a su madre gemir cuando lo tomó en su boca. Sus labios cubrieron su agujero y comenzó a chupar. Trabajaron entre sí con fervor antes de detenerse para quitarle la ropa a Sue.

Tommy empujó a su madre hacia atrás en la cama, tomó una almohada y la colocó debajo de sus caderas. Sabía que esto conseguiría la penetración más profunda. Se arrodilló entre sus piernas, su pene duro pulsaba sobre el agujero de espera de su madre. Sus ojos se encontraron juntos.

"Dime mamá, dime lo que quieres", dijo Tommy sosteniendo su cabeza hinchada cerca de su agujero igualmente excitado.

"Por favor, Tommy, folla a tu madre. Quiero esa gran polla profundamente en mi fértil coño. ¡Quiero que le des un bebé a tu madre! Fóllame, por favor", se quejó Sue mientras se agachaba y abría sus jugosos labios. "Mira lo lista que estoy para ti. ¿Puedes ver cómo se me acaba el jugo? Quiero tu potente esperma saliendo de mi coño toda la noche".

"Oh, Dios, mamá", gimió Tommy, emocionado por sus desagradables palabras.

Tommy llevó su pene a su agujero húmedo y abierto. Lentamente colocó la cabeza en la entrada. Tanto la madre como el hijo gimieron cuando él se deslizó profundamente dentro de ella. La sensación se sintió mucho más grande por lo que iban a hacer; iba a dejar embarazada a su propia madre. Era el mayor tabú de todos.

Sue sintió que Tommy comenzaba a entrar y salir de ella con un movimiento lento y constante, tomándose su tiempo, aumentando el calor y la emoción. Envolvió sus piernas alrededor de su hijo y empujó hacia él. Cuando tocó fondo provocó otro gemido de ambos.

"Fóllame, fóllame fuerte. Lo necesito tanto, por favor, fóllame", jadeó Sue.

Tommy comenzó a golpear a su madre como nunca antes. El sudor comenzó a gotear de él mientras movía su pene rápidamente dentro y fuera de ella. Podía sentir su jugo salpicando sus bolas, goteando hasta las sábanas. Los golpes seguían y seguían. Ninguno de los dos podía tener suficiente del otro.

"Me estoy acercando mamá. ¿Puedo correrme en ti?"

"Sí, sí, estoy cerca, sigue jodiéndome. Oh Dios, oh Dios, me corro!!!", gritó Sue empujando sus caderas hacia arriba para encontrarse con su hijo.

"Aquí viene mamá, aquí viene, tómalo, toma todo mi semen", respondió Tommy, sintiendo la fuerza de su carga viajando por el eje y dentro del cuerpo de su madre. Disparo tras disparo de potente esperma fluyó de Tommy a su madre. Ambos gemían y temblaban mientras su clímax mutuo fluía de un cuerpo al otro.

Finalmente, Tommy se derrumbó exhausto sobre su madre. Sus labios se encontraron en un beso final mientras se dormían. Dentro de su madre, el esperma de Tommy comenzaba el viaje que cambiaría sus vidas para siempre.

Finalmente habían cruzado la línea.


EL FIN

Una Madre y su hijo #8 Final
madura

Este es el final de éste excitante relato incestuoso. Espero lo hayan disfrutado.

No puse imágenes antes porque, un escrito se basa mayormente en la imaginación del lector. Las apariencias de Sue y Tom estaban descritas casi superficialmente, para que cada lector pueda imaginar esos detalles a su gusto. Después de todo no todos tenemos las mismas preferencias, y pensé que mostrar imágenes en el transcurso de la historia podría afectar esa bonita experiencia. Un relato textual es un relato textual, la necesidad de imagenes es escasa a mi parecer, sin embargo cambiaré eso en el futuro si lo desean.

Se vienen mas relatos, y la mayoría será de incesto seguramente.

5 comentarios - Una Madre y su hijo #8 Final

kjhgffffg
De qué sitio web obtuviste esta historia?
Eion2000
Genial, una joya de relato amigo gracias por compartir!
PatricioCAU
Realmente impresionante EXCELENTE RELATO obviamente van puntos FELICIDADES
et178282
10pts no hacen justicia a algo tan hermoso