La chica de la limpieza (parte 2)

Para quienes no leyeron la parte anterior les dejo el link:
http://www.poringa.net/posts/relatos/4574422/La-chica-de-la-limpieza.html



Los días sábado no hay operarios en la fábrica, solo soy yo en el salón de ventas y el guardia de seguridad en la entrada del predio ... y Mariana, la chica de la limpieza.
Juro que había esperado este día como un adolescente, sólo pensaba en estar con ella y acariciarla y cogerla ... me calentaba al extremo.
Cerca de las 9 de la mañana sentí que abrían la puerta trasera: era Mariana. No venía con su uniforme habitual, si no que traía una pollera amplia de jean y una remera negra que hacía contraste con su cabello rubio, casi blanco.
Verla fue una llamada de alerta a mis huevos y mi pija, la calentura me inundaba, a mí - un tipo de 42 años ya curtido- y también a ella.
Me hizo señas para que me acercara. Fui hacia ella y me dio un beso suave sobre los labios. diciéndome que estaría atrás, ordenando los box, que no me demorara.

A los 5 minutos levanté el teléfono y le dije al guardia de seguridad que me iba hacia la parte de atrás a realizar un inventario, que iba a estar ocupado, así que si venía gente al salón de ventas, que por favor la retuviera y me avisara.

Mientras iba caminando hacia el galpón podía ver a Mariana de espaldas ... el cabello que caía sobre su cintura y sus piernas larguísimas.
Cuando estuve detrás de ella la abracé ... nos besamos y reímos. Me agaché y levantando su pollera me sumergí entre sus piernas, llenándola de besos y mordiscos.... para mi alegría, no llevaba ropa interior.
Empujé un poco sus muslos para que los abriera un poco más y comencé a lamer su concha y su culo.
Seguramente se hubiese bañado antes de venir porque su aroma a perfume era extraordinario ... esa conchita depilada y apretada era un manjar. No llegué a estar un minuto allí abajo cuando ella comenzó a temblar, señal de que su primer orgasmo estaba llegando. Seguí metiendo lengua y ella dando pequeños gritos de placer que retumbaban en la amplitud del galpón.
Me incorporé y dejando caer su falda la penetré ... entró de un solo tirón, hasta los huevos.
Mariana estaba con sus brazos extendidos agarrada de una estantería y levantaba la cola para que la penetración fuese más profunda.
Metí mis manos por debajo de la remera y me prendí a masajear sus tetitas ...
La pendeja estaba experimentando su segundo orgasmo y me pedía con voz de gata que la cogiera más fuerte.
-" ... cogeme bien fuerte papi ... metémela hasta el fondo ...si, si ... que haga ruidito ..."
Yo estaba prendido como garrapata y bombeaba a más no poder. Le dije que iba a acabar y corriéndose rápidamente se agachó y se la metió en la boca, chupando hasta que empecé a largar leche.
El primer chorro se escurrió entre sus labios, pero después de eso la introdujo entera y no dejó de succionar hasta que dejó de salir gota alguna.
Se incorporó y quise besar sus pechos pero me dijo que los tenía sensibles y le dolían. La besé y me dijo que había acabado 3 veces, que quería sentarse porque le temblaban las piernas.
-" ... va a ser siempre así ?..." preguntó con una sonrisa pícara
-"... todas las veces que podamos ... y que vos quieras ..." contesté besándola y acariciando su pelo.
Me acomodé la ropa y volví a mi escritorio. Todo había pasado en menos de media hora.

Durante el resto de la mañana, cada tanto subíamos a la planta alta a besarnos y tocarnos un poco. A la hora de salida le pregunté si quería que la acercara a su casa.
-"... si gracias, pero vas a tener que dejarme unas cuadras antes porque en casa está mi novio ..."

Subimos al auto y busqué un camino secundario. Me detuve a besarla, a lo que Mariana respondió aflojando el pantalón y sacándome la pija para ponerse a chupar ... la pendeja era un fuego.
Después de unos 15 minutos de lengua y besitos se tomó toda mi lechita.
_" te prometo que para la semana que viene te dejo que me llenes la conchita de leche papi ..."
Ese "papi" era más efectivo que una buena chupada, me ponía loco.

La dejé a unos 500 metros de su casa y le ví alejarse con su cabello rubio y el contoneo de su culo.

Durante casi 2 años cogimos todos los días que ella iba a mi trabajo, hasta que un día su empresa dejó de brindar el servicio a la mía y no la vi más.