La religión del sexo anal

El poder del sexo anal


Cuando un hombre y una mujer no pretenden tener hijos sino sólo gozar con sus cuerpos al máximo, el camino de su vida está claro: el hombre va a gozar a la mujer por el ano.


Las religiones antiguas proclamaron que el sexo anal era malo porque había que poblar la tierra, pero ya somos demasiados. La religión del futuro se basará en la práctica de la sodomía como la acción más sagrada que los seres humanos pueden llegar a cabo.


Entonces la paz reinará en la tierra porque nada apacigua tanto a un hombre como derramar su esperma en el fondo del recto de una mujer bella. 
Bienvenidos los primeros feligreses de esta feliz religión. 


Durante las ceremonias religiosas, los hombre estarán sentado y las mujeres se darán de sentones suavemente en sus vergas, hasta el momento colectivo del extasis sexual, en las cual las mujeres se darán de sentones frenéticamente hasta que los hombre expulsen su blanco atole entre los excrementos de las bellas.


Después ellas cagarán mientras sus hombres las contempla, y el excremento resultante será la preciada ofrenda al dios de las culeadas, que es el que es sin nombre.


Y la única obligación religiosa será participar en estas ceremonias desde los catorce años cada tarde
La religión del sexo anal

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