Silvia la sumisa 5 Los ejecutivos (Completo)

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Voy a relatar una de las experiencias más fuertes que he tenido con Marcos, desde que le he jurado sumisión.
Estaba yo en el trabajo, cuando recibí una llamada de Marcos.
-Nena, cuando salgas de trabajar, vete a casa y arréglate para una noche muy especial. Ponte ese vestido blanco, ceñido, que tanto realza tu figura, y pasaré a recogerte cuando salga yo del trabajo.-
-¿Pero qué vamos a hacer?- contesté yo con desgana.
-Nena no debería decírtelo, pero en fin… te quiero llevar a cenar al hotel NH. -
-Ah genial, me encanta, me pondré deslumbrante para ti. - dije con entusiasmo.
-Lo sé, hablamos más tarde nena. -
Así que continué trabajando, con ganas de terminar cuanto antes para irme a casa a arreglarme.



Silvia la sumisa 5 Los ejecutivos (Completo)


Aquel día salí de trabajar sobre las 21:30, más o menos. Por suerte vivo muy cerca del trabajo así que tenía que arreglarme muy rápido, para que como muy tarde Marcos me pudiera recoger sobre las 22:15.
Lo bueno es que tenía muy claro qué ponerme, porque él ya me había dicho qué quería que llevase, así que el vestido fue lo primero que cogí. Era un vestido blanco de tirantes, escotado, muy ajustado y cortísimo. Normalmente con este tipo de ropa suelo ponerme ropa interior blanca, porque como transparenta un poco, queda bastante más discreto.
Pero esta vez quería sorprenderle y como no tenía mucho margen, decidí ponerme un tanga de color negro, y un sujetador de encaje del mismo color.
Me recogí el pelo en una trenza, me pinté los labios, me pinté los ojos estilo Cleopatra, para acentuar el color verde de mis ojos y me maquillé.
Me apliqué el último perfume que Marcos me había regalado (black xs de Paco Rabanne) que sabía que le encantaba, elegí unos zapatos abiertos, cogidos al tobillo, de tacón de aguja, de color negro, que me hacían unas piernas preciosas.
Antes de salir me miré en el espejo, y ciertamente había conseguido mi propósito. La ropa interior resaltaba debajo del traje blanco, los tacones me hacían más esbelta, el pelo recogido y la pintura de los ojos, hacían destacar mi color de ojos. Esta noche seguro que lo sorprendo, (pensé para mí).
Sonó el portero y rápido fui a cogerlo.
- ¿Sí? - pregunte.
-Nena baja. Vamos ya tarde- dijo metiéndome prisa mi novio.
-Voy cariño-
Efectivamente eran ya las 22:30 cuando salí del portal y me crucé con un vecino que no pudo evitar girarse y exclamar:
-¡Joder con la vecina!- exclamó sin quitarme ojo.
Me subí en el coche de Marcos y se quedó boquiabierto.
-Nena vas impresionante, joder estás… perfecta. - dijo con asombro mi chico.
-Gracias- le dije antes de besarnos.
Mientras íbamos para el hotel, Marcos y yo fuimos hablando y tonteando en el coche. Yo le cogía el paquete y el me metía mano por debajo del vestido.
Cuando llegamos al hotel, yo iba ya super cachonda.
Aparcamos en el parking del hotel y cogimos el ascensor, donde aprovechamos para seguir enrollándonos hasta que se abrieron las puertas en la recepción del hotel.
Atravesamos el Hall del hotel hasta el restaurante, donde a la entrada nos esperaba un maitre.
Marcos habló con él y nos dirigió a una mesa en la que se encontraban tres hombres y 5 sillas.
-Hola buenas noches- dijo uno de ellos.
-Hola, perdonar la espera- contestó Marcos.
Eran tres hombres muy bien vestidos, con traje y aproximadamente de mediana edad.
-Hola tú debes de ser Silvia ¿No? - dijo otro.
-Sí ¿Y vosotros, quienes sois? - respondí bastante confundida.
-Espera nena, te presento. Son Óscar, Sergio y Daniel. Unos ejecutivos de una empresa de Madrid están de congreso aquí y nos querían invitar a cenar.
-¿Pero de qué os conocéis y por qué no me habías dicho nada?- le pregunté bastante confundida.
-Bueno era una sorpresa, les hablé de ti y deseaban conocerte, eso es todo.- me contestó de manera poco convincente.
-Sí, Silvia. Además, eres mucho más impresionante en directo que en fotos- dijo Óscar que era el que llevaba la voz cantante de ellos.
- ¿Qué fotos? - pregunté intrigada.
-Pues las del anuncio- me contestó.
Y me mostró en su móvil un anuncio de una página de contactos, en la que aparecía yo y que me ofrecía por una cantidad de dinero acordar; y en la que me describía como una zorrita sumisa y complaciente, que hacía de todo.
-Nos gustaste nada más verte, llamamos a tu novio y acordamos un precio. Y bueno… aquí estamos- comentó Óscar.
-¿Hay algún problema? no queremos líos- dijo Sergio.
Miré a Marcos y pensé (así que te dedicas a venderme como una vulgar puta, ¿No? Pues seré una, ya verás) y con ese pensamiento decidí seguir para adelante, y hacerles pasar a aquellos tres hombres la mejor noche de sus vidas.
Antes de Marcos pudiese contestar, respondí yo.
-No ninguno, solo que no sabía que mi novio me vendía por internet, pero no os preocupéis, os aseguró que merezco la pena y que lo vamos a pasar muy bien- respondí mientras miraba a Marcos pensando en cómo sería mi venganza.
Comenzamos a cenar, aunque yo no tenía muchas ganas. Solo quería subir a la habitación con aquellos tres hombres y darles todo por lo que habían pagado.
Estuvimos charlando sobre en qué consistía su trabajo y si esto que íbamos a hacer lo habíamos hecho alguna vez.
A lo que respondí que nunca, pero que no se preocuparan porque tenía mucha experiencia en tríos con dos y más hombres.
Ellos alucinaban con las cosas que Marcos y yo les contábamos, y se mostraban ansiosos por comprobar si eso era así.
Así que terminamos de cenar y a continuación dos de ellos se fueron para la habitación.
-Bueno un placer conocerte Marcos y a ti deseando verte arriba- dijo Sergio lanzándome un beso.
-Nos vemos ahora arriba, estoy impaciente- comentó Dani.
-Es conveniente que no nos vean subir los cuatro a la vez- dijo Óscar.
Cuando pasaron unos minutos, Óscar me miró y me dijo: -Vamos, preciosa-.
Yo miré a Marcos cómo preguntándole con la mirada si eso era lo que quería, su contestación no pudo ser más clara: me cogió del culo y me besó, diciéndome al oído.
-Sé una zorrita sumisa, y déjame en buen lugar. - dijo mientras me daba un cachete en mi culo.
-No se arrepentirán, pero ya hablaremos de esto. - le conteste un poco enfadada.
-Bueno pareja es hora de que nos vayamos. Mañana a las 8 la tendrás aquí, como acordamos. -
Así que cogí a Óscar de la mano y nos fuimos hacía el ascensor; mientras Marcos quedaba atrás, no pude evitar pensar en qué podía estar pensando en ese instante.
Yo, por el contrario, me estaba poniendo nerviosa ya que nunca lo había hecho sin que Marcos por lo menos estuviese presente.
Subimos al ascensor donde había una pareja joven, ambos nos miraban un poco sorprendidos por la evidente diferencia de edad.
Entonces Óscar aprovecho y me cogió fuerte por la cintura, pegándome a él y cogiéndome del culo mientras me besaba. La pareja no sabía para dónde mirar mientras nos enrollábamos, (cosa que no hacía nada mal).
Se bajaron en la misma planta que nosotros y mientras salíamos al pasillo el chico se giraba para mirar, mientras Óscar aún me cogía del culo.
-Ese también quiere follarte- me dijo mientras sonreía.
Entramos en la habitación, donde nada más entrar a mano derecha había un baño bastante grande, a continuación, una cama de matrimonio enorme, dos sillones, un televisor, un mueble bar, un escritorio y una terraza exterior con unas vistas espectaculares.
En un sillón se encontraba Sergio el más joven de los tres; en los pies de la cama se encontraba Dani que sería de la misma edad que Óscar; en la mesa pude observar una caja abierta de pastillas azules, que eran inconfundibles.
Ellos se encontraban ya en ropa interior, pudiendo observar que Sergio estaba muy bien físicamente y que Dani tenía una barriga cervecera.
Óscar se me acercó por detrás, y bruscamente me tiró de las tirantes del vestido hasta mi cintura, exponiendo mis tetas con el sujetador.
-¡Eeeeeh! tranquilos- protesté.
-Zorrita, no hemos pagado para tener paciencia, queremos usarte y eso es lo que haremos. Hasta mañana a las 8 eres nuestra y harás todo lo que se te pida, ¿Entiendes? - dijo Oscar.
Un escalofrío me recorrió la espalda; pensaban usarme como una vulgar puta.
-No lo volveré a decir, ¿Lo entiendes? - espetó de nuevo.
Y yo sin contestar, asentí con la cabeza.
-Muy bien, pues empieza a demostrar lo que vales-
Me cogió el sujetador y me lo quito, dejando mis pechos al aire.
-Joder, que buena estás y vaya tetas que gastas. Ven, ponte de rodillas y usa esas tetas con mi polla- dijo Oscar cachondo perdido.
Oscar me giró y me obligó a ponerme de rodillas, se sacó la polla y me golpeó con ella en la cara.
-Vamos zorra abre la boca. - me ordenó Oscar.
Me cogió de la cara fuertemente y me escupió en la boca, a continuación, me puso su polla entre las tetas obligándome a hacerle una cubana. Sus amigos me rodearon inmediatamente y me acercaron sus pollas para que se las chupara.
Comencé a alternar las pollas de Dani y Sergio, mientras con mis pechos continuaba haciéndole una cubana a Oscar.
-Joder como la chupas, cabrona- dijo Dani.
-Sí; es una auténtica puta- reafirmo Sergio.
Ambos peleaban por mi boca tirándome del pelo, mientras Óscar aumentaba su ritmo en mis pechos.
La baba caía de mi boca sobre mis tetas, que ya estaban empapadas por el pre-semen de Óscar. Yo no paraba de tragármelas: estaba empezando a disfrutar y necesitaba más.
Oscar y Dani me cogieron en volandas y me echaron sobre la cama. Dani se puso entre mis muslos apartándome el tanga y comenzó a comerme el coño.
-¡Aaaah… Sííí!!!- grité cogiéndole de la cabeza.
-Calla y chúpamela zorra- dijo Óscar introduciéndome su polla hasta la garganta.
Me encontraba boca arriba en la cama, con Dani entre mis muslos y Óscar sobre mí, a cuatro patas, con sus rodillas a los lados de mis hombros y su polla dentro de mi boca, metiéndomela hasta el fondo, follándome la garganta.
Sergio puso su polla en mi mano para que lo pajeara, mientras Oscar seguía follándome la garganta sin piedad y Dani, entre sus babas y mis flujos, me ponía el coño chorreando.
Dani me quito el tanga y el vestido dejándome completamente desnuda, y comenzó a restregar su polla por mi coño, mientras me saque la polla de Óscar de mi garganta un segundo.
-Por favor, usad preservativos- les dije casi implorándoles.
-Si tranquila, ahora me lo pongo- Me contestó Dani mientras seguía jugando con su polla en mi coño, restregándola por mi clítoris, metiéndola un poco y sacándola. Con esos manejos yo ya estaba cachondísima y necesitaba una polla dentro mí, y la necesitaba ya.
- ¿La quieres?-preguntó Dani.
-¡Síííííí!- grité con ganas.
-Pues pídelo bien, putita. - me dijo Dani sin parar de restregarme su capullo por mi clítoris.
-Por favor, ¡quiero tu polla, métemela toda por favor! - dije casi desesperada.
-Muy bien, así me gusta. Pues ¡toma polla, puta! - dijo mientras me la metía hasta el fondo.
-¡Nooo… Ahh! El preservativo… Ahhh… - dije mientras su polla me llenaba.
-Y una polla putita, de verdad pensabas que iba a usar una goma, este coño es para probarlo a pelo. Solo espero que tomes la píldora puta- dijo sin parar de follarme.
Su polla, de gran tamaño, impactó contra mi útero y un calambre recorrió mi cuerpo desde lo más profundo de mi coño hasta la cabeza, quedándome prácticamente sin respiración.
Comencé a gemir como una loca y él aumento aún más el ritmo. Óscar se sentó sobre mi cara poniendo su inmundo culo y sus huevos sobre mi boca, me cogió de la cabeza y me dijo:
-Vamos, límpiame el culo con tu lengua, puta. Pienso aprovechar cada céntimo de lo que he pagado por ti. - dijo Oscar fuera de sí.
Me sentía como una puta barata usada por aquellos hombres; Dani continuaba follándome duro mientras yo lamía el culo y lo huevos de Oscar. Su culo apestaba un poco a mierda y estaba lleno de pelos, cosa que me daba asco; pero yo esa noche no era Silvia, era una puta por la que habían pagado y así me iba a portar.
Dani no pudo aguantar más y se corrió abundantemente dentro de mí. Sentí cada chorro de semen entrar en mi útero, hasta que mi coño se desbordó por tanta cantidad de leche.
Oscar entonces cambio de posición, se puso detrás de mí y me puso a cuatro patas en el suelo, me escupió en mi culo y comenzó a lamerme el ano; mientras, Dani me puso su polla en mi boca para que se la limpiara de semen y mis jugos.
-Dios; qué pedazo de guarra estás hecha. Creo que etas disfrutando tú más que nosotros, putita- dijo Dani sonriendo.
Tras unos instantes de comerme mi culo, Oscar comenzó a empujar su glande dentro de mi culo.
Yo notaba como mi ano se iba abriendo e iba aceptando aquella maravillosa polla dentro de mí.
Dani, tras habérsela limpiado bien, se apartó para dejar su sitio en mi boca a Sergio.
Podéis imaginaros qué situación: yo completamente desnuda, a cuatro patas en el suelo, con una polla dentro de mi culo y otra alojada en la boca llegándome hasta la garganta.
Yo, que el principio estaba un tanto asustada, a medida que avanzaba la fiesta cada vez me encontraba más y más cachonda y ellos empezaban a estar un poco fuera de sí.
Oscar, mientras con su polla me penetraba el culo, con una mano me azotaba mi culo y con la otra empujaba mi cabeza hacia la polla de Sergio, haciendo que me penetrase hasta el fondo mi garganta.
-Vamos puta zorra, ¡chúpasela bien chupada! - me ordenaba Oscar, mientras no dejaba de empujar mi cabeza hacia la polla de Sergio.
Oscar empezó a moverse cada vez más rápido, notaba sus testículos golpear mi coño y cada centímetro de su polla entraba sin piedad en mi culo con una fuerza descomunal. Me estaba destrozando.
No contento con eso, Oscar me cogió un brazo desde atrás y me lo sujetó sobre mi espalda.
En ese momento yo solo tenía tres apoyos en el suelo; mis dos rodillas y uno de mis brazos, con lo que apenas podía sujetarme, y mi equilibrio se hizo muy inestable, debido a la falta de apoyo y sus embestidas en mi culo, que cada vez eran más intensas.
Estando yo agachada como una perra, mis tetas colgaban y se bamboleaban al ritmo de sus embestidas y mi garganta ocupada en gran parte por la polla de Sergio empezaba a molestarme, provocándome náuseas que contenía como buenamente podía.
La polla de Sergio, que entraba y salía continuamente de mi garganta hacía que a veces tuviera falta de oxígeno haciendo que mis lagrimas cayeran por mis mejillas, dejando sobre ellas claras marcas del rimmel y de la sombra de ojos que había utilizado en mi maquillaje.
No sé cuánto tiempo estuve en esa situación. Se me hizo bastante largo, pero yo no dejaba de gozar con el placer que me proporcionaban esas dos pollas dentro de mi boca y mi culo. Yo no cesaba de pedirles cuando tenía ocasión que quería más y más.
Fue entonces cuando Sergio sujetó con fuerza mi cabeza contra su polla, enterrándola por completo en mi garganta y comenzó a correrse casi en mi estómago de lo profundo que la tenía metida.
Su corrida no parecía tener fin. Notaba perfectamente convulsionar su polla en mi garganta, mientras luchaba desesperadamente por contener mis náuseas y no vomitar su corrida y mi cena.
-Aaaah ¡Traga! ¡Traga! ¡Puta!- gritaba Sergio completamente descontrolado y sujetándome la cabeza para mantener su polla dentro de mi garganta.
Acto seguido fue Oscar quien se corrió en lo más profundo de mis intestinos, agarrándome fuertemente por mis caderas.
Notaba salir su semen caliente y rebosar de mi culo mezclándose con el semen de su amigo Dani que aún chorreaba de mi coño y goteaba al suelo desde mis muslos.
-Dios… Qué culo tienes zorrita- me piropeó Oscar mientras sacaba su polla de mi culo, dándome un azote en mi nalga.
Nada más sacarla Óscar me la puso en la cara para que yo sé la limpiara.
Yo lo miraba con cara de niña golosa. Cogí de inmediato su polla y le comí los huevos, para pasar después mi lengua por todo su tronco hasta llegar a su glande, donde con mi lengua recogí los restos de semen de la corona de su capullo. Luego con la punta de mi lengua comencé a jugar con su uretra, mientras que con mi mano masajeaba sus huevos y estrujaba su polla para que saliera hasta la última gota de su néctar, que me bebí completamente fuera de mí de lo cachonda que estaba.
-Dios, qué buena eres- comentó Óscar con los ojos cerrados.
-Bueno chicos, voy al baño para lavarme un poco.- dije incorporándome completamente desnuda y chorreando semen por mis muslos.
-No tardes mucho, que solo acabamos de empezar- dijo Sergio riéndose.
Me senté en el bidé y con mis dedos y el chorro del agua intentaba sacar el semen de mi interior.
En eso estaba cuando apareció Dani por la puerta del baño.
-Perdona chica, pero necesito mear. - y sin dudarlo se puso a orinar delante de mí.
Yo mientras tanto seguía a lo mío, hasta que Dani se giró hacia mí cuando termino de mear.
-Límpiamela. - dijo con seriedad.
- ¿Perdona?- pregunté incrédula.
-He dicho que me la limpies… Puta- volvió a repetirme.
Y antes de que pudiera decir que no, me agarró del pelo y tapándome la nariz, me la metió en la boca.
El sabor era amargo y no pude resistirme a limpiársela, después de todo, esa noche era de ellos. Así que con mi lengua le recorría el glande por dentro del frenillo, dejándosela bien limpia.
-Ooooooh que gusto… ¡Joder! - exclamó.
Cuando termine de dejársela limpia, me levantó y me sentó en la tapa del váter.
-Nena, ahora te toca a ti.- me dijo Dani, sin saber que pretendía.
Y con un dedo comenzó a estimularme el clítoris y con la otra mano me introducía dos dedos en el coño, cada vez de manera más frenética, hasta que me corrí como una cerda.
-Aaaaaaah… ¡me corroooo… ! -exclamé
Cuando terminamos él salió del baño y yo quedé en la taza del wáter hecha polvo.
Era incapaz de imaginar cómo iba aguantar ese ritmo durante toda la noche.
Al poco conseguí levantarme y salir del baño.
Volví a la habitación y ahí me esperaban los tres con sus pollas mirando al techo, duras como piedras.
-Ven, preciosa- dijo Sergio, indicándome la cama.
Me aproximé a la cama y me puse entre Sergio y Dani. Oscar había salido a la terraza a fumar.
Ambos comenzaron a besarme y meterme mano. Yo intentaba controlar la situación, pero no podía.
Eran dos pulpos y tenían las pollas durísimas, seguramente debido a las pastillas azules.
Me puse de rodillas a los pies de la cama y comencé a chuparles y lamerles las pollas.
Esta vez sería yo quien llevaría la iniciativa, así que me puse sobre Sergio y me metí su polla en el coño ya me no me importaba nada, ni siquiera me acordé del preservativo… Mientras le indicaba a Dani que metiese su polla en mi culo.
Notaba como aquellas dos pollas se abrían paso y luchaban en mi interior. Así que comencé a fallármelos yo a ellos.
-Joder que tía- exclamaba Dani.
-Que pedazo de guarra estás hecha- dijo Sergio.
-Soy vuestra puta, ¿no? Pues folladme los dos a la vez joder ¡Aahh!- les dije sin parar de mover mis caderas.
Yo movía mis caderas para notar aquellas dos pollas lo más profundo que pudiera.
-Vaya vaya, o sea que salgo a fumar y en cuanto me doy la vuelta ya estáis follando sin mí- dijo Oscar.
-Cállate y méteme tu polla en mi boca- le dije ansiosa de tener las tres pollas a la vez.
Y así lo hizo, me estaban follando los tres a la vez uno por cada agujero. El olor a sexo inundaba la habitación y yo solo pensaba en darles placer y en qué me follaran. Quería demostrarles que había salido barata. Durante un rato solo se escuchaba, sonidos como:
-ahhggg, chop chop, uhnn, etc…
Solo era sexo. Puro sexo. Un sexo salvaje, animal, sin ataduras, sin complejos, sin remordimientos.
Así estuvimos un buen rato.
Yo en la misma posición, pero ellos intercambiaban mis agujeros y yo casi no podía más.
Hasta que Sergio y Dani se corrieron en mi cara y mi culo; Oscar que todavía no se había corrido se encontraba follándome mi coño, mientras el semen de Sergio chorreaba por mi cara y mi pelo.
Óscar se incorporó y me cogió de la mano.
-Ven putita, siempre he deseado hacer esto.
Y me saco a la terraza, para continuar follándome con las manos puestas en la barandilla. Me embestía con ganas, mientras me cogía con fuerza de mi cintura.
Mis tetas se movían sin control y yo no podía parar de gemir mientras me follaba; mi culo chorreaba el semen de Dani y mi cara y pelo estaban manchados del semen de Sergio.
Tenía la sensación de que me observaban desde la calle, lo cual me ponía aún más cachonda.
- ¿Te gusta, puta?– me preguntaba Oscar mientras aumentaba su ritmo penetrándome.
-Sííí ahh ahhh.-  gemía yo sin parar.
Me sacó la polla del coño y me puso de rodillas, corriéndose en mi cara y mis tetas, diciéndome.
-Toma leche zorra, ¡toma! -  gritaba Oscar mientras me cubría de semen otra vez.
Su semen caía por mi cara y mis tetas hasta el suelo, llenándolo de gotas que hicieron un charquito.
-Pero que cojones…- se escuchó desde la terraza de al lado.
-Mira Silvia, parece que tenemos un admirador- dijo incorporándome y mirando a la terraza pegada a la nuestra.
Ahí estaba yo en la terraza de un hotel cubierta de semen y siendo observada por un viejo de unos 65 o 70 años con cara de sorpresa.
-Eh amigo ¿Te gusta lo que ves? - le dijo Oscar a nuestro admirador, mientras me cogía por detrás y le mostraba mis pechos a nuestro vecino.
Él no decía nada, solo nos observaba.
-Mira Silvia, parece que a nuestro amigo le ha gustado lo que ve- dijo susurrándome al oído.
Fue entonces cuando me fije en que nuestro vecino iba en albornoz y parecía mover frenéticamente su mano por debajo de su cintura, la cual tapaba el muro de la terraza.
-¿Oiga le gustaría pasar un rato con nuestra amiga?- dijo muy enserio Oscar.
-¿Pero qué coño mmm…?- antes de que pudiera seguir diciendo nada, Oscar me tapo la boca.
-¿Lo dices enserio? ¿no estas bromeando? - por fin articulo palabra nuestro admirador.
-Tranquilo, solo es nuestra puta y gustosamente se la cederemos un rato, solo con una condición- contesto Oscar.
-Joder lo que quieras- contesto sonriendo el viejo.
-Podrás hacerle lo que quieras, pero tendrá que ser en la terraza. ¿Te parece? - le propuso.
-Por supuesto, lo que sea por follarme a esa preciosidad. – dijo aparentemente entusiasmado el mirón.
-Esto no era lo acordado. No pienso hacerlo con ese hombre- le dije a Oscar.
- ¡Cállate puta!, harás lo que queramos. Ese es el acuerdo y si quiero que te folles a medio hotel esta noche, lo harás. ¿Entiendes? - dijo mientras me sujetaba fuertemente mi rostro junto al suyo y me miraba fijamente.
-Bien ahora mismo te la envío- le dijo Oscar al viejo.
Nos metimos para adentro, mientras Sergio y Dani estaban visiblemente sorprendidos.
- ¿Te parece una buena idea Oscar? - le pregunto Sergio.
- Seamos generosos, aún nos queda noche con ella. – les contestó.
- Pero… este no era el acuerdo, ¿Y si me niego? -  dije dubitativa mientras me limpiaba el semen de mi cara con una toallita húmeda.
- Mas vale que hagas lo que te digamos o no le pagaremos a tu novio. – dijo tajantemente Oscar.
Asentí y me marché al baño a limpiarme los restos de semen de mi cuerpo, mientras escuchaba hablar a los tres de fondo.
Cuando salí Oscar me dio un paquete de medías.
- Pensaba dártelas para que las estrenaras con nosotros, pero me gustara verte follando con otro con ellas. – dijo sonriendo.
Abrí el paquete, y eran unas ligas de red negras. Me las puse inmediatamente y con un cachete en el culo y una toalla enrollada en el cuerpo, me sacaron al pasillo.
Miré a un lado y al otro del pasillo, y al fondo vi saliendo un camarero con un carrito del ascensor. Ahí estaba yo, en mitad de un pasillo expuesta a que me vieran, con una toalla que a duras penas me cubría desde mis pechos hasta poco mas de mi culo y unas ligas de medias negras de red anchas. Una situación difícilmente explicable, por lo que intente volver a entrar en la habitación de manera deseperada, pero Oscar ya había cerrado.
Aporreé desesperada la puerta, mientras intentaba que la toalla no cayera. Pero nadie respondió, creo que tanto Oscar como Sergio y Dani estaban disfrutando con la situación, creo que les divertía verme desesperada y semi desnuda en el pasillo.
El joven camarero llego a mi altura y mirándome de arriba abajo, me dijo:
- ¿Se encuentra bien? ¿Necesita ayuda? – dijo sin parar de mirarme.
- Si, si. Es que he salido un segundo y se me ha cerrado la puerta – dije intentando taparme lo máximo posible con la pequeña toalla.
- No se preocupe llamaré a recepción para que envíen a un recepcionista con una copia de la tarjeta señora – dijo en joven camarero mientras cogía su radio, sin parar de desnudarme con la mirada lo poco que me quedaba.
-No… no hace falta gracias, mi chico en cualquier momento abrirá la puerta – dije intentando no ser más expuesta todavía a más gente.
De repente una puerta que estaba justo al lado se abrió, era el hombre mayor con el que Oscar había hablado.
- Hola cariño, perdona estaba en el baño y no me había dado cuenta de que se había cerrado la puerta – dijo, mirándome.
- Si, si… cariño – conteste intentando disimular.
El camarero lo miraba a él y a mi consecutivamente, y parecía no dar crédito a lo que veía.
Pase dentro de la habitación y justo antes de entrar, el viejo me agarro el culo con fuerza mientras me pareció ver cómo le guiñaba el ojo al camarero.
- Gra-gracias por abrir, la cosa se estaba poniendo difícil – le dije.
- Ha sido Oscar quien me ha dicho que te abriera si quería follar contigo, pues la cosa se estaba poniendo tensa ahí fuera. – dijo mirándome a los ojos fijamente.
Era un hombre de unos 65 o 68 años, un poco obeso y mas alto que yo, tenía el pelo cano y prominentes entradas, era un hombre que quizás en su juventud hubiese sido bastante guapo, aunque aquello ya quedo bastante atrás.
Se acerco a mi y delicadamente aparto mis manos de la toalla dejando caer esta mis pies.
- ¡Joder! No solo eres preciosa, además tienes un cuerpo perfecto. Eres un sueño hecho realidad, y aun no me puedo creer que vaya a tener sexo contigo. – dijo mientras me cogía de la barbilla mirándome.
Aquel hombre me halagaba y a pesar de su aspecto rudo, se mostraba delicado conmigo. Estaba ahora mas dispuesta a hacerle recordar aquella noche para siempre.
- Gracias, aunque espero que tengas condones – le dije mientras comenzaba a quitarle la parte superior del pijama.
El permanecía quieto, casi tembloroso mientras le descubría su torso lleno vello.
- Claro, claro, alguno tengo, aunque lleva demasiado tiempo en mi cartera – respondió con voz entrecortada.
- Servirá – contesté a la vez que le bajaba sus pantalones, dejando al descubierto unos boxer con un prominente bulto que empapaba la zona.
Cogió el preservativo que a saber cuánto tiempo había estado en aquella cartera, y acto seguido salimos a la terraza para que Oscar y los demás pudiesen vernos.
- ¿Qué tal Silvia? Menuda situación la de ahí fuera, jajajaja- dijo burlonamente Oscar.
Lo miré casi perdonándole la vida, pero sin decir nada.
- Vaya parece que la gatita se ha puesto de uñas – dijo sonriendo.
Ignorando sus palabras, me arrodille ante aquel hombre y con mi mano palpe suavemente aquel bulto húmedo.
Le baje los boxer liberando una polla morcillona y goteante, cuyo olor era tan intenso que casi me tira para atrás.
- Silvia parece que te vas a tener que esmerar si pretendes poner dura esa polla. ¿Eh? – me inquirieron desde la otra terraza con cierte mofa.
El hombre no decía nada, estaba como cortado, así que continue yo con la iniciativa.
Cogí su polla y comencé a masturbarlo suavemente, mientras la golpeaba contra mis pechos. Aquella polla iba reaccionando poco a poco a mis atenciones. Pero no era suficiente aún para ponerse un preservativo y mucho menos para tener sexo.
- ¡Dios que tetas tienes! – exclamó el viejo.
Decidí emplearme a fondo con aquella morcillona polla que iba ganando en tamaño y dureza. Tiré de su prepucio hacia atrás y me la metí en la boca, a la vez que masajeaba sus testículos con mi mano libre.
- Vamos, eso es. Demuéstrale a nuestro vecino lo que vales – me jaleaban desde la otra terraza.
- Increíble, que boca. Hacia una eternidad que ninguna mujer me la chupaba – dijo entre jadeos el hombre.
Aquella polla parecía agradecer mis atenciones, ya que cada vez estaba mas y mas dura. Yo seguía chupando y lamiendo su polla con delicadeza hasta que estuvo lo suficientemente dura para ponerle un preservativo.
Se puso el preservativo, para acto seguido apoyar mis manos en la barandilla e intentar de manera torpe y nerviosa su polla en mi coño, cosa que no lograba.
- Amigo hace tiempo que no la mete ¿Eh? – dijeron riéndose Oscar y los demás.
Parecían querer cortarle la erección y no pensaba comenzar de nuevo a ponerlo cachondo, así que yo misma cogí con mi mano y puse su polla a las puertas de mi coño, solo para que la empujara. Cosa que hizo hasta el fondo.
- ¡Aghh! – exclamé.
El me agarro fuerte por mis caderas y me envistió con fuerza y totalmente arrítmico.
- ¡Diooos…! ¡Joder me corrooooo! – exclamo apenas unos segundos después de metérmela, había sido el polvo más rápido de mi vida.
- Joder ¿ya? – preguntaron con sorpresa los ejecutivos.
El hombre resoplaba y parecía estar casi avergonzado por lo poco que había durado.
- Bueno pues vente para acá cariño, que la noche aun es joven – dijo Oscar.
Una vez dentro de la habitación bese con cariño al viejo porque me daba lastima.
Aunque él pensó otra cosa, ya que me cogió la cabeza y me metió la lengua hasta la campanilla.
-Uhmm, Uhmm… aghh… ¿Qué haces? – le dije después de que casi me ahogara.
- Cállate zorra – dijo cogiéndome del cuello. Tenía una fuerza descomunal, se había transformado, toda su delicadeza se había transformado en fuerza bruta.
- Las tías como tu y los chulos de tus amigos pensáis que podéis reíros de gente como yo, pero te voy a enseñar lo que es bueno. – dijo lanzándome hacia la cama y poniéndose sobre mí con su inmenso cuerpo.
-No por favor no lo hagas, no me reía de ti, te lo juro. Debo volver con ellos, me han contratado y si no vuelvo no me pagaran, además llamaran a la policía – le dije casi llorando.
- Digamos que te creo. Pero necesito probar ese culito tuyo y comerme un buen coño. ¿Qué me dices? – dijo sin levantarse de encima mía.
- De acuerdo, pero tendrá que ser rápido – le dije aceptando su propuesta, pero claro, con casi mas de 100 kg en lo alto, no tenía muchas más opciones ¿Verdad?
Así que el viejo se puso a los pies de la cama y abriendo mis piernas de par en par, metió su cabeza entre ellas mientras con los dedos empezó a frotar mi clítoris.
- Ahhh… más despacio, por favor, ahhh… - le decía.
- No decías que me diera prisa – me contesto, a la vez que comenzaba a follarme con sus dedos por mi culo y mi coño, al mismo tiempo empezó a comerme el coño.
Por increíble que pueda parecer, aquel viejo, gordo y peludo, estaba poniéndome super cachonda, hasta el punto de alcanzar un orgasmo super intenso y haciéndome empapar la cama.
- ¡¡¡¡Jodeeeeer!!!! -grite mientras apretaba su cabeza contra mi coño.
- Vaya, parece que este viejo todavía puede hacer que una zorrita como tu se corra de gusto. ¿No? – dijo mientras se incorporaba, para acto seguido besarme y cruzar su lengua con la mía, con todo el sabor de mi coño aún en su boca.
El tipo no perdió mucho el tiempo y me puso boca abajo en la cama, abriendo mis nalgas y restregando con ansiedad su polla por mi culo. Estaba claro que deseaba probar las bondades del sexo anal, y mi culo era el elegido.
Antes de que siguiera le hice ponerse el último preservativo, a lo cual accedió. Para acto seguido tumbarse sobre mi y con su polla empezar a abrir mi ano.
-Ahhh… tranquilo que no soy de goma, ahh… - le dije mientras comenzaba a moverse de manera rítmica y me aplastaba contra la cama.
- Si claro… pero mira tu culo como se abre para mí, joder esto es increíble, ni ensueños me habría imaginado esto. – dijo aumentando la cadencia y la violencia de sus envestidas.
Aunque su polla no era nada del otro mundo y yo ya tenía mucha experiencia en el sexo anal, aquel viejo me estaba haciendo daño, bien por la postura o bien por lo que pesaba, me lo estaba haciendo pasar bastante mal, y en mi mente solo deseaba que terminase. Hasta tal punto que comencé a fingir para que se corriese cuanto antes.
- Ohhh… siii… sigue, sigue, ahhh… - gritaba yo fingiendo.
Incluso levantaba mi culo lo que podía para que su penetración fuese mas profunda y así aumentar su excitación.
- Diooos, mira que culito tan tragón. Te entra hasta los huevos… ¡Jodeeer, no aguanto más! ¡Me corro! ¡Me corro puta! – grito el viejo mientras notaba su caliente semilla invadir mis intestinos, cosa que no podía ser, porque el llevaba puesto un condón. Cuál fue mi sorpresa cuando al sacarla, el preservativo estaba roto.
- ¡Serás cabrón! – le dije al viejo levantándome como un resorte de la cama, mientras su corrida caía por mi entrepierna y goteaba de mi culo.
- Lo siento, no me di cuenta – dijo mientras se sentaba sobre el filo de la cama.
- Y una mierda – contesté airada.
Cogí mi toalla del suelo y sin mediar mas palabras, salí de nuevo al pasillo. Ande unos metros hasta la habitación de al lado, con mi toalla y mi culo chorreando semen. Llamé a la puerta de la habitación de los ejecutivos para que me abriesen, justo cuando un vigilante y un recepcionista aparecieron en el pasillo.
- Señorita, señorita – me llamaba el recepcionista.
- Eh… ¿Si? – pregunte un poco desconcertada e intentando taparme lo más que podía.
- ¿Puede acompañarnos un momento, por favor? – me pregunto, mientras él y el vigilante me miraban fijamente.
- ¿Por… por qué? – dije titubeante.
- Señorita no queremos ninguna escena, pero la política de nuestro hotel es muy estricta con los servicios de las meretrices, y parece ser que ha habido quejas en esta planta, por escándalo. Uno de nuestros camareros nos indicó que una joven con su descripción andaba medio desnuda por los pasillos de puerta en puerta.  -señalo el joven recepcionista.
- Ya le expliqué al camarero lo que me había pasado, ha sido un accidente – dije bastante nerviosa.
- Señorita, solo comprobaremos cual es su habitación. Acompáñenos de una vez – dijo mientras le hacia una señal al vigilante para que me cogiera.
Este me cogió del brazo, haciendo que el forcejeo se me cayese la toalla.
Ambos se quedaron cortados y yo intentaba nerviosamente volver a coger la toalla para cubrirme. Justo cuando en ese momento Oscar abrió la puerta para interceder.
- Caballeros ¿ocurre algo? – pregunto Oscar, mientras yo me metía en la habitación corriendo.
Oscar tras unos minutos de charla, volvió a entrar.
- Se puede saber porque has tardado tanto en volver de la habitación del viejo – me pregunto visiblemente enfadado Oscar delante de Dani y Sergio.
- El viejo no me dejaba volver, se echo sobre mi y me volvió a follar. Cuando intentaba volver esos dos me asaltaron en el pasillo. - Dije aun bastante nerviosa.
Nos explicó lo que habían estado hablando y parece ser que el hotel tiene sus propias lumis, de lo cual saca una cantidad bastante jugosa. Así que les prometió ponerlos en contacto con mi chulo, para futuros servicios.
No sabia si dar las gracias o echarme a llorar.
- Bueno, se acabo la chachara, aprovechemos lo que queda de noche – dijo quitándome la toalla y obligándome a ponerme de rodillas.
Se pasaron el resto de la noche follándome por todos mis orificios y llenándome de semen todos mis orificios y estómago, hasta que se quedaron sin pastillas y completamente secos. La habitación apestaba a semen y a sexo.
Yo caí rendida en la cama casi al amanecer, y nos quedamos los cuatro profundamente dormidos, hasta que sonó el teléfono de la habitación.
- ¿Si? – contestó Dani.
Era de recepción avisando que un tal Marcos nos esperaba en la cafetería del hotel. Así que nos arreglamos y cogimos el ascensor, mientras por el camino los tres aprovecharon para meterme mano por todos los lados, hasta llegar a recepción.
Cuando salimos del ascensor pude observar como un recepcionista, el vigilante y el botones, me miraban.
Al llegar a la cafetería, Marcos estaba sentado en una mesa para cinco personas.
Se saludaron entre ellos y Marcos me abrazo y me beso.
- ¿Qué tal? – pregunto mi novio.
- Ha sido el mejor dinero gastado de mi vida – dijo Dani, mientras Sergio asentia.
- Es una mujer increíble, y muy, muy zorra – dijo sonriéndome Oscar.
- Lo sé, es la mejor – contesto Marcos mientras me miraba orgulloso y ponía su mano en mi muslo.
Después de desayunar y ellos pagar la cantidad acordada, Oscar le comentó a mi novio el acuerdo con el hotel para usar mis servicios.
Nos despedimos de los tres, aunque fuese muy probable que no fuese la última vez que tuviese noticias de ellos.
Ya una vez en el coche mi chico me pidió detalles de todo lo que hice esa noche, y a mitad de mi relato mi chico se sacó su polla dura como el mármol, y llegando al garaje de casa le tuve que hacer una mamada.
Mientras estábamos parados en el aparcamiento a oscuras y yo se la chupaba con pasión, sonó el teléfono en el manos libres.
- Buenas, ¿hablo con Marcos? – dijo una voz ronca.
- Si, dígame. – dijo mi novio, mientras apretaba mi cabeza contra su polla.
- Un amigo del hotel me ha pasado su número de teléfono, indicándome que usted el chulo o el proxeneta de una pelirroja espectacular que ayer dio un servicio en mi hotel. ¿Es cierto? – pregunto la voz.
- Si, ¿Qué desea? – dijo mi chico sin dejar de follarme la boca.
- Pues resulta que dentro de poco tengo una convención de médicos, y les interesaría distraerse con algunas señoritas, y estoy completamente seguro de que su chica sería muy del agrado de dichos señores. ¿Qué le parece? – dijo la voz.
- Me parece que ya tienen ustedes a mi zorraaaa… - dijo Marcos mientras eyaculaba en mi garganta.
- Perfecto, pasase cuando quiera por el hotel antes de tres días y pregunte por Gerardo, soy el gerente del hotel y ya concretamos el precio y los servicios. Un placer- dijo Gerardo colgando el teléfono.
Me incorporé y aún con el sabor a semen de la polla de mi chico nos besamos profundamente.
Para otro día ya os contaré como me fue en la convención. Besos.

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1 comentario - Silvia la sumisa 5 Los ejecutivos (Completo)

BatWomanSex +1
🔥🔥🔥🔥
Silviahot1992
Jajaja eso es bueno, ¿no?😘