Saliendo de la rutina (retos y fiesta)

Un buen relato de ficción y fantasía.


15 años de pareja, desde los 20 juntos, los dos somos muy calentones y tenemos mucho sexo. Pero después de tanto tiempo nos pareció que teníamos que romper la rutina y hacer cosas más atrevidas. 
Ella es rubia, flaca, 1.60 de altura, muy bonita de cara, tetas de un tamaño importante sin exagerar y un culo redondo muy lindo. Yo soy morocho, 1.70, cuerpo normal.

En esa búsqueda de cambiar algo, nos propusimos hacer un mes de retos. 30 retos sexuales, sin una idea de hasta dónde llegar o qué hacer, solo acordamos empezar tranquilos y si alguno no quería buscábamos una variante. Sin escribir nada, el mismo día lo hablábamos y lo hacíamos. Ya al momento de plantear hacer esto nos calentamos muchísimo y nos echamos un polvo espectacular.

Algunos fueron de imitar posiciones del kamasutra, copiar escenas de alguna porno, cosas no tan picantes, pero muy fogosas.

Un día dijimos que teníamos que ponerle un poco de "peligro" para que sea más excitante. Le propuse que mande accidentalmente una foto de sus tetas a algún amigo de su lista de WhatsApp y le pida perdón, pero sin borrarla hasta que marque que la haya visto. Nos calentó a los dos la idea. Sacamos la foto, una selfie, sin cara ni cosas que puedan descubrir la identidad si llegaba a filtrarse. Charlamos sobre quién podía ser el receptor, descartamos a los amigos en común para que no sea un problema si respondía algo desubicado. Ella me dijo que había un ex compañero de trabajo que siempre le había tirado onda y el nombre empezaba con la misma letra que el mío, así que funcionaba como excusa. 
-Enviar- Se marcó la tilde azul.
Ella: - Qué vergüenza!!! Disculpá, era para mi novio que el nombre empieza igual. - Borró la foto. Aparecía arriba escribiendo y después no. Seguramente había borrado después de las disculpas y el archivo eliminado. Nos levantó la temperatura la escena y empezamos a besarnos.
- Sonido de WhatsApp x 2 - 
Mi novia abre la charla con el pibe, que había respondido finalmente, una foto en primer plano de su verga, muy grande por cierto, y un texto: "Que verguenza. Pensé que querías comerte esta poronga".
Nos miramos, la temperatura estaba más caliente aún. "Sigamos la charla, jueguemos un rato", le dije.

Ella: - Ay, es muy grande, debe ser rica, pero tengo novio.
Él: - Deberías probarla, yo no soy celoso. Podríamos compartirte.
Ella: - No sé, me da vergüenza. No voy a engañar a mi novio.
Él: - Y pedile permiso entonces... 
Ella: - Voy a pensarlo.
Él: -Bueno... mientras yo me toco pensando en vos, hacé lo mismo.

Le metí la mano en la concha y estaba empapada, le había calentado mucho la idea de estar con ese pibe. Para ser realista, a mi también, me explotaba la verga. La puse en cuatro, le corrí la tanga y la cogí así hasta acabar.

Ese reto nos cambió la mirada para los siguientes, teníamos que sumar riesgo, interacciones. Coger en el balcón fue en esa línea, nos encantó la posibilidad de que alguien pudiera vernos de algún edificio cercano. 

Para subir la apuesta, un día mientras íbamos en auto por la ciudad, después de cenar, era la madrugada del viernes, nos dirigíamos a un bar para tomar algo. 
En un semáforo, yo manejaba, mi novia de acompañante. Frenó al lado de ella un auto. Cuatro pibes, música alta, claramente iban a alguna fiesta. Mi novia me llamó la atención y me pidió que mantenga apretada la bocina. Miró al auto de al lado y se levantó la remera, dejando al descubierto sus tetas para los cuatro pibes que se volvieron locos: gritos, bocinas, aplausos. El conductor bajó, se acercó y tuvo premio. MI novia le comió la boca. Se puso en verde y nos fuimos cada cuál por su lado. Nunca habíamos hecho algo así, había besado a otro hombre. Vio mi calentura y mientras manejaba hasta el bar me hizo un pete increíble. Tragó todo. Llegamos al bar.

Tomamos unos tragos, nos pusimos un poco "alegres". Y empezamos a joder con la escena del semáforo. 
Ella: - Te reto a levantarte una mina y que te pase su número de teléfono. Tenés 15 minutos.
Yo: - ¿Solo el número de teléfono? Muy fácil, acepto.
Ella: - Estás canchereando... Vamos a ponerlo más difícil. Pedile una selfie dándose un beso. El tiempo es el mismo.
Yo: - Jaja, está bien. Vuelvo en 15, portate bien, no le muestres las tetas a nadie. jaja.

Di unas vueltas por el lugar, estaba lleno de gente. Hablé con algunas mujeres, estaba siendo difícil cumplir la prueba. Miré la hora y me quedaba un minuto, ya estaba por emprender la vuelta a la mesa, derrotado. Me choqué con una joven, 20 años debería tener, con el golpe se le cayó el trago que tenía en la mano. Le pedí disculpas y le compré otro. Como ya estaba en tiempo cumplido de la prueba, estaba despidiéndome y ella me agradecía. "Ya fue", pensé. 
Yo: - Te puedo pedir un pico y sacarnos una selfie? Es una apuesta con mis amigos. 
Accedió y gané el reto.

Volví triunfante a la mesa. Mi novia se rio cuando le mostré la foto. Estaba bastante alcoholizada, en estos 15 minutos se había tomado dos tragos más.
Yo: - Ahora es mi turno de ponerte un reto.
Sonrió y me invitó a desafiarla con un gesto.
Yo: - Ya que hoy estuviste calentando a unos pibes desde el auto, te reto a calentar a un pibe y bailarle hot. Tenés que filmar un videito. Tenés 15 minutos también.
Ella: - Apa, me gusta, me calienta.
Pidió un tequila para tomar antes de ir a buscar a un joven para calentar.

A los 5 minutos me mandó unos mensajes.
Ella: Ya divisé a mi presa.
Ella: Debe tener 19 años.
- Foto de un grupo de pibes-
Ella: Es el de remera rayada blanca y azul.
Yo: Buenísimo, suerte, te quedan 10 minutos. Aprovechalos.

El pibe era grandote, debería medir 1.85, pelo castaño, resaltaba en el grupo, por su remera y su altura.

- Mensaje - 
- Videito de 15 segundos - Se la veía moviendo el culo y perreando mientras él la apoyaba y la agarraba de la cintura, los dos se reían y gritaban. Al pibe se lo notaba muy contento, tenía 18 o 19 años, de verdad.
Ella: - Me quedan unos minutos todavía, bailo un ratito más y voy.
Yo: - Jajaja

Me pedí un gin tonic mientras esperaba que volviera. Pasaron unos 1o minutos más y no venía. "Habrá ido al baño", pensé. Otros diez minutos y decidí ir a buscarla, ya me había terminado mi trago. Me levanté y sentí el mareo del alcohol en sangre. Encaro para el baño y a mitad de la pista de baile veo a un costado, contra la pared, dándome la espalda, la remera rayada que tenía enroscada una pierna de una mujer que estaba contra la pared. Por el zapato de la mujer me di cuenta que era mi novia, estaba chapándose al pibito. 
Me acerqué tranquilamente para mirar la escena.

Estaban besándose fuerte, se chupaban la boca, se succionaban los labios. Ella con una pierna levantada en su cintura. Él uno mano la tenía en su culo por abajo de la pollera, la otra estaba por dentro de la remera amasándole una teta. Ella tenía una mano agarrándole la nuca y con la otra le refregaba la verga por arriba del pantalón. 
Me quedé cerca mirando todo, quería ver hasta dónde llegaba. Me gustaba la imagen, lo habíamos estado fomentado y buscado inconscientemente. Ahora me tocaba mirar.
El pibe sacó la mano del culo y pasó a meterla por adelante, por sus movimientos me di cuenta que empezó acariciándole la concha y después le corrió la tanga para meterle los dedos. Ella comenzó a gemir, tratando de disimular y no gritar mucho. Dejó de besarlo para morderle el cuello. Abrió los ojos y me vio. Nos sonreímos y sin dejar de mirarme le dijo al pibe (él no me veía): "Vamos al baño". 
Sacó la mano con sus dedos todos chorreando y ella se los metió en la boca, dejándonos una imagen muy porno. Ella lo agarró a él y empezó a caminar para el baño. Los amigos del pibe gritaban y celebraban. Él levantaba el brazo mientras la seguía. 
Yo fui detrás de ellos y me metí en el cubículo del baño siguiente al que entraron ello. Me paré en el inodoro para ver lo que pasaba.
Ella se sentó delante de él, desabrochó su pantalón, bajó y metió la mano para sacar su verga. Era muy grande. Poco menos del doble que la mía. 
La pajeó un par de veces y le pasó la lengua por la cabeza. Empezó a darle chuponcitos en el glande mientras lo miraba a los ojos. Se la metió casi hasta el fondo, la aguantó adentro hasta que se ahogo un poquito y la sacó. La chupó rápido unos segundos y le preguntó si tenía preservativos. No tenía. Mientras trataba de buscar, estiré mi brazo y le alcancé uno a mi novia. 
Ella: - Dejá, yo tengo. - Se lo dio antes de pararse. Apoyó sus manos en la pared, abrió un poco las piernas, se inclinó y, mirando para atrás, le dijo: "Cogeme".
Desde arriba veía cómo entraba toda esa poronga adentro de mi novia. Se notaba cómo lo disfrutaba y cómo hacía todo para ahogar sus gritos. Llevó una de sus manos al clítoris para lograr un orgasmo impresionante. El pibe tuvo que sostenerla porque se le aflojaron las piernas.
Como era grandote, la dio vuelta, la alzó y la apoyó contra la pared que daba a donde estaba yo. Ella cruzó las piernas por detras de su cintura y él empezó a darle fuerte. Levantó su remera para descubrir y chupar sus tetas, que rebotaban con violencia por los movimientos. Ella estiró sus brazos para agarrarse del final de la pared divisoria. Le acaricié las manos para que sepa que seguía ahí. No voy a mentir, yo me estaba pajeando con esta situación. 
Siguieron unos minutos así hasta que ella volvió a acabar. 
Él avisó que estaba cerca y ella volvió a la posición inicial. Sentada en el inodoro le sacó el preservativo y se puso a chupar. No duró mucho. Le acabó en la boca y lo que cayó, él se encargó de empujarlo con la verga nuevamente adentro. Levantó su pantalón, se acomodó la ropa y la invitó a salir. 
Ella: - Andá vos, yo me quedo un ratito descansando acá. Hablamos otro día, te di mi número.
Mientras el pibe salía, ella miró para arriba. Estaba exhausta. Los labios y alrededor le brillaban por el semen recibido, el maquillaje de los ojos estaba todo corrido por cómo se había tragado hasta el fondo esa verga, la remera seguía levantada y tenía las tetas afuera. Sonrió y me invitó a entrar. 

De inmediato cambié de cubículo. La besé apasionadamente, la giré, metí mi verga en su concha caliente y en tres empujones acabé. Metió su mano para que no chorreara por sus piernas y se lo llevó a la boca. Qué porno todo. Nos volvimos a besar. Acomodó su ropa, el pelo y salimos de la mano. 
En la puerta del baño estaba el pibe que recién se la había cogido. Nos vio salir y no dijo nada. SU cara de sorpresa decía todo. Le guiñamos el ojo y desaparecimos entre la gente.

0 comentarios - Saliendo de la rutina (retos y fiesta)