Mi joven vecino 2

Mi joven vecino 2
  A pesar que pensaba que sólo sería una calentura del momento, el pendejo estaba encajadisimo conmigo, ahora quería que estuviéramos tranquilos en su departamento, cuando lo oía llegar, después de un rato iba hacia ahí, solía abrirme la puerta totalmente desnudo y al palo, algunas veces se sentaba en el sillón y me decía que lo fuera a montar. Me acomodaba sobre él y ni bien lo sentía entrar me ponía como loca empezaba a moverme como una salvaje, algunas veces él se quedaba con las manos levantadas mirándome y dejándome hacer, otras veces me agarraba amasándome los glúteos y manejando el ritmo de nuestras cogidas, muchas veces se ensañaba con mis tetas,las apretaba, mordía, chupaba, y siempre me decía que era una puta, una puta deliciosa. Cuando él acababa su pija seguía bien dura, y quedábamos besándonos ,me acariciaba la cara o me chupaba los pechos, A veces se levantaba, lo miraba caminar desnudo a la cocina, donde servía algo de tomar para los dos, le encantaba bañarse conmigo, casi siempre me levantaba la pierna izquierda, la pasaba alrededor de su cuerpo y en esa posición me penetraba, apoyada contra los azulejos del baño, yo solía hablarle en esos momentos, le decía que era muy grande para él, que se iba a aburrir, cada cosa que le decía me daba un viaje profundo, a fondo y después me comía suavemente la boca, o jugaba a mordisquear mis pechos.
   Algunas veces estaba esperando que saliera con mi marido a la mañana y parecía que se cruzaba accidentalmente con nosotros en el ascensor, el subía primero, yo delante de él, dándole la espalda, y siempre me amasaba el culo los cuatro pisos hasta planta baja, atento a que mi marido no se diera cuenta, los dos lo disfrutábamos un montón.
   Me encantaba esta situación con el pendejo pero me daba cuenta, que mientras más lo hacía, más ganas tenía, mi marido siempre intentaba hacerlo conmigo, pero como estaba siempre enojada con él, solíamos hacerlo cada quince días, y acababa enseguida, después de tanta abstinencia, él tiene cincuenta, pero se mantiene bastante bien.
   Ahora que había empezado a hacerlo con el vecino, tenía ganas de hacerlo con mi marido también. El vecino se iba los fines de semana a su pueblo, y yo quedaba necesitada de sexo.
   Ese sábado a la mañana me puse una calza, sin ropa interior, que hacía un montón que no usaba, a mi marido le encanta y que solía usarla siempre cuando quería tener relaciones con él. Cuando se despertó y vino a la cocina, solo en pijama, lo miré de reojo y vi que su amigo también despertaba.
-Epa… vas a ir  a algún lado que te vestiste así…??
-Pensaba ir a la carnicería…
-Mira… sigue estando el mismo muchacho… el morocho cuarentón…?
-Viste que él sabe mucho de carnes… y siempre tiene algún piropo galante para mí…
Sentí como me envolvía con sus manos alrededor de mi cintura, apoyando su dureza en mi culo ,tiré mi cabeza hacia atrás apoyándome en su hombro.
-Seguro le va a encantar semejante culazo…
-Ya lo tiene bastante visto… porque no me acompañas… te quedas afuera y tratas de ver si le gusta…para jugar un rato… siempre te gusto que los otros me miraran con deseo…
Me bajó la calza de golpe y enseguida me la metió.
-Que culazo que tenes… me volves loco… -Y empezó un lento mete saca, habíamos echado un rapidito el miércoles, sabía que iba a aguantar.
-Porque no parás ahora y vamos a la carnicería en un rato… seguro vas a estar más calentito no…?No te gusta más que me miren los otros…? -se quedó quieto dejándola clavada, él tiene un miembro normal pero en nuestros juegos verbales, se que le excita que le diga que es chica la de él, o que no me alcanza.
-No podes salir vestida así en el edificio y sin ropa interior menos…
-Me pongo una camperita larga y te la doy en la puerta de la carnicería…
-Pero cuando vas en la semana y yo no estoy que va a pasar…
-Nada tonto… si siempre me invita a pasar a la una, que cierra la carnicería hasta las cuatro, que le golpee y me hace pasar para darme el pedido… siempre juega con eso… te imaginas que una cosa es jugar y otra que pase algo…
-Y te gustaría pasar algún día a buscar la carne cuando está cerrando…
-Si paras ahora, cuando volvemos de la carnicería te contesto… -dije y le comí la boca, los dos estábamos calientes, estaba excitadísimo pero igual la sacó, me arrodille y le di un par de lametones, que le encantaron, después desayunamos hablando de cosas de todos los días.
-En serio te vas a animar a ir así a la carnicería…?
-A esta hora no hay gente… no pasa nada… solo para que nos calentemos un ratito…
-Hacía un montón que no querías jugar a nada…
-Y… aprovecha que me volvieron las ganas de jugar…
Lo hice a mi marido esperar en la puerta, por delante se me super marcaba también, cuando me vio Hugo, que así se llama el carnicero se quedó congelado.
-Hola Hugo… con mi marido queremos hacer un asado… tenes algo bueno, como no te encargamos…
-Querés llevar achuras también…
-A ver, espera… -le dije y camine hacia la puerta moviendo el culo, mostrándolo, me pare casi en puntas de pie y le pregunté a mi marido si quería achuras mientras le daba un primer plano de mi culo, estábamos solos en la carnicería.
-Cuando vas a pasar a buscar algún pedido al mediodía… así te muestro las instalaciones también… Te voy a guardar el mejor pedazo para ese día…
-Ay Hugo… no te zarpes…!!!
Otra vez salí a decirle algo a mi marido dándole otro primer plano de mi culo.
-Trata que no esté muy dura… que después mi marido no la puede masticar… -le dije a Hugo, me pareció que en un par de oportunidades se apretaba el bulto. Me puse de nuevo la campera al salir y fuimos en silencio a casa, ni bien entramos estábamos desnudos en la cama, mi marido montándome dándome una buena cogida y con ganas de hablar.
-Te Hizo una radiografía del culo… se volvía loco…
-Viste las manos grandes que tiene… debe tener una buena herramienta… no como la tuya… Te gustaría que pase a buscar algún pedido después de hora… -No me contestó, pero empezó un bombeo cada vez más fuerte, paraba de a ratos para prolongar el momento. –Imaginate que me apoya sobre el mármol de la carnicería, de espaldas a él… que delicia… hasta creo que le daría la cola…
-Y porque no me ladas a mi…??
-Porque siempre la pedís… sos bruto… no me haces disfrutar… te gustaría que fuera a buscar el pedido al horario de cierre amor… -no me contesto su respiración cada vez más agitada. –Estás cerquita de llegar eh perro… te gusta que me deseen los demás eh… te excita…?
-Me volvés loco…
-Pero me parece que es momento de dar un paso más no…?
No dijo nada, me hizo poner en cuatro, también le encanta como se sacuden mis glúteos, no quería llegar, bombeaba un rato y cuando estaba cerca paraba, de vez en cuando me sacudía un cachetazo en un glúteo, llamándome puta, culorroto o vieja fácil.
-Ya estás viejito para tanta hembra… porque no dejar que me coma un machito más joven… como el carnicero… cuarentón… grandote… no queres ser cornudito amor…?
Aceleró su bombeo hasta que lo sentí vaciarse, no muy abundante pero mucho más que de costumbre.
Estuvimos un rato largo descansando en la cama, ya más tranquilos volvimos a los temas cotidianos. Me sentía cada vez más caliente, en la semana le dije al pendejo que quería volver a casa cuando estuviera mi marido, recién cogida por él, preguntó cómo haríamos??, que le iba a decir para no estar en  casa, cuando llegaba,  si siempre lo esperas ahí. Finalmente se me ocurrió que iba a hacer las compras a la mañana, y dejar las bolsas en el departamento del pibe, cuando mi marido viniera le iba a decir que no había podido comprar a la mañana y que iba a salir en ese momento, el único problema era si quería acompañarme. Pero decidí arriesgarme, todo me excitaba. Mi marido llegó muy cansado, se iba a dar una ducha, salí de casa y el pendejo ya estaba con la puerta abierta, me hizo pasar y nos comimos la boca, estaba descontrolado.
-Que puta sos…!!
-Quiero que me cojas ahora… volver llena de tu leche…. Me excita mucho… lo monté en el sillón estaba desnuda, yo gemía como si estuviéramos sólos, los dos volábamos de calientes el pendejo me metía dedos en el culo diciéndome que era una vieja puta. En un momento me salí de encima de él me puse en cuatro con el cuerpo sobre el sillón.
-Hace mucho que no me llenas la colita… -le dije moviendo el culo. Me daba duro, me tiraba del pelo ,estaba sacado.
-Vas a volver con la colita llena…
-Trata de acabar no muy adentro… porque siempre me llenas a fondo y después me la paso yendo al baño… déjamela cerca de la puertita dije con voz de puta. Me bombeó bien dura, la saco cuando empezaba a acabar y me la metió de nuevo usando su semen como lubricante y siguió acabando dentro de mi culo. Su pija seguía durísima.
Se sentó en el sofá y me sentó clavándome de nuevo sobre él.
-Está mi marido… no puedo tardar mucho…
-Decile que había mucha gente en el mercado…
-Y si me la das en la boquita… -me salí, me puse de rodillas con las tetas sobre el sujetador mostrándoselas mientras yo misma me las acariciaba y le chupaba la pija, me dio chorros de leche que trague. Lo besé, me arreglé un poco, agarré las bolsas y fui para casa, Por suerte mi marido estaba viendo televisión. Cuando vino a la cocina me beso y eso me puso recaliente, le metí lengua como si fuera la última vez, no se si él percibía algo pero estaba recaliente también.
-Anda a la cama y esperame… apagá la luz… me lubrico la cola y voy… hoy tenés premio… -Quería queme cogiera, con toda la leche del pendejo que tenía en el culo, por suerte me hizo caso y apagó la luz, dejé la luz del comedor prendida para que entrara algo de luz al cuarto, me acosté de costado, corrí la tanga a un lado.
-Me lubrique bien…pero anda despacito… no seas bruto como siempre…
Ni bien me la metió, tuve un orgasmo que creo pude disimular, la fue metiendo despacito hasta el fondo ,la leche del pendejo en todo mi culo
-Te gusta papi…
-No se por qué no medas este culazo más seguido… si sabes que me vuelve loco…
-Igual sabes que la tenes que sacar cuando acabas… sino me la paso yendo al baño… eh papi…
-Déjame que te lo llene…
-Pero en la puertita…no muy profundo… pero después me tenes que chupar…
-No me gusta eso…como voy a chupar mi leche… ni loco…
-Sacala para acabar entonces… -Me puso de perrito y me estuvo dando un montón más, cuando estaba por acabar, la sacó y me tiro la leche sobre los glúteos. Me fui a bañar y cantaba feliz en la ducha, no le gusta bañarse conmigo, necesitaba estar sola ,me estuve acariciando un montón mi rajita, hasta que tuve un orgasmo raro ,relajante. Mi marido preparó la comida.

4 comentarios - Mi joven vecino 2

pool360 +2
Me encantaron los relatos de la vieja. Que sigan más!!!
Van 10
Pervberto +2
Cuando se abren las compuertas de la lujuria, hay beneficios para todo el mundo.
Shiwwo1 +1
Muy caliente la historia!!!! Estas describiendo mi matrimonio como jugamos!!
pulporubio +1
que linda putita para tener en casa!