Con la amiga de mí ex

Despues de haber engañado a mí ex con su hermana, me destape: sentía que si tenía que darse cualquier posibilidad con cualquier persona que fuera, se iba a dar. No dudaba si ella me descubría o no. No tenía miedos de que me descubra o que la tercera en discordia vaya y cuente todo. No me importaba nada.
Al tiempo de haber estado con mí cuñada en el baño de su casa (vean el post anterior) fue un día a tomar mates una amiga de mí ex a su casa. Tomamos unos mates y después de un rato fuimos a boludear un rato a la pieza. Mí ex no había terminado la escuela y su amiga, que a su vez era compañera de escuela, tampoco. Por lo que su amiga fue con el uniforme de la escuela a la casa de Carla, mí ex. Cintia, su amiga, me era más llamativa por las cosas que mí ex me contaba que por otra cosa: que andaba con dos pibes a la vez, que se quedaba a dormir con un pibe distinto todos los findes, etcétera. Era morocha, de tez blanca, ojos achinaditos, boca chiquita, flequillo al estilo flogger de esa época, dos tetas bien grandes y paradas, un culito chiquito y paradito y dos piernas bien carnudas. Volviendo al tema, en la pieza nos pusimos a mirar algunas cosas y terminamos hablando al pedo acostados los tres en la cama de mí ex. Cintia en una punta, yo en la otra y Carla en el medio. Nos tapamos con el acolchado y seguíamos hablando al pedo. Al rato empiezo a sentir que me la tocan por arriba del pantalón. Como no veía creía que era Carla y pensé que atrevida hacer esto adelante de la amiga. Pero seguí el juego y agarre esa mano y la puse adentro del boxer. Me agarraba la pija bien fuerte y me la novia toda, tocandome la cabeza con el dedo gordo. Cuando levanto la cabeza veo que Carla está de espaldas a mí y Cintia estaba mirando para mí lado y mirándome a mí. Al rato la mano salió del boxer y quedó todo ahí. No le saque el tema a Carla porque daba por concluido que la mano era de ella.
A los dos meses más o menos terminaron las clases y Cintia se cambió de escuela. Dejaron de juntarse con Carla y se veían una vez cada tanto. Un domingo yendo a la casa de mí cuñada Pato ( si, la del baño), me llega un SMS de un número que no tenía agendado que decía:
-hola,cómo estás? Seguís con Carla vos?
Y no conteste porque no sabía por dónde podía venir. Espere el momento que Carla deje el celular y aproveché y busque el número: era Cintia. Espere el momento y le contesté.
- hola cin, bien y vos? Si sigo con Carla, porque me lo preguntas?
-que lástima que sigas con ella. Bueno, cuando te pelees avísame.
-porque tengo que avisarte?
-porque quiero estar con vos.
-pero Carla es tu amiga, vos estás segura de lo que decís?
-ya no somos amigas como antes. A parte no me importo la otra vez en la cama menos me va a importar ahora.
-la otra vez en la cama? De que otra vez me hablas?
- de la otra vez que me pusiste la mano en tu pija. No te hagas.
-te soy sincero? Creí que era Carla. Pero ahora que se que sos vos, y que no te importaba que sea tu amiga, porque no estás conmigo ahora?
Volvimos para la casa de Carla a la noche y mientras tanto coordinaba con Cintia para ir a la suya después. La mamá trabajaba de cuidadora de una viejita y la dejaba sola todas las noches, por eso su vida tan promiscua con los hombres.
Golpee la puerta, me abre y tenía puesto el mismo uniforme de la escuela que iba con Carla: pollera a cuadrille verde con amarillo bien cortita, camisa blanca y dos colitas al estilo colegiala. Estaba disfrazada. Subimos a la casa por las escaleras y yo de abajo le miraba el hilito dental que tenía abajo de la pollera. Entramos, la tiro contra el sillón y ella queda en cuatro arriba de el, con el culito apuntándome a mí.
Le apoyo mí pija y le digo al oído:
-asi que querías estar conmigo?
- si, me encantó lo de la otra vez y no veía la hora de tenerte.
La agarre de las piernas, la levanté y la apoye arriba de la mesa. Le rompí todos los botones de la camisa, le saque el corpiño y le chupe todas las tetas. Baje, le levanté la pollera y le corrí el hilo dental. Le empecé a chupar la concha y el orto tanto que habrá acabado dos o tres veces. Las piernas le temblaban. Baja de la mesa, me agarra la remera, me empuja contra la pared y me desabrocha el jean y me empieza a chupar la pija.
-ahora me toca a mí, quiero tomar la leche.
Le termine en la boca y la volví a tirar en la mesa, esta vez de espaldas. Le baje la tanga y le hice dos polvos de adelante y de yapa le hice el orto. Me fui y al día siguiente me mandó un SMS.
-tuve que faltar a clases. Me duele mucho la cola. Gracias por darme la leche y sacarme las ganas. Cuando quieras sabes dónde vivo.