Mi prima mi martirio Capítulo 1.3

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Yo de reojo la miraba sus tetas, las que eran como dice una popular canción… como el imán y yo el metal… joder con esta furcia, me tenía loco de caliente, mi verga pugnaba por salir de su encierro… ¡Pero había más!… no contenta con saberse admirada y de tener toda mi atención, pese a mis vanos intentos de disimular que ella no me importaba, se inclinó sobre mí para alcanzar una revista que estaba sobre la mesita aledaña al sofá…
El tibio roce de su brazo en el mío, su rubio cabello sobre mi cara, el profundo canalillo que delimitaban sus tetas, su suave fragancia a diosa y su cola maravillosa que estaba a solo centímetros de mi mano me idiotizaron, solo atiné a afirmarla de su suave cintura diciéndole:

Oye no me tapes, que estoy viendo
Fer: ¿Qué?...
Yo: La tele obvio…
Fer: Entonces puedes soltarme para que me siente, ya tengo lo que quería…
La solté, en cuanto a tener lo que quería, no sé si era la revista o a mí, pero sin dudas tenía lo que quería. Mi prima era una pérfida y maquiavélica furcia descarada, una cosa era mostrarle las tetas y el culo forrados en telas diminutas a los chicos en la calle, ¡pero enseñármelo a mí!, sin siquiera tener una excusa para hacerlo, lo encontré de máxima crueldad.
Finalmente pudimos ver una serie juntos, o en realidad ella la vio pero yo creo que sería incapaz de relatar algún fragmento de lo exhibido, toda vez, que no podía desviar mi vista de esas firmes piernas de seda, las mismas que puso sobre mi falda al tenderse apoyando su dorada cabeza en uno de los brazos del sofá… que ganas de tocarlas pero dejé quietas mis manos a los costados.

Cuando terminó el programa fue un alivio tanto que se me escapó un apagado ¡¡uff por fin terminó!!... Ella me miró y sonrió con malicia, pensé ¿terminó esta deliciosa tortura?... nos levantamos del sofá, ella fue a su cuarto, y yo al baño a hacerme una paja urgente a su salud… mi verga escupió litros y litros de leche (en realidad fue harto, pero nunca litros). Creo que salí aliviado, por lo menos sin la erección que intenté disimular en la sala.

Ella al poco rato llegó “fresca como una lechuga” y nos sentamos a cenar lo que habíamos preparado al almuerzo, para después de algunas conversaciones triviales ir a acostarnos. Durante la cena, ella se esmeró en poner sus tetas casi sobre el plato, acción que no sé cómo no le ensució su linda blusa. Afortunadamente su exhibición no me alteró lo suficiente como para que mi libido volviese a apoderarse de mi mente… por eso ya cansado de la misma tontería tomé mis platos los lavé sin mirarla… luego me fui a la cama después de un escueto buenas noches.

Al día siguientes aún sin nada que hacer me levanté algo más tarde a preparar mi desayuno, ya que no quería ir a correr por la costanera como era mi costumbre… quería “flojear” las últimas horas sin clases. Estaba en eso cuando la “princesa de las arpías” apareció… ¿¡¡cómo no mirarla!!?... se veía endemoniadamente espectacular… Venía saliendo de la ducha envuelta en una toalla de baño que le cubría lo justo de su anatomía, aún se notaba humedad en su cuerpo. Envolvía su cabello con otra toalla (como un turbante), ¡se veía preciosa!… de pronto parándose frente a mí, me dice:

¿Primito lindo, me puedes regalonear haciéndome unas tostadas con dulce de leche?... Porfa… es que tengo que salir de compras…
Yo: Pero aún no estás vestida te vas a demorar…

Fer: Seré muy rápida… ¡en serio muy rápida!, dijo nuevamente y se fue como corriendo dejando rebotar sus tetas e impresionante culo mientras lo hacía en dirección a su cuarto otrora mío.

Quedé estupefacto al notar cómo podía ver parcialmente sus nalgas asomando bajo la toalla que flameaba al compas de su trotecito, incluso creí notar que le vi parte del coño, no puedo asegurarlo… No pasaron ni cinco minutos y yo acababa de terminar de calentar el pan cuando ella salió de su cuarto… Pese a salir sin maquillaje era linda, tanto que puedo decir que si al salir de la ducha estaba ¡infartante!, ahora estaba para tomarla entre los brazos y olvidar que es mi prima… ¡joder con la niña!

Vestía solo un conjunto como de lencería fina, que sin ser muy osado o candente, podría derretir a un Iceberg. Mientras caminaba hacia mí sonreía triunfadora, sabiendo que había capturado toda mi atención, pero no dijo nada, sentándose de frente como si fuera lo más normal…

Yo: Pe… pero que fachas son esas… es que ni siquiera estas vestida.
Fer: No sea así… hace calor, es como andar en bikini, no muestro nada y tú estás apurado.
Yo: Pero no tanto, podría haber esperado un par de minutos…
Fer: Tranquilo… así podrás mirarme con detenimiento sin que sea tan evidente, jajaja
Yo: ¿Quién te dijo que deseo mirarte?...
Fer: Nadie y no necesitan decírmelo para saberlo, siempre has sido un libro abierto para mí, pardillo de mi corazón, jajaja.
Después de eso no le dije nada… Fer desayunó, mientras lo hacía… por mi parte intenté no mirarla pese a los movimientos poco naturales que hacía para mostrar su voluptuoso cuerpo. Es así como de pronto, se paró a lavar su plato en el fregadero, dejando ver un infartante colaless que yo no había percibido cuando llegó… debo confesar que mi verga se endureció casi instantáneamente, sobre todo cuando ella restregó su plato (no creo que estuviese tan sucio y el dulce de leche tan pegado)… esos movimientos y esos cachetes de la hermosa cola hacían que mi imaginación volase al “infinito y más allá”.

Terminado su furibundo lavado de platos, dejó las cosas en el secador y caminó por el pasillo hasta su habitación con una cadencia digna de una modelo de París o Milán… indudablemente sabiendo que yo la miraba desde la cocina. La malvada arpía me tenía loco… estaba claro que me estaba restregando en la cara lo maravillosa que era y lo imposible que era para mí no mirarla. ¡Sí!... le estaba viendo el culo mientras caminaba...

Como ven estaba embobado mirándole ese cadencioso y precioso culo, mientras ella caminaba por el breve pasillo, y cuando llegó a la puerta de su cuarto, volteo sonriéndome en forma pícara… que caliente se veía… ¡¡Oh, imbécil de mí!!... como me atrapaba
No sé cuánto tiempo paso en su habitación, pero quedé asombrado cuando salió de ella… ¿¿¡¡vestida para ir de compras!!??... Nuevamente me sorprendió embobado y mirándome con sus aires de triunfo me pregunto:

¿Cómo me veo?

Yo: Bien, pero esa falda es algo corta (parecía un cinturón ancho) y la blusa transparenta demasiado (se le notaban claramente los pezones bajo el sujetador).
Fer: ¿En serio lo crees?
Yo: Sí, más pareces una fulana que una chica decente.
Fer: No debes ser grosero, basta con decirme que no me queda bien… No te invitaré a salir de compras…
Yo: No te preocupes, saldré con Coté, en todo caso te digo la verdad, no vaya a ser que pases un mal rato.

Salí con mi chica a un centro comercial, según ella necesitaba algunas cosas para enfrentar el nuevo semestre, por lo que resignado la seguí. Caminamos tomados de la mano hasta la parada de buses que llevan a dicho lugar, me fijé como mi chica captaba la mirada de otros individuos, por un lado me sentía orgulloso de que fuese “mi chica” y por otro lado me molestaba la insolente mirada de algunos.

Todo marchaba bien hasta que llegamos al bendito lugar… no habíamos caminado ni dos minutos cuando nos encontramos con Fer… intenté hacerme el que no la veía, pero mi primita nos saludó y tras una breve conversación, sin disimulo se colgó de nosotros, aduciendo que ella necesitaba lo mismo que Coté. Si antes los hombres me miraban con envidia, ahora eran más que descarados en ver a las dos preciosidades que me acompañaban.
Mi malestar pasaba en la medida que visitábamos tiendas y ellas compraban cosas, como blusas faldas pantalones, cuadernos lápices, tinta para impresoras… estas últimas eran cosas que efectivamente necesitarían para la universidad, lo único que me molestaba era que yo oficiaba del “nativo” usado como “porteador” en esta expedición de compras… pero en fin ellas lo están pasando muy bien y yo no tan mal, especialmente al poder recrear mi vista con estas dos bellezas.
Como dije, todo marchaba bien pese a que el “Yin y el Yan” andaban juntos… Casi a la hora de almorzar, como por encanto a las dos se les ocurrió pasar a una tienda de lencería… pues según ellas les faltaban algunas prendas… entre ellas unos “calzones” y “sujetadores” … ¡No lo podía creer!, si el solo mirarlas me tenía lujurioso y con malos pensamientos, el entrar a ese lugar no contribuía a calmarme.

Mientras buscaban lo que querían y conversaban entre ellas, yo me dediqué a mirar a través de la vidriera a la gente que pasaba frente a la tienda. Eso me calmó y mi mente comenzó a divagar en pensamientos intrascendentes, casi estaba ensimismado en mis pensamientos más livianos cuando sentí como a lo lejos me llamaban… miré y entonces la dependienta me dijo:

Lo llama una de las chicas…
Yo: Gracias le respondí y fui a las inmediaciones de los vestidores.
Fer: ¡Claudio!... ¡ven!… ¡necesito tu ayuda!
Yo: ¡Ehh!… ¿para qué?
Fer: ¡De tu opinión de cómo me queda lo que elegí!
Giré mi cara hacia los vestidores que se encontraban en un rincón medio oculto de la tienda cuando veo asomarse a Fer a través de las cortinas colocando cara de “necesitar mi ayuda”. Caminé unos pasos y la pérfida arpía abrió la cortina para mostrar su “selección”, la verdad es que quedé mudo de emoción ¿o sería de calentura?... Era como ver a una modelo de “Victoria Secrets”, estaba vestida con una tanga de encajes semi transparentes y un sujetador a juego… era verla y desearla… ¿Por qué me hacía esto estando mi novia?
Yo: Te ves… muy… muy bien,
Fer: ¿Solo bien?
Yo: …. Ehhhh….
Quedé mudo de la impresión cuando ella se giró mostrando su perfecto culo vestido solo con una tira que afirmaba su colaless, se veía divina, unas curvas perfectas tal como las recordaba e imaginaba en mis últimas pajas. Estaba atónito mirando a mi primita cuando sentí un llamado que me volvió a la realidad. Giré mi cabeza y Coté vestía un juego similar sin ser tan osado… si ya estaba a mil con la visual de Fer, ahora con Coté deliraba y mi verga pujaba por salir del encierro… mi buen comportamiento estaba al borde del colapso:

Coté: ¿Y yo cómo me veo?
Yo: ¡Preciosa!... al ser mi chica bastante recatada le pregunté: ¿Pero ¿quién eres tú y que hiciste con Coté?
Coté: Ay ridículo, soy yo, pero quiero tu opinión también, ¿o solo se la das a tu prima?, dijo con un tono sarcástico.
Yo: A quien me la pida, pero a ti con especial placer.
Fer: ¡Sí!... ¿¡No digo yo que mi primito es un salido!?, jajaja
Lo único que me retenía para no entrar en los vestidores y partirle el culo a las dos era la dependienta que traía unos conjuntos para ellas y me pidió permiso un poco cortada por el espectáculo que me daban sus dos clientas.
Fer segura aún de tener el control de la situación no tardó en volver a girarse y enseñarme su precioso culo… mi novia captó el movimiento y lo imitó, no estaba dispuesta a ceder ni un centímetro de sus dominios y ¿¡¡qué les puedo decir!!?... la vista era infartante… tenía a dos culos perfectos frente a mí… el de mi chica un poco más grande, lo suficiente para poder decir que era suculento, pero el de Fer no desmerecía en nada, la verdad es que las tangas no les tapaban nada, eran como dicen los brasileños un “hilo dental”, por lo que se les introducía sin remedio entre los cachetes… ante eso solo pude decir

¡Guau!... Están las dos están muy bien
Fer: Gracias primito, jajaja
Coté: Gracias corazón, se atrevió a decir casi sin habla.
Dependienta: Si, las dos se ven muy bien, aquí tengo las prendas deportivas…
Yo: Gra… gracias
Dependienta: Eres un chico con suerte, dijo en voz baja y fingiendo una sonrisa que fue mas bien una mueca.
Ambas se siguieron probando y enseñándome otras prendas que para mi fortuna, también me enseñaban. Yo por mi parte me calentaba más y más, hasta que ya satisfechas de lo que “buscaban”, terminaron el espectáculo que me brindaron. ¡A esas alturas yo era un remolino de hormonas que luchaban por tomar el control de mi cuerpo! Las “pérfidas, sonrientes y ufanas ninfas”, luego de pagar me dijeron que fuésemos a almorzar, yo las seguí como un “perro fiel”... claro que era un perro fiel… como también muy caliente.

Terminado el “festín” de hamburguesas en un local de comida rápida, Fer nos dijo que podía llevarnos de regreso. Eso sí, ahora ella me llevó adelante y a Coté atrás, en un principio lo agradecí a mis adentros, ya que en la parte de atrás del habitáculo apenas entro… pero al poco andar, me di cuenta que mi pérfida prima lo había hecho para continuar con su espectáculo y mantenerme caliente, pues casi indisimuladamente me mostraba las piernas, además misteriosamente el escote de su blusa se había abierto más de lo conveniente. Juro que traté de mira el paisaje pero mis ojos me traicionaban y se desviaban al canalillo de esa bella arpía.
Pensé en quedarme con Coté y de hecho se lo propuse, pero lamentablemente no pude, pues los padres de su compañera estaban con ella, y mi presencia sería del todo inconveniente, por lo que la dejamos en la puerta de su casa y nos marchamos. Tan solo al llegar al apartamento me encerré en mi habitación y me pajeé de lo lindo, espero no quedarme ciego como me decían de pequeño.
El resto de la semana nos vimos con Coté todo lo que pudimos y nos acariciamos otro tanto, pero dadas múltiples circunstancias y presencia de otros, no podíamos hacer el amor, por lo que al llegar a casa, mi libido estaba que estallaba por alta presión y temperatura. En cuanto a mi primita, su actitud y vestimentas no contribuía en aliviar mis pesares, de alguna forma se vestía como si fuera a un concurso de camisetas mojadas o lista para ir de juega, por lo que las pajas estaban a la orden del día, me había convertido en un “mono pajero”, jajaja
Pronto llegó el fin de semana previo a la entrada a clases, cosa que debiese calmar mi ambiente, pues todos debíamos enfrentar los intensos estudios de la universidad. El viernes por la tarde después de todos los problemas y dificultades que tuvimos para vernos, por fin me encontré con mi chica.
Pasé por ella a su casa ansioso de tenerla entre mis brazos… llamé a su a puerta la que rápidamente se abrió, quedé sorprendido de como se veía, estaba increíblemente linda y súper sexy, con su pelo negro ensortijado cayendo sobre sus hombros (un cambio de look dejando atrás su pelo lacio), un peto que enseñaba su barriguita y el ombligo con un arete que invitaba a jugar con él; además calzaba unos jeans a las caderas que enseñaban las tiras de una tanga negra, lo que dejaba adivinar o insinuaba muy bien de como estaría el resto… Por mi mente pasó una imagen que recordé de la jornada de compras y me dije que sin dudas “el hilo dental” debía de estar ensartado entre los descomunales cachetes que se gasta.
La verdad es que se veía espectacularmente bella y sexy. Estaba tan “divina” que quedé anonadado, parecía la encarnación de afrodita y todo en ella era para que la deseara, y como imaginarán si ya que si había estado excitado toda la semana, ahora de solo verla estaba sobreexcitado… ¡Mmm diría que muy caliente!… Tanto que cuando ella me dijo que fuéramos al cine, yo decididamente me negué, quería tenerla para mí, por lo que le sugerí que fuésemos a un lugar donde estuviésemos a solas, ella al principio me daba algunas alternativas que no cumplían con lo que yo quería pues eran algo inocentes. Claro que como la conocía me parecía que ella era más que conservadora y aún no me atrevía a decirle con claridad que quería ir a un lugar para que hiciésemos el amor.
Finalmente al no entender mis indirectas, no me quedó más que ser del todo claro y me atreví a decirle exactamente lo que quería… ella al principio se avergonzó y me dijo que ella era una señorita y no una cualquiera… pero le expliqué que mi propuesta era para estar solos y no por que pensara que fuese una cualquiera. Su inquietud y reticencia tuve que vencerla, por lo que después de muchos besos y caricias no muy santas pude por fin convencerla.
Casi sin decirle a donde nos dirigíamos la lleve a un motel de parejas, cosa que no fue fácil, pues íbamos a pie, afortunadamente quedaba relativamente cerca (lo busqué en internet). Ella al principio caminaba por delante como si no fuese conmigo, en eso se me ocurrió hablarle para tranquilizarla, al principio hablamos del clima y la universidad, lentamente se fue colocando a mi lado y me tomó la mano, entonces me dijo:

Nunca había venido a uno de estos…
Yo: ¿En serio? ¿Y con tu ex?
Coté: Éramos casi niños, no teníamos dinero y apenas la edad para esto…
Yo: ¡Ahh, comprendo!
Coté: ¿Y tu primera vez?
Yo: No me gustaría contarlo…
Coté: Pero yo te dije todo…
Yo: Es que no es para estar orgulloso…
Coté: ¡Ahh!… fue con una prostituta.
Yo: Sí, pagada por mis hermanos…
Coté: ¿Fue muy malo?
Yo: La verdad es que a pesar de mis nervios, ella se portó muy bien y me “educó”.
Coté: ¿En serio?
Yo: Sí, logró calmarme y que me excitara.
Coté: ¿¡No se te paraba!?
Yo: Pese a que lo puedes encontrar increíble, al principio no.
Coté: O sea le debo a una puta que seas tan caliente conmigo, jejeje
Yo: Contigo no necesito la ayuda de nadie para que me pase eso, jejeje
Al llegar al hotel Coté que venía súper relajada y mofándose un poco de mi primera vez volvió a cohibirse, y prácticamente se escondió detrás de mí, no se asomó hasta que paramos frente a la habitación… Solo en ese instante me miró algo nerviosa y ruborizada para sonreírme la tomé en brazos y la entré igual que una novia, ella me sonrió nuevamente y nos besamos.
Si bien estaba nerviosa como les dije, también estaba deseosa de mí, como yo de ella… Por lo que tan solo al bajarla la abracé por detrás apoyando toda mi incandescente hombría en su portentoso culo, ella tomó mis manos y las puso sobre su busto, sus pezones estaban endurecidos de pasión, sin mediar más palabras comencé a amasarle las tetas… tal vez con demasiada pasión… tanto que ella me dijo:

Oye cuidado que no son de goma….
Yo: Perdón, contesté y seguí un poco más controlado

Mientras me besaba como podía por estar yo detrás, no le dejaba de restregar mi verga en su culo, le desabroché sus jeans y los bajé… efectivamente tenía uno de los cola-less recién comprados… apoyando mi aún cautiva verga en su culo, sentí el calor de su cuerpo que transmitían esos cachetes perfectos.
Comenzamos a tener sexo simulado, la verdad es que estábamos muy calientes… sin dejar de besarnos dejé de amasar sus tetas y con mis manos busqué el acceso a esos manjares por debajo del peto, no fue fácil pues su sujetador tenía un armazón metálico que no me permitía el libre acceso, pero mi empecinamiento pudo más, venciendo la resistencia del sujetador, con lo que finalmente logré por fin “agarrar” sus tetas….
Coté se asustó un poco y me dio un empujón con su culo y nuevamente me llamó al orden, por lo que me despegué un poco y nos enfrentamos cara tratando de dulcificar nuestro encuentro, los delicado besos que nos dimos en un nuevo inicio, fueron de pronto cambiado por otros muchos más pasionales, dejando escapar descontrolados nuestro mutuo deseo... 
Solo pasaron unos instantes y ya la tenía desnuda al igual que yo, la empujé sobre la cama, y ella al mirarme me esperó con sus piernas abiertas dejando libre la entrada a su delicioso coño. Al contrario de lo que probablemente esperaba, fui lentamente y puse mi cabeza entre sus piernas metiéndome en ese delicioso monte de Venus, el cual no solo besé, si no que casi literalmente comí. Mi chica deliraba extasiada, yo bramaba de calentura y deseo, tanto que me dijo con una voz difícil de describir
¡Métemela!... dale que ya no resisto más… y yo solo le contesté con un ademán.
Me moví rápidamente para metérsela lo más adentro posible, pero su coño pese a lo mojado que estaba era muy  apretado, por lo que hice un esfuerzo entre bruto y delicado… empujando logré metérsela hasta la mitad, ella gimió pero su mirada de deseo indicaba que quería más y con una segunda estocada logré que nuestras ingles se unieran a fuego, para luego continuar con un frenético mete saca. 
No sé, pero cada embate que tenía sobre mi Coté, me recordaba mi deseo de partirle el coño a Fer… y así lo intentaba, mientras mi novia gritaba a los cuatro vientos su goce y se amasaba su tetas con pasión y lujuria desbordante. Follamos como si el mundo se fuese a acabar… De pronto ella abrió bien grande sus oscuros ojos como si algo le fuera pasar y gritando me dijo:

¡¡Me Corrooo, me córroo amor… ahhhh!!
No alcancé a decir nada, pues increíblemente yo aún no lo hacía, tal vez por las innumerables pajas que me había hecho a la salud de mi prima… pensándolo bien la verdad es que en las últimas pajas solo había pensado en la malévola princesa de las arpías… por un instante me sentí como si estuviera engañando a Coté.
Por otra parte mi calentura estaba desatada y no me iba a quedar así, por lo que tan pronto como Coté se recuperó, la puse en cuatro con toda la intención de culearla. La verdad es que mi afiebrada mente solo pensaba en cómo sería partirle el culo a Fer… sí ese culo que me mostró en la tienda de lencería. Además el culo que tenía en frente era tan o más portentoso que el de mi prima, con él me bastaría pensé… estaba como alienado.
Coté: ¡Un momento! ¿¡qué tramas!?
Yo: Metértela por…
Coté: Por mi culo no, aún no estoy lista… si quieres repetimos, ¡pero por ahí no!
Yo: Bueno, pero quédate así y lo haremos a lo perrito, siempre lo he querido…

Coté: Bueno, si eso te gusta, porque no, ya que me llevaste al cielo y tu aún no llegas.

Con la autorización concedida, simplemente me puso tras de ella, bajé mi amiguito todo lo que pude, le abrí sus enormes cachetes para ver bien donde metería mi verga y si bien dudé, con la latente tentación de culearla sin consentimiento, finalmente dirigí a mi amiguito a la rajita del coñito medio abierto por la reciente follada… se la puse completa, ¡de un solo golpe! Esta vez entró sin problemas pese a que aún era un coñito apretado, creo que ya estaba tomando la medida de mi verga.

Aprovechando el envión la tomé de las caderas y comencé un rápido mete y saca golpeando los duros cachetes de su culo con mi ingle.  Este golpeteo sonaba como música para mis oídos. Si antes estuve caliente, ahora deliraba de solo pensar que podría ser el culo de Fer, era tremendamente excitante. Me la cogía a mi novia como perrita mientras pensaba como follarme a mi pérfida prima, era una locura.

Mientras pensaba en ello mi Coté deliraba por cada uno de mis embates, hasta que sentí como se volvía a inundar de flujo vaginal y apretaba mi verga con su coño, esto fue demasiado para mí y me comencé a correr como “mico”. La verdad es que mi verga escupía una y otra vez mi leche, cosa que desato un ya anunciado orgasmo en mi chica, ambos caímos derrengados sobre la cama ella en el colchón y yo sobre ella... 

Después de mutuos arrumacos y juegos decidimos regresar a nuestras casas, la calentura de ambos se había apaciguado. Nos duchamos entre caricias y besos, debíamos sacarnos el sudor y el pringado de nuestros flujos, al mirar a mi chica, pude ver lo que no había visto solo instantes antes, ella era todo un bombón deseable, tentador y dulce, en cambio Fer era… ¡no sé lo que era… pero no era un bombón!  
Salimos del lugar de forma muy parecida a la que entramos, o sea Coté casi oculta detrás de mí… caminamos así un buen trecho y solo se relajo a unas dos cuadras del lugar, donde tomamos un bus y nos fuimos a casa… bueno dejé a Coté en la de ella y yo me fui a la mía, pensando que con la tremenda follada que nos habíamos dado, podría controlar los deseos que tenía por mi prima…. ¿Dije deseos por mi prima?.... ¡Aghg!, ¡qué horror!, no puede ser….
Amanecí de lo más relajado, por lo que tomé un café con leche, y una barra de cereal energético y calzando una tenida deportiva.
Continuará.....

1 comentario - Mi prima mi martirio Capítulo 1.3

erazodh
Excelente relato me gustaria saber la continuacion