Encuentros peligrosos - parte 2 - Marginado

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No te vas a arrepentir


ENCUENTROS PELIGROSOS
PARTE 2 - MARGINADO


Era todo un juego, decíamos Sofía y yo cada noche, solo tirar cuatro cartas al azar que nada significaban, o tal vez sí.
Todo se hacía raro en nuestra convivencia, era como si hubiésemos navegado quince años juntos, manteniendo firme el curso, convencidos del puerto conde queríamos atracar, y de repente, una ola enorme nos hubiera dado un golpe de timón y ahora estábamos a la deriva, sin rumbo, perdidos, confundidos, incapaces de tomar decisiones.

Sabíamos que pasar de la imaginación a los hechos sería un camino sin retorno, y que tal vez meter a un tercero en la cama hiciera tambalear muchas cosas que dábamos por seguras.
Después de esa noche, Roxanne y Alexis, no volvieron a tocar el tema en nuestras charlas de WhatsApp, era como que ya habían tendido la trampa y con el olfato del cazador solo esperaban por su presa.
Yo seguía reticente, pero para mi sorpresa, mi esposa era la que más insistía, incluso me confesó sin reparos que, aunque me amaba y me era incondicional, estaba muy ansiosa por probar la enorme verga de nuestro amigo, quería saber que se siente, sacarse las ganas, además, después, la rueda seguiría rodando y yo también podría comerme a Roxanne, algo que honestamente me quitaba el sueño

Nos sentamos una tarde en el patio de casa, te con leche y galletitas de por medio para hablar como personas adultas, creo que de haber podido hacerlo ambos hubiéramos tratado de reescribir la historia y no haber viajado a México, no haber tomado ese avión, no haber cruzado palabra con Alexis y Roxanne, pero eso era imposible, y ellos se habían colado en nuestros huesos y las fantasías nos acosaban en nuestra cama cada vez que hacíamos el amor.
Pasamos un par de horas muy ricas, muy íntimas, con miradas profundas, habíamos tomado la decisión, nos tomamos de las manos y nos juramos que pasara lo que pasara nuestro amor estaría por sobre todas las cosas.

Preferí ser yo quien le daría la noticia, así que solo llamé a Alexis y le dije sin muchos rodeos que habíamos decidido que el tema de las cartas no quedara solo en un juego, que estábamos dispuestos a empezar la ronda y que solo quería dejar en claro algunas cuestiones para evitar malos entendidos, si ella decía 'no' era 'no', nada de violencia, nada de golpes, nada de sexo anal, nada de acabarle en la boca, Sofía tenía algunos reparos y no queríamos que ella se portara como una puta.
Alexis solo se reía al otro lado, me decía que se notaba que éramos unos novatos en el tema pero que estaba todo bien, que me quedara tranquilo y que tranquilizara a mi esposa, que él entendía y que no habría inconvenientes, antes de cortar me dijo que se alegraba que nos hubiésemos decidido, y me dijo si podríamos encontrarnos en 'Big Tower', un conocido pub de la ciudad donde se come, se puede hacer karaoke y también se puede bailar, le dije que confirmaría con mi mujer, pero en principio no habría inconvenientes.

Esa tarde fuimos de compras, Sofía se mostraba especialmente excitada y eso me ponía un poco en alerta, es que yo no conocía ese lado suyo tan de puta por así decirlo y eso me molestaba un poco y entendí que no sería fácil para mi tragar la píldora que debería tragar.
Fuimos de negocio en negocio, ella buscaba un vestido, alguno que la hiciera lucir bien, que resaltara un poco el poco volumen de sus busto y que a su vez disimulara un tanto la generosidad de sus caderas, entendí que mi mujer en verdad estaba luchando contra la perfección de Roxanne, en una lucha que tenía perdida antes de empezar, y entendí también que ella solo pensaba como seducir a el tipo que en breve se la cogería, casi sin importar que su esposo estuviera presente, tenía un nudo en el estómago que no sería fácil de desatar.

Mi esposa parecía no decidirse nunca, caminamos decenas de cuadras, entramos en cientos de negocios y se midió miles de vestidos, sentía un creciente fastidio puesto que parecía desesperada por impresionar a Alexis y me preguntaba si alguna vez ella hubiera actuado de igual manera para sorprenderme a mí.
Al fin se decidió por un vestido ceñido al cuerpo, tipo minifalda, que se le ajustaba bastante en la cola y dejaba sus hermosas piernas desnudas, en color rojo, muy llamativo. Tenía un detalle, entre sus pechos, desde el escote redondo tenía una abertura de unos diez centímetros y esa abertura bajaba por su vientre, pegando una delicada curva y bajando por su cadera por el lado derecho, esa abertura tenía ojales y esos ojales se unían por un grueso cordón negro entrelazándose en cruces como cordón de zapatillas. Cuando me llamó al probador para mostrarme como le quedaba, me opuse de inmediato, es que se veía su piel desnuda en toda una lonja de su cuerpo, muy provocativa y para lucir ese vestido no debería usar ropa interior.
Sofía se largó a reír y me hizo notar que ese espacio en verdad estaba cubierto por debajo en una tela color piel, no se quien diseñaba esos vestidos, pero yo había mordido el anzuelo.

Volvimos a casa, ya no había tiempo para comprar zapatos así que decidió conformarse con algunos de los tantos que guardaba, aún tenía que ducharse, y pasar por la peluquería!
Sofía fue de su amiga de confianza para que le planchara los cabellos, yo tomé un baño bajo el agua y trataba de enfriar mis emociones, y apaciguar una erección que naturalmente se me había producido.
Volví al cuarto con el cuerpo aun húmedo, sobre la cama matrimonial, a su lado descansaba el vestido que se había comprado, además, un sostén armado blanco que le regalaría un busto más armonioso, haciendo juego con un culote blanco con sensuales transparencias, unos zapatos rojos con finos tacos de unos quince centímetros descansaban al pie de la cama.
Estaba excitado, y solo imaginar lo que vendría me daba muchos deseos de masturbarme, pero no quería desperdiciar municiones que más tarde necesitaría.

El ruido de la puerta me hizo notar su regreso, pasó casi corriendo al baño, estaba atrasada, me dijo que aún debía rasurar sus axilas y también emprolijar sus entrepiernas, yo solo me sonreí y con mi paciencia acostumbrada me preparé para salir, soy un tipo meticuloso y siempre tengo todo listo, todo puntual.
Sofía vino al dormitorio tan rápido como pudo, desnuda, descalza, tenía un peinado muy rico, de lado, dejando su oreja izquierda descubierta por completo, yo me aseguraba de los últimos detalles, billetera, tarjetas, dinero, celular, llaves del coche y de reojo prestaba atención a lo que ella hacía, como se puso ese culote, el sostén, el vestido, los zapatos, estaba preciosa, realmente preciosa, no podía dejar de mirarla y tenía un instinto asesino que no podía controlar

Te gusto? que te parece? - preguntó ella sabiéndose muy perra y sabiendo cuanto me gustaba

Fui a su lado de la cama, no dije nada, la giré y apoyé mi pecho en su espalda, sentí su embriagador perfume, besé su cuello, puse mi mano en su espalda y la obligue a reclinarse hacia delante, apoyando sus manos en el colchón, su llamativa cola parecía más grande, enfundada en rojo, me sentí un toro arremetiendo contra la capa de su torero, enceguecido, aunque eso me llevara a la muerte.
Levanté el vestido, y mi mujer notó que las cosas iban en serio

Pará! pará! - exclamo en torno de reproche - me vas a romper el vestido!


Encuentros peligrosos - parte 2 - Marginado


Pero me moví rápido para no darle tiempo a más reproches, en segundos había corrido su ropa interior y se la había metido toda, solo me moví como un animal en su interior, estaba toda mojada, y sus reclamos se transformaron en esos ricos gemidos que tanto me gustaban, como en las películas, un calor del infierno, imposible de detener, en un par de minutos que se me hicieron eternos le llenaba la conchita de leche, sabiendo que con eso, con ese suspiro, me quitaba todas las ganas, pero la dejaba a ella bien caliente, porque ella no había tenido tiempo suficiente para llegar al clímax.

Sos un estúpido! - dijo a viva voz - me dejaste llena de leche, ahora tendré que lavarme...
No! no! - respondí tomándola por el brazo - quedate así, así es más atractivo, así no me olvidarás...

Ella me miró con ternura a los ojos y me regaló una sonrisa en forma de asentimiento, me dijo que de todas maneras necesitaba colocarse un protector íntimo y que si no le soltaba el brazo pronto empezaría a chorrear.

Emprendimos el viaje, la noche de primavera era perfecta, con una temperatura justa, nada de viento. Las luces de los faroles de la calle pasaban uno tras otro pegando en el parabrisas del coche, Sofía parecía encerrada en sus pensamientos y el silencio se me hacía insoportable, solo una canción de Dua Lipa sonando en la radio me mantenía en una falsa compañía, que diablos, estaba a punto de entregar el amor de mi vida a otro hombre, y empecé a sentir un dolor en mi estómago, un sentimiento de asfixia, estaba comprobando que las verdades pueden distar demasiado de las fantasías.
Al llegar, pedimos por nuestra mesa reservada con anterioridad, Alexis aún no había llegado, nos sentamos, pedimos unos tragos y para mi pesar, los sentimientos que había vivido en el auto solo se potenciaban, me costaba respirar, tuve la intención de abortar todo, pero para mí decepción el rostro de expectativa que me regalaba mi mujer no me dejaba abrir la boca

Minutos más tarde el llegaría, nos saludó a la distancia, vino a la mesa, me dio un fuerte abrazo y después fue el turno de mi esposa, la miró de arriba a abajo y le dijo

No puedo creerlo! estas hermosa!!!! que sexi vestido! no me digas que no usas ropa interior!

Ella me miró y nos reímos cómplices, él también había mordido el anzuelo!
A todo esto, Alexis sostenía muy fuerte a mi mujer por la cintura, llevándola contra su lado y no me hacía gracia lo que estaba viendo.
Nos sentamos, una mesa circular, Sonia al medio, el a la derecha, yo a la izquierda, pedimos comida, charlamos, jugamos, en algún momento Alexis dijo

Que hermosas y suaves son tus piernas mujer!

Comprendí que el la manoseaba por debajo de la mesa, mi esposa tomó su brazo inquieto para ponerlo por sobre la mesa, y decirle

Paciencia, no te apures a comer todo de golpe que la noche es larga

Llegó la hora del Karaoke, pasó uno, otro, alguien bailaba por acá, otros por allá, y mi mujer empezó a comentar lo bien que yo cantaba, y que lo hiciera, mi turno y una cosa y otra casi que me empujaron a hacerlo.
Elegí 'No se tu', un tema muy triste de Luis Miguel que yo solía cantarle a Sofía, era un tema muy nuestro, porque cuando éramos adolescentes, ella me había regalado su primer orgasmo escuchando esa canción.
Empecé a cantar, solo empecé a hacerlo, y sucedió que por primera vez sentí que cantaba esa canción con el corazón, se la cantaba solo a ella, intentando desesperadamente cambiar el curso de la historia, le estaba hablando en esas líneas, le estaba diciendo, 'detente! te amo demasiado!' pero mi amor era tan grande que solo quería verla feliz, y se estar con Alexis era su felicidad, pues yo sería feliz con eso.
Fue evidente que mi mujer y yo no pensábamos lo mismo, a media canción ellos se pusieron a bailar, muy juntos, muy pegados, ella rodeándole el cuello, el por la cintura y sus manos iban peligrosamente camino a sus nalgas, Sofía se estiró en puntas de pies para buscarle la boca y fundirse en un beso que me supo eterno, Alexis me miró entonces como sobrando la situación, se me hizo un nudo en la garganta y casi no puede terminar las ultimas estrofas.

Todo estaba hecho, me dije a mi mismo que debía disfrutar el momento, basta de comportarse como un sentimentaloide, ya tendría mi revancha con Roxanne.

Pagamos, emprendimos el regreso, llegamos a casa y segundos después Alexis hizo lo propio, sin rodeos, fuimos al cuarto, los tres, mi esposa estaba extrañamente excitada, no parecía la mujer de la que me había enamorado, se había enredado en brazos de Alexis, perdida, jadeando en deseo contenido

Alexis, quiero tu verga, quiero tu verga! - exclamó ella sonando muy puta

Alexis la envolvía como un pulpo, con sus brazos, le había levantado el vestido a la cintura y sus manos se llenaban con las generosas nalgas de mi esposa, ella le refregaba la verga por sobre la ropa y le regalaba su respiración candente

Vamos Marcos! que esperas? - dijo Alexis animándome
Si, si, ahora me sumo - respondí en voz baja

Es que muy a pesar, me daba cuenta que eso no era un trío, mi esposa solo se estaba cogiendo a nuestro amigo y sentía que sobraba en ese juego de a tres. Ella estaba de rodillas chupándole la verga, muy golosa, perdida. Mi mujer parecía atragantarse, su saliva comenzó a chorrear por su boca, entonces le dijo cosas como

Dale! metémela hasta los huevos! dale! tirame de los pelos!

Parecía perdida

Te gusta cómo te la chupo? Seguro nadie te la chupó como yo!

Para mi empezaba a ser humillante, había quedado en un rincón, en penumbra, observando como mi mujer se daba el gusto, porque algo me decía que ella había quedado encandilada con la verga de Alexis desde aquel día de la playa nudista.
Alexis volvió a invitarme a la fiesta, y volví a decirle que esperara un poco, que me gustaba observar.
El entonces tomó la iniciativa y terminó de desnudar a mi mujer, le dio una fuerte nalgada, algo que en principio estaba prohibido, pero ella reaccionó como una leona caliente.
El la llenó de besos, por la boca, por el cuello, se detuvo un buen rato en los pequeños pechos de mi esposa, bajó por su vientre y se perdió entre sus piernas, solo lamió y lamió y solo se detuvo cuando ella explotó.

Cogeme animal! rompeme toda! - apuró ella -

Alexis le levantó las piernas y se la enterró toda, arrancándole un grito sordo

Ayyyy!!!! sos un animal!!!! si si si!

Sofía solía ser muy recatada a la hora del sexo, pero ahora estaba desatada, poseída y eso pegaba muy duro en mi hombría, si antes solo quería abortar el encuentro, ahora solo me estaba molestando, mi amor se transformaba poco a poco en odio.
Giraron, ella se sentó sobre la enorme verga de Alexis, centímetro a centímetro se la comió toda hasta que desapareció en su interior

Que verga hermosa que tenes! me encanta!

Ella no hacía más que gemir, gritar y adorar la pija que se estaba comiendo, rebajada como una perra miserable, solo moviendo sus caderas de arriba a abajo, una y otra vez, y ya era notorio que yo solo era parte del decorado, no tenía lugar, no estaba en el juego, mi mujer siempre se lo había querido coger, y vaya que lo estaba haciendo.
De pronto ella cambió de posición, y volvió a chupársela, él se estaba retorciendo y noté como su verga se contraía rítmicamente, como el rostro de Sofía se transformaba y su entrecejo se arrugaba, un sostenido 'mmm... mmm... mmm...' me dejaba saber que le estaba llenando la boca de leche, y que por cierto se la estaba tragando, hasta que no hubo más, entonces solo dijo

Qué rica que estaba!
Te gustó? - preguntó el
Si! mucho, el primer chorro llegó a mi garganta y casi me ahogo.

Fue lo último que escuché, ya no quería saber más nada, había otra regla que ella mismo había impuesto y no era de extrañar que le pidiera que se la diera por el culo.
Fui al otro cuarto, me recosté en el sillón, puse la tv casi sin volumen solo para que me hiciera compañía hasta quedarme dormido

La luz del sol entrando por las rendijas de las persianas me trajeron al nuevo día, miré el reloj, habían pasado las nueve.
Me levanté masticando bronca, fui a mi cuarto con sigila, Alexis dormía boca arriba, mi mujer a su lado, de costado, acurrucada en su pecho, completamente desnudos, saciados de sexo, felices.

La idea de estos tríos no había empezado de la mejor manera, tendría mucho que hablar con mi mujer, había pasado una de las peores noches de mi vida, solo me consolaba mirar adelante, tendría mi oportunidad, mi chance, estaba al alcance de mi mano, se llamaba Roxanne

CONTINUARA


Si te gustó esta historia puedes escribirme con título ENCUENTROS PELIGROSOS a DULCES.PLACERES@LIVE.COM

2 comentarios - Encuentros peligrosos - parte 2 - Marginado

Shiwwo1 +1
Excitante encuentro!! Espero el despertar de ambos!!
rata1322 +1
Ojalá no sea verdad jajajajjaaj q momento de mierda 😂😂