Internado con mi madre 1

Esta es la historia de un usuario de P! Que se llama, digamos, Matías. La gran parte de lo que ocurre en el relato me fue contada por él, salvo lugares y algunas situaciones que modifiqué. Espero que la disfrute y uds también.

Todo pasó hace unos 4 años, cuando tuve que estar hospitalizado unos días por la quebradura de un brazo que requirió cirugía.
Vivo en una ciudad chica de la provincia de Buenos Aires en donde no hay una clínica especializada, por lo que nos tuvimos que trasladar con mi madre a Mar del Plata durante algún tiempo.
Como la operación era compleja, derivó en una internación larga. Yo estaba en plena adolescencia y mi madre estaba conmigo las 24 horas. A los pocos días ya no aguantaba sin pajearme. El problema era que además que mi madre dormía a 2 metros de distancia, mi brazo de paja estaba enyesado. Hasta que no me sacaran el yeso no podía irme a mi casa y para eso faltaba 1 semana más.
Todo cambió un día cuando mi madre me ayudaba a bañarme. Ella siempre tenía cuidado con mi pene y testículos, que lavaba y secaba con cuidado. Esa vez, hinchado de hormonas mi pija se puso bien dura. Yo me puse colorado, no tenía como esconder o explicar lo que me pasaba. 
- Ay hijito! Que tremendo!
Ella que en ese momento tenía 46 años utilizaba un bikini para ducharse conmigo. Estaba en cuclillas delante mío. Siempre me habían gustado sus tetas, y en ese estado de calentura me provocaron terrible erección. Aclaro que la tengo bastante gruesa y venosa. Soy alto y flaco. Ella es morocha, tetona y de caderas y culo grande aunque no es nada gorda.
Ay hijito! Que tremendo! - Me había dicho.
- Que verga que tenés! Mirá como se puso...
- Perdón! No puedo controlarla!
- No digas eso! Es perfectamente normal a tu edad! 
Nos secamos y vestimos como si nada. Llegada la noche nos acostamos y yo explotaba de calentura. Pensaba en las tetas de mi madre y me tocaba con la mano sana. Lo que nunca, imaginaba la concha de mi madre con mi verga adentro y me volvia loco. El mayor morbo mio era tener esa concha toda para mí.
Segui pajeandome hasta que acabe. Fue la mejor paja de mi vida, fueron 5 chorros de semen bien cargados causados por mi madre. Mis piernas temblaron en el orgasmo. Limpie mi verga y me fui a dormir. Al dia siguiente me desperte y queria cojerla brutalmente. Pero seguiamos con nuestra relacion normal de madre e hijo.
Esa noche me arriesgué más y me pajeé otra vez imaginando cojerla pero esta vez lo hice destapado en mi cama mientras ella dormia al lado en la suya. Fue el morbo mas grande de mi vida....me pajeaba mientras miraba a mi madre... saqué un baño de leche de mi verga. Manché todas las sábanas y mi mano. Más confiado, me levanté con la verga semidura recién acabada y fui al baño pasando delante de ella con la verga al aire, aunque ella dormía y no me vio eso alimentó mi morbo.
Al otro dia, mi madre me bañaba y agarró mi pija de una forma distinta, como si fuera a pajearme. Enseguida se puso dura en su mano.
- Por favor! Que sensible! Jaja
- No se que me pasa...
- No te preocupes, tenés una verga hermosa, como pocas veces ví en mí vida. Para mí es un halago que reaccione así!
- Sí. Ver tus tetas mojadas no ayuda! Jaja
Ella se las miró y las apretó con los brazos. 
- Estas cosas? Ya no son lo que eran!
Se arregló la bikini dejando ver por un segundo un pezón. Mi pija punteó más para arriba. Ella lo notó.
- Mmm... Bueno vamos a terminar el baño y a dormir!
Todo cambiaría a partir de ahí.
Esperé que fuera de madrugada para pajearme con mi mano torpe mientras fingía dormir. Era difícil, pero la calentura era mucha. Cuando estaba en eso, escucho ruidos y suspiros de la cama de mi madre. Aguzé el oído y pude darme cuenta que ella también se estaba tocando. Me quedé quieto. La cama crujía y ella no lograba ocultar sus jadeos. En la penumbra podía ver su mano moverse bajo las sábanas.
Yo sabia que era mi madre y la queria pero queria romperle su conchita madura. La imaginaba saltandome en la pija y me volvia loco.
 Necesitaba pajearme duro ya. Abrí mis ojos y ella me vio, pensé que iba a taparse o algo de eso, pero no hizo nada. Siguio masturbándose. Yo podia sentir el ruido de sus dedos empapados entrando en su concha. No sabía si estaba soñando o era real, pero no. Realmente pasó. No lo podía creer yo no hice nada unos minutos hasta que ella dijo:
- Estoy muy caliente hijo perdón, necesito acabar!
Yo quedé en shock y no dije nada mientras ella se seguia tocando. Cada vez se metía los dedos más fuerte eso me decia el ruido de sus dedos llenos de flujos entrando mojados a su concha y ese hermoso ruido que nunca pude olvidar.
- Veo que vos tambien lo necesitás! Mirá como tenes eso (señalo mi verga)! 
Yo no dije nada. Estaba atonito.  
- Querés mostrarle la verga a tu madre? Queres que tu madre vea tu verga? Mostrámela hijo, quiero ver tu verga!
Yo shockeado pero ningún boludo la saque y quedó a su vista toda mi verga toda dura pense iba a explotar.
- Ay dios que verga...sabes hace cuánto no veo una asi? Querés pajearte hijo? Pajeate para mi. Me encanta tu verga. Quiero una así para mí!
Yo sin dudarlo empeze a pajearme mientras ella me miraba y yo la miraba a ella. Fue el placer mas grande de mi vida. Ella sacó las sabanas y me mostró toda su concha. Era hermosa. Gorda con pocos pelos, no podia creer que esa concha que me había traido al mundo la estaba viendo toda humeda con 2 dedos adentro y con su otra mano se tocaba el clitoris.
Ella acabó y se le escaparon gemidos medios fuertes yo no pude contenerme y tambien vacie mi verga mirando a la concha de mi madre. Luego nos limpiamos y nos dormimos. Al otro dia eramos madre e hijos normales
Mamá actuó como si nada durante todo el día. Pero a la noche cuando llegó la hora del baño yo estaba al palo.
- Ya estás así hijito?
Me la miraba mordiéndose el labio.
- Sí, necesito más.
Me empecé a pajear delante de ella en bikini, con la esponja en la mano. Lo hacía torpemente a propósito. 
- Me ayudás?
- Qué me estás pidiendo amor?
Su tono de voz era más una provocación que una pregunta.
- Pajeame mamá!
- Aahh...
Se acercó como resignada, sin ninguna resistencia, arrodillándose delante mío y agarrando mi pija con fuerza, como si se sostuviera de ella para no caer. 
Me pajeó lento y apretándomela sin mirarme una vez a los ojos. Aproveché el momento.
- Mamá... Me encanta! Quiero ver tus tetas...
- Sí mi rey!
Se bajó la bikini dejando sus grandes y redondas gomas, que alguna mujer envidiosa diría que estaban operadas, pero eran naturales y hermosas.
- Aahh... Voy a acabarrrr!
Me dio unas sacudidas fuertes más y apuntó mi pija a sus tetas. Los chorros que me salían eran espesos e interminables. Cerré los ojos y me dejé llevar. Me temblaban las piernas de la intensidad del placer que sentía. 
Cuando me di cuenta que mi madre no me soltaba la miré y vi que ella se estaba tocando. La dejé seguir aunque fuera una tortura.  
Cuando acabó con gemidos ahogados me soltó. Se paró y me miró a los ojos recién ahí.
- Hijo. No podemos volver a hacer esto. Soy tu madre. Está mal!
- Sí mamá. Lo sé.
No dije nada más. Nos limpiamos y nos acostamos. Pasaron los días y me dieron el alta.

Todavía debíamos quedarnos dos noches más en el departamento de Mar del Plata...

3 comentarios - Internado con mi madre 1

REYDECORAZONES89 +1
Si es una historia real ufff quiero más me dejó caliente van 10
gust7387 +1
Muy buen relato como sigue??