Mi mujer juega a ser su hermana....

La veo acercarse de manera tan sensual. Ella es así, bella y excitante, naturalmente, sin proponérselo.
 No puedo dejar de mirar sus piernas, la piel, casi brillante, al descubierto, bajo un pequeño short, marcando la tensión de sus muslos al caminar. Sus pechos, libres al vaivén del movimiento de su cuerpo al andar, meciéndose desnudos, cubiertos solo por una remera de mangas largas, gastada, que deja esculpida la marca de su pezones.
Ahora recoge su hermoso pelo, oscuro y ondeado, hacia atrás. Atandolo con una cinta.
Camila es cautivante: en cuerpo y alma. Su sonrisa te seduce tanto como su cuerpo...
 Pero hoy estoy caliente. Siento la calentura en mi cuerpo y en mi cabeza. Hoy quiero fantasear con ella un poco más allá del límite.
 Hoy, (me avergüenza un poco decirlo) quiero aprovecharme de ella. De su timidez, de su entrega, de su personalidad sumisa a la hora del sexo. Porque Camila, Cami le digo cariñosamente, siempre se deja llevar. Acepta los juegos cuando sabes motivarla.
 Y lo que yo quiero hoy, no es cogerme a Camila. Hoy quiero cogerme a su hermana, Micaela.
 Hace un tiempo que la cabeza me explota pensando en la hermana de mi mujer. En sus parecidos y diferencias. En esa relación tan íntima que las une...
 Bueno, no tengo la intención real de que mi mujer me lo permita. Solo el morbo de saber si ella sería capaz de personificar para mí a su hermana. Ver si eso la calienta a ella también. Al fin y al cabo tienen ese tipo de relación donde comparten todo. Entonces ¿Por qué no compartirme a mí?
 Micaela (Mica) es la hermana menor de Camila. Pero a pesar de la diferencia de edad son muy parecidas. Al menos en lo físico, en la personalidad no. Camila, mi mujer, es suave, sumisa, introvertida, delicada. Micaela, mi cuñadita, en cambio es extrovertida, desenfadada, directa.
 No puedo pensar en una idea más perversa que ésta que estoy por llevar a cabo. Pero estoy obsesionado. Loco. Sé que lo voy a intentar sea como sea y que, llegado el caso, trataré de contener las consecuencias, si las cosas se desbordan...
 Por momentos me río un poco de lo ridícula de la idea. Es inverosímil. Pero entiendan que la adrenalina que me genera, solo de pensarlo, hace que mi cuerpo reaccione con violencia: siento un marcado palpitar, fuerte e intenso en el corazón, ardiente y progresivo en la pija.
 Estoy decidido. Me juego.
 Es de noche y ya dejamos que la bebida nos distienda de la vida cotidiana y nos libere a nuestros deseos. A mí oscuro deseo..
 La beso con pasión. Ella me deja tocarla. Se rinde a mis caricias. Le rozó, con la punta de mi lengua, la comisura de su boca. La apreto contra mí para que sienta mi erección. Para que sepa que ya estoy dispuesto a entrar en ella cuando lo desée.
Ella gime, imaginándolo, con los ojos entrecerrados, y esa es mí señal. Está lista. El juego empieza ahora. Estoy dispuesto.
 Despacio me acerco a su oído y le susurro: - Hoy quiero pedirte que me complazcas con un pedido especial...
- Lo que quieras.- me dice ella mordiéndose un labio, embelesada, sin saber mis verdaderas intensiones.
- No me digas eso si después te vas a hechar atrás. - la presiono, mientras le acaricio los pechos como a ella le gusta, aprovechándome a comprometerla, abusando de su carácter servil.
- Hoy me tenés para lo que quieras. - dice sin saber que alimenta y se entrega a mi vil deseo.
 Y la situación me genera una sensación extraña. La percibo obediente, entregada. Eso me influye un poder que me embriaga. Me siento capaz de cualquier cosa.
- Hoy quiero que juegues a ser otra. - Le digo pellizcándole suavemente los pezones.
- La que quieras. - me dice suspirando.
- Mirá que es un juego difícil. - Le aclaro para darle una última oportunidad de safar.
 Ella se pone seria un segundo me enfrenta entrecerrando los ojos, intrigada.
- Ahora me diste curiosidad. ¿Quien querés que sea esta noche?
- Ah, no... El juego es así:- Le explico malévolamente. - Solo si aceptas jugar te digo...
Ella lo piensa. Me mira. Me mide. Noto que duda un poco. No sabe si aceptar o no.
 Juego mi carta, tomo su mano y la apoyo sobre mi entrepierna para que sienta la dureza que la situación genera en mi poronga. Ella sonríe: - Si me lo pedís así...- dice con cara de pícara. Y accede...
 Entonces la giro. La abrazo por detrás. Le beso el cuello. Quedamos de frente a un alto espejo que ocupa una pared de nuestra sala. En el espejo busco su rostro. Corro un montón de pelo que cae sobre su cara para poder verla, para que ella también pueda verse. Y mientras le apoyo la pija entre los cachetes de la cola para que pueda sentir la calentura que me provoca, libero, sin dilaciones, mi más profundo deseo: - Hoy quiero que juegues a ser Micaela.
 La propuesta genera un tenso silencio. Corto pero eterno. Ella gira su cabeza y me mira. : - ¿Vos te querés coger a mi hermana? - me dice como no terminando de comprender.
 Yo sé que mi oportunidad es ésta. No puedo dudar. Tengo que manejar la situación. La miro serio. Siento una fuerza y una decisión como jamás sentí. Con autoridad le digo: - Vos lo prometiste...
 Ella me busca los ojos. Yo endurezco la mirada. Entonces, en un tono casi suplicante Camila me dice: - ¿Pero... a Mica? ¿A Micaela te querés coger?...
 -No. - le digo- Solo a vos te voy a coger. Pero vos esta noche vas a ser ella.
 La situación es rara. Pende de un hilo muy fino. Ella me mira de una forma que no logro descifrar. No sé si duda. O no termina de entender. O, tal vez, el golpe es muy fuerte para digerirlo así sin más.Pero yo no puedo dejar pasar esta oportunidad y actúo.
 Le saco la mirada y busco nuestra imagen en el espejo. Ella está indefensa bajo mis brazos. Los pechos desnudos al aire. La sigo acariciando mientras espero. Espero que me mire ahí. Sin dejar de tocarla, me acerco a su cuello, tibio, sedoso, y la muerdo. Ella levanta la vista y me mira en el reflejo. - ¿Micaela?- la llamo. - Si...- me responde en un suspiro. - Hoy vas a ser mía. - Le aclaro.
Entonces pasa algo extraño. Inesperado. Algo cambia. Algo en su expresión, en sus ojos. De repente su mirada ya no es una mirada sumisa, obediente. Su actitud se transforma al instante. Juraría, a riesgo de estar enloqueciendo, que verdaderamente estoy con Micaela, mi cuñada y no con su hermana mayor...mi mujer... Camila.
 - ¿Estás bien? - Le digo un poco preocupado, temiendo que el alcohol o la propuesta le hayan caído mal.
- Yo estoy muy bien, cuña... Con un poco de calor, por ahí... - en sus palabras se me insinúa, busca excitarme. -¿Vos cómo estás? ¿Estás caliente como yo también? - me dice acariciándose los pechos, llevándose un dedo a la boca.
 No lo podía creer. No sé cuál sería la expresión de mi cara en ese momento. Porque hasta su voz sonaba más grave, más parecida a mí cuñada. Esas actitudes, esos movimientos no eran los habituales en mi mujer.
 Ella se me pega, apoyando su cuerpo sobre el mío, me acerca la boca a la cara a la vez que me agarra la pija, que tengo al palo, por sobre el pantalón. Me pasa la lengua por la oreja, me arrincona contra la pared y me besa, me introduce la lengua, me muerde la boca.
 Yo cedo a ese impulso avasallante que me atropella y me excita fuerte.
 Ella, con una sonrisa extraña, me dice: - Esta noche vos sos mío. - mientras mete una mano por debajo de mi pantalón y forcejea hasta dejar libre mi sexo, caliente, erecto. Entonces me apreta fuerte la pija, como tanteando la dureza, luego acerca la palma de su mano a la boca y se la lame. La huele a la vez que la llena de saliva. Despues me embadurna la poronga con su propia baba. Y empieza a pajearne con energía.
 - ¡Hoy te voy a coger cómo la tímida de mi hermana nunca te cogió! - me dice al oído, mientras me retuerzo del placer que me genera la manera en que me masturba.
Ella me ve disfrutar, entonces con esa sonrisa maléfica, acelera el movimiento de su mano. - ¿Te gusta la idea, no?- me dice.
 Yo asiento con la cabeza, no me salen las palabras, la situación, un poco, me confunde pero también me excita como nunca.
 - Al final, sos como todos.- me reclama mientras me lleva con sus propias manos sus pechos a mi boca y me obliga a lamérselos. - Todos quieren probar qué se siente coger con Mica... Porque Mica es muy libre... ¿no? Provocadora.
 Yo trato de mirarla a la cara, pero ella me acorrala y me mete un pecho casi entero en la boca, con violencia, no puedo hacer nada, estoy entregado. Nunca la había visto a Camila así, en ese rol.
- ¿Y sabes por qué Mica disfruta tanto del sexo? - me pregunta.
Yo le digo que no con la cabeza mientras no puedo parar de comerle los pechos.
- Porque Mica se preocupa por su propio placer. Ella solo se concentra en ella. No le preocupa el otro.- me responde.
Y después de decir eso. Me suelta y mientras se dirige al sofá se saca el short y se sienta. Abre las piernas, dejando ver su concha brillante, mojada. Y me ordena: - Vení, chupame hasta hacerme explotar.
Yo no dudo un segundo y me lanzó a acatar la orden. Se me hace agua la boca de verla así, tan distinta, tan dispuesta a jugar el juego.
Su piel está caliente, su sabor es salado, su aroma penetrante. Ella me agarra de los pelos y me apreta contra su vagina con rudeza. Me sacude la cabeza. Mi lengua busca satisfacerla.
- ¡Si! ¡Así!¡Así! - dice.
Yo muevo la lengua tratando de abarcar todo, me encanta su sabor, siento su clítoris hinchado, sus labios abiertos, sus jugos fluyendo.
- ¿Te gusta probar mi concha, no? ¿Te excita?- me dice, agarrándome la cabeza con las dos manos, y usando mi cabeza como un juguete.
 Yo, con la respiración entrecortada, ahogándome en su sexo, le alcanzó a decir: - Sí, amor. Me encanta.
- ¡Soy Mica! ¡Mica llámame! ¡Mica Mica Mica!
Pero no me deja responder, al decir eso apreta mi cara más fuerte contra ella y empieza a raspar toda su entrepierna sobre mi cara, sobre la boca, la nariz, el mentón...
- Mica, mica, mica mica...- dice, poseída ya por el orgasmo que le llega.
-micamicamicamicamica...¡Sí! Mica así. ¡Así Mica! - grita como loca alcanzando el clímax a la par que yo trato de acertar algún lenguetazo para contribuir un poco a ese placer.
 Ella se recuesta sobre el sofá, exhausta. Y con los ojos cerrados y su sonrisa habitual susurra: 
 -Sí Mica! estuviste muy bien...





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Gracias por leer hasta el final. Si te gustó hacemelo saber con un comentario. 

Date una vuelta por mi perfil, hay varios relatos.

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4 comentarios - Mi mujer juega a ser su hermana....

Parejazar +1
Este relato lo leímos hace como 2 años.
martinfcd +1
Sí, el relato es mío. Lo publique como parte de una historia hace poco más de un año. Acá el original: pero... te gustó?
https://poringa.net/posts/relatos/3775461/La-extrana-relacion-entre-mi-mujer-y-su-hermana-II.html
Parejazar +1
@martinfcd nos encantó, terrible fantasía, muy jugada, si salía mal, se armaba pero se la jugaron , exelente.van 10 por la aclaración.
martinfcd +1
@Parejazar gracias a ustedes por pasar i comentar, encima que ya la habían leído. Se agradece doble.
gaucho-bi +1
muy bueno
martinfcd +1
Gracias por comentar.
Mmextra +1
Ufff que jugado...muuuy bueno...excelente, van 10!!!!!
martinfcd
Gracias! Esos juegos al límite son muy estimulantes...
Mmextra +1
@martinfcd me encantó...voy a ver su puedo poner en práctica...gracias por el relato, siempre un gusto leer algo bueno asi