Primera vez haciendo ataduras P1

Erase una vez una amante y yo que nuestra vida sexual se había estancado un poco. Consideramos todo: tríos, juguetes, porno, juegos de rol... Hasta un día me comentó que le gustaria intentar el shibari. Tenía una idea vaga de lo que era, por lo que me puse a investigar. Viendo la definición, me hizo recordar de mis años empezando a ver pornografía que me topaba con videos de mujeres atadas de pies a cabeza, totalmente despojadas de movimiento propio y sujetas a la voluntad de su superior. Siempre me interesaron esos videos, aunque algunos se torbaban excesivos para mí gusto, pero me llamaba la atención intentarlo eventualmente. Los años pasaron y no le di importancia hasta que sucede lo que les cuento. Inmediatamente accedo a intentarlo y empiezo a ver videos de como hacer las ataduras. Nos interesa más que nada las fajas de soga. A mí me llama mucho la atención como se ven en el cuerpo de una mujer. Acordamos hacerlo la siguiente vez que nos veamos.
Llega aquél día, y echo dentro de mis cosas, unos cuantos metros de soga que investigue que es la indicada. Entramos al motel y empezamos el juego previo. Ella es muy pequeña en tamaño. Tiene unos pechos pequeños pero redondos. Me posiciono encima de ella y le empiezo a besar los labios y la boca, mientras ella estira las piernas. Tiene un vestido negro con falda mediana. Posiciono mis manos sobre su cadera y las recorro hasta llegar a la base de sus pechos. Los empiezo a apretar suave pero firme cómo si fuera a exprimirlos. Siento la firmeza se su brasier, por lo que le empiezo a mover los tirantes de su vestido y brasier con mis dientes mientras aprieto más firmemente sus pechos y los muevo en círculos. Cómo es muy pequeña, no alcanzamos a unir nuestras entrepiernas, por lo que hago un movimiento de faje con sus piernas, las cuales son muy firmes y lisas. Ya quitando los tirantes, bajo mis besos y lengueteos por su cuello hasta su escote. Llego a su brasier y se lo empiezo a quitar con los dientes, exponiendo sus pequeños pechos, ya con sus pezones suacecitos y bastante erectos. Sostengo su pecho derecho y empiezo a lamer su pezón, presionándolo con la lengua hasta hundirlo en su piel y moviendolo en círculos. Meto mi otra mano debajo de su vestido, lentamente desplazandome a su ropa interior. Cuando mis dedos alcanzan sus pequeñas bragas, me entero de que ya están totalmente empapadas. Se siente muy caliente y húmedo, con el líquido espeso y pegajoso. Engancho su ropa interior con mi dedo de la parte de enmedio, y lentamente lo empiezo a jalar. Siento como su líquido se resiste a separarse de ella. Los tirantes se encajan en sus piernas mientras lentamente se deslizan hasta liberarse de ella.
Me gusta mucho como gime. Parece que aguanta la respiración hasta no poder y deja escapar el aire poco a poco. Su cabeza se inclina hacia atrás y se hunde en la almohada. Deslizo mis manos por sus costados, pasando por su cadera, cintura y hasta llegar a su pequeño y redondo trasero. Ella dice que es pequeño, pero yo siempre le dije que es proporcionalmente enorme comprarado con su pequeña estatura. Meto mi cabeza debajo de su vestido mientras abro sus piernas con los hombros. Con mis manos agarrando firmemente su trasero, lo separo para abrir su vagina recién depilada un poco. Nunca había tenido una pareja sexual con un pene de mi tamaño. Para mí, su vagina es perfecta. Extremadamente cerrada, calientita, y siempre húmeda.
Le empiezo a hacer un oral. Empiezo con la parte interior de sus piernas, alternando entre ellas, hasta llegar a su vulva. Deslizo mi lengua hacia arriba y abajo de sus labios exteriores. Su piel se siente suave. Es una sensación muy agradable para mí lengua. Puedo sentir el calor emanando de su vagina, entrando por mi garganta. Sostengo sus piernas abiertas y empiezo a lamer la entrada de su vagina. Puedo probar su liquido vaginal. Es muy espeso y completamente transparente. Tiene un sabor indescriptible pero muy delicioso. Conforme me lo voy tragando todo, sale más y más. Siento como se mueve del placer, mientras la sostengo firmemente y la jalo más hacia mi boca. La empiezo a penetrar con mi lengua, moviendola dentro de ella y rozando contra toda la pared interior de su vagina. Siento como escurre y toda la parte exterior de su vagina hasta su monte de Venus está cubierta de aquello mismo que ella produce, así como su trasero y el espacio entre ambos. Así mismo, toda la parte inferior de mi cara está cubierta de su líquido vaginal. Causa una sensación extraña en mi piel debido a lo caliente y espeso. Empieza a gemir más y más, cada vez más fuerte y moviendo toda su cadera arqueando su espalda. 
De repente, siento como su vagina empieza a tener contracciones. Sus manos agarrando firmemente las sábanas. Siento como una inundación en mis labios. Poco a poco regresa a sí. Vuelve a abrir los ojos y a relajar su cuerpo. Con su voz tímida me dice: "¿me puedo sentar en tu pene?". Es su manera de pedirme si me puede montar.

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