La madre de mi mejor amigo (7ª parte)

Nota: Si te perdiste los primeros capítulos empieza por el principio: 
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La madre de mi mejor amigo (7ª parte)


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Inconscientemente había vuelto a mi casa. Al entrar mi madre, que estaba viendo los programas matinales se extrañó al verme.
—¿Qué pasa Beltrán? ¿Por qué has vuelto tan pronto?
—Verás, es que me sentí a mal en clase y he pedido venirme a casa.
—¡Oh vaya! —dijo ella un poco alarmada.
Se levantó y se acercó a hacer lo que hacen todas las madres. Me tocó la frente para ver si tenía fiebre.
—Pues fiebre no tienes, aunque tu sudor es frío.
—Anda métete en la cama y descansa. Yo te avisaré para la hora de comer.
Y como si aún fuese pequeño me llevó a mi cuarto y me acostó. Fue extraño pues no se fue hasta que me hube quitado el pantalón, quedado en calzoncillos y metido en la cama.
A continuación se sentó en el borde y acariciándome el pelo me pidió que descansara y se despidió de mí con un casto beso en la frente.
Recuerdo lo confundido que estaba, ni siquiera sentía rabia por dentro, era un estado de apatía total en el que ni sentía, ni pensaba, ni tenía ganas de comer, ni de nada. Me seguía preguntando el porqué de la actitud de Ana Belén aquella mañana, para mí fue definitivamente muy cruel aquel día conmigo y en ese momento no sabía si quería volver a verla, la verdad.
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No me masturbé, estaba tan abatido que me quedé allí, ensimismado, queriendo escapar de una realidad que se había tornado cruel. Me había ofrecido probar las mieles del placer y luego me había dado una gran patada en el culo. Pero como dicen los franceses: ¡C’est la vie¡
Me dormí y entre raros sueños sentí una mano que me mecía.
—¡Beltrán, ya son las cuatro de la tarde! ¿No tienes hambre? —me susurró al oído una voz que de momento identifiqué como mi madre.
Había dormido unas cinco horas desde que volví de la casa de Anal Belén. Así que me puse algo cómodo y fui al salón donde mi madre ya había puesto la mesa. Espaguetis con mucho queso, podría decirse que era mi comida preferida. Tal vez los hizo para animarme y lo cierto es que tenía mucha hambre, pues no había comido nada desde el desayuno.
Devoré el plato, como un león a un ciervo, mientras ella me observaba. Supongo que si comía de aquella manera, lo mío no era tan grave.
—Me alegro de que estés mejor —me dijo acariciándome el pelo y tocándome otra vez la frente.
Bebí agua, para bajar el último bocado y entonces sentí la imperiosa necesidad de confesarle lo que me había pasado. Así que desembuché como el mejor de los soplones y no escatimé detalles, me vacié como un cántaro cuando llega de la fuente a casa y todos lo esperan, cada uno para sus fines.
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—¿Por qué ha sido tan cruel conmigo? —pregunté a mi madretras contarle todo.
—Bueno Beltrán, admito que tu historia es un pocoalucinante. Aún me cuesta creerlo, pero he de admitir que en parte Ana Beléntiene razón. Si comienza una relación contigo y se sabe, estará en boca de todosy una viuda como ella es lo último que desea.
Me dolió que le diese la razón, pero por otro lado me sentíaliviado en parte y comprendí sus motivos.
—Pero no te preocupes Beltrán, al final, si te deseaconseguirás lo que tanto ansías.
—¿Tú crees? —dije, no imploré a modo de súplica.
—No conoces a las mujeres Beltrán, a ella le hubieseencantado tener sexo contigo, pero se ha reprimido. Es posible que otro díavenza la tentación y se lo monte contigo.
—¡Eso espero! —suspiré.
—Aunque personalmente Beltrán, preferiría que hicieras casoa su consejo de buscarte una chica joven para tener relaciones.
—Ya lo sé, pero bueno, dese a Ana Belén, no para nada serio,sólo para sexo —le dije despertando una gran carcajada en ella.
—Eso ha tenido su gracia hijo: “Solo para sexo” —parafraseóy volvió a reír.
—Y tú, no te gustaría tirarte a Carlos, solo para sexo —ledije ahora yo.
Y extrañamente, su risa se cortó de raíz al escuchar mipropuesta.
—Bueno hijo, una no es de piedra, ¿sabes? Me pasa como a AnaBelén, siento que es un error y aunque no quiero cometerlo, en el fondo deseocomplacer mi fantasía.
—Como te dije yo te puedo ayudar pero, ¿me dejarás mirar?

Mi madre hizo un gesto de desaprobación, aunque realmente nola enfadó. El grado de intimidad entre nosotros había crecido tras aquellasconfesiones, ahora la sentía más como una confesora que como una madre.


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La madre de mi mejor amigo es una obra de sesenta y nueve capítulos "cortos", gracias a ello la acción se desarrolla de forma rápida, espero que os estéis disfrutando de sus primeros capítulos. Mientras vea que la serie tiene apoyo seguiré publicándola, aquí os dejo su sinopsis:
En esta vida hay cosas que no podemos elegir. Una de ellas es de quién nos enamoramos, pues cuando el amor llega, nos sorprende, nos supera, nos eleva, nos aplasta, nos zarandea como el viento al junco y en esos momentos sólo hay dos opciones: o nos plegamos como el junco y nos entregamos a él, o nos resistimos y la locura hace mella en nuestra alma.
Tal vez digo esto como justificación, pues yo terminé enamorándome de la madre de mi mejor amigo...

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