Un sueño

Faltaba un poco para que anochezca y yo llegué primero y, algo nervioso, me senté junto a la ventana.
No quería pedir nada aún. No hasta que llegaran ellos al menos.
Para calmar la ansiedad, decidí prestarle más atención a la música de fondo del lugar que pertenecía a la banda Virus. Observaba las parejas a mi alrededor, y cada tanto chequeaba la hora que se me olvidaba un segundo después de mirarla.

Cuando entraron los reconocí al instante. O por lo menos a ella y ese cuerpo que me dejaba loco.
Sus rulitos, sus brazos y sus piernas me resultaban inconfundibles. Estaba con un vestido corto, de color clarito que hacía resaltar toda la belleza que siempre llevaba consigo.
Al hacer contacto visual, les hice una seña indicando que era yo y comenzaron a caminar hacia mí.

Yo no sé realmente como es que se sienten las personas cuando van a realizar su primer encuentro con gente que conocen a través de internet.
Pero a mí, el corazón me latía a mil por hora con cada paso que avanzaban.
Me saqué el tapabocas y les sonreí cuando ya estaban a una distancia prudente.
Ellos se acercaron y me saludaron alegremente.
Lo primero que busqué con la mirada cuando la tuve cerca fueron sus labios, pintados de un rojo que encendía, y luego sus ojitos.
Intimidó mi corazón con su mirada, pero luego de regalarme una bella sonrisa me tranquilicé un poquito. Nos sentamos (ella frente a mí, junto a la ventana, y él a su lado) a tomar unas cervezas y a charlar. De todo un poco, de nosotros sin ahondar mucho, trivialidades para descontracturar y sexualidad porque... bueno... eso... Siempre con mucho respeto, y sobre todo, humor.
He de admitir que la reunión fluyó bien en gran parte por mérito suyo con su buena onda y predisposición. Porque a decir verdad, yo soy más de los introvertidos. Pero con el pasar de los minutos, fui desenvolviéndome mucho mejor. Esa mujer encontró de alguna forma, la manera de hacerme sentir cómodo.
El rato pasó y no estoy seguro de si fue por el alcohol, las risas o la misma presencia de la morocha que me obligaba a decirle en repetidas ocasiones lo linda que se veía, todo lo que me gustaba de ella y mucho más que pasó por mi cabeza durante mucho tiempo.

Me alegraría saber que no parecía un desesperado, pues se me hacía realmente imposible no mirar su cuello y su pecho con ánimos de llenarlos de besos. Y ella, mucho más disimulada, miraba mi boca.



Por su parte, él era un poco más tranquilo que ella.
Lo noté cuando la morocha se levantó para ir al baño y nosotros nos quedamos charlando un rato a solas.
Cuando volvió se sentó y dejó caer algo debajo de la mesa, de manera completamente intencional y sin disimular, algo que traía en su mano.
Ofecí a levantárselo sin saber que estaba cayendo en su trampa.
Lo que había lanzado ¡era su ropa interior!
 Cuando alcé la mirada no pude moverme.
Lo que vi, o mejor dicho, lo que ella me dejaba ver, lo era todo para mí.
Estaba abierta de piernas y sin ropa interior. Dejando que a través de la abertura del vestido pudiese ver la conchita más hermosa que jamás se me cruzó.
Entré en pánico. La observé fijamente por varios segundos. Era realmente preciosa. Tenía color y tamaño perfectos. Quería lanzarme de cabeza y besarla como si estuviésemos solos en un telo. Pero no podía. No solo por el lugar en donde estábamos, si no que tampoco era capaz de moverme. Estaba paralizado.
Cuando por fin pude salir a la superficie ella me estaba mirando con una tierna sonrisa.
Lucas: Nati...
Nati: Bueno. Decime vos... ¿hacemos algo o no?- complementando con un guiño de ojo.


Un sueño

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Un rato después salimos los tres a los tumbos.
Parecía que estábamos abrazados como borrachos, pero no. Era que estábamos prendidos fuego los tres. Pegados.
Leo y yo nos comíamos a besos a Nati mientras caminábamos a nuestro destino.
Me besaba en los labios a mí y luego giraba su cabeza para comerle la boca a su novio.

Estaba en un hermoso ida y vuelta.
 Besarla era algo que me calentaba muchísimo.
En reiteradas ocasiones le comenté que sentía una total debilidad por su físico (hasta que comencé a hablar con ella y a conocer lo morbosa y excitante que era. El físico era solo una parte). De una forma que a duras penas podría explicar, el simple hecho de verla me generaba satisfacción. Y el de poder sentirla con mi boca... posta que no podría ponerlo en palabras. Pero podría pasar horas enteras intentándolo.
A los besos se le sumaron caricias y apretones.
Cada contacto visual, aunque ínfimo, decía miles de barbaridades.

Los alrededores no existían para nosotros. Un inconveniente quiso preguntarnos por la parada de un colectivo o algo así, pero fue ignorado olímpicamente.


Quería sacarle sus tetas de bolsillo del vestidito en plena calle, pero no podía hacerlo.
Tuve que conformarme con desearlas todo el camino.


Nos encontrábamos cerca a palabras de ellos. Tuvimos que atravesar el oscuro parque de una plaza la cual debido al horario y la mala iluminación, estaba muy poco transcurrida.
Quizás alguien corriendo a sus alrededores o algún transeúnte que estaba de paso. Pero no mucho realmente.
Al llegar a una parte, apenas iluminada por luces lejanas, Nati y yo nos sorprendimos al ver que Leo detuvo repentinamente su marcha.
Nati: ¿Qué pasa Amor?
Él la tomó rápidamente por los brazos y la apoyó contra un árbol cercano para besarla fuertemente.
Yo no perdí nada de tiempo y me sumé al espectáculo que me ofrecían.
Los besos y las caricias estaban elevadísimas de tono. 
Probablemente por la adrenalina de estar en un lugar donde cualquiera que pasara podría vernos.
Cuando no era mi mano la que bajaba a la entrepierna de Nati para hacerle una rica paja, era la de su novio.
El cuerpo de Nati tenía cuatro manos y dos pares de labios que no se despegaban de ella.
Sentir la respiración agitada de ambos me ponía a mil.
Sabía que no era el único al que la situación lo desbordaba.


Cuando por fin pude sacar las tetas de bolsillo del vestido, Leo tomó otra iniciativa y se puso detrás de ella para levantarla tomándola por las piernas.
Leo: Lucas...- me dijo mirándome a los ojos.

Yo abrí los ojos como platos y no dudé en aceptar.
Lucas: ¡Sí!- dije como si estuviese aceptando una difícil misión encomendada.
 Tardé un segundo en ponerme en cuclillas frente a la entrepierna de su mujer.
Corrí el vestido y tenía frente a mí esa conchita hermosa. Se notaba a simple vista que estaba empapada y con su brillo único.
Con miedo de toda esta situación de exhibicionismo, pero sin dubitar, me comí a besos la vulva de mis sueños.
Mis movimientos eran rápidos y algo temblorosos. Repasé cada rincón y hasta me di el lujo de besar ese hermoso lunarcito que tenía en la entrepierna. Ese que me volvió loco desde la primera vez que me mandó un video de mi conchita favorita.

 Tenía miedo de que alguien pudiese estar viéndonos. Pero también sentía ¿excitación? por eso. Me encantaba. Y que sea con Nati aún más. El corazón me latía a mil, no, diez mil por hora.

Leo observaba para todos lados asegurándose de que nadie nos viese mientras yo no descansaba un segundo de chupársela a Nati.
Estaba empapada y hasta incluso pude escuchar un leve y pequeño gemidito que me dio años de vida.
Leo: Vámonos.
Soltó del agarre a su novia, quien cuando estuvo libre se me tiró encima como si fuese un animal y me comió la boca dándome un mordisquito al final.
Que Nati se esté poniendo mala es signo de una cosa, quería coger. Cuanto antes.
Y su mirada era como si estuviese enojada. Enojadísima de que en este momento no le estemos dando bien duro.
Ambos nos miramos agitados y luego me dirigí hacia Leo.
Lucas: Sí... vamos... por favor.
Salimos de la inmensa oscuridad del parque y caminamos rapidísimo.
Si alguien nos decía que los tres en realidad estábamos corriendo, no podríamos negárselo.
De no ser por Leo que guiaba nuestro camino, hubiésemos terminado en cualquier lado. 

Nati y yo no parábamos de cruzar miradas, una más tensa que la otra.

Una vez que recuperó el aliento, ella agarró a su novio y lo besó fuertemente.
Acto seguido, se dirigió hacia mi.
Nati: Como te voy a dar vuelta pendejo de mierda...
Lucas: ¡Por favor! ¡Por lo que más quieras!
Llegamos al lugar.
Mientras Leo abría la puerta de manera apresurada, aproveché que dejamos de caminar para tomar a Nati de la cintura por detrás y pegarla a mi cuerpo.
Le di un beso en la nuca y aproveché para sentir su aroma.
Lucas: Por fin te voy a poder dar toda mi lechita...- le susurré al oído.



hermosa



Cuando la puerta se abrió, entramos rápido y los tres nos sacamos la ropa como si quemara.

Apenas la tuve en mis manos, le besé todo el rostro y el cuello.
Quise bajar a las tetas de bolsillo pero al parecer ella no aguantaba más. Así que fuimos directo a ello. 

Se acostó de espaldas en el borde de la cama. Abrió sus piernas dándome la invitación más hermosa que podía existir y yo acepté gustosamente.
Puse sus piecitos en mis hombros y comencé a frotar mi verga por toda su vulva.
Lucas: ¿Querés...?
Ella no me dejó terminar que tomó mi pija y la acomodó para que pudiese entrar de una vez por todas.
Mientras me la cogía, besaba sus pies y acariciaba esas piernas que tenían un largo perfecto.
No había segundo que escapase de la cámara de Leo a nuestro lado.
No podía creer que estaba cumpliendo mi sueño.
Cuando agarré más velocidad, seguí abriendo sus piernas y me acerqué a ella para empezar a cogérmela en una suerte de misionero.
De esta forma podría acercarme a su oído para que me escuchase gemir, besarla en el rostro o decirle las cosas morbosas que se me pasaban por la cabeza.
Ella me ayudó en posición sosteniendo sus piernas y empecé a cogérmela con mucha pasión.
Mientras tenía mi cara pegada a su cuello, ella estaba bien aferrada a mí. Me tomaba de la cara con ambas manos y rodeó parcialmente mis caderas con sus piernas.
Leo observaba el show sentado pajeándose.

De tanto en tanto, algún comentario morboso le lanzaba a su novio haciendo referencia a que otro hombre se la estaba cogiendo.
Mientras que él respondía siempre con condescendencia.
Sin dudas esa practica estaba empezando a gustarme. Demasiado.



Lucas: De todas las personas del mundo, una sola podía lograr que yo me anime a hacer un trío...- le dije mirándola a la cara mientras cogíamos.
Nati: A modo de recompensa, yo creo que esa persona merece que la cojan bien duro...
Lucas: Esa persona... conmigo obtiene todo lo que quiere...
Empecé a moverme lo más rápido que podía, llegando al punto máximo de placer dentro de Nati.
Lucas: ¡AY DIOS POR FAVORRRRRRRR!- lancé en un grito alterado mientras acababa.

Le di un leve mordisquito en el hombro izquierdo.
Pero al separarme la morocha tenía un primerísimo primer plano de mi rostro en pleno orgasmo. Ojalá haya disfrutado mi boca abierta y la mirada perdida que le regalé.
Apenas salí de ella, me saqué el preservativo y me dirigí a besar sus tetas. Sentía que me las merecía como premio.
Nati: Ahora te toca mirar a vos...
Me separó de sus tetas 😞
Y se puso en cuatro para que Leo pudiese comerle la cola y aceitarla bien.
Su novio la comió frente a mis ojos. Luego de dilatarla un poco, le puso el plug en la cola.
Enseguida él se adentró en la morocha por adelante y se la estaba cogiendo muy fuerte.

Tuve que observar la escena un tiempo.
Me mordí el labio inferior en señal de impotencia. Quería estar ahí nuevamente gozando de Nati. 

Por suerte, el período refractario no representaba ningún inconveniente para ambos.
Nati: Y ahora vos vení que tengo hambre...- me dijo a la vez que era movilizada por las embestidas de Leo.
Su vista no salía de mi pija que aún no recuperaba la erección.
Lucas: Esperame que la limpio y...
Nati: Si a vos no te molesta, preferiría limpiártela con la boquita...-el tono de putita tierna que usaba conmigo a veces me ponía como un animal.
Lucas: ¿Segura?
Nati: ¡Sí! ¡Limpieza succionadora jajaja!
Apenas se la puso en la boca me hizo suspirar.
Aún estaba algo sensible por mi orgasmo.
Lucas: Ay Dios...- dije mientras me tapaba los ojos en señal de que era demasiado para mí.
Lucas: La chupás increíble Nati. Sos la mejor- le dije con una sonrisa de oreja a oreja.
Nati: Como me gusta ver esa sonrisita mientras te la chupo pendejo.
Esta mujer era increíble. Podía chupar mi pija de una forma excelente y sin usar sus manos.
Su blanco de ataque siempre era mi lugar preferido.
Donde sea que ella estaba, ese era el punto G.
Sin olvidar de repasar el tronco y dándole mucha importancia también a mis huevos.
Yo aún no quería verla. Sabía que si la miraba a los ojos me iba a tener de vuelta a sus pies.
No es que me disgustara, de hecho me encantaba entregarme completamente a esa hembra abusiva y calentona. Es solo que a veces me gusta hacerme un poquito el duro.
Ya hace algunos minutos que Nati me había puesto la pija durísima (como de costumbre).
Nati: Mirame... Pende...- decía dificultosa porque, bueno se la estaban cogiendo.
Lucas: No quiero...- le dije  tímidamente con otra sonrisa.
Nati: Jaja dale tonto-ella solo paraba de chuparmela para suspirar debido a la cogida que le daba Leo, o para hablarme.
Inocentemente decidí hacerle caso a Natalia. Y ella me pagó con todo lo opuesto. Con malicia.
Apenas hice contacto visual con ella, empezó a chuparme la pija de forma desenfrenada. Como si no hubiese tenido una en la boca hace meses.
¡Incluso pudo meter en su boquita casi toda mi verga!
Esa fue la gota que colmó el vaso y decidí sacarle mi pija de su boca unos segundos.
Lucas: Me vas a hacer acabar de vuelta...- le dije asombrado y acusándola con el dedo.
Nati: ¿Y qué tiene...? Esperamos unos minutos y te doy vuelta otra vez... No nos vamos a dormir temprano jajaja- su cara de pícara me reventaba.
Yo a esas alturas me preguntaba si ella SIEMPRE daba en el clavo con lo tenía que decirme para prenderme fuego, o simplemente todo lo que salga de su boca me convencía.
Tomé mi verga desde la base y le di suaves golpecitos en su cara hasta que ella abrió la boca y la volvió a chupar.
Nati: Así me gusta Pende... Haciendo caso...
Comportarme completamente obediente para con Nati era algo que me podía y mucho.
Seguimos en esa vaina hasta que Nati le pidió a Leo que pare la durísima garchada que le estaba propinando.
Disfrutaba mucho de verlos.
Ella se volteó y quedó nuevamente en 4, pero ahora frente a mí.
Cuando la vi en esa pose ante mis ojos no lo podía creer.
Lucas: Gracias Dios...-dije de manera totalmente inconsciente.
Nati: Jajaja sacame el plug Pende.
Me avergoncé por lo que acababa de decir. Pero una vez que interpreté sus palabras, mi corazón comenzó a latir a mil por hora. 
Me lo permití pensar inocentemente, pero sabía que no podía ser.
Una vez fuera de su ano el juguete, lo coloqué con sumo cuidado sobre la cama como si se tratase de algún tesoro antiguo.
Nati: Ahora quiero que me cojas la colita...- me dijo mientras hundía su cara en una almohada y arqueaba la espalda dejando a mi merced el culo más hermoso que existe.
Me puse nervioso. No caí en mi situación.
Lucas: ¿Se- segura...? Yo nunca... hice esto...
Nati: ¡Sí nene! ¡Dalee!
Mientras replicaba sacudía su culito de izquierda a derecha.

Esa imagen de Nati, bien putita, pidiendo que me la cogiera me envalentonó
Era como la máxima invitación a cogérmela. 
Me aferré fuerte a su cintura perfecta y aprovechando lo dilatada que estaba su colita e ingresé de a poco
Trataba de ir despacio para no cometer errores. Por nada del mundo quería que ella pierda la excitación, y mucho menos hacerle doler.
Me encontraba agitado y muy muy caliente.
Cuando por fin toda mi verga había entrado, después de los lentos movimientos, necesité de unos segundos. No sólo para que su agujerito se acostumbre a mi pija, si no que yo mismo necesitaba asimilarlo.
El calor y la estrechez del culito de Nati me otorgaron un placer único y casi imposible de procesar. Pude sentir como mi temperatura corporal aumentaba.
Al empezar a bombear más rápido, un largo escalofrío recorrió toda mi espalda y mi nuca.

Cuando quise darme cuenta, lo estaba gozando como nunca.
Lucas: ¿Te gusta putita hermosa?- le dije dándole una nalgada.
Nati: ¡Me encanta Pende! ¡Más duro!
Cogérmela. Tomarla fuerte por la cintura. Estrujarle sus nalgotas. Darle una nalgada. Eran todas cosas que me hacían sentir el mejor hombre del mundo. Sentía que era el número 1 en todo el mundo.
Me resultaba inverosímil por momentos el hecho de que una persona me excitara tanto.
No parábamos de gritarnos chanchadas. Y que Leo estuviese filmándonos con una sonrisa de oreja a oreja me ponía aún más caliente.
Es más, ni siquiera había notado el momento en que él se subió a la cama para que su novia le esté chupando la pija como una desesperada.
Ya a esas alturas estaba cogiéndomela lo más duro y rápido que me permitía el cuerpo.

Los gemidos se me escapan uno tras otro y bien fuertes.
Las palabras "Nati", "por favor" y "Dios" lo habré repetido unas 7 veces cada una. Me daba algo de vergüenza que me escucharan así. Pero en ese momento mi único objetivo era cogérmela. No había tiempo para preocuparse por boludeces.
Todo ese nerviosismo que sentía antes se transformó en lujuria pura. Solo sentía ganas de cogérmela y besarla. Lo malo se había convertido en algo bueno.

No sé como es que carajo lo hacía, pero me encantaba. Natalia siempre sabía sacar mi lado más sucio y morboso (algo que cariñosamente apodé en mi cabeza como "el efecto Nati").
Luego de conocerla, cada vez que en mi vida afloraba un morbo nuevo, me era inevitable pensar en ella y darle las gracias.

Nati: ¡Gracias Pende!¡Gracias pendejito!
¿Qué significaba eso? ¿Estaba acabando? Realmente no lo sabía con certeza.
Sí, su respiración estaba agitada, algunos de sus músculos estaban tensos y arqueó aún más su espalda.

No lo sé, pero mientras ella gozara sea cual sea la forma, lo demás no me importaba mucho.

Quizás era por eso. O la admiración que le tenía. O también porque su cuerpo me generaba cosas que nunca había sentido.
Quería incesantemente encontrarle una explicación a porqué lo que más me excitaba en esta vida era su placer. Para mi, ver a Nati gozar, era magnánimo. Y si yo era el dichoso que generaba esa satisfacción interna... llegaba al techo de mi bienestar. Siempre. La sensación de plenitud que dejaba en mi, el darle placer sexual a Natalia, no podía emularla con nada en la vida. Ni de cerca.


Y esa no iba a ser la excepción, ni mucho menos iba a ser pasado por alto en mi cuerpo.
Respondiéndole con mi propio orgasmo.
Saqué cuanto antes mi pija de su colita, retiré el preservativo y acabé en su colita.
Todo mi semen cayó sobre su culito y las nalgas. Era una imagen preciosa.
Lucas: Que hermoso se ve tu colita con mi leche Nati. La pondría de fondo de pantalla de mi celular para ser lo primero que vea cada vez que despierto ja- le dije mientras la fotografiaba con mi teléfono.
Mis palabras y acciones, sumadas a la chupada de pija que daba envidia, hicieron que Leo sacara la pija de la boca de su novia y le escupiera todo su semen en la cara.
Nati, sin aliento y cubierta de esperma se encontraba feliz como nunca.
Escuchar su respiración y ver esa sonrisa maquillada con leche hizo que mi vida tenga más sentido. Que todo lo que había hecho en la vida no fue en vano si de alguna forma terminé en ese momento tan bello.
Cuando se levantó, me acerqué a besar sus tetas.

Estaba cansadísimo, pero lo necesitaba.
Nati me miró con asombro.
Lucas: Perdón. Es que las quería chupar desde que entraste al bar y nunca tuve la oportunidad jeje.
Nati: Bueno... dale. Dos minutos nomás así voy al baño- me dijo riéndose.
Como amaba sus tetas. Tenía una fijación única con ellas.
Cerré mis ojos y restregué mi cara por todo su pecho.



anal


Al abrir los ojos, todo estaba oscuro.
Miré hacia todas las direcciones.
Estaba sobre una cama. Sobre mi cama.
Comencé a ponerme muy nervioso.
"No me digas que fue un sueño. Por favor." rogaba desesperadamente a no sé quien.
"¡El teléfono!" dije en voz alta mientras recordaba aquella foto que le había sacado.
Revise la galería, la cámara y cada rincón del celular. No estaba.
Lucas: ¡No puede ser! ¡Por favor!
Entré a Poringa! lo más rápido que pude, pero no encontraba lo que estaba buscando.
Me dejé caer en la cama nuevamente. Abatido.
Lucas: Fue un sueño...- dije mirando hacia el techo
El ruidito de la notificación del chat de Poringa! sonó y me sacó de mis fatales pensamientos.
Al ver el mensaje que me había llegado, me sorprendí.
Pero lo que me alivió no fue el el mensaje en sí, si no su emisor.
"Por favor pendex, la próxima vez que te hagas una paja, me la compartís que me encanta! No me prives de eso!!" rezaba el mensaje.

Lucas: Ja... ja... bueno. Efectivamente fue un sueño. Solo espero que sea de esos que se cumplen...-dije sonriendo como un tonto.

¿Y su emisor?

Pues a quien le dedico con mucho cariño este relato.


@parejita1880

1 comentario - Un sueño

porandy001 +1
Nati tiene algo que desprende... inexplicable
Excelente relato maestro!
gamemostron
Sin dudas! Podré escribir mil relatos, que jamás encontraré la forma de explicar la magia de esa mujer. Gracias por leer!!