Andrea , mi querida suegra

Tan recientemente como hace unos dí­as, Elena mi esposa, tuvo que ir a visitar a una de sus hermanas, ya que próximamente dará a luz. Por otra parte, su señora madre, Andrea, o sea mi querida y santí­sima suegra, decidió ir de visita a su otra hija, después de que diera a luz. 

Andrea mi suegra, vive bien cerca de casa, y cada vez que yo llegó del trabajo, me la encuentro en mi casa, ya sea ayudando a mi esposa a limpiar, o haciendo uso de la computadora de mi esposa. Por lo general se la pasa metida en las llamadas redes sociales, pendiente a cualquier estupidez que salga, en dichas redes. Así­ que cuando, después de que llegué de mi trabajo, y cené la comida que Andrea me sirvió, me puse a descansar, mientras que ella prendió la computadora, al poco rato la escuché decir sumamente sorprendida. No puede ser, si se lo mete, seguro que la mataBueno yo realmente no le presté mucha atención, hasta que la señora nuevamente, hizo otro comentario similar,con relación a lo que estaba viendo en la pantalla. Ya como a la tercera ocasión, de escucharla decir algo bastante fuerte, no les mentiré. Me dio mucha curiosidad por ver que carajo era lo que mi suegra estaba viendo. Así­ que ya estaba a punto de pararme, para ver qué era lo que mi suegra estaba viendo, cuando ella evidentemente muy asustada me llamó diciéndome. Efraí­n, de seguro que eso es falso, ¿verdad? Se referí­a a una serie de fotos porno, donde un tipo con una verga, que más bien parecí­a una manguera de bombero, se la estaba enterrando a una chica, de talla bien pequeña. Yo observé las fotos, pero también me di cuenta de la manera que mi suegra dirigí­a su mirada al bulto que yo tengo entre las piernas. Yo haciendo el desentendido, decidí­ ver hasta donde pensaba llegar la vieja, así­ que continué subiendo otras fotos tan explicitas, como las que mi suegra habí­a subido. Fue cuando Andrea me comentó haciéndose la pendeja, que ella no sabí­a cómo llegó eso a la pantalla del monitor. Yo en un tono conciliador, mientras le mostraba otras fotos más calientes, le dije. Seguramente Elena, las debió haber estado viendo anoche, antes de irse a la cama conmigo. Andrea se quedó algo sorprendida, pero sin quitar sus ojos de la pantalla, me preguntó. ¿Y eso los ayuda? Yo le respondí­ claro que si, además tanto a Elena como a mi, nos calienta, y excita bárbaramente, además de que nos da nuevas ideas de lo que juntos podemos hacer. En ese instante, vi que el rostro de mi suegra se habí­a puesto algo rojo, su manera de seguirme viendo, era hasta cierto punto provocativa, su voz temblaba de emoción, mientras seguí­a con su mirada fija en las fotos, y ocasionalmente se fijaba en mis entrepiernas. Por lo que levantando la falda que ella tení­a puesta, y agarrando una de sus nalgas, le pregunté. ¿Dime Andrea sino te provocarí­a probar? alguna de esas posiciones. Ella se me quedó viendo, al tiempo que fue colocando su mano, sobre el bulto que formaba mi verga bajo el pantalón. Pero cuando me bajé los pantalones, Andrea se quedó muda, no dijo nada, hasta que le pregunté. ¿Y el difunto, alguna vez lo hizo así­ contigo? Ella sin quitar la vista de mi verga me respondió. No, él jamás hizo algo así­ conmigo. Yo seguí­ preguntando, ¿y jamás se lo llegaste a mamar?Su respuesta fue un seco no, por lo que seguí­ preguntándole ¿Y él jamás te la mamó a ti, o se colocó tras de ti? Y con una nerviosa risita volvió a responderme que no. Fue cuando yo agarrando una de sus manos la coloqué sobre mí­ ya parada verga, diciéndole. No te preocupes que Elena no es celosa. Andrea se me quedó viendo como si no me creyese, pero al mismo tiempo comenzó apretar mi verga entre los dedos de su mano izquierda. Yo coloqué una de mis manos sobre su hombro izquierdo, de manera suave y lentamente fui haciendo que se fuera agachando, hasta que su boca quedó frente a mi parada verga. A los pocos segundos, ya mi suegra comenzó a mamármela, de manera bien sabrosa, hasta el punto en que le dije que se detuviera, ya que de seguir mamándomela, seguramente me hubiera venido dentro de su boca. Andrea como que más llena de confianza, en cosa de pocos segundos, se desnudó completamente frente a mí­, al tiempo que yo también me desnudé de igual manera frente a ella. Una de las cosas que me sorprendió de mi suegra, fue que tení­a su coño completamente depilado, al igual que mi mujer. Yo tomé asiento en la butaca, y ella aun con algo de nerviosismo se fue colocando sobre mi verga, yo sentí­, como poco a poco, la fui penetrando, como el caliente y húmedo coño, de mi suegra se fue tragando poco apoco toda mi verga. Por un buen rato la sentí­ sabrosamente cabalgando sobre mis piernas, hasta que le propuse que cambiásemos de posición. Andrea que restregaba sus caderas contra mi cuerpo, buscando sentir más, y más adentro de ella toda mi verga, se detuvo y creo que pensaba decirme algo, cuando yo le dije. Vamos para que pruebes algo diferente. Eso como que bastó para convencerla, ya que siguiendo mis instrucciones se recostó boca arriba sobre la mesa del comedor, y tras separar su piernas, nuevamente le enterré toda mi verga dentro de su cuerpo. Andrea comenzó a gemir y a decir lo rico que se sentí­a, y casi llorando de felicidad, me decí­a, no se lo digas a mi hija, o va a pensar que su madre es una puta, quita maridos. Yo continué clavándole toda mi verga a mi suegra, en cierto momento, me detuve y tras sacar mi verga de su caliente coño. Me dediqué a darle una buena mamada, como las que le doy a su hija. Andrea no dejó de gemir, y de gritar de placer, en cierto momento colocó sus manos sobre mi cabeza, y con más fuerza, restregó mi cara contra su depilado coño, hasta que la hice disfrutar de un orgasmo, como creo que nunca antes habí­a disfrutado. Luego de eso estando ella aun como sin fuerzas, la ayudé a recostarse boca abajo sobre la misma mesa, y sin consideración alguna le volví­ a enterrar por completo toda mi verga, dentro su mojado y caliente coño. Andrea continuaba chillando, y moviendo sus caderas, pidiendo que le diera más y más duro. Al tiempo que con una de mis manos le agarraba su clí­toris y se lo apretaba con fuerza entre mis dedos. Cuando decidí­ venirme, ya mi suegra habí­a vuelto a disfrutar de otro salvaje orgasmo, se encontraba como borracha, pero de sexo, por lo que cuando volví­ a colocar mi verga frente a su boca, ella golosamente se la tragó completa, chupándola hasta que ya no me quedó ni una sola gota de leche. Bueno desde ese dí­a, las relaciones entre mi suegra, y yo ha mejorado muchí­simo. Aunque para complacer a Andrea, no le he comentado nada a su hija, mi esposa. Quien, por lo que me ha comentado, al parecer se ha dado cuenta, del cambio que ha habido en el carácter de su madre.

2 comentarios - Andrea , mi querida suegra

kramalo +1
esta bueno.!, pero.. desde cuando empezaste a decir "coño" a la concha acá en nuestra humilde Argenta?.... no habrás copiado y pegado chinberguencha....jaa!