En el ginecólogo

Como todos los relatos estan basados en mis fantasías.
Una vez dentro de la consulta me dice el doctor
- Sácate los pantalones que te examinare el sexo.
Lo hice y me tumbe en la camilla y él abrió mis piernas acomodando mis pies en los estribos. El doctor se colocó los guantes y empezó la superficial exploración mientras me interrogaba:
—¿Cuándo tuvo su última menstruación?
—La semana pasada.
—¿Alguna enfermedad grave? ¿Diabetes?
—No.
—¿Toma algún medicamento?
—No tomo nada de manera habitual.
—¿Algún antecedente familiar de enfermedad?
—Mi madre tuvo cáncer de mama.
—De acuerdo, por último señora Vías, ¿qué método anticonceptivo utiliza?
—La píldora.
Él médico terminó la exploración, se quitó los guantes y mientras los tiraba a la papelera comentó:
—Aparentemente está todo normal, dígame, ¿por qué viene a la consulta? ¿Le preocupa algo en concreto?
—No, quería hacerme una revisión. Desde lo de mi madre siempre estoy paranoica con el tema de los bultos, la verdad es que no me he encontrado nada, pero me quedo más tranquila haciéndome una revisión anual.
—Y hace muy bien afirmó el médico.
-A ver, sácate la remera que voy a examinar tu pecho
Yo obedecí sin miedo alguno. El doctor me miro bien las tetas, cogió una de ellas y la apretó, puso una mano en cada pezón y empezó a a pellizcarlos 
- De momento todo va bien.
El doctor acerco una silla delante de la camilla para examinarme con calma, empezó a mirar mi sexo y a hacer alguna que otra manipulación en él. Yo no lo veía porque estaba tumbada en la camilla con él entre piernas, pero sentía que con sus manos separaba los labios y metía sus dedos por mi concha mientras me iba diciendo si me dolía o que sentía. 
- Ahora estate tranquila porque voy a introducirte un aparato de examen en tu sexo. Si te duele me lo dices.
Sentí como el doctor me introducía la punta de ese artilugio hasta el punto en que me dolio y le avisé.
- Es necesario una terapia pero tienes que darme tu consentimiento para que te la practique, es un poco diferente de las que habitualmente se practican.
Yo confiada acepte. Me acerca un poco al extremo de la camilla y abre bien mis piernas, el doctor se bajó los pantalones, apunto su pene en la entrada de mi concha, me agarró los pechos, con las puntas de los dedos pellizcaba mis pezones y me la metió de una, me cogió fuertemente por varios minutos hasta que me llenó por dentro con su semen, saco su pene y se sentó en la silla que aun estaba al lado de la camilla. Tomo otro aparato lo metió bien adentro y me reviso.
- Todavía no estas lista, si me permites yo te puedo ayudar, esta es la única forma de ayudarte créeme
Me inyecto algo en la vena del brazo, de inmediato todo se tornaba borroso, me tomo por las caderas puso la cabeza de su pija en la entrada de mi vagina y me volvió a meter su enorme pija, me montaba como un semental y yo comencé a gemir, me nalgueaba, pellizcaba mis pezones que se columpiaban con cada empujón que me daba hasta que sentí mi primer orgasmo.
- Estas bien rica putita.
La penetración era muy profunda, me embestia, con una mano me manoseaba los senos y me los mordía, no dejaba de meterme su verga, me alzaba tanto las piernas en sus hombros que mis nalgas están suspendidas en el aire, sus cojidas eran salvajes, me cojio por un buen rato, incluso me metió un tubo haciendome una doble vaginal hasta que volvió a acabarme adentro.
- Yo creo que con esta dilatación ya podemos trabajar
Se puso su ropa mientras yo me quede desnuda boca arriba y sentía como su semen se escurría. Él se fue, me quede tirada en la cama muy mareada y dolorida. Al rato volvió y me dijo que me tenía grabada y que haría lo que me quisiera conmigo a cambio de no difundirlo, me obligó a chupársela, no me quedo otra que sacar su enorme verga y introducirla en mi boca, me tomo de la cabeza y comenzó a cogerme por la boca mientras sentía que me tocaba la campanilla de la garganta y en ocasiones casi me hacia vomitar.
- Ponte en cuatro en la camilla
Acerco su cara a mi trasero y comenzó a lamer mis nalgas incluso me daba pequeños mordiscos, metía sus dedos por mi concha una y otra vez.
- Voy a usarte como una puta. 
Me cojio por mi concha como si yo fuera una perra mientras me jalaba del cabello haciendo que mi espalda se arqueara. Me daba tan fuerte una y otra vez hasta que soltó su semen dentro de mí y en ese preciso momento yo tuve un orgasmo mientras seguía dandome más rápido y más fuerte, sentía como me rompía toda por dentro, me cojia a su antojo, me sentía usada, me tomo por las caderas y comenzó a bombearme, el tomaba más velocidad, el doctor empujaba su pija con todas sus fuerzas mientras me nalgueaba, cada vez que me la metía yo levantaba mi cola hacia el para que me penetrara más profundo hasta acabar dentro de mí, yo me quede inmóvil, exhausta, al abrir los ojos vi su enorme verga embarrada de semen rojizo, me tomo por el cabello, metió su pija en mi boca y me dedique a limpiarsela y se volvió a venir tragando todo sumen, cuando termino de usarme se levanto de la cama se vistió, me dió un apretón en una nalga, algo para tomar y salio de la habitación, al rato volvió con un colega, yo estaba acostada en la camilla boca arriba.
—No me encuentro bien, no me puedo mover dije.
—Es normal, son los calmantes, te sentirás un poco mareada.
El ginecólogo nunca había llegado tan lejos. Había utilizado un compuesto experimental de farmacos. Me acariciaban los pechos, su colega acercó su cara hasta mis lolas y me los lamió, me los mordio, estaba consciente, pero ida. Lo poco que veía era borroso y confuso. Metió sus dedos en mi concha bien profundo, me acomodo mis pies en las estriberas de la camilla, se bajó los pantalones y me penetró con una fuerte embestida. Todo esto pasaba mientras en el doctor que me había violado anteriormente veía todo
—¡¡Que buena estás pendeja!! 
No podía defenderse ni entendía muy bien que estaba pasando. Me penetraba sin descanso y observaba mi cuerpo desnudo e indefenso, con cuidado sacó mis pies de los estribos y me dio la vuelta, colocándome boca abajo y dejando ahora que mis piernas colgaran en el borde, con mi cola en pompa, me agarró de nuevo por las caderas y me la volvió a meter de una.
—¡¡Mmm!! ¡¡Mmm!! Que linda puta sos!!
- Vistes el gusto que da cojersela?
- Sí, podría estar horas
Sus embestidas eran brutales, sus testículos rebotaban contra mis nalgas, siguió abusando de mí mientras me apretaba los pechos contra la camilla consiguiendo introducir sus manos hasta allí. Finalmente no pudo retrasarlo más, le agarró por las caderas y penetrándola hasta lo más hondo eyaculó en mi interior, alcanzando un orgasmo tan potente que casi le hizo perder el equilibrio. Me desperte dos horas después, en todo momento había sido abusada por ambos doctores y hasta por dos enfermeros que al entrar y ver lo que pasaba no podían dejar pasar la oportunidad de cojerse una paciente, me habían hecho de todo (doble vaginal y oral entre los cuatro, me habían metido de todo en la concha, no sólo sus pijas), estaba vestida solo con la bata, tumbada en la camilla. Me dolía todo y apenas recordaba lo sucedido.

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